BIOMETANO SÍ, PERO NO ASÍ. LA NUEVA BURBUJA ENERGÉTICA
1er tema preparacion para el sacramento del matrimonio
1. PREPARACIÓN DE LOS HIJOS PARA EL SACRAMENTO DEL
MATRIMONIO DESDE LA FAMILIA
La preparación al matrimonio, a la vida conyugal y familiar, es de
suma importancia para el bien de la Iglesia. De hecho el sacramento
del Matrimonio posee gran valor para la entera comunidad cristiana y
en primer lugar para los esposos, cuya decisión es tal que no puede
dejarse a la improvisación o a decisiones apresuradas.
(Pontificio Consejo para la Familia N° 1)
Cuando hablamos de la necesidad de una preparación para el sacramento del
matrimonio generalmente se piensa en las charlas que deben recibir los novios antes de
casarse, lo cual sabemos que no es lo único pues las bases de una profunda preparación
para el matrimonio nacen desde la familia.
Como nos dice la Exhortación Apostólica
Familiaris Consortio:”En nuestros días es más
necesaria que nunca la preparación de los
jóvenes al matrimonio y a la vida familiar. En
algunos países siguen siendo las familias
mismas las que, según antiguas usanzas,
transmiten a los jóvenes los valores relativos a
la vida matrimonial y familiar mediante una
progresiva obra de educación o iniciación. Pero
los cambios que han sobrevenido en casi todas
las sociedades modernas exigen que no sólo la
familia, sino también la sociedad y la Iglesia se comprometan en el esfuerzo de preparar
convenientemente a los jóvenes para las responsabilidades de su futuro. Muchos
fenómenos negativos que se lamentan hoy en la vida familiar derivan del hecho de que,
en las nuevas situaciones, los jóvenes no sólo pierden de vista la justa jerarquía de
valores, sino que, al no poseer ya criterios seguros de comportamiento, no saben cómo
2. afrontar y resolver las nuevas dificultades. La experiencia enseña en cambio que los
jóvenes bien preparados para la vida familiar, en general van mejor que los demás.
Esto vale más aún para el matrimonio cristiano, cuyo influjo se extiende sobre la
santidad de tantos hombres y mujeres. Por esto, la Iglesia debe promover programas
mejores y más intensos de preparación al matrimonio, para eliminar lo más posible las
dificultades en que se debaten tantos matrimonios, y más aún para favorecer
positivamente el nacimiento y maduración de matrimonios logrados”.1
UNA PROYECCIÓN EN LA NECESIDAD DE FORMACIÓN PARA EL
MATRIMONIO PARTIENDO DESDE NUESTRA REALIDAD
“…Hoy en día se asiste en no pocos casos al deterioro acentuado de la familia y a cierta
corrosión de los valores del matrimonio. En numerosas naciones y en especial en las
económicamente desarrolladas, ha bajado el índice de nupcialidad. Se contrae matrimonio en
edad más avanzada y crece el número de divorcios y separaciones incluso en los primeros años
de vida conyugal. Todo ello lleva a una preocupación pastoral reiterada mil veces: Quien
contrae matrimonio ¿está realmente preparado al mismo?
El problema de la preparación al sacramento del Matrimonio y a la vida subsiguiente emerge
como gran necesidad pastoral sobre todo para el bien de los esposos, la comunidad cristiana y
la sociedad. Por eso crecen en todas partes el interés e iniciativas para ofrecer respuestas
adecuadas y oportunas a la preparación al sacramento del Matrimonio.2
Pero cabe aclarar que esta preparación para el matrimonio no supone un momento
determinado en la vida sino que significa un proceso a lo largo de ella, pero en diferentes
etapas y aspectos de formación. Es así que debemos reconocer que la preparación para el
matrimonio es un proceso.
LA PREPARACIÓN PARA EL MATRIMONIO ES UN PROCESO GRADUAL
“La preparación al matrimonio ha de ser vista y actuada
como un proceso gradual y continuo. En efecto, comporta
tres momentos principales: una preparación remota, una
próxima y otra inmediata.
La preparación remota comienza desde la infancia, en la
juiciosa pedagogía familiar, orientada a conducir a los
niños a descubrirse a sí mismos como seres dotados de una
rica y compleja psicología y de una personalidad particular con sus fuerzas y
debilidades. Es el período en que se imbuye la estima por todo auténtico valor humano,
tanto en las relaciones interpersonales como en las sociales, con todo lo que significa
para la formación del carácter, para el dominio y recto uso de las propias inclinaciones,
para el modo de considerar y encontrar a las personas del otro sexo, etc. Se exige,
además, especialmente para los cristianos, una sólida formación espiritual y
catequística, que sepa mostrar en el matrimonio una verdadera vocación y misión, sin
1
Familiaris Consortio Nº 66
2
Consejo Pontificio para la familia “Preparación para el Sacramento del matrimonio” Nº 1
3. excluir la posibilidad del don total de sí mismo a Dios en la vocación a la vida
sacerdotal o religiosa.
Sobre esta base se programará después,
en plan amplio, la preparación
próxima, la cual comporta —desde la
edad oportuna y con una adecuada
catequesis, como en un camino
catecumenal— una preparación más
específica para los sacramentos, como
un nuevo descubrimiento. Esta nueva
catequesis de cuantos se preparan al
matrimonio cristiano es absolutamente
necesaria, a fin de que el sacramento
sea celebrado y vivido con las debidas disposiciones morales y espirituales. La
formación religiosa de los jóvenes deberá ser integrada, en el momento oportuno y
según las diversas exigencias concretas, por una preparación a la vida en pareja que,
presentando el matrimonio como una relación interpersonal del hombre y de la mujer a
desarrollarse continuamente, estimule a profundizar en los problemas de la sexualidad
conyugal y de la paternidad responsable, con los conocimientos médico-biológicos
esenciales que están en conexión con ella y los encamine a la familiaridad con rectos
métodos de educación de los hijos, favoreciendo la adquisición de los elementos de base
para una ordenada conducción de la familia (trabajo estable, suficiente disponibilidad
financiera, sabia administración, nociones de economía doméstica, etc.).
Finalmente, no se deberá descuidar la preparación al apostolado familiar, a la
fraternidad y colaboración con las demás familias, a la inserción activa en grupos,
asociaciones, movimientos e iniciativas que tienen como finalidad el bien humano y
cristiano de la familia.
La preparación inmediata a la celebración del sacramento del matrimonio debe tener
lugar en los últimos meses y semanas que preceden a las nupcias, como para dar un
nuevo significado, nuevo contenido y forma nueva al llamado examen prematrimonial
exigido por el derecho canónico. De todos modos, siendo como es siempre necesaria, tal
preparación se impone con mayor urgencia para aquellos prometidos que presenten aún
carencias y dificultades en la doctrina y en la práctica cristiana.
Entre los elementos a comunicar en este camino de
fe, análogo al catecumenado, debe haber también un
conocimiento serio del misterio de Cristo y de la
Iglesia, de los significados de gracia y
responsabilidad del matrimonio cristiano, así como la
preparación para tomar parte activa y consciente en
los ritos de la liturgia nupcial.
A las distintas fases de la preparación matrimonial —
4. descritas anteriormente sólo a grandes rasgos indicativos— deben sentirse
comprometidas la familia cristiana y toda la comunidad eclesial.3
Por ello en base a estos lineamientos, en el Directorio para la preparación para el
sacramento del matrimonio se considera principalmente los siguientes aspectos:
La preparación remota y la
pedagogía familiar
La preparación próxima
como un camino a la
catequesis
La preparación inmediata
Los padres conducen a sus
hijos a que descubran los
valores humanos y
religiosos a través de :
Formación del carácter
y dominio de sí mismos
Respeto a los demás
Educación de la voluntad
Enseñar a vivir las
virtudes:la responsabilidad,
la lealtad, la castidad, la
reciedumbre, la pobreza, la
templanza,etc.
Los padres deben dirigir a
sus hijos para que vivan y
amen los Mandamientos de
la Ley de Dios y de la
Iglesia y así orientarlos en
la vocación del celibato, la
virginidad o el matrimonio.
Los padres, sacerdotes y
educadores deben preparar
a los novios a través de
charlas prematrimoniales
en las cuales se exponen
temas como:
¿Qué es el matrimonio?,
fines, paternidad
responsable, castidad
conyugal, la educación de
los hijos, nociones de
economía doméstica,
administración del hogar,
apostolado familiar, la
fraternidad, la solidaridad,
la santidad en el
matrimonio y el rito del
matrimonio.
Es la que se imparte en los
últimos días que preceden a
las nupcias, durante ese
tiempo deben repasar la
doctrina cristiana acerca de
la gracia sacramental que
recibirán en el matrimonio
así los detalles necesarios
para tomar parte consciente
en los ritos de la boda.
El sacerdote y el celebrante
y si es posible los agentes
de pastoral que han
acompañado a la pareja en
su preparación al
matrimonio deben preparar
la celebración sacramental
juntamente con ésta.
4
FORMACIÓN DESDE LA FAMILIA PARA UNA VOCACIÓN DE AMOR Y DE
SERVICIO : SACRAMENTO DEL MATRIMONIO Y VIDA CONSAGRADA
Es necesario considerar que si bien la preparación para el matrimonio empieza desde la
familia, esta vocación no ha de ser el único camino u opción que los hijos tienen e elegir
ni al que los padres deben limitar. La familia que enseña a amar y a vivir el amor en
plenitud y generosidad será también cuna de vocaciones consagradas al Señor.
Por eso como nos dice, el Consejo Pontificio para la Familia: “La familia tiene un
papel decisivo en el nacer de las vocaciones y en su desarrollo, como enseña el
Concilio Vaticano II: « Del matrimonio procede la familia, en la que nacen nuevos
ciudadanos de la sociedad humana, quienes, por la gracia del Espíritu Santo, quedan
constituidos en el bautismo hijos de Dios. En esta especie de Iglesia doméstica los
padres deben ser para sus hijos los primeros predicadores de la fe, mediante la palabra
3
Familiaris Consortio N° 66
4
Cfr “Directorio para la Preparación y Celebración del matrimonio” Arquidiócesis de Lima Pag. 14-15
5. y el ejemplo, y deben fomentar la vocación propia de cada uno, pero con un cuidado
especial la vocación sagrada ».18 Más aún, el signo de una pastoral familiar adecuada
es precisamente el hecho que florezcan las vocaciones: « donde existe una iluminada y
eficaz pastoral de la familia, como es natural que se acoja con alegría la vida, así es
más fácil que resuene en ella la voz de Dios, y sea más generosa la escucha que recibe
».195
Además señala a continuación que las dos por igual constituyen caminos de santidad :
“Ya se trate de vocaciones al matrimonio o a la virginidad y al celibato, son siempre
vocaciones a la santidad. En efecto, el documento del Concilio Vaticano II Lumen
Gentium expone su enseñanza acerca de la llamada universal a la santidad: « Todos
los fieles, cristianos de cualquier condición y estado, fortalecidos con tantos y tan
poderosos medios de salvación, son llamados por el Señor, cada uno por su camino, a
la perfección de aquella santidad con la que es perfecto el mismo Padre ».20”6
Con estas ideas podemos precisar que la familia es el lugar donde nacen las vocaciones
y se forma para el amor de verdad.
LA FORMACIÓN PARA EL AMOR VERDADERO
En el Matrimonio
“La formación en el amor verdadero es la mejor
preparación para la vocación al matrimonio. En
familia los niños y los jóvenes pueden aprender a
vivir la sexualidad humana con la grandeza y en
el contexto de una vida cristiana. Los niños y los
jóvenes descubren gradualmente que el sólido
matrimonio cristiano no es el resultado de
conveniencias ni de una mera atracción sexual. Por ser una vocación, el matrimonio
comporta siempre una elección bien meditada, el mutuo compromiso ante de Dios, y la
constante petición de su ayuda en la oración.”7
En la Vida Consagrada
“La Revelación cristiana presenta dos vocaciones
al amor: el matrimonio y la virginidad. No
raramente, en algunas sociedades actuales están en
crisis no sólo el matrimonio y la familia, sino
también las vocaciones al sacerdocio y a la vida
religiosa. Las dos situaciones son inseparables: «
cuando no se estima el matrimonio, no puede
existir tampoco la virginidad consagrada; cuando
la sexualidad humana no se considera un valor donado por el Creador, pierde
significado la renuncia por el Reino de los cielos ».31 A la disgregación de la familia
sigue la falta de vocaciones; por el contrario, donde los padres son generosos en acoger
5
“Sexualidad humana: verdad y significado” Consejo Pontificio para la familia N° 26
6
idem
7
idem
6. la vida, es más fácil que lo sean también los hijos cuando se trata de ofrecerla a Dios
(...)
La vida humana adquiere plenitud cuando se hace don de sí: un don que puede
expresarse en el matrimonio, en la virginidad consagrada, en la dedicación al
prójimo por un ideal, en la elección del sacerdocio ministerial. Los padres servirán
verdaderamente la vida de sus hijos si los ayudan a hacer de su propia existencia un
don, respetando sus opciones maduras y promoviendo con alegría cada vocación,
también la religiosa y sacerdotal ».32” 8
UNA DECISIÓN TRASCENDENTE
Tanto para el matrimonio y la vida consagrada implica la decisión libre y voluntaria de
la persona que se compromete a vivir en ese estado para toda la vida. De esa manera
orienta su existencia al servicio de Dios y la comunidad y por consiguiente su camino
de santificación.
Para ambas es necesario formar en los aspectos señalados anteriormente en lo que se
refiere a la preparación remota en la pedagogía familiar, pues el cultivo de cualidades
y capacidades humanas, para la convivencia, el servicio y el trabajo, para la educación
de la voluntad y equilibrio en los sentimientos y afectos, el cultivo de las virtudes y la
madurez en las decisiones y en el actuar, así como los principios morales que guíen la
vida, permitirá un desarrollo pleno de la persona a nivel humano y espiritual.
Ahora, en lo referente a la vocación al matrimonio implica otros aspectos importantes
que es necesario considerar como:
La elección responsable de la persona
Aceptar la donación de una persona, que va a ser en adelante pertenencia amorosa de
quien la recibe, despierta en la persona humana una responsabilidad conyugal
sumamente estimulante. Por eso quien confunde el amor con el erotismo no llega nunca
a conocer la verdadera exaltación del amor, gozosa y duradera, en la cual la persona se
crece y da lo mejor de sí misma.
Pero pensemos también en la responsabilidad que hay en la elección de la persona
amada. Es una responsabilidad muy grande. Es como si una persona se escogiese a sí
misma en la otra, para formar un único nosotros, pasando definitivamente del singular al
plural.
¿Podrá ser tomada una decisión tan grave y personal a edad muy temprana, cuando la
personalidad apenas ha integrado sus tendencias dispersas en una síntesis de relativa
madurez, cuando apenas se conoce a sí misma, ni conoce bien la realidad compleja del
mundo que le rodea? No, no parece posible. El error, en estas cuestiones tan grave y
doloroso, sería más probable que el acierto.
Por otra parte, tomar consejo de otros no elimina la libertad personal, sino que la ayuda
y perfecciona. En este sentido, la sabiduría de muchos pueblos ha reconocido a los
8
Ídem 34
7. padres una función importante en la elección conyugal de sus hijos, sobre todo cuanto
éstos son muy jóvenes.
¿Cómo elegir a la persona amada?
La elección verdadera en el amor es aquella en la que el valor de la persona es el motivo
decisivo, que integra también, por supuesto, el aprecio en ella de diversos valores,
sexuales, culturales, familiares, sociales, etc. Y la autenticidad de la elección, al paso
del tiempo, se hará manifiesta cuando el amor permanezca inalterable, o incluso crezca,
aunque se produzcan disminuciones o pérdidas en alguno de esos valores accesorios.
La elección falsa en el amor es, por el contrario, aquélla en la que, ignorando a la
persona en sí misma, o asignándole un valor secundario, se aprecian primariamente sus
valores accesorios –sociales, sexuales, culturales, etc.–, o bien aquélla en la que se
estima la persona, pero idealizada, falseada, realmente inexistente. Tal elección, como
no produce en realidad unión de las personas, no podrá mantenerse cuando todos o
algunos de los valores accesorios determinantes disminuyan o falten, o cuando la
idealización amorosa venga a ser brutalmente sustituida por la decepción.(…)
El compromiso de la libertad
El amor conyugal es un amor mutuo de elección. A los padres o hermanos hay que
amarlos, por decirlo así, necesariamente. Pero el marido elige a su esposa, y ésta a él. El
amor que les une, por tanto, es un amor de elección. Un amor que, evidentemente, exige
el compromiso de la propia libertad, por la cual alguien hace donación de sí mismo a la
persona amada (…)
Por eso precisamente la libertad personal, cuando permanece no enajenada por el amor,
da al hombre la sensación de vacío. La razón es muy clara: y es que la libertad sólo se
realiza plenamente por el amor. Después de todo, la libertad es un medio para el amor,
que es un fin. En todo caso, la elección de la persona amada ha de ser plenamente libre,
y esa libertad de elección, cuando se decide, afirma elocuentemente el valor de la
persona elegida. En efecto, los valores sexuales podrán ser reconocidos por cualquiera;
concretamente en el hombre, poco basta para despertar en él la tendencia sexual. Pero el
misterio único de la persona ha de ser descubierto, reconocido y afirmado, en una
elección amorosa estrictamente personal. El interés sexual, e incluso la emoción
afectiva, se despiertan fácilmente; pero ha de ser la voluntad, en el compromiso de la
libertad personal, la que haga cristalizar el amor (…)9
En este contexto es conveniente también considerar algunas pautas o consejos para los
jóvenes que se están preparando al matrimonio
¿Qué acciones durante el noviazgo pueden ayudar al éxito en el futuro matrimonio?
- La duración es importante, los novios necesitan conocerse bien, antes del matrimonio,
si este dura al menos tres años, tienen mayores probabilidades de que su matrimonio sea
duradero.
- Verse algunos días entre semana y/o durante los fines de semana. Cuidar los excesos,
9
“ El Matrimonio en Cristo” José María Ibarburu
8. tanto convivir diariamente como verse muy poco, suelen ser contraproducentes.
- Aprender a comunicarse y buscar llegar a acuerdos sobre el tipo de familia que
quieren. Cada cabeza es un mundo, durante el noviazgo tendrán que aprender a
escucharse y a ceder. Aprender a ceder, con un pensamiento ganar-ganar de ambas
partes implica que ambos estén dispuestos a hacer algunas renuncias, pero al final los
dos saldrán más beneficiados.
- Preguntarse qué esperan del matrimonio.
Los temas fundamentales a tratar por los novios son:
o Trabajo y economía: ¿Cómo deben repartirse las tareas del hogar? ¿Trabajarán los
dos? ¿Quién se encargará de administrar los recursos? ¿Qué aspiraciones y metas
profesionales tiene cada uno?
o Hijos: ¿Cuántos hijos tener? ¿Qué valores les gustaría inculcarles? ¿Quién estará a
cargo de su cuidado?
o Familias de origen: ¿Con qué frecuencia hay que visitar a los padres? ¿Qué rol espera
de los padres al formar su nueva familia, en qué aspectos podrán intervenir, y en cuáles
no?
o Fe y valores: ¿Cuáles son los valores más importantes para cada uno? ¿Cómo viven su
fe y como quisieran vivirla en tu futura familia?
- Cultivar el pudor y la pureza. La relación sexual es la forma en que un hombre y una
mujer expresan que están totalmente unidos, »se hacen uno solo». Esto es verdadero y
sucede sólo cuando ambos se han comprometido a amarse para toda la vida, a través de
la alianza matrimonial. El tener relaciones sexuales en el noviazgo hace que éstas
pierdan su verdadero valor y significado. Aprovechar los momentos que están juntos
para conocerse, dialogar y manifestarse el amor y el cariño como lo que son: novios.
Todo tiene su tiempo y quien sabe esperar podrá vivir su sexualidad más plenamente en
el matrimonio.10
Y en las charlas prematrimoniales,o de preparación para los novios también podrán
tenerse en cuenta algunos temas a considerar como:
ASPECTO ANTROPOLÓGICO
Tema 1 ¿Por qué la preparación al matrimonio.
Tema 2 La persona. Ser en relación.
Tema 3 La pareja humana, <<hombre y mujer los creó>>.
Tema 4 Sexualidad al servicio del amor.
Tema 5 Vocación al matrimonio y formación integral.
10
http://es.catholic.net/op/articulos/9776/cat/361/de-tal-noviazgo-tal-matrimonio-
la-influencia-del-noviazgo-en-el-mat
9. Tema 6 Encuentro conmigo mismo
Tema 7 Nos encontramos, nos comunicamos...........................................
Tema 8 El amor fuente de vida.............................................................
FORMACIÓN CRISTIANA
Tema 9 El Dios del amor – el Dios de la Alianza.....................................
Tema 10 Jesús sacramento del Padre y signo de la Nueva Alianza..............
Tema 11 El matrimonio, sacramento de la Alianza de Jesús con su Iglesia...
Tema 12 Nuestra decisión de casarnos por la Iglesia.................................
Tema 13 Familia, pequeña Iglesia..........................................................
Tema 14 La comunidad eclesial y nuestro matrimonio...............................
VIDA FAMILIAR
Tema 15 Cooperadores del amor de Dios Creador.....................................
Tema 16 Paternidad responsable............................................................
Tema 17 Los métodos para la Paternidad responsable...............................
Tema 18 Los hijos y la familia cristiana...................................................
Tema 19 Administración del hogar..........................................................
Tema 20 Crisis en el matrimonio............................................................
ASPECTOS JURÍDICOS Y CELEBRATIVOS
Tema 21 Impedimentos que establece el Código de Derecho Canónico para contraer
matrimonio..............................................................
Tema 22 Trámites matrimoniales..........................................................
Tema 23 La Liturgia celebra y actualiza el Misterio de Cristo....................
Tema 24 Nuestra celebración matrimonial11
11
Preparación inmediata al matrimonio SEDIFAM