2. El 7 de abril dijo:
“la hermosa promesa del Señor”,
“Hoy los invito a pensar por un momento en silencio:
¿Dónde está mi necrosis? ¿Dónde está la parte
muerta de mi alma? ¿Dónde está mi tumba?
3. Pensemos un minuto todos en silencio.
Pensemos: ¿cuál es la parte del corazón que
se puede corromper, por estar unida a algún
pecado o pecados?
Hay que quitar la piedra de la vergüenza y
dejar que el Señor nos diga, como le dijo a
Lázaro,
„Sal fuera‟”.
4. “Para que toda nuestra alma se cure,
resucite por el amor de Jesús, por la fuerza de
Jesús. Él nos puede perdonar.
¡Todos lo necesitamos! ¡Todos somos
pecadores, pero debemos tener cuidado de no
convertirnos en corruptos! Somos pecadores,
pero Él nos perdona.
5. Oigamos la voz de Jesús, que con el poder de
Dios, nos dice:
„¡Sal fuera! Sal de esa tumba que tienes dentro.
Sal, Yo te doy la vida, yo te hago feliz,
yo te bendigo, te quiero para mí”.
6. El 7 de abril en su homilía basada en el episodio
en que los fariseos y los escribas llevan a Jesús
a una mujer sorprendida en adulterio dijo:
La misericordia divina es una gran luz de amor
y de ternura, es la caricia de Dios sobre las
heridas de nuestros pecados.
7. “El matrimonio es el símbolo y también una
realidad humana de la relación de Dios con su
pueblo.
Y cuando se arruina el matrimonio con un
adulterio, se ensucia esta relación de Dios con el
pueblo”.
8. Pero los escribas y los
fariseos plantean esta
pregunta para tener un
motivo para acusarlo: “Si
Jesús hubiera dicho:
„Sí, sí, adelante con la
lapidación‟,
habrían dicho a la gente:
„Pero éste es su maestro tan
bueno… ¡Miren qué cosa ha
hecho con esta pobre
mujer!‟. Y si Jesús hubiera
dicho:
„¡No, pobrecita!
¡Perdónenla!‟, habrían
dicho:
„¡No cumple la ley!‟…
9. A ellos no les importaba la mujer; no les
importaban los adúlteros, quizá alguno de ellos
era adúltero…
¡No les importaba! ¡Sólo les importaba tender
una trampa a Jesús!”.
De ahí la respuesta del Señor:
“¡Quien de ustedes esté sin pecado,
arroje la primera piedra contra ella!”.
10. El Evangelio, con “cierta ironía”, dice que los
acusadores “se fueron, uno a uno, comenzando
por los más ancianos.
Se ve que éstos en el banco del cielo tenían una
buena cuenta corriente contra ellos”.
11. Y Jesús permanece solo con la mujer,
como un confesor, diciéndole: “Mujer, ¿dónde
estoy?
¿Nadie te ha condenado? ¿Dónde estoy?
Estamos solos, tú y yo. Tú ante Dios, sin las
acusaciones,
sin las habladurías. ¡Tú y Dios! ¿Nadie te ha
condenado?”. La mujer responde: “¡Nadie
Señor!”, pero no dice: “¡Ha sido una falsa
acusación! ¡Yo no cometí adulterio!”, “reconoce
12. Y Jesús afirma: “¡Ni siquiera yo te condeno!
Ve, ve y de ahora en adelante no peques más,
para no pasar un feo momento como este;
para no pasar tanta vergüenza;
para no ofender a Dios, para no ensuciar la
hermosa relación entre Dios y su pueblo”.
13. “¡Jesús perdona! Pero aquí se trata de algo más
que el perdón: Jesús supera la ley y va más allá.
No le dice: „¡El adulterio no es pecado!‟. ¡No lo
dice! Pero no la condena con la ley.
Y éste es el misterio de la misericordia.
Éste es el misterio de la misericordia de Jesús”.
14. “La misericordia es
algo difícil de
comprender”.
“Pero, „Padre,
la misericordia
¿borra los pecados?‟.
„No, ¡lo que borra los
pecados es el perdón
de Dios!‟.
15. La misericordia es el modo con que Dios perdona.
Porque Jesús podía decir:
„Yo te perdono. ¡Ve!‟,
como dijo a aquel paralítico que le habían
presentado desde el techo:
„¡Te son perdonados tus pecados!‟. Aquí dice:
„¡Ve en paz!‟. Jesús va más allá.
Le aconseja que no peque más”.
16. Aquí, “se ve la actitud
misericordiosa de Jesús:
defiende al pecador de
sus enemigos; defiende
al pecador de una
condena justa. También
nosotros, cuántos de
nosotros,
quizá deberíamos ir al
infierno,
¿cuántos de nosotros?
Y esa condena es justa…
y Él perdona más allá.
¿Cómo?
¡Con esta misericordia!”.
17. “La misericordia va más allá y hace la vida de
una persona de tal modo que el pecado es
arrinconado. Es como el cielo”.
“Nosotros miramos el cielo, tantas estrellas,
tantas estrellas; pero cuando sale el sol,
por la mañana, con tanta luz, las estrellas no
se ven.
18. Y así es la misericordia
de Dios:
una gran luz de amor, de
ternura.
Dios perdona pero no con
un decreto, sino con una
caricia, acariciando
nuestras heridas del
pecado”.
19. “Porque Él está implicado en el perdón, está
implicado en nuestra salvación. Y así Jesús hace de
confesor:
no la humilla, no le dice
„¡Qué has hecho, dime! ¿Y cuándo la has hecho?
¿Y cómo lo has hecho? ¿Y con quién lo has hecho?‟.
¡No! „¡Ve, ve y de ahora en adelante no peques más!‟.
Es grande la misericordia de Dios, es grande la
misericordia de Jesús. ¡Perdonarnos,
20. El 8 de abril dijo:
“No hay cristianismo sin la cruz
y no hay cruz sin Jesucristo”.
"el cristianismo no es una
doctrina filosófica, no es un
programa de vida para
sobrevivir,
para ser educados, para hacer
las paces. Esas son las
consecuencias.
El Cristianismo es una persona,
una persona alzada en la Cruz,
una persona que se aniquiló a sí
misma para salvarnos;
se hizo pecado y así como en el
desierto fue alzado el pecado,
aquí se alzó a Dios, hecho
hombre y hecho pecado por
nosotros”.
21. “Y todos nuestros pecados estaban allí.
No se entendería el cristianismo sin entender esta
humillación profunda del Hijo de Dios,
que se humilló y se hizo siervo hasta la muerte
y muerte de cruz, para servir".
22. Inspirándose en el libro de los Números, donde Dios
le dice al pueblo judío que, en el desierto,
murmuraban contra Dios y contra Moisés.
Entonces, el Señor ordenó a Moisés que hiciera una
serpiente y la puso en un asta y quien fuera mordido
por la serpiente y la mirara permanecería vivo.
23. Pero ¿qué es la serpiente?,. "La serpiente es el
símbolo del pecado", como vemos en el libro del
Génesis cuando
"fue la serpiente que sedujo a Eva,
para proponer el pecado".
24. Y Dios envía a elevar "el
pecado como una bandera
de la victoria".
Esto "no está claro si no
entendemos lo que Jesús
nos dice en el Evangelio".
Jesús dijo a los judíos:
"Cuando hayan levantado
al Hijo del hombre,
entonces conocerán quien
soy".
En el desierto fue elevado
el pecado, "pero es un
pecado que busca la
salvación, porque se cura
allí".
25. El que es elevado, es el Hijo del hombre,
el verdadero Salvador, Jesucristo.
Jesús advierte a los fariseos diciéndoles:
"Morirán en su pecado". "No hay ninguna posibilidad
de salir por nuestra cuenta de nuestro pecado.
Estos doctores de la ley, estas personas que
enseñaban la ley, no tenían idea clara acerca de esto.
26. Creían, sí, en el perdón de Dios, pero se sentían lo
suficientemente fuertes, lo sabían todo. Y al final
hicieron de la religión de la adoración a Dios, una
cultura con valores, reflexiones, ciertos mandamientos
de conducta para ser educados, y pensaban, sí, que el
Señor podía perdonar,
lo sabían, pero estaban demasiado lejos de todo esto".
27. San Pablo "cuando habla de
lo que es la gloria dice:
„De nuestros pecados‟.
Nosotros no tenemos
mucho más que ofrecer,
esta es nuestra miseria"
Sin embargo,
"por la misericordia de
Dios, nos regocijamos en
Cristo crucificado". Y por
esto
"no hay cristianismo sin la
cruz y no hay cruz sin
Jesucristo".
28. El corazón de la salvación de Dios,
"es su Hijo, que tomó sobre sí todos nuestros
pecados, nuestra arrogancia,
nuestra seguridad, nuestra vanidad,
nuestros deseos de llegar a ser como Dios".
Por esto " un cristiano que no se gloría en
Cristo crucificado no entiende lo que significa
ser cristiano".
29. Nuestras heridas, "las que dejó el pecado en
nosotros, sólo se curan con las heridas de Dios
hecho hombre, humillado, aniquilado". "Este es el
misterio de la cruz". "No es un adorno, que siempre
hay que poner en las iglesias, allí en el altar. No es
un símbolo que nos distingue de los demás.
La cruz es el misterio, el misterio del amor de Dios,
que se humilla, se hace "nada", se hace pecado.
30. “¿Donde está tu pecado? 'Pero yo no lo sé,
no tengo tantos aquí'.
No, tu pecado está allí, en la cruz.
Ve a buscar allí, en las heridas del Señor,
y tu pecado será sanado, tus heridas sanarán,
tus pecados te serán perdonados.
31. El perdón que Dios da no es cancelar una cuenta que
tenemos con El: el perdón que Dios nos da son las
heridas de su Hijo en la cruz, alzado en la cruz.
Que Él nos atrae hacia Él y que nos vamos a sanar".
32. El 10 de abril dijo: a partir de la actitud de los fariseos
que no comprendían el mensaje de Jesús. Con este
esquema del pensamiento único, “no hay posibilidad
de diálogo,
no hay posibilidad de abrirse a las novedades que
Dios trae con los profetas. Esta gente ha matado a los
profetas; cierran la puerta a la promesa de Dios”.
33. “Y cuando en la historia de
la humanidad se produce
este fenómeno del
pensamiento único, cuántas
desgracias.
En el siglo pasado hemos
visto todos nosotros las
dictaduras del pensamiento
único,
que terminó por matar a
tanta gente, pero en el
momento en el que ellos se
sentían patrones no se
podía pensar de otra
manera. Se piensa así”.
34. “hoy se debe pensar así
y si tú no piensas así no eres
moderno, no eres abierto o
peor.
Tantas veces dicen algunos
gobernantes:
„Pero, yo pido una ayuda, una
ayuda financiera para esto‟,
„pero si tú quieres esta ayuda,
debes pensar así y debes
cumplir esta ley, y esta otra, y
esta otra...‟”.
35. “También hoy está la
dictadura del pensamiento
único
y esta dictadura es la misma
de aquella gente:
toma las piedras para lapidar
la libertad de los pueblos,
la libertad de la gente,
la libertad de las conciencias,
la relación de la gente con
Dios. Y hoy Jesús es
crucificado otra vez”.
36. los fariseos no comprenden a Jesús porque “su
equivocación fue la de separar los mandamientos del
corazón de Dios”. Pensaban que todo se resolvía
observando los mandamientos, pero estos no
constituyen “una fría ley”, porque nacen de una relación
de amor; y son “indicaciones” que nos ayudan a no
equivocarnos en nuestro camino para encontrar a
37. De este modo, los fariseos
cierran su corazón y su
mente
“a toda novedad”,
y no comprenden
“el camino de la
esperanza”. “Es el drama
del corazón cerrado,
el drama de la mente
cerrada”, “cuando el
corazón está cerrado, este
corazón cierra la mente, y
cuando mente y corazón
están cerrados, no hay
lugar para Dios”,
sino sólo para lo que
nosotros creemos que se
debe hacer.
38. En cambio, “los mandamientos llevan una promesa
y los profetas despiertan esta promesa”.
Quienes tienen el corazón y la mente cerrados,
no logran acoger el “mensaje de novedad” que trajo
Jesús, y que “es el que había sido prometido por la
fidelidad de Dios y por los profetas. Pero ellos no
entienden”.
39. “Es un pensamiento cerrado que no está abierto al
diálogo, a la posibilidad de que exista otra cosa, a la
posibilidad de que Dios nos hable, que nos diga cómo
es su camino,
como hizo con los profetas. Esta gente no había
escuchado a los profetas y no escuchaba a Jesús.
Es algo más que ser simplemente cabeza dura”.
40. “No, es algo más: es la idolatría del propio
pensamiento. „Yo pienso así, esto debe ser así y nada
más‟.
41. Esta gente tenía un pensamiento único y
quería imponer este pensamiento al pueblo de
Dios,
por esto Jesús les llama la atención:
„Ustedes cargan sobre las espaldas del pueblo
tantos mandamientos y ustedes no los tocan
ni con un dedo‟”.
42. Ante la dictadura del
pensamiento único,
lo que pide el Señor es
“vigilar y rezar;
no ser tontos, no
comprar cosas que no
sirven
y ser humildes y rezar,
para que el Señor nos de
siempre la libertad del
corazón abierto,
para recibir su Palabra
¡que es promesa, alegría
y alianza!
Y con esta alianza ir
adelante”.
43. El 11 de abril dijo: “La tentación del demonio tiene
tres características y nosotros debemos conocerlas
para no caer en las trampas”, la vida cristiana es una
lucha diaria contra el mal porque el diablo –que sigue
presente en el siglo XXI- “no quiere nuestra santidad”.
44. “la vida de Jesús ha sido una lucha”,
pues vino para vencer el mal,
al príncipe de este mundo que es el demonio.
Una lucha que debe afrontar todo cristiano.
45. Así como el demonio “tentó a Jesús tantas veces,
y Jesús sintió en su vida las tentaciones” y las
persecuciones, así también los hombres son tentados.
46. “También nosotros
somos objeto del ataque
del demonio, porque el
espíritu del mal no quiere
nuestra santidad, no
quiere el testimonio
cristiano,
no quiere que seamos
discípulos de Jesús”.
47. “¿Cómo hace el demonio para alejarnos del
camino de Jesús? La tentación comienza
levemente,
pero crece: siempre crece. Segundo, crece y
contagia a otro, se transmite a otro, trata de ser
comunitaria.
Y, al final, para tranquilizar el alma, se justifica.
48. En la primera tentación de
Jesús, el demonio siembra
“una seducción”, pues le
dice que se tire del Templo
y así –según el diablo-
“todos dirán: „¡He aquí el
Mesías!‟”.
Es lo mismo que hizo con
Adán y Eva. Advirtió que el
diablo “habla como si fuera
un maestro espiritual”,
pero cuando la tentación
“es rechazada”, entonces
“crece: crece y vuelve más
fuerte”.
49. Jesús “lo dice en el Evangelio de Lucas: cuando el
demonio es rechazado, gira y busca a algunos
compañeros y con esta banda, vuelve”. Por lo tanto,
“crece también implicando a otros”. Así sucedió con
Jesús, “el demonio implica” a sus enemigos. Y lo que
“parecía un hilo de agua, un pequeño hilo de agua,
tranquilo, se convierte en una marea”.
50. La tentación “crece, y contagia. Y al final, se justifica”.
“Tenemos una tentación que crece: crece y contagia a
los demás. Pensemos en una habladuría, por ejemplo:
yo siento un poco de envidia por aquella persona,
por aquella otra, y antes tengo la envidia dentro, solo,
y es necesario compartirla y va a lo de otra persona y
dice: „¿Pero tú has visto a esa persona?‟…
51. y trata de crecer y contagia a otro, a otro… Pero éste
es el mecanismo de las habladurías ¡y todos nosotros
hemos sido tentados de caer en las habladurías! Quizá
alguno de ustedes no, si es santo, ¡pero también yo
estoy tentado por las habladurías! Esta es una
tentación cotidiana.
Comienza así, suavemente, como el hilo de agua.
Crece por contagio y, al final, se justifica”.
52. Por ello, “cuando en nuestro corazón sentimos algo
que terminará por destruir” a las personas.
“Estemos atentos porque si no detenemos a tiempo
ese hilo de agua, cuando crecerá y contagiará será una
marea tal que sólo nos conducirá a justificarnos mal,
como se justificaron estas personas”. Y afirmaron:
“es mejor que muera un hombre por el pueblo”
53. “Todos somos tentados, porque la ley de la vida
espiritual, de nuestra vida cristiana, es una lucha: una
lucha. Porque el príncipe de este mundo – el diablo –
no quiere nuestra santidad, no quiere que nosotros
sigamos a Cristo.
54. Alguno de ustedes, tal vez, podría decir:
„Pero, Padre, ¡qué antiguo es usted: hablar del diablo
en el Siglo XXI!‟. Pero ¡miren que el diablo existe! El
diablo existe. ¡También en el Siglo XXI!
Y no debemos ser ingenuos, ¡eh! Debemos aprender
del Evangelio cómo se hace para luchar contra él”.
55. El 13 de abril dijo en la homilía del Domingo de
Ramos:
Hemos escuchado la Pasión del Señor. Nos hará bien
preguntarnos ¿Quién soy yo? ¿Quién soy yo ante mi
Señor? ¿Quién soy yo, delante de Jesús entrando en
Jerusalén en este día de fiesta? ¿Soy capaz de
expresar mi alegría, de alabarlo? ¿O tomo las
distancias?
56. ¿Quién soy yo, delante de Jesús que sufre?
Hemos oído muchos nombres: tantos nombres.
El grupo de líderes religiosos, algunos sacerdotes,
algunos fariseos, algunos maestros de la ley que había
decidido matarlo. Estaban esperando la oportunidad
de apresarlo ¿Soy yo como uno de ellos?
Incluso hemos oído otro nombre: Judas. 30 monedas.
57. ¿Yo soy como Judas? Hemos escuchado otros
nombres:
los discípulos que no entendían nada, que se
quedaron dormidos mientras el Señor sufría.
¿Mi vida está dormida? ¿O soy como los discípulos,
que no entendían lo que era traicionar a Jesús?
¿O como aquel otro discípulo que quería resolver todo
con la espada: soy yo como ellos?
58. Yo soy como Judas, que finge amar
y besa Maestro para entregarlo, para traicionarlo?
¿Soy yo, un traidor? ¿Soy como aquellos líderes
religiosos que tienen prisa en organizar un tribunal
y buscan falsos testigos? ¿Soy yo como ellos?
59. Y cuando hago estas cosas, si las hago,
¿creo que con esto salvo al pueblo?
¿Soy yo como Pilato que cuando veo que la situación
es difícil, me lavo las manos y no sé asumir mi
responsabilidad y dejo condenar – o condeno yo – a
las personas?
60. ¿Soy yo como aquella muchedumbre que no sabía
bien si estaba en una reunión religiosa, en un juicio o
en un circo, y elije a Barrabás?
Para ellos es lo mismo: era más divertido, para
humillar a Jesús. ¿Soy yo como los soldados que
golpean al Señor,
le escupen, lo insultan, se divierten con la humillación
del Señor? ¿Soy yo como el Cireneo que regresaba del
trabajo, fatigado, pero que tuvo la buena voluntad de
ayudar al Señor a llevar la cruz?
61. ¿Soy yo como aquellos que pasaban delante de la
Cruz
y se burlaban de Jesús?: “¡Pero... tan valeroso!
¡Que descienda de la cruz, y nosotros creeremos en
Él!”.
La burla a Jesús… ¿Soy yo como aquellas mujeres
valientes, y como la mamá de Jesús, que estaba allí, y
sufrían en silencio? ¿Soy yo como José, el discípulo
escondido, que lleva el cuerpo de Jesús con amor,
para darle sepultura?
62. Marías, que permanecen en la
puerta del Sepulcro, llorando,
rezando?
¿Soy yo como estos dirigentes
que al día siguiente fueron a los
de Pilato para decir: “Pero, mira
que éste decía que habría
resucitado; pero que no venga
otro engaño”, y frenan la vida,
bloquean el sepulcro para
defender la doctrina, para que
la vida no salga afuera?
¿Dónde está mi corazón? ¿A
cuál de éstas personas yo me
parezco?
Que esta pregunta nos
acompañe durante toda la
63. El 11 de abril dijo en un discurso:
''La vida humana es sagrada e inviolable. Todo
derecho civil se asienta en el reconocimiento del
primero y fundamental de los derechos, el derecho a la
vida, que no está subordinado a condición alguna, ni
cualitativa,
ni económica, ni tanto menos ideológica”.
64. “así como el mandamiento de 'no matar' pone un límite
claro para asegurar el valor de la vida humana,
hoy tenemos que decir 'no' a una economía de la
exclusión y la desigualdad. Esa economía mata...
65. Se considera al ser humano en sí mismo como
un bien de consumo, que se puede usar y
luego tirar.
Hemos dado inicio a la cultura del 'descarte'
que, además, se promueve.
Y así se descarta también la vida''.
66. uno de los peligros más graves de la época actual es
“el divorcio entre economía y moral, entre las
posibilidades que ofrece un mercado provisto de
cualquier novedad tecnológica y las normas éticas
elementales de la naturaleza humana, cada vez más
arrinconada”.
67. “Es necesario reiterar la
oposición más firme a
cualquier atentado directo a
la vida, especialmente
inocente e indefensa, y el
nonato en el seno materno es
el inocente por antonomasia.
Recordemos las palabras del
Concilio Vaticano II: 'La vida
desde su concepción ha de
ser salvaguardada con el
máximo cuidado; el aborto y
el infanticidio son crímenes
abominables''„.
68. todo cristiano debe dar el testimonio
evangélico de “proteger la vida con valor y
amor en todas sus fases”.
“Los animo a hacerlo siempre con la actitud de
la cercanía, de la proximidad:
¡Que cada mujer se sienta considerada como
persona, escuchada, acogida,
acompañada¡'„…
69. El 12 de abril dijo:
“Queridos amigos, comienza la Semana Santa, que
culmina en el Triduo de la Pasión, Muerte y
Resurrección de Jesús. Aquí el sufrimiento humano
fue asumido hasta el fondo y redimido por Dios. Por
Dios-Amor”.
70. “solo Cristo da sentido
al escándalo del
sufrimiento del dolor de
los inocentes.
A Él, crucificado y
resucitado, también
ustedes pueden mirar
siempre en el
cumplimiento de su
trabajo diario.
Y al pie de la Cruz de
Jesús encontramos
también la Madre de los
Dolores”.
71. “Ella es la Madre de toda la humanidad, y siempre está
cerca de sus hijos enfermos. Si nuestra fe vacila, la
suya no. María les sostenga también a ustedes y a su
compromiso … Gracias”.
72. En twitter dijo:
En el Evangelio podemos escuchar cada día a
Jesús que nos habla:
llevemos siempre con nosotros un pequeño
Evangelio.
73. ¡Cuánto bien nos hace que el Señor
sacuda nuestra vida tibia y superficial!
74. Necesitamos recuperar el espíritu
contemplativo, para que el amor de Dios
enardezca nuestros corazones.
75. Jesús nos enseña a no avergonzarnos de
tocar la miseria humana, de tocar su carne
en los hermanos que sufren.
76. Sólo la confianza en Dios puede
transformar la duda en certeza, el mal en
bien,
la noche en alba radiante.
77. Qué dulce es ponerse delante del Crucifijo,
quedarse simplemente bajo la mirada llena
de amor del Señor.
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Que Dios te llene de bendiciones.
Y que permanezcamos unidos en el amor a
Jesús.