La economía en el antiguo Egipto dependía principalmente de la agricultura a lo largo del río Nilo, complementada por la ganadería, y los egipcios construyeron diques y canales para controlar las inundaciones anuales del Nilo y maximizar la productividad agrícola; el Faraón era el propietario de toda la tierra y distribuía la cosecha entre los campesinos y súbditos, quienes debían pagar tributos.