El documento resume las perspectivas de Santo Tomás, San Agustín y las autoras sobre la naturaleza del alma. Según Santo Tomás, el alma es buena mientras que el cuerpo es malo, y el alma debe desprenderse del cuerpo para trascender. Para San Agustín, el alma habita en el cuerpo de forma accidental y es superior a él. Las autoras ven el alma como la esencia pura del ser humano, y el cuerpo como un recipiente temporal para el alma.