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Cómo incrementar nuestra frecuencia vibratoria
1. Cómo incrementar nuestra frecuencia vibratoria?
Indiscutiblemente la emoción máxima que incrementa nuestra frecuencia vibratoria
es el amor. Elevar la frecuencia vibratoria también va de la mano con el despertar
y el cambio de conciencia que tanto escuchamos en estos tiempos. Esto significa
ser mejores humanos, viviendo desde el amor en todas sus versiones: gratitud,
perdón, bondad, respeto, alegría, compasión, esperanza, etc. Todo lo contrario, lo
que no procede del amor: el miedo, la culpa, el orgullo, la envidia, el rencor, el
juicio, la tristeza, la rabia, el control, la preocupación, el deseo de venganza, entre
otras cosas, no son más que prolongaciones del ego que nos ponen en un nivel de
vibración bajo, bloqueando el flujo natural de nuestra energía y obstaculizando la
comunicación angelical.
Algunos consejos adicionales para elevar tu vibración son:
Siéntete feliz. Sin importar la situación por la que estés pasando, opta por la
felicidad como tu estado de ánimo constante, convirtiéndola en un hábito. Tu
actitud positiva, además, inspira a quienes se encuentran a tu alrededor y atrae
más experiencias dichosas a tu vida.
Ora, medita. Aunque para algunos la meditación es otra forma de oración,
normalmente se define el acto de orar como una forma íntima y muy personal de
hablar con Dios, mientras que meditar se relaciona con recibir respuestas a través
de la guía interior. Orar y meditar generan y fortalecen el sentimiento de estar más
cerca de Dios, tranquilizando y aliviando tanto la mente, como el cuerpo y el
espíritu.
Trabaja el perdón. No existe nada más liberador y por consiguiente sanador, que
el perdón. Primero perdón hacia uno mismo y luego hacia los demás. Al perdonar
se recuperan el equilibrio y la paz interior. Muy sabias eran las palabras de la
Madre Teresa de Calcuta al referirse al perdón: “El perdón es una decisión, no un
sentimiento, porque cuando perdonamos no sentimos más la ofensa, no sentimos
más rencor. Perdona, que perdonando tendrás en paz tu alma y la tendrá el que te
ofendió”.
Se agradecido. Cuenta tus bendiciones a diario. La gratitud abre las puertas a
recibir más bendiciones y regalos del cielo. Además, agradecer de antemano todo
lo bueno que está por sucederte, tiene un efecto maravilloso en la manifestación
de tus deseos.
Vive en congruencia; es decir, se consistente entre lo que hablas, piensas y haces.
Alinea tus pensamientos con tus emociones y sentimientos para materializar tus
sueños.
2. Ríe más. Sonreír es una terapia instantánea, natural, efectiva, accesible a todos y
que no cuesta nada. Excelente herramienta también para mitigar situaciones de
tensión, desviar la atención del dolor y restar drama. Mantener un buen sentido
del humor, además, nos ayuda a enfrentar los retos desde una perspectiva
diferente.
Ten fe en ti mismo. Es muy cierto eso de que si no se cree en uno mismo, nadie
creerá en uno. Tú puedes lograr todo lo que te propongas.
Libera. Deja ir todo lo viejo y obsoleto que ya no sirva en tu vida. No te apegues a
nada.
Practica el no juzgar. Todos somos diferentes. Permite a los demás ser como
deseen y no descalifiques ni condenes los comportamientos que sean diferentes al
tuyo.
Renuncia a quejarte. Como cita la poeta norteamericana Maya Angelou: “Si no te
gusta algo, cámbialo. Si no puedes cambiarlo, cambia tu actitud. No te quejes.”
Vive en el presente. Acepta cada momento de tu vida tal como sucede sin
preocupaciones por lo que ya pasó o lo que viene.
Cuida tu cuerpo. Haz ejercicio, descansa y nútrete equilibradamente con alimentos
sanos.
Para terminar, mi más amorosa recomendación es la siguiente: Si deseas cambiar
la frecuencia con la que vibras, elige sentirte bien. Haz lo que esté a tu alcance
para mantener tu estado de ánimo positivo. Obviamente, como todo lo que
emprendemos, mantener tu vibración en buen nivel requiere conciencia, práctica,
constancia y compromiso.