El poema describe a un hombre atrapado en un laberinto de piedra del que no puede escapar. Ha olvidado su pasado y sigue el odioso camino sin salida entre paredes monótonas. Teme las huellas que descubre en el polvo y los ecos que escucha, sabiendo que hay otro ser en las sombras que ansía su sangre y muerte. El hombre desea que este sea el último día que debe soportar la espera en el laberinto.