Este documento describe seis sombreros (blanco, negro, rojo, amarillo, verde y azul) que representan diferentes aspectos de la naturaleza humana, como los hechos, las emociones, la creatividad y la paz interior. Los sombreros también se refieren a las diferentes perspectivas que las personas adoptan en situaciones de la vida como el trabajo y el hogar. El documento luego discute cómo cada sombrero se relaciona con acciones como verificar hechos, expresar emociones, criticar, ser feliz y crear. Concluye sugiri
1. Los seis sombreros en nuestro contexto real.
Existen 6 sombreros que son el blanco, el negro, el rojo, el amarillo, el verde y el
azul. Estos sombreros representan las fortalezas y debilidades del ser humano
como son: los hechos objetivos y cifras, la furia y las emociones, la tristeza y lo
negativo, la alegría y lo positivo, la representación que nos da una paz interior y la
creatividad. Estos sombreros tratan de narrar las diferentes posiciones que vive el
ser humano desde diferentes ángulos como lo son el trabajo y la casa; es una
comparación amena con nuestro contexto y con las situaciones que hacen parte
de nuestra vida sin olvidar que nosotros somos quienes decidimos que sombrero
ponernos y como mostrarnos.
En la mayoría de la ocasiones se debe verificar un accidente allí entra a jugar el
sombrero blanco ya que para demostrar el delito se necesita pruebas de hechos y
cifras exactas, en el caso del sombrero rojo se refleja esas emociones que todos
llevamos y que muchas veces no sabemos manejar y las decisiones que no
sabemos tomar, de otro lado tenemos el sombrero negro; es cuando lanzamos
críticas destructivas que terminan por hacer daño en la sociedad, el sombrero
amarillo es cuando utilizamos el método de la mayéutica para nuestro beneficio y
el verde cuando hacemos que la paz sea parte de nuestro ser.
Este mundo que ha dejado de ponerse el sombrero amarillo de la felicidad y a
decidido llevar el negro, este universo continuo que ha afectado nuestra sociedad
por secuestrar el sombrero verde para olvidarse de que crear, hoy nada es creíble
ni siquiera llevando el sombrero blanco en el que se verifica los hechos podemos
fortalecernos, solo queda culpar al sombrero rojo que derrama tanta sangre en un
país lleno de emociones y furias incontrolables.