2. Comunión en la Mano
«Existe la falsa idea de que la comunión en la mano
es una falta de respeto a la eucaristía, algo así como
una irreverencia. Lo cual es absolutamente falso»
José Manuel Bernal, doctor en teología litúrgica.
3. Introducción
El documento admite que
éste era el modo normal
utilizado en la antigüe-
dad, pero no da una
explicación de los mo-
tivos que han llevado a la
praxis de poner la hostia
sobre la lengua de los
fieles.
El 29 de mayo de 1969,
con la Instrucción Memo-
riale Domini sobre el mo-
do de distribuir la Comu-
nión, la Congregación
para el Culto Divino dio a
las Conferencias Episco-
pales la posibilidad de
introducir la praxis de la
Comunión en la mano,
previa autorización.
4. Introducción
Evita el peligro de
profanar las especies
eucarísticas; y permite
observar con exactitud la
recomendación siempre
hecha por la Iglesia con
respecto a los fragmentos
de pan consagrado.
Pone en evidencia de este
modo, considerado
"ahora tradicional", el
asegurar una distribución
respetuosa, conveniente
y digna de la comunión;
5. Introducción
Evaluada la respuesta a la
consulta, Pablo VI decidió
que la práctica tradicional
de la comunión sobre la
lengua debía ser
conservada pero
manifestó que se podía
conceder el permiso de la
comunión en la mano a
aquellas Conferencias
Episcopales que hicieran
el pedido.
Por autoridad del papa
Pablo VI se había hecho
una consulta entre los
obispos de la Iglesia latina
de todo el mundo acerca
de la oportunidad de
introducir la praxis de la
comunión en la mano
junto al modo tradicional.
6. Jesús se reunió con sus
discípulos para celebrar la
Pascua Judía. Pero hubo
un cambiosustancial de la
Pascua Judía.
Los judíos comían el
cordero pascual. Ahora el
cordero pascual es Cristo
Mismo.
El pan y el vino de la cena lo convierte Jesús en su propio
Cuerpoy Sangre.
La liberación de Egipto, que celebraban los judíos, en su
pascua, es ahora la liberación de la esclavitud del pecado.
“Tomad y comed, esto es mi
cuerpo… tomad y bebed, esta es
mi sangre…”.
I. Origen en la pascua judía
7. I. Origen en la pascua judía-Tomad
La Noche del Seder
Pascual judío está
dividida en quince pasos:
7. Motzí – Se recita la
bendición. Cuando
decimos “Hamotzí”,
sostenemos la matzá con
los diez dedos, para
recordar que si bien esta
comida es producto de
las manos humanas, no
deja de ser un regalo más
del Creador que
mantiene toda vida.
Al celebrar la última Cena
con sus Apóstoles en el
transcurso del banquete
pascual, Jesús dio su
sentido definitivo a la
pascua judía (CEC 1340).
8. La Noche del Seder
Pascual judío está
dividida en quince pasos:
8. Matzá (pan ázimo) – La
matzá se come en
posición reclinada,
indicando la realeza y el
esplendor de la noche en
la cual pasamos de la
esclavitud a la libertad.
Textos tomados del
Haggadah del Pesaj
Al celebrar la última Cena
con sus Apóstoles en el
transcurso del banquete
pascual, Jesús dio su
sentido definitivo a la
pascua judía (CEC 1340).
I. Origen en la pascua judía-Comed
9. I. Origen en la pascua judía
Para completar el cuadro
se añaden unos fragmen-
tos de la tradición de Juan
que podrían ser un inten-
to de reflejar las palabras
de Jesús durante la última
cena:
e) Jn 6,51: «Yo soy el pan
vivo bajado del cielo; el
que coma de este pan
vivirá para siempre.
Y el pan que yo voy a dar
es mi carne, para que el
mundo viva».
Las palabras sobre el pan
se han transmitido de la
siguiente manera:
a) 1 Cor 11,24: «Esto es
mi cuerpo, que [es] por
vosotros».
b) Mc 14,22: «Tomad,
esto es mi cuerpo».
c) Mt 26,26 «Tomad,
comed; esto es mi
cuerpo».
d) Lc 22,19: «Esto es mi
cuerpo, que se entrega
por vosotros».
10. I. Origen en la pascua judía
- el padre, o cabeza de
familia, sentado, toma el
pan y dice la bendición;
- a continuación, parte el
pan con las manos, sin
utilizar cuchillo;
- por fin, distribuye los
trozos de pan a los
comensales.
De este modo quedaba
constituida la comunidad
de mesa.
11. I. Origen en la pascua judía
El mismo Pablo explica el
significado de esta acción
de partir el pan, en su
célebre texto de la carta a
los Corintios:
«El pan que partimos,
¿no nos hace entrar en
comunión con el cuerpo
de Cristo?
Pues si el pan es uno solo
y todos participamos de
ese único pan, todos
formamos un solo
cuerpo» (1 Cor 10,16-17).
14. I. Origen en la pascua judía
En la Última Cena, con
sus amigos, (Jesús)
comparte el pan y
distribuye el cáliz "para
nosotros". El Hijo de Dios
se ofrece a nosotros,
ofrece en nuestras manos
su Cuerpo y su Sangre
para estar siempre con
nosotros, para habitar
entre nosotros (Papa
Francisco, Audiencia
General, 27 Mar 2013).
15. En los primeros siglos de
la Iglesia era éste el modo
común y normal de
comulgar, praxis
observada en todas las
Iglesias durante el primer
milenio: en las Iglesias
occidentales ha
permanecido por lo
menos hasta el siglo IX,
mientras que en el
Oriente, hasta nuestros
días.
1. La Tradición de la
Iglesia.
La comunión en la mano
no es una innovación. Si
bien la Iglesia Occidental
ha practicado durante
siglos solo la comunión
en la boca, la forma más
antigua de recibir la
comunión es la de poner
la hostia consagrada
sobre la mano de los
fieles.
II. HISTORIA Y FUNDAMENTACIÓN
16. "Cuando te acerques, no
lo hagas con las manos
extendidas, o los dedos
separados, sino haz con
tu izquierda un trono
para la derecha, que ha
de recibir al Rey, y luego
con la palma de la mano
forma un recipiente,
recibe el cuerpo del
Señor y di "Amén".
Son muchos los textos
que atestiguan esta
antigua praxis. Entre los
más significativos se
puede citar el de las
"Catequesis mistagógicas"
de San Cirilo, obispo de
Jerusalén (313-386), que
describe la comunión de
los adultos bautizados en
la noche de Pascua,
quienes participan por
primera vez en la
Eucaristía:
II. HISTORIA Y FUNDAMENTACIÓN
17. San Agustín habla de una
reverencia consistente
también en una inclina-
ción (Cf. Enarrt. in Ps.
125, 9), y se comulgaba
de pie, ya que esta era la
postura de cristiana
dignidad ante Dios.
II. HISTORIA Y FUNDAMENTACIÓN
18. II. HISTORIA Y FUNDAMENTACIÓN
En relación a esta forma ritual nació
el uso de lavarse las manos antes de
participar en la Eucaristía. Esto se
hacía en casa, o en las fuentes a la
entrada de las iglesias. Las manos
limpias de pecados. Y, como escribió
en el siglo IV Juan Crisóstomo, "no
tiene sentido purificar con cuidado
las manos que pueden tocar al
Señor, dejando manchada el alma
que recibirá totalmente el Cuerpo
del Señor. El que comulga debe
tener las manos lavadas y el corazón
purificado" (Cf . Homilía 3, 4in Ef)
19. Para los laicos la
prohibición de tocar la
hostia con la mano se
difundió cada vez más.
Hacia el año 1000, la
práctica de la comunión
en la boca ya se había
generalizado bastante en
Occidente, trayendo
consigo la costumbre de
adoptar hostias como
obleas en la misa y en la
comunión de los fieles.
El uso de la comunión en
la mano cambia en el
siglo IX. Con este siglo
desaparecen en Oriente y
Occidente los testimonios
de la distribución de la
Eucaristía en la mano de
los laicos. El Sínodo de
Rouen (878) estableció
que la Eucaristía debía ser
dada a los laicos no en la
mano sino en la boca
(Canon 2, Mansi 10, 1199
ss).
II. HISTORIA Y FUNDAMENTACIÓN
20. En lo que respecta a la
comunión en la mano, se
fue difundiendo la
opinión de que sólo las
manos consagradas del
sacerdote podían tocar el
cuerpo del Señor.
Algunos peritos de la
historia de la liturgia
sostienen que el paso de
la comunión en la mano a
aquella en la boca no fue
causado por un respeto
hacia la Eucaristía.
2. Razones teológico-
pastorales del cambio de
praxis de la mano a la
boca
(1º) Se han perdido de
vista los gestos propios de
la pascua judía, que Jesús
utilizó en la institución de
la Eucaristía.
(2º) Al entrar la edad
Media, la liturgia fue
pasando a ser asunto del
clero.
II. HISTORIA Y FUNDAMENTACIÓN
21. Hasta la misma
arquitectura dividió el
espacio arquitectónico en
dos espacios delimitados
por balaustradas,
escalinatas y rejas entre
presbiterio y nave.
En realidad, lo que suce-
dió fue que a los laicos les
fue asignado un puesto
menos activo del que
tenían en los primeros
siglos de la Iglesia. Solo
las acciones del sacerdote
eran consideradas impor-
tantes. Se dio una separa-
ción entre sacerdote y
pueblo en la celebración
litúrgica.
II. HISTORIA Y FUNDAMENTACIÓN
22. De comulgar de pie, se
pasó a comulgar de
rodillas en el siglo XI,
actitud que debía ser
signo de respeto. En el
siglo XIII aumentan más
los documentos que
hablan de la balaustrada
o comulgatorio, que en el
siglo XVI era cubierto con
el lienzo, antes sostenido
por dos acólitos ante el
comulgante, con el fin de
impedir que las partículas
cayesen al suelo.
II. HISTORIA Y FUNDAMENTACIÓN
23. 2. Razones teológico-
pastorales para restaurar
la antigua praxis de la
comunión en la mano.
a) La enseñanza conciliar
sobre el sacerdocio co-
mún de los fieles por el
bautismo, fundamento
por el que la Iglesia hoy
sostiene la dignidad de
todos los bautizados. En
consecuencia, es adecua-
do que el laico pueda
tocar la Eucaristía con sus
manos.
II. HISTORIA Y FUNDAMENTACIÓN
b) La verdad del signo en
la liturgia, por la que obe-
dece mejor al mandato
del Señor: «Tomad y co-
med, esto es mi Cuerpo»
y «Haced esto en conme-
moración mía».
c) Signo de adultez cristia-
na: el cristiano recibe el
don de Dios (alimento)
con las manos y él mismo
se lo lleva a la boca.
24. Podemos preguntarnos
cuál de los dos modos de
comulgar sea el mejor o
preferible. La historia de
la liturgia nos enseña que
no se puede afirmar a
priori que un modo sea
mejor que otro. No se
trata tanto de ver cual es
el modo mejor. El proble-
ma está en el respeto
personal a la Eucaristía,
que cada una de estas
formas de comulgar
pueda llegar a expresar.
III. Qué es mejor
El punto de partida para
reflexionar sobre el modo
de comulgar debe ser la
fe. Se trata de recibir el
Cuerpo de Cristo. Y esto
está en la base de la
licitud de ambas formas.
25. En el siglo XVII época en
que solo se celebraba la
Misa Tridentina y era
obligatoria la Comunión
en la boca y de rodillas, el
Papa muchas veces
comulgaba sentado.
El Dr. Amado Pouget,
liturgista muy reconocido
de la época, explicó para
justificar el tomar la
comunión sentado:
III. Qué es mejor
"Este es un uso
antiquísimo, y expresa
IMITACIÓN DE LO QUE
HIZO JESUCRISTO QUE
INSTITUYÓ LA SAGRADA
EUCARISTÍA SENTADO EN
LA MESA CON SUS
APÓSTOLES."
Y agregaba el Dr. Pouget:
"PUEDE ADORARSE A
JESUCRISTO o SENTADO,
o DE RODILLAS, o EN PIE.
LA SITUACIÓN DEL
CUERPO NO ES ESENCIAL
A LA ADORACIÓN."
26. IV. CARTA «DOMINICAE CENAE»
DEL PAPA SAN JUAN PABLO II
Sin embargo, llegan voces
sobre casos de faltas de-
plorables de respeto a las
Especies eucarísticas, fal-
tas que gravan no sólo
sobre las personas culpa-
bles de tal comporta-
miento, sino también
sobre los Pastores de la
Iglesia, que hayan sido
menos vigilantes sobre el
comportamiento de los
fieles hacia la Eucaristía.
27. IV. CARTA «DOMINICAE CENAE»
DEL PAPA SAN JUAN PABLO II
Conviene sin embargo no
olvidar el deber
primordial de los
sacerdotes, que han sido
consagrados en su
ordenación para
representar a Cristo
Sacerdote: por eso sus
manos, como su palabra y
su voluntad, se han hecho
instrumento directo de
Cristo.
28. IV. CARTA «DOMINICAE CENAE»
DEL PAPA SAN JUAN PABLO II
Los diáconos pueden
solamente llevar al altar
las ofrendas de los fieles
y, una vez consagradas
por el sacerdote, distri-
buirlas. El tocar las sagra-
das Especies, su distribu-
ción con las propias ma-
nos es un privilegio de los
ordenados, que indica
una participación activa
en el ministerio de la
Eucaristía.
29. IV. CARTA «DOMINICAE CENAE»
DEL PAPA SAN JUAN PABLO II
Vaticano, 24 de febrero,
domingo I de Cuaresma,
del año 1980, segundo de
mi Pontificado
30. V. REVELACIONES PRIVADAS
Sin embargo, aunque
la Revelación esté aca-
bada, no está comple-
tamente explicitada;
corresponderá a la fe
cristiana comprender
gradualmente todo su
contenido en el trans-
curso de los siglos.
Han surgido múltiples voces afirmando
que la Virgen María o Jesús en persona
en una visión o aparición prohíbe la
comunión en la mano. Veamos que
dice el Catecismo de la Iglesia Católica
al respecto
31. V. REVELACIONES PRIVADAS
GUIADO POR EL MAGIS-
TERIO DE LA IGLESIA, el
sentir de los fieles (sensus
fidelium) sabe discernir y
acoger lo que en estas
revelaciones constituye
una llamada auténtica de
Cristo o de sus santos a la
Iglesia. La fe cristiana no
puede aceptar "revela-
ciones" que pretenden
superar o corregir la
Revelación de la que
Cristo es la plenitud.
32. V. REVELACIONES PRIVADAS
O sea que la clave para
saber si son auténticas
revelaciones de Cristo es
que no van en contra del
magisterio de la iglesia.
ROMA LOCUTA
CAUSA FINITA