Revista El Mal Menor de Batuco, Chile, Número 1, marzo 2015. Editores: Jaime Núñez, Melody Valenzuela, Sergio Sarmiento. Fotografía: Emilio Serey. Diseño gráfico: Sergio Sarmiento
Revista El Mal Menor de Batuco, Chile, Número 1, marzo 2015. Editores: Jaime Núñez, Melody Valenzuela, Sergio Sarmiento. Fotografía: Emilio Serey. Diseño gráfico: Sergio Sarmiento
En este volumen Elena Poniatowska reúne siete espléndidos retratos de siete espléndidas mujeres imprescindibles en la cultura mexicana: Frida Kahlo, gran pintora; Nahui Olin, símbolo de la liberación sexual femenina, Pita Amor, poeta y personaje, Rosario Castellanos, notable novelista y poeta, María Izquierdo, a quien Artaud admiró por encima de todos los pintores mexicanos, Elena Garro, novelista, cuentista y leyenda ella misma y Nellie Campobello, autora de uno de los textos más extraordinarios sobre la Revolución Mexicana.
En este volumen Elena Poniatowska reúne siete espléndidos retratos de siete espléndidas mujeres imprescindibles en la cultura mexicana: Frida Kahlo, gran pintora; Nahui Olin, símbolo de la liberación sexual femenina, Pita Amor, poeta y personaje, Rosario Castellanos, notable novelista y poeta, María Izquierdo, a quien Artaud admiró por encima de todos los pintores mexicanos, Elena Garro, novelista, cuentista y leyenda ella misma y Nellie Campobello, autora de uno de los textos más extraordinarios sobre la Revolución Mexicana.
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A Revista Avaliação em Foco é uma publicação trimestral voltada aos professores e gestores de escolas e redes públicas de ensino. Um produto pioneiro, de extrema relevância no contexto educacional e que coloca o tema avaliação no centro das discussões acerca da qualidade de ensino.
Publicação editorial adequado aos profissionais da educação com um conteúdo esclarecedor e dinâmico, que traz novidade no campo da avaliação.
Traz matérias e entrevistas assinadas por profissionais de renome das mais tradicionais universidades, com vasta experiência na educação e na área de avaliação.
Em suas páginas, professores e equipes gestoras poderão ampliar o olhar para além dos resultados das avaliações, criando espaços de reflexão com vistas à melhoria do ensino. Desmitificando a prática avaliativa e o uso dos resultados.
Conselho Editorial:
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Alessandra David
Cristiane Machado
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Estas preguntas te ayudarán a ver más claramente si el uso de las redes sociales está dejando de ser una distracción o una vía de conocimiento y desarrollo, para convertirse en un problema.
El espíritu de las leyes (en francés: De l'esprit des lois, originalmente De l'esprit des loix)[n 1] es un tratado de teoría política y derecho comparado publicado en 1748 por el filósofo y ensayista ilustrado Charles Louis de Secondat, barón de Montesquieu. En él recrea el modelo político inglés —tomado, a su vez, de los germanos— el sistema de separación de poderes y monarquía constitucional, que considera el mejor en su especie como garantía contra el despotismo.
Informe de Riesgo País sobre Emiratos Árabes Unidos, de Cesce
Reportaje prostitución
1. Nº907/08.12.200012 / Lancelot
La belleza y sexualidad de
las chicas del Este de
Europa, nuevo reclamo del
negocio de la prostitución
en Lanzarote.
2. Nº907/08.12.2000 Lancelot / 13
MAR ARIAS COUCE
FOTOS: M. HERNÁNDEZ
Más de veintitrés años bajo
el implacable yugo del caba-
llo son suficiente condena
para alguien que todo lo que
tenía en la vida lo ha perdi-
do, o casi. Con poco más de
dieciocho años, tres hijos a
los que mantener, un matri-
monio equivocado y un pa-
sado empañado por una his-
toria de malos tratos, Pino
llegó a Lanzarote huyendo
de un marido que había de-
jado en Las Palmas, de sus
borracheras y sus continuas
palizas. Sin embargo, nadie
ha dicho que la vida sea
fácil y tres hijos son dema-
siado para quién no tiene
nada, ni a nadie en el mun-
do, salvo a sí misma. Lo que
comenzó como una vida “fá-
cil”, dos o tres clientes por
noche y dinero rápido con el
que los niños pudieran seguir
adelante, siempre llevándolo
todo en la más estricta intimi-
dad para evitar que ellos se
enteraran de su verdadero tra-
bajo, acabó convirtiéndose en
una autentica condena en el
momento en que las drogas
entraron en el juego.
Dos décadas más tarde,
con un bote vacío de yogur
líquido, y el aspecto triste de
quién aparenta muchos más
años de los que en realidad
ha vivido, Pino es hoy una
mujer vencida ante la inevi-
table certeza de que ya nada
puede enderezar su vida.
“Vino mi hija, ¿sabe? Vino
porque quería verme”, seña-
la, explicando que sus hijos
desde que han tenido edad
suficiente para “comprender”
viven en Las Palmas con su
madre. “Pero la gente es muy
mala, y cuando pregunto por
mí, en lugar de darle la
dirección de mi casa, le die-
ron la del “trabajo”. Ya ve,
mi hija se fue a enterar de
cómo me gano la vida cuan-
do me vio bajarme del coche
de un cliente... creí que me
moría de pena”, y lo dice con
una sobriedad que ralla casi en
el misticismo de quién está
acostumbrada a que las cosas
nunca salgan bien. “Me quiso
llevar con ella, ¿sabe?, pero 23
años es mucho tiempo como
para meterme en casa a desen-
gancharme del caballo. Yo ya
sé lo que tengo y lo que no
tengo ni podré tener. Esto, y
nada más, es lo que me queda”.
Sin Richard Gere
A pesar de la cruda reali-
dad que transmiten sus la-
bios su cara refleja una sere-
nidad absoluta, la misma se-
guridad que poseen aquellos
que no tienen nada que per-
der. Hace mucho que Pino
tuvo claro que no abundan
La llegada de las "rusas" a Arrecife se ha convertido en reclamo
de habituales y curiosos, levantando resquemores entre el resto
de las mujeres que trabajan en la calle
➱
los Richard Gere que te sa-
can de la calle para “hacerte
una mujer honrada”, por el
contrario lo habitual es en-
contrarse con rostros conoci-
dos que vienen a lo de siem-
pre. “Aquí nos conocemos
todos, siempre vienen los
mismos, pero eso sí, cuando
acaban no se cortan, y todos
te miran por encima del hom-
bro y si pueden te insultan.
Si muchas mujeres supieran
como son en realidad sus
maridos se asustarían...”.
Según cuenta esta vetera-
na de las calles de Arrecife, y
contradiciendo las constan-
tes quejas del vecindario que
sufre sus reyertas nocturnas,
las peleas entre las prostitu-
tas no son tan frecuentes
como se dice. Admite, sin
embargo, que la llegada de
competencia, chicas nuevas
que “con la novedad” se
llevan a todos los clientes, sí
ha provocado conflictos en
ocasiones, aunque siempre
pasajeros. Primero fue la lle-
gada de las iberoamericanas,
luego las de Sierra Leona y,
ahora, son las rusas, seis jó-
venes que podrían competir
en belleza y glamour con la
mismísima Julia Roberts, y
que, durante los primeros
días, supusieron una seria
amenaza para las habituales
por problemas de “territo-
SE CALIENTASE CALIENTASE CALIENTASE CALIENTASE CALIENTA
LA CALLELA CALLELA CALLELA CALLELA CALLE
SE CALIENTASE CALIENTASE CALIENTASE CALIENTASE CALIENTA
LA CALLELA CALLELA CALLELA CALLELA CALLE
La calles de Arrecife están más movidas
que nunca. A partir de las diez de la
noche comienza la jornada para medio
centenar de chicas que se buscan la
vida en varias zonas de la capital. La
arribada a la isla de las llamadas “rusas”
ha revoleteado el gallinero. Mientras el
personal está más contento porque ha
aumentado y mejorado la oferta, las jóvenes
prostitutas muestran su resquemor contra
las chicas de este de Europa que les quita
el trabajo. La cruz de la historia la cuenta
Pino, una mujer con muchos años en la
profesión y maltratada por la vida.
3. Nº907/08.12.2000
➱
14 / Lancelot
rio”. Ahora, sin embargo pa-
rece que las cosas han vuelto
a su sitio, y aunque las rusas,
que en realidad no son rusas
sino procedentes de países
como Moldavia y Polonia,
siguen siendo la sensación,
se ha creado incluso cierta
solidaridad entre ellas. “Son
buena gente, si ven que no
tienes clientes te preguntan
y te ofrecen ayuda”, señala
Pino, que niega que sea cierto
eso que dicen los vecinos de
que con frecuencia se montan
peleas y se arman escándalos
callejeros. “Nosotras no mo-
lestamos a nadie, hacemos
nuestro trabajo y ya está, y
ahora hasta nos han puesto
muros delante de los bloques
de edificios para que no nos
metamos en el recinto en in-
vierno cuando hace frío, y
vaya que sí pasamos frío, se te
mete en el cuerpo la humedad
y ya no sale”.
Temor vecinal
Sin embargo, los vecinos
temen que se monten jaleos,
peleas o complicaciones noc-
turnas, y sobre todo que se
pinchen en sus jardines, y
que dejen jeringuillas tira-
das con las que los niños
puedan pincharse. “Por las
noches, nosotros nos recoge-
mos en casa y el barrio es
suyo, no hay quien se atreva
a andar por ahí a partir de
ciertas horas, y si tienes ni-
ños pequeños menos toda-
vía”, señala una vecina del
barrio de La Vega.
Sin embargo, los respon-
sables del “Programa de Re-
ducción de Riesgos y Daños
en Personas que Ejercen la
Prostitución y Usuarios de
Drogas Inyectadas” de Mé-
dicos del Mundo, lo que
familiarmente llaman P.R.D.,
no están de acuerdo en este
aspecto, señalando que la
calle suele estar muy tran-
quila, al menos, mientras es-
tán ellos en la zona. Dos días
a la semana, durante una
hora u hora y media, Sergio,
Elizabeth y Laura, esta últi-
ma como voluntaria y los
dos primeros como encarga-
dos del programa social, tras-
ladan su caravana hasta la
zona de las Rapaduras o al
barrio de La Vega, justo en-
frente del supermercado Hi-
permar, y desde allí facilitan
preservativos, lubricantes y
cremas a las prostitutas que
acuden a solicitarlos. Ade-
más responden a sus pregun-
tas, casi siempre sobre pro-
blemas o dudas ginecológi-
cas o médicas en general, se
encargan de facilitarles las
direcciones de médicos que
puedan solucionar sus pro-
blemas. La caravana de Mé-
dicos del Mundo, apostada
justo delante de la parada
del autobús de la zona de
Triana, se ha convertido des-
de 1997, año en que se puso
en marcha el programa, en
parte intrínseca de la escena
que allí se ve cada jueves de
noche de once a doce en el
caso de este barrio, y cada
lunes de diez y media a doce
en el caso de las Rapaduras.
➱
Las chicas
comienzan a
trabajar en la
calle a partir de
las 10 de la
noche.
Pino, una historia desgarradora pero habitual en el
mundo de la noche.
4. Nº907/08.12.2000 Lancelot / 15
1234567890123456789012345678901212345678901234567890123456789012123456789012345678901234567890121234567890123456789012345678901212345678912345678901234567890123456789012123456789012345678901234567890121234567890123456789012345678901212345678901234567890123456789012123456789
Por su aspecto nadie diría que
son otra cosa que niñas que acu-
den a su primera fiesta, con las
galas más “festivas” de sus respec-
tivos armarios. Niñas que, como la
mayoría, no son conscientes de la
escasez de sus faldas y escotes, y
eluden las miradas maduras que
persiguen su paso. Sin embargo,
estas tres jóvenes de 24, 23 y 22
años, origen hispanoamericano -no
queda muy claro de que país- y de
oficio peluqueras, vienen a las
Rapaduras a ejercer la prostitu-
ción. Algunas por primera vez;
otras ya la han ejercido en alguna
ocasión anterior, apenas dos meses
antes la que más, pero no parece
que esto las eche para atrás. En
realidad, por sus risas y sus pala-
bras atropelladas se diría que son
tres amigas que viajan juntas y están
corriendo toda una aventura. Eliza-
beth las mira entre sonriente por su
parloteo y apesadumbrada por lo
que sabe que les espera, les hace una
ficha a cada una y las despide,
pensando probablemente en qué le
dirán de aquí a unos meses.
El Primer Día
5. Nº907/08.12.200016 / Lancelot
“Al principio no fue nada
fácil porque no nos cono-
cían y no se fiaban de noso-
tros, pero poco a poco nos
hemos ido ganando su total
confianza, y pasan por aquí
hablan con nosotros y nos
cuentan sus problemas. De
hecho, son ellas mismas las
que nos dan a conocer entre
las nuevas y las que se infor-
man entre sí de que nosotros
facilitamos preservativos”.
Aunque prácticamente
ninguna tiene en regla sus pa-
peles, todas tienen una ficha
con sus datos principales en la
caravana de Médicos del Mun-
do, de esta manera ellos tienen
una manera de controlarlas y
saber cómo se va incrementan-
do el campo de la prostitución.
De hecho, según los cálculos de
Sergio y Elizabeth el año pasa-
do registraron el seguimiento de
73 mujeres, mientras que este
año el número se incrementó
hasta 159, tratándose en ambos
casos, según han podido com-
probar los jóvenes, de mujeres
diferentes.
Falta de espacio
Según asegura Elizabeth
el principal problema en esta
“comunidad de prostitutas”
es de espacio, ya que en un
mismo lugar se ven obliga-
das a trabajar tres grupos de
mujeres muy diferentes, las
yonkis, que trabajan exclusi-
vamente para pagarse el ca-
ballo, las “morenas”, como
llaman cariñosamente al nú-
cleo de las hispanoamerica-
nas y las mal llamadas rusas,
que coinciden con las ante-
riores en que no se “meten
nada”, estando estas últimas
mucho más controladas que
las otras. “Cuando vienen
chicas nuevas sufren los pro-
blemas propios de la compe-
tencia, aunque finalmente
acaban conviviendo”.
Si las nuevas chicas rusas
han provocado problemas de
rivalidad entre las prostitu-
tas de Arrecife, no es menos
cierto que se han convertido
en la comidilla de los veci-
nos de la zona, que no dejan
de asombrarse del trato que
les procesa el proxeneta que
viene con ellas. “Al resto de
las chicas nunca he visto
que las peguen, pero el “ruso”
que trae a estas no se corta
un pelo”, dice una de las
vecinas de La Vega, asegu-
rando que en más de una
ocasión han visto y oído cómo
les pega palizas delante de
todas las demás cuando algo
no le parece bien. “Como
comprenderán esto no es lo
más recomendable para un
barrio tranquilo, sobre todo en
el caso de las familias que
tienen niños pequeños, ya que
si quieres evitar que vean
cosas como ésta no les puedes
dejar salir de casa después de
cierta hora”.
En esto mismo coincide
Pancho Leal, el presidente
de la Asociación de Vecinos
La Vega, que asegura que
está aburrido de denunciar el
caso a las autoridades, y que
nadie hace nada por acabar
con el problema. “Ya no es
sólo por nosotros, que es
verdad que consideramos
muy triste el tener que traba-
jar en estas condiciones, sino
por ellas, ya que no se puede
permitir que estén trabajan-
do sin ninguna medida de
seguridad, ni higiene. Esto
lo tienen que controlar de
alguna manera”, señala, ase-
gurando que los responsa-
bles insulares no parecen
hacerse eco de las denuncias
tramitadas, y dejan el pro-
blema en la cola de espera
de su lista de prioridades.
“Aunque sólo fuera por el
aspecto que ofrece la entrada
de una capital turística como
Arrecife deberían hacer algo
por solucionarlo”.
➱
En los coches se negocia el servicio.
Los preservativos usados terminan en los solares de los
alrededores.
6. Nº907/08.12.2000 Lancelot / 17
M.A.C / FOTOS: M.H
La caravana de Médicos del
Mundo acude puntualmente to-
dos los lunes de diez y media
a doce de la noche a la zona
de las Rapaduras, después de
haber pasado por el gran hotel
a repartir jeringuillas entre la
comunidad yonki que allí resi-
de, para distribuir entre las
prostitutas de la zona preserva-
tivos y lubricantes. En esta
parte de la ciudad, la prostitu-
ción tiene un color diferente,
especialmente si se tiene en
cuenta que además de las
chicas que están situadas en
primera línea de carretera, la
mayoría de los bares de la
zona suelen ser frecuentados
por hombres que buscan com-
pañía femenina, y que saben
que allí la van a encontrar con
plena seguridad. Perpendicular
a esta avenida, la calle Donan-
tes de Sangre, con una chica
cada medio metro y a cada
lado de la vía esperando un
cliente, es lo más parecido al
Barrio Chino neoyorkino que se
puede encontrar en la Isla,
además de la imagen más
degradante de la misma. En
cualquier caso, las chicas de las
Rapaduras son las que más
escándalo montan al entrar y
salir de la caravana, de tres en
tres, de dos en dos, sea cual
sea su origen y condición, las
jóvenes van pasando por el
vehículo de Elizabeth y Sergio,
contándoles, muchas de ellas
como les ha ido en la última
semana. La alegría de la noche
viene de la mano, o más bien
de las palabras, de una joven
hispanoamericana que entra en
“Las rusas tienen su espa-
cio por encima de la gasoli-
nera y de allí no las saca
nadie... ¡Cualquiera les dice
nada, tú es que no has visto
el tamaño de los chulos que
tienen, que no las dejan ni
a sol ni a sombra y les
pegan cada paliza, que no
veas!”, cuenta una de las
mujeres de la zona. “Ahora
con nosotras no se meten,
nosotras las dejamos hacer
su trabajo, y ellos nos de-
jan hacer el nuestro sin
importunarnos”.
Nadie sabe gran cosa de
ellas, salvo lo que es evi-
dente: que son siete, muy
guapas, esbeltas y que se
reparten entre las dos zonas
de prostitución de Arrecife,
ya que las jóvenes no cuen-
tan nada sobre sí mismas.
También se sabe que no son
exactamente rusas, aunque
todo el mundo prefiera lla-
marlas así, “por abreviar”,
Los lunes, a las Rapaduras
la caravana gritando que esta
es su última noche haciendo la
calle, ya que a partir del día 1
de diciembre comienza a traba-
jar honradamente, y al decirlo
explica que ha encontrado em-
pleo en un complejo de aparta-
mentos turísticos. Sin embargo,
la mayoría no pueden optar a
otro trabajo por carecer de
papeles que legalicen su situa-
ción en España, y si a eso se
une las cargas familiares que
llevan consigo, se ven inmersas
en una espiral de dudosa sali-
da. De hecho, la mayoría han
dejado en sus lugares de ori-
gen, en gran parte países his-
panoamericanos, un marido y
varios hijos a los que mandan
dinero mensualmente, ya que
la situación política no les per-
mite levantar cabeza. “A noso-
tras no nos gusta trabajar de
prostitutas, no te vayas a creer
que nadie hace esto por gus-
to, pero yo tengo un marido y
tres hijos y te aseguro que no
voy a dejar que se mueran de
hambre sin hacer nada”, se-
ñaló una joven colombiana de
ojos enormes y sonrisa de
anuncio de dentífrico. “Cuan-
do tenga papeles y pueda
trabajar en otra cosa lo haré,
pero entre tanto yo tengo que
seguir mandando dinero a mi
casa”. “Yo vine aquí para
mejorar”, comenta otra chica
colombiana, explicando que
en su país era estudiante de
derecho y trabajaba de secre-
taria para un político local.
“Pero ya ves las vueltas que da
la vida, yo salí de aquí pensan-
do en mejorar y mira de qué
manera he acabado, en la
calle”.
pero en realidad proceden
de países como Moldavía
o Polonia. Dorabeth de 26
años, Olga, de 22 y nacida
en Moldavia, y Anita, de
tan sólo 20 años y también
nacida en Moldavia, estas
dos últimas residentes en
Yaiza, ejercen su trabajo
habitualmente en la calle
Triana. En la calle León y
Castillo, se sitúan Gassor,
joven polaca de 20 años y
Andrea, de 26 y nacida en
Moldavia, ambas residen-
tes en Arrecife. En cual-
quier caso es evidente que
a quienes frecuentan estas
compañías no les han pasa-
do desapercibidas, ya que
no pasan cinco minutos
paradas sin que se las lle-
ven para un nuevo servi-
cio. Su precio: una incóg-
nita, aunque a más de una
le pica la curiosidad por
saber lo que cobran “las
rusas esas”.
con las “rusas”
¿¿¿¿¿ ?????Qué pasa
Médicos del Mundo vela por la higiene
de las chicas