1. Un paso más allá de la Wikipedia
Por William Badke
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Un paso más allá de la Wikipedia
Por William Badke
Educational Leadership Marzo de 2009, Vol. 66 (6), pp.54-58.
Hace algunos meses, yo necesitaba enviar un mensaje urgente a una joven mujer que
apenas conocía. No sabía cómo ubicarla. No tenía su número de teléfono, no tenía su
dirección de correo electrónico, ninguna dirección de ningún tipo. Entonces, recurrí a
Facebook, encontré su perfil y le envié una nota. Para mi sorpresa, ella respondió unos
pocos minutos más tarde.
Los mensajes de Facebook eran reenviados a su teléfono celular. Como alguien que
antecede a Internet en muchos años, yo todavía me sorprendo de lo que podemos hacer
en la actualidad. Internet es la mayor revolución en la información desde la imprenta.
Nunca antes tanta cantidad de información está disponible en forma gratuita para tanta
gente. No sólo eso, sino que el promedio de los estudiantes secundarios pueden
comunicarse con toda la tecnología disponible y la mitología continúa.
La nueva realidad de la información
Wikipedia es un gran ejemplo de la nueva realidad de la información. Escrita por casi
cualquier persona, con solo un equipo de voluntarios perros guardianes que vigilan su
contenido, se ha convertido en la enciclopedia usada con mayor frecuencia en el mundo.
La total audacia de crear un recurso de información de este alcance, esencialmente
controlado por ninguno y por todos, es sorprendente. Va contra todas las reglas anteriores
sobre el control de calidad y control de errores, un aún en su mayoría es bastante
confiable. Un artículo publicado en Nature hace algunos años (Giles, 2005) encontró que
la confiabilidad de Wikipedia fue sólo apenas menor que la de la Enciclopedia Británica.
Con todo, hay algunas parcialidades o entradas incorrectas. ¿Cómo podemos determinar si
la información en fuentes como Wikipedia es confiable y de calidad suficiente como para
que la usen los estudiantes? En los buenos viejos tiempos (antes de 1990) era
relativamente simple. Uno revisaba las credenciales del autor, la reputación de la casa
editorial del libro o el lugar en el marco del cual un artículo había sido publicado (revista
académica, revista comercial o publicación popular). Existían revisores, editores serios
que retiraban la basura y publicaban sólo lo que valía la pena. Tal vez no era realmente
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tan prístino como eso, pero tanto los docentes como los estudiantes tenían algunas
medidas concretas para determinar qué información valía la pena ser considerada y cuál
no. No más. Recientemente realicé una búsqueda en Google sobre “asunción de
riesgos”. El primer sitio web que apareció en los resultados fue la producción de un
profesor británico que publicó la mayor parte de su trabajo en prestigiosas revistas. El
segundo había sido creado por un (o para un) gurú de autoayuda con dudosas credenciales en
Matemática y desarrollo de software, que ahora dedica su vida a decirle a otras personas cómo
llevar las suyas.
¿Están preparados los estudiantes?
La despareja calidad de la información en la actualidad es sólo el comienzo del problema.
Desgraciadamente, el estudiante promedio de nivel secundario carece de habilidades para
evaluar la información en línea. Estudio tras estudio se ha demostrado que los estudiantes
de nivel secundario y universitario son demasiados confiados acerca de la confiabilidad de
los sitios web y carecen de capacidades para evaluarla en forma efectiva (véase Wang y
Artero, 2005) De hecho nuestros supuestos acerca de las habilidades tecnológicas de
nuestros jóvenes en general necesitarían ser repensadas. Un estudio británico lanzado en
2008 encontró que “la mayoría de la gente joven tiende a usar aplicaciones más simples y
menos facilidades que las que muchos podrían imaginar” (University College London
CIBER Group, 2008, p. 18), y “la amplia disponibilidad de la tecnología y la exposición
cercana a esta en años recientes no parece haber mejorado el desempeño de búsqueda
en ninguna manera significativa” (p.22). La amplia diversidad de fuentes de información
disponibles hoy, agravado por la común percepción adolescente que toda la información
es igualmente útil y usable, crea un problema creciente. El típico estudiante de escuela
secundaria se apropia de información (ineficientemente) de cualquier cantidad de lugares,
incluyendo YouTube, podcasts, etc. la mezcla y crea proyectos con poca atención por la
calidad, la precisión o las sutilezas de las reglas contra el plagio. Una encuesta canadiense
en 2003 realizada con 3000 alumnos ingresantes a la universidad encontró que la mayoría
incluía palabras no esenciales en las búsquedas, usaban el operador booleano “o” de
manera incorrecta, no podía identificar las características de las revistas académicas, no
podía distinguir entre catálogos de bibliotecas y bases bibliográficas de datos y tenían
dificultades para identificar citas de artículos de revistas, conociendo cuando citar fuentes
y evaluar sitios web (Mittermeyer y Quirion, 2003).Las habilidades informacionales de
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estos recién graduados de la escuela secundaria los dejaba sin preparación para el trabajo
académico posterior. Claramente, el tiempo para educar a los alumnos sobre la nueva
realidad de la información es en la escuela primaria y secundaria. La capacidad para
trabajar con información tanto en forma escrita, en audio o en video para definir un
problema, comprender la naturaleza de la información disponible, usar bien las mejores
herramientas para encontrar la información necesaria y entonces conseguir la información
efectiva y éticamente para abordar el tema en cuestión, podría bien ser la habilidad más
importante del siglo XXI.i
Aunque los educadores del período que abarca desde el nivel
inicial hasta los primeros años de la universidad tienen a la alfabetización informacional en
su radar, no se comprende cómo enseñarla.
¿Puede enseñarse la alfabetización informacional?
“Los estudiantes adquirirán habilidades informacionales por su cuenta. Sólo déjelos en una
buena biblioteca. Ellos lo resolverán. ¿Qué es tan difícil respecto de aprender a
investigar?” Yo escucho comentarios de este tipo todo el tiempo y me espanto. La
“alfabetización informacional por ósmosis” es un argumento que ha sido desenmascarado
por montones de investigaciones que han mostrado que aún los estudiantes universitarios
no aprenden cómo manejar información por su cuenta. Se les debe enseñar (véase
Gallacher, 2007). ¿Pero es esto posible aún? Un enfoque corriente es la orientación de la
biblioteca o, como lo denominan los bibliotecarios, “de una sola dosis”. Este enfoque
dedica una o dos horas a que los estudiantes se familiaricen con las cuestiones básicas de
cómo usar una biblioteca (incluyendo unas pocas bases de datos y tal vez alguna
advertencia sobre Internet). Estas “dosis” generalmente fracasan y no producen mucho
aprendizaje real, no sólo porque son breves sino también porque son remediales. Separan
la tarea de aprendizaje del currículo, inyectan la tarea de aprendizaje a los alumnos y
después llevan a los alumnos de vuelta al curriculum, suponiendo que están inoculados
contra el analfabetismo informacional. Un enfoque más viable es dar a la alfabetización
informacional el rol fundacional en nuestra enseñanza. Esto requiere que nosotros
reorientemos el modo en que enseñamos. La mayoría de los educadores están bien al
tanto del enfoque de aprendizaje constructivista, activo y centrado en el alumno que
propone que los alumnos descubran las cosas por sí mismos y atribuyan significado
personal a la asignatura y por tanto ellos aprenden más profundamente y adquieren una
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base de conocimientos más permanente. La enseñanza de la alfabetización informacional
tiene un hogar natural en el aprendizaje activo.
Combinando alfabetización informacional e Historia
Consideremos a un estudiante promedio de un curso de escuela secundaria que cubre la
historia del mundo moderno. Usted llegó a los primeros años del siglo XX y decide que sus
estudiantes trabajen en grupos para explorar las causas de la Primera Guerra Mundial. Así
se vería el proceso si, en lugar de dejar solos a los estudiantes, usted integra la
alfabetización informacional en la enseñanza.
Ayude a los alumnos a definir el problema
Pida a sus estudiantes que realicen una investigación inicial y después identifica una
pregunta esencial para responder. En este caso la pregunta podría ser: De todas las
causas posibles de la Primera Guerra Mundial, ¿cuál fue la más significativa? ¿Fue el
asesinato del Archiduque realmente tan importante como para causar la guerra mundial
como mucha gente cree? O ¿Cómo podría haberse evitado la Primera Guerra Mundial?
Enfatice que este proyecto requiere que los alumnos no sólo resuman información sino
que la analicen: para separar eventos y posibles causas con el propósito de determinar el
más significativo. Los estudiantes deberían pensar en la información como una
herramienta para resolver un problema más que como la meta de la investigación. No es
suficiente encontrar un par de artículos de enciclopedia sobre las causas de la Primera
Guerra Mundial y resumir o sintetizar la información sin agregar ninguna reflexión propia
real.
Logre que sus alumnos se familiaricen con las fuentes de información
disponibles
La mayoría de los estudiantes querrán recurrir primero a Google o Wikipedia. Si esto
sucede ellos necesitarán comprender que ellos podrían encontrar material inadecuado o
tendencioso. Ellos deberían considera alternativas, incluyendo el catálogo de la biblioteca,
bases de datos de revistas y sitios web académicamente creíbles. Al usar el catálogo de la
biblioteca (idealmente en forma digital), ellos deberían buscar libros que aborden la
Primera Guerra Mundial, cualquiera de los cuales probablemente cubra las causas de la
guerra. El catálogo de la biblioteca puede también conducirlos a fuentes de referencia, por
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ejemplo: un diccionario de la historia mundial moderna, donde ellos pueden encontrar
material conciso sobre el tópico. Las bases de artículos amplias como EBSCO Academic
Search, Gale Info-Trac, o The Directory of Open Access Journals (www.doaj.org) permiten
que los estudiantes capturen artículos de revistas creíbles, muchos de los cuales están
disponibles en texto electrónico completo dentro de la base de datos. Cuando los
estudiantes están acostumbrados a consultar sólo sitios web, es valioso enfatizar que un
artículo de revista revisado por pares puede ser útil para confirmar la verdad de lo que
dice el sitio web. Para llegar a sitios web creíbles pida a sus estudiantes que vayan a
Wikipedia (“Orígenes de la Primera Guerra Mundial”) y se desplacen hacia el final del
artículo, donde ellos encontrarán una bibliografía y algunos enlaces a sitios web
(incluyendo un fascinante juego de simulación sobre las causas de la primera guerra
www.activehistory.co.uk/WW1_CAUSES/index.htm). La sección de referencias de un
artículo de Wikipedia es a menudo una buena fuente para descubrir los recursos de tipo
más académico, muchos de los cuales han sido publicados por métodos tradicionales o
métodos de revisión de pares.
Enseñe a sus alumnos a usar esos recursos
La mayoría de los estudiantes carecen de pericia aún con Google, sin hablar de bases de
datos más sofisticadas. Enseñe a los alumnos cómo usar esas herramientas para su
beneficio (véase Badke, 2008), mostrándoles el valor de asegurarse de que sus resultados
de sitios web incluyen fuentes que han sido revisadas por pares. Para las búsquedas en
Google, sugiera a los alumnos que prueben las herramientas de búsqueda avanzada como
búsqueda por frases, búsqueda con sinónimos o que busquen sólo dentro de títulos de
sitios web para obtener resultados más precisos. Si su biblioteca carece de bases de datos
de revista, insista que los estudiantes obtengan sus tarjetas de préstamo en la biblioteca
pública local, la que generalmente tiene acceso a una base de datos o dos. Enséñele la
lógica booleana con búsqueda por palabras claves para que ellos puedan realizar
búsquedas que los lleven exactamente a la información que necesitan. Por ejemplo: en la
base de datos de una revista ellos pueden usar la siguiente búsqueda (Primera Guerra
Mundial o I Guerra Mundial) y (causa u origen). En el catálogo de la biblioteca pida a los
alumnos que comiencen con una búsqueda por palabra clave para libros (Guerra Mundial
I, Primera Guerra Mundial, etc.). Seguidamente, pídales que abran el enlace del título de
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uno de los libros relevantes que aparece en los resultados para conseguir una descripción
completa. Allí ellos encontrarán un nuevo enlace a un título temático (Guerra Mundial,
1914-1918). Al hacer clic en ese enlace tendrán acceso a más libros sobre el mismo
tópico, sin importar de cuál sea la terminología específica que se use en el título del libro.
Todos los catálogos de las bibliotecas tienen búsquedas por títulos de materias, y
cualquier base de datos de revistas tiene una opción de “búsqueda acotada por materia”.
Enseñe a sus alumnos cómo evaluar los recursos
Los estudiantes necesitan aprender a preguntarse a sí mismos sobre sus fuentes: ¿Quién
escribió esto? ¿Qué calificaciones tienen? ¿Qué tendencias tienen? ¿Cuál es el nivel de
escritura? ¿Tiene notas o referencias? ¿El lenguaje se mantiene en un nivel básico o
avanzado?, etc.
Una guía útil para evaluar recursos es la lista de cotejo que figura más abajo (Harris,
2007). Por ejemplo, suponga que yo he encontrado un sitio web sobre los orígenes de la
Primera Guerra Mundial www.firstworldwar.com Para evaluarlo usando la lista de cotejo,
yo primero reviso la credibilidad. ¿Qué es www.firstworldwar.com y quién está detrás de
esto? Yo encuentro un nombre linkeado, Michael Duffy, al final de la página y cliqueo
sobre él. Esto me lleva a la página “Sobre este sitio web” donde encuentro una
recomendación que dice que el material no sea usado para investigación académica
porque no ha sido revisado por pares. El Sr. Duffy no provee sus calificaciones. Entonces
miro precisión. Aunque no ha sido actualizado desde 2006, el sitio parece tener
información fáctica. Sobre razonabilidad, el sitio es desinteresado, no propenso a hablar
de conspiraciones y no toma partida por una parte sobre los temas. Finalmente,
respaldos. Aunque la mayoría de los artículos en el sitio carecen de notas al pie y
bibliografía, hay una vasta colección de fuentes primarias, documentos reales, posters,
etc. sobre la época de la Primera Guerra Mundial. Los artículos tienen bibliografías. ¿Mi
veredicto? Aunque no es revisado por pares, el sitio parece ser una fuente razonablemente
confiable de información, especialmente por el material de fuentes primarias. Por lo tanto
es usable con cuidado y discreción, pero no para trabajo académico de alto nivel.
Resumen de la lista de cotejo para investigar evaluación de fuentes
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Credibilidad Fuente confiable, credenciales del autor,
evidencia de control de calidad, autoridad
conocida o respetada, apoyo organizacional.
Objetivo: una fuente con autoridad, una fuente
que brinde alguna buena evidencia que permita
que usted confíe en ella.
Precisión Actualizada, fáctica, detallada, exacta,
comprensiva, la audiencia y el propósito reflejan
intenciones de completitud y precisión.
Objetivo: una fuente que es correcta hoy (no
ayer), una fuente que brinda la verdad
completa.
Razonabilidad Razonable, equilibrada, objetiva, razonada, no
hay conflicto de intereses, ausencia de falacias
o tono sesgado.
Objetivo: una fuente que aborda el tema
seriamente y razonablemente, preocupado con
la verdad.
Respaldos Lista de fuentes, información de contacto,
corroboración disponible, afirmaciones
sustentadas, documentación suministrada.
Objetivo. Una fuente que provee evidencia
convincente para las afirmaciones que realiza,
una fuente que uno puede triangular (encontrar
al menos otras dos fuentes que lo apoyen).
Fuente: From“Evaluating Internet research sources,” by Robert Harris, 2007, Virtual Salt.
Disponible en:
www.virtualsalt.com/evalu8it.htm
Copyright 2007 por Robert Harris. Utilizada con permiso.
Guíe a sus alumnos para que usen la información en forma efectiva
Adicionalmente a localizar, reunir y evaluar información, los estudiantes necesitan
aprender cómo adherirse a su objetivo, capturar las cosas buenas de lo que están leyendo
y eliminar lo que no es útil, y estructurar su producto, sea un informe o artículo de
investigación. Perderse del objetivo es un problema corriente. Muchos proyectos sobre los
orígenes de la Primera Guerra Mundial dedicarán la mayor parte de su espacio a describir
eventos y fracasarán en dejar lugar para el análisis de las tensiones que están por detrás
de esos eventos, que es el objetivo. Los estudiantes a menudo incluyen detalles extraños
que no contribuyen al tema principal. Al tomar notas sobre la información que encuentran
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en varias fuentes, los estudiantes pueden necesitar aprender cómo identificar las ideas
principales y separarlas de aquellas con detalles innecesarios. Ahora, el trabajo del grupo
puede ser usado para un buen efecto si cada miembro presenta una porción del material
reunido a los demás y ellos deciden juntos cómo todo se ajusta. Analizar los datos a la luz
de la pregunta clave u objetivo en el que están trabajando ayudará a los estudiantes a
darse cuenta cómo realizar un esquema de sus productos finales. Los estudiantes
necesitarán desarrollar un esquema antes de escribir o crear sus productos. Por ejemplo:
¿Fue el asesinato del Archiduque realmente una causa importante de la Primera Guerra
Mundial como piensa mucha gente?
I. Introducción- Breve explicación de los eventos previos a la I Guerra Mundial.
II. El argumento que el asesinato del archiduque fue la causa principal.
III. Evaluación del argumento.
IV. Conclusión
El esquema resultante se transforma en un plan para guiar la producción del informe final,
usando la información reunida como una herramienta para lograr el objetivo de la
investigación.
Enseñe sobre uso ético de los recursos
El plagio es un problema cada vez más difícil para los educadores y para los estudiantes.
Si puedo fácilmente extraer información de varios sitios web con un simple corte y pegue,
mezclándolo en un informe final en el cual pocas palabras realmente vinieron de mí, ¿por
qué no debería hacerlo? Los sitios web son gratuitos, por lo tanto están disponibles para
que yo los use, ¿verdad? Para contrarrestar este tipo de ideas es importante que
enseñemos a los estudiantes directamente qué es plagio, por ejemplo, con una
herramienta como el tutorial: “Plagio, ¿eh?” www.acts.twu.ca/lbr/Plagiarism_Short.swf .
Nosotros necesitamos transmitir a los estudiantes lo siguiente:
-El fácil acceso a algo no significa que yo pueda reivindicarlo como propio. Si yo dejo la
impresión de que las palabras de alguien son mías, estoy diciendo una mentira y robando
información. También estoy diciéndole al mundo que las palabras e ideas que salieron de
nuestros cerebros no nos pertenecen. Si esto es verdad, entonces cualquiera puede robar
mis palabras e ideas, exactamente como yo he robado las suyas.
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-Cuando yo robo información producida por alguien, yo separo el autor de lo que él o ella
ha escrito. La autoridad para escribir algo proviene de su autor. Si yo hago pasar el escrito
de un experto como propio, entonces yo lo disminuyo, porque no puedo revelar quién es
el auténtico autor. En el proceso, esa pieza de escritura pierde la mayor parte de su
poder.
-La buena investigación es una discusión: “Jones ha argumentado que…. pero Smith está
en desacuerdo con lo qué dice… Ambos, Jones y Smith han omitido el punto, sin embargo,
porque…” Si yo interactúo con los escritos de otros autores en vez de hacer pasar esos
escritos como propios, tengo muchas oportunidades para mostrar que estoy en sintonía
con las mejores ideas sobre el tópico.
-El plagio se detecta bastante fácilmente actualmente (por ejemplo: a través de una
búsqueda en Google, por lo tanto existe una gran posibilidad de ser atrapado.
Los fundamentos de todo
Una manera para crear estudiantes alfabetizados informacionalmente es convertir el
estudio de la información en la base de toda la asignatura que enseñamos. En vez de
simplemente contarles a los alumnos los hechos, necesitamos lograr que ellos naveguen
en el mar de información que los rodea. Esto significa formular constantemente preguntas
como: ¿Qué información necesitas para abordar esa pregunta? ¿Cuál es la mejor manera
de encontrar esa información? ¿Cómo evaluarás lo que hayas encontrado? ¿Cómo puedes
aprovechar esa información para dar la mejor respuesta a tu pregunta? Cuando el primer
paso de los estudiantes en la tarea de aprender sea pensar sobre la información, su
habilidad para obtener y usar recursos disponibles crecerá. El resultado será estudiantes
alfabetizados que sean capaces de manejar las demandas de nuestra era basada en la
información.
Referencias
Badke, W. (2008). Research strategies: Finding your way through the information fog (3rd
ed.).
Bloomington, IN: iUniverse.
Gallacher, I. (2007). Who are those guys: The results of a survey studying the information literacy of
incoming law students. California Western Law Review, 44, 1–47.
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Available:
http://works.bepress.com/cgi/viewcontent.cgi?article=1000&context=ian_gallacher
Giles, J. (2005, December 15). Special report: Internet encyclopaedias go head to head. Nature, 438,
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Harris, R. (2007). Evaluating Internet research sources. Virtual Salt. Available:
www.virtualsalt.com/evalu8it.htm
Mittermeyer, D., y Quirion, D. (2003). Information literacy: Study of incoming firstyear
undergraduates in Quebec. Montreal: Conférence des Recteurs et des Principaux
des Universités du Québec. Available: www.crepuq.qc.ca/documents/bibl/formation/studies_Ang.pdf
University College London CIBER Group.
(2008). Information behaviour of the researcher of the future (CIBER Briefing Paper 9). London: Author.
Available:
www.jisc.ac.uk/media/documents /programmes/reppres/gg_final_keynote_11012008.pdf
Wang, Y. M. E., y Artero, M. E. (2005). Caught in the Web: University student use of Web resources.
Educational Media International, 42(1), 71–82.
William Badke es Associate Librarian, Trinity Western University, Langley,
British Columbia, y es el autor de Research Strategies: Finding Your Way Through the Information Fog, 3rd ed.
(iUniverse, 2008); badke@twu.edu
i
Para acceder a definiciones detalladas y estándares sobre alfabetización informacional véase Standards for
the 21st Century Learner (American Association of School Librarians, 2007;
www.ala.org/ala/aasl/aaslproftools/learningstandards/AASL_Learning_Standards_2007.pdf ) y Information
Literacy Competency Standards for Higher Education (Association of College and Research Libraries, 2000;
www.ala.org/ala/mgrps/divs/acrl/standards/informationliteracycompetency.cfm ).