1. Tiempo de decir BASTA!!!
Contamos los argentinos con leyes y normativas que ratifican la voluntad
de erradicar toda discriminación.
A título de ejemplo, el 1º de septiembre de 1811, la Junta Provisional
dispuso que los indios de todas la Provincias Unidas sean tenidos por
hombres libres, “y en igualdad de derechos a todos los demás ciudadanos
que lo pueblan”.
Este decreto fue traducido a las lenguas indígenas guaraní, quechua, y
aymará. La realidad de los hechos cotidianos nos indica que los aborígenes
fueron excluidos de la calidad de vida al igual que otras etnias. Esto es un
ejemplo de nuestras vivencias.
Como africanistas sentimos lo mismo.
Las prácticas discriminatorias, atentados, violaciones a derechos humanos,
contenidos educativos –básicamente ignorando el aporte de la comunidad
africanista a la identidad nacional –, y demás prácticas, motivan la
necesidad de Ponernos de Pié ante los hechos que nos ponen en el triste
papel de víctima.
Este escrito lo hago como Asesor del Consejo de Sacerdotes Mayores de la
Fundación Argentina Africanista de Intercambio Cultural Personería
Jurídica Nacional Nº 924/92, sabiendo que ningún organismo, ni aún de
Derechos Humanos lo lleva a cabo.
Pero este escrito no es completo. Debería, según mi opinión, contar con una
investigación de científicos sociales que se ocupen de analizar los
conflictos entre creencias y el prejuicio de la sociedad como uno de los
elementos causales.
Todo ello con la apoyo de muestreos en trabajos de campo. Esta tarea
debería realizarse en Organismos de estado, por ejemplo, el Instituto
Nacional de Estadísticas y Censos, coordinando la tarea con el Instituto
Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y El Racismo (INADI).
Claro está, es menester una decidida voluntad política para hacerlo.
Pienso que dicha política debería, además, prever la revisión de contenidos
educativos, educar al educador, informes sobre africanismofobia,
antisemitismo, islamofobia, discriminación al gitano, al aborigen y a otras
minorías religiosas, etc., y fomentar el estrechamiento de relaciones con
autoridades religiosas de distintas confesiones con el propósito de instalar
temas comunes y propugnar una activa campaña pública tendiente a
modificar prácticas nocivas. Urge erradicar la mentalidad inquisitorial
vigente en gran parte de la sociedad.
Cabe recordar que, desde el 13 de agosto de 1943, se prohibía el
faenamiento de carne según el ritual judío (kashrut). Esto fue una
2. aberración contra el derecho y la libertad que es parte de nuestra historia
pasada reciente.
Tal como se recuerda, la sociedad intolerante española había expulsado a
judíos y moros, moriscos y gitanos y han dejado su presencia en nuestra
realidad cotidiana que es menester indagar y exhibir para poder erradicarla.
Es una tarea de todos. También un deber del Estado Nacional.
Es por ello que en esta oportunidad, me solidarizo con el Babálórisá
Alfredo de Ogún ante el ataque incivilizado e infundamentado a su Ilé,
dañando no solo parte del edificio, si no dañando sentimientos de sus
integrantes.
Este escrito describe la situación que sufren otras minorías que componen
el “crisol de razas” argentino: discapacitados físicos, inmigrantes de países
limítrofes, la comunidad afrodescendiente, los musulmanes, los rom
(gitanos), los orientales, los judíos, los evangelistas, etc. que en muchas
ocasiones reciben desde la sociedad civil y/o del propio Estado un
tratamiento mucho hostil.
Hermanos en la fe, en estos momentos es cuando se ve nuestra hermandad,
dando prioridad a quien esté en problemas, ayudando de la forma que cada
uno puede, desde su lugar, desde su oración, desde su congal. Ponerse de
pié es decir BASTA!!!
Babálòrìsà Juan Ruiz Díaz de Òrìsà-Nlá