Los once discípulos de Jesús se reunieron en Galilea, según las instrucciones de Jesús. Jesús se les apareció y les dijo que tenía todo poder en el cielo y en la tierra. Antes de ascender a los cielos, Jesús les ordenó que fueran a todo el mundo para predicar el Evangelio y bautizar a todas las naciones en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.