1. CHILE, UNA MESA PARA TODOS
A través del Diálogo construimos el Chile del Bicentenario
• DIOCESIS DE VALDIVIA - EQUIPO DIOCESANO PARA LA MISIÓN
• ESCUELA DE VERANO 2010
2. El Diálogo:
Instrumento para la Misión:
Instrumento para la Construcción del
Reino:
3. El Diálogo: Su contexto Bíblico
Dios crea al hombre para establecer
con él un diálogo permanente:
El hombre rompe el diálogo al
pecar:
Dios restablece el diálogo en
Jesucristo:
4. El Diálogo:
Definición:
DIA: A través - LOGOS: Palabra
“Comunicación a través de las palabras”
Objetivo:
Encontrar coincidencias para
construir una sociedad más justa y
solidaria
5. Lecturas:
Quiénes intervienen
en el diálogo?
Génesis 4, 1-15
Génesis 18, 1-32 Cuál es el contexto?
Éxodo 3, 1-14; 2, 1-5, Cuál es la actitud de
10-12 los que dialogan?
Juan 4, 1-19
6. Génesis 4
El hombre se unió a Eva, su mujer, y ella concibió y dio a luz a
Caín. Entonces dijo: "He procreado un varón, con la ayuda del
Señor". Más tarde dio a luz a Abel, el hermano de Caín, Abel fue
pastor de ovejas y Caín agricultor.
Al cabo de un tiempo, Caín presentó como ofrenda al Señor
algunos frutos del suelo, mientras que Abel le ofreció las
primicias y lo mejor de su rebaño. El Señor miró con agrado a
Abel y su ofrenda, pero no miró a Caín ni su ofrenda.
Caín se mostró muy resentido y agachó la cabeza. El Señor le dijo:
"¿Por qué estás resentido y tienes la cabeza baja? Si obras bien
podrás mantenerla erguida; si obras mal, el pecado está
agazapado a la puerta y te acecha, pero tú debes dominarlo".
Caín dijo a su hermano Abel: "Vamos afuera". Y cuando
estuvieron en el campo, se abalanzó sobre su hermano y lo mató.
7. Entonces el Señor preguntó a Caín: "¿Dónde está tu hermano Abel?".
"No lo sé", respondió Caín. "¿Acaso yo soy el guardián de mi
hermano?".
Pero el Señor le replicó: "¿Qué has hecho? ¡Escucha! La sangre de tu
hermano grita hacia mí desde el suelo. Por eso maldito seas lejos del
suelo que abrió sus fauces para recibir la sangre de tu hermano
derramada por ti. Cuando lo cultives, no te dará más su fruto, y
andarás por la tierra errante y vagabundo".
Caín respondió al Señor: "Mi castigo es demasiado grande para poder
sobrellevarlo. Hoy me arrojas lejos del suelo fértil; yo tendré que
ocultarme de tu presencia y andar por la tierra errante y vagabundo,
y el primero que me salga al paso me matará".
"Si es así, le dijo el Señor, el que mate a Caín deberá pagarlo siete
veces". Y el Señor puso una marca a Caín, para que al encontrarse con
él, nadie se atreviera a matarlo.
8. Génesis 18
El Señor se apareció a Abraham, mientras él estaba sentado a la entrada de
su carpa, a la hora de más calor. Alzando los ojos, divisó a tres hombres que
estaban parados cerca de él.
Apenas los vio, corrió a su encuentro desde la entrada de la carpa y se
inclinó hasta el suelo, diciendo: "Señor mío, si quieres hacerme un favor, te
ruego que no pases de largo delante de tu servidor. Yo haré que les traigan
un poco de agua. Iré a buscar un trozo de pan, para que ustedes reparen sus
fuerzas.
Ellos respondieron: "Está bien. Puedes hacer lo que dijiste".
Mientras comían, Abraham se quedó de pie al lado de ellos, debajo del árbol.
Ellos le preguntaron: "¿Dónde está Sara, tu mujer?". "Ahí en la carpa", les
respondió.
Entonces uno de ellos le dijo: "Volveré a verte sin falta en el año entrante, y
para ese entonces Sara habrá tenido un hijo".
Mientras tanto, Sara había estado escuchando a la entrada de la carpa, que
estaba justo detrás de él. Abraham y Sara eran ancianos de edad avanzada,
y los períodos de Sara ya habían cesado.
9.
Por eso, ella rió en su interior, pensando: "Con lo vieja que soy, ¿volveré a
experimentar el placer? Además, ¡mi marido es tan viejo!".
Pero el Señor dijo a Abraham: "¿Por qué se ha reído Sara, pensando que no
podrá dar a luz, siendo tan vieja? ¿Acaso hay algo imposible para el Señor?
Cuando yo vuelva a verte para esta época, en el año entrante, Sara habrá
tenido un hijo".
Ella tuvo miedo, y trató de engañarlo, diciendo: "No, no me he reído". Pero
él le respondió: "Sí, te has reído".
Después, los hombres salieron de allí y se dirigieron hacia Sodoma, y los
acompañó para despedirlos.
Dijo entonces el Señor: "¿Dejaré que Abraham ignore lo que ahora voy a
realizar, siendo así que él llegará a convertirse en una nación grande y
poderosa, y que por él se bendecirán todas las naciones de la tierra?
Luego el Señor añadió: "El clamor contra Sodoma y Gomorra es tan grande,
y su pecado tan grave, que debo bajar a ver si sus acciones son realmente
como el clamor que ha llegado hasta mí. Si no es así, lo sabré".
10. Entonces Abraham se le acercó y le dijo: "¿Así que vas a exterminar al
justo junto con el culpable? Tal vez haya en la ciudad cincuenta justos.
¿Y tú vas a arrasar ese lugar, en vez de perdonarlo por amor a los
cincuenta justos que hay en él? Lejos de ti hacer semejante cosa!
¡Matar al justo juntamente con el culpable, haciendo que los dos corran
la misma suerte! ¡Lejos de ti! ¿Acaso el Juez de toda la tierra no va a
hacer justicia?".
El Señor respondió: "Si encuentro cincuenta justos en la ciudad de
Sodoma, perdonaré a todo ese lugar en atención a ellos".
Entonces Abraham dijo: "Yo, que no soy más que polvo y ceniza, tengo
el atrevimiento de dirigirme a mi Señor. Quizá falten cinco para que los
justos lleguen a cincuenta. Por esos cinco ¿vas a destruir toda la
ciudad?".
"No la destruiré si encuentro allí cuarenta y cinco", respondió el Señor.
Pero volvió a insistir: "Quizá no sean más que cuarenta".
Y el Señor respondió: "No lo haré por amor a esos cuarenta".
11. "Por favor, dijo entonces , que mi Señor no lo tome a mal si continúo
insistiendo. Quizá sean solamente treinta".
Y el Señor respondió: "No lo haré si encuentro allí a esos treinta".
Insistió: "Una vez más, me tomo el atrevimiento de dirigirme a mi Señor.
Tal vez no sean más que veinte".
"No la destruiré en atención a esos veinte", declaró el Señor.
"Por favor, dijo entonces , que mi Señor no se enoje si hablo por última
vez. Quizá sean solamente diez".
"En atención a esos diez, respondió, no la destruiré".
Apenas terminó de hablar con él, el Señor se fue.
12. Éxodo 3
Moisés, que apacentaba las ovejas de su suegro Jetró, el sacerdote de
Madián, llevó una vez el rebaño más allá del desierto y llegó a la montaña
de Dios, al Horeb. Allí se le apareció el Ángel del Señor en una llama de
fuego, que salía de en medio de la zarza. Al ver que la zarza ardía sin
consumirse, Moisés pensó: "Voy a observar este grandioso espectáculo.
¿Por qué será que la zarza no se consume?".
Cuando el Señor vio que él se apartaba del camino para mirar, lo llamó
desde la zarza, diciendo: "¡Moisés, Moisés!". "Aquí estoy", respondió él.
Entonces Dios le dijo: "No te acerques hasta aquí. Quítate las sandalias,
porque el suelo que estás pisando es una tierra santa".
Luego siguió diciendo: "Yo soy el Dios de tu padre, el Dios de Abraham, el
Dios de Isaac y el Dios de Jacob". Moisés se cubrió el rostro porque tuvo
miedo de ver a Dios.
El Señor dijo: "Yo he visto la opresión de mi pueblo, que está en Egipto, y
he oído los gritos de dolor, provocados por sus capataces. Sí, conozco muy
bien sus sufrimientos. Por eso he bajado a librarlo del poder de los
egipcios y a hacerlo subir, desde aquel país, a una tierra fértil y espaciosa,
a una tierra que mana leche y miel. Ahora ve, yo te envío al Faraón para
que saques de Egipto a mi pueblo, a los israelitas".
13. Pero Moisés dijo a Dios: "¿Quién soy yo para presentarme ante el Faraón
y hacer salir de Egipto a los israelitas?".
”Yo estaré contigo, le dijo Dios, y esta es la señal de que soy yo el que
te envía: después que hagas salir de Egipto al pueblo, ustedes darán
culto a Dios en esta montaña".
Moisés dijo a Dios: "Si me presento ante los israelitas y les digo que el
Dios de sus padres me envió a ellos, me preguntarán cuál es su nombre.
Y entonces, ¿qué les responderé?".
Dios dijo a Moisés: "Yo soy el que soy". Luego añadió: "Tú hablarás así a
los israelitas: ‘Yo soy’ me envió a ustedes".
Pero Moisés respondió: "¿Y si se niegan a creerme, y en lugar de
hacerme caso, me dicen: ‘No es cierto que el Señor se te ha
aparecido’?".
14. Entonces el Señor le preguntó: "¿Qué tienes en la mano?". "Un
bastón", respondió Moisés.
"Arrójalo al suelo", le ordenó el Señor. Y cuando lo arrojó al suelo, el
bastón se convirtió en una serpiente. Moisés retrocedió atemorizado,
pero el Señor le volvió a decir: "Extiende tu mano y agárrala por la
cola". Así lo hizo, y cuando la tuvo en su mano, se transformó
nuevamente en un bastón.
"Así deberás proceder, añadió el Señor, para que crean que el Señor,
el Dios de tus padres, el Dios de Abraham, el Dios de Isaac y el Dios de
Jacob, se te ha aparecido".
Moisés dijo al Señor: "Perdóname, Señor, pero yo nunca he sido una
persona elocuente: ni antes, ni a partir del momento en que tú me
hablaste. Yo soy torpe para hablar y me expreso con dificultad".
El Señor le respondió: "¿Quién dio al hombre una boca? ¿Y quién hace
al hombre mudo o sordo, capaz de ver o ciego? ¿No soy yo, el Señor?
Ahora ve: yo te asistiré siempre que hables y te indicaré lo que debes
decir".
15. Juan 4
Cuando Jesús se enteró de que había llegado a oídos de los fariseos
que él hacía más discípulos y bautizaba más que Juan - aunque no era
Jesús mismo el que bautizaba, sino sus discípulos-, abandonó Judea y
volvió a Galilea. Tenía que pasar por Samaria.
Llega, pues, a una ciudad de Samaria llamada Sicar, cerca de la
heredad que Jacob dio a su hijo José. Allí estaba el pozo de Jacob.
Jesús, como se había fatigado del camino, estaba sentado junto al
pozo. Era alrededor de la hora sexta.
Llega una mujer de Samaria a sacar agua.
Jesús le dice: "Dame de beber." Pues sus discípulos se habían ido a la
ciudad a comprar comida.
Le dice la mujer samaritana: "¿Cómo tú, siendo judío, me pides de beber
a mí, que soy una mujer samaritana?" Porque los judíos no se tratan con
los samaritanos.
Jesús le respondió: "Si conocieras el don de Dios, y quién es el que te
dice: "Dame de beber", tú le habrías pedido a él, y él te habría dado
agua viva."
16. Le dice la mujer: "Señor, no tienes con qué sacarla, y el pozo es
hondo; ¿de dónde, pues, tienes esa agua viva? ¿Es que tú eres más
que nuestro padre Jacob, que nos dio el pozo, y de él bebieron él y sus
hijos y sus ganados?"
Jesús le respondió: "Todo el que beba de esta agua, volverá a tener
sed; pero el que beba del agua que yo le dé, no tendrá sed jamás, sino
que el agua que yo le dé se convertirá en él en fuente de agua que
brota para vida eterna."
Le dice la mujer: "Señor, dame de esa agua, para que no tenga más
sed y no tenga que venir aquí a sacarla."
El le dice: "Vete, llama a tu marido y vuelve acá."
Respondió la mujer: "No tengo marido." Jesús le dice: "Bien has dicho
que no tienes marido, porque has tenido cinco maridos y el que ahora
tienes no es marido tuyo; en eso has dicho la verdad."
Le dice la mujer: "Señor, veo que eres un profeta. Nuestros padres
adoraron en este monte y vosotros decís que en Jerusalén es el lugar
donde se debe adorar."
17. Jesús le dice: "Créeme, mujer, que llega la hora en que, ni en este
monte, ni en Jerusalén adoraréis al Padre. Vosotros adoráis lo que no
conocéis; nosotros adoramos lo que conocemos, porque la salvación
viene de los judíos.
Pero llega la hora (ya estamos en ella) en que los adoradores
verdaderos adorarán al Padre en espíritu y en verdad, porque así
quiere el Padre que sean los que le adoren. Dios es espíritu, y los que
adoran, deben adorar en espíritu y verdad."
Le dice la mujer: "Sé que va a venir el Mesías, el llamado Cristo.
Cuando venga, nos lo explicará todo.“
Jesús le dice: "Yo soy, el que te está hablando."
En esto llegaron sus discípulos y se sorprendían de que hablara con
una mujer. Pero nadie le dijo: "¿Qué quieres?" o "¿Qué hablas con
ella?"
La mujer, dejando su cántaro, corrió a la ciudad y dijo a la gente:
"Venid a ver a un hombre que me ha dicho todo lo que he hecho. ¿No
será el Cristo?"
18. CARACTERÍSTICAS DEL DIÁLOGO:
Encíclica ECCLESIAM SUAM
• La CLARIDAD: Hablar con verdad en un lenguaje inteligible.
• La AFABILIDAD: Mansedumbre, Acogimiento, Tolerancia,
Respeto.
• La CONFIANZA: Estar abierto, disposición a entregar y recibir.
• La PRUDENCIA PEDAGÓGICA: Considerar la formación e
idiosincrasia del otro.
19. A tener presente durante el Diálogo:
* Es una búsqueda de COINCIDENCIAS
Destacar lo que nos une
•Mantener la INTEGRIDAD EN LA
VERDAD
Las Verdades de Fe
Los Valores y Principios Cristianos