2. Tal como hemos dicho al principio de este módulo,
la sexualidad es una capacidad que conforma a
cada ser humano y que nos permite sentir, vibrar y
comunicarnos a través del propio cuerpo. Es algo
que forma parte de lo que somos desde el mismo
momento en el que nacemos y que permanece en
nuestras vidas hasta que morimos. Con lo cual,
cuando hablamos de educar la sexualidad,
estamos hablando de hacer una educación, no
sólo para el futuro de niñas y niños, sino también
para vivir mejor su propio presente.
3. A los 2 años, la mayoría de los niños han dado los primeros pasos y
balbuceos, y han establecido un perfil de su identidad sexual, masculino o
femenino. Hay una incuestionable curiosidad hacia las partes del cuerpo y la
mayoría de los pequeños descubren (si aún no lo han hecho) que la
estimulación genital produce sensaciones placenteras. Primero el juego con
los genitales acaece en solitario, pero más tarde resurge en juegos como
"enséñame los tuyos y yo te enseñaré los míos", o bien en los pasatiempos de
"papá" y "mamá". Además de frotarse el pene o el clítoris manualmente, hay
niños que se estimulan estregándose con una muñeca, una almohada, una
manta o cualquier otro objeto. Poco más o menos por esa misma época, los
niños también cobran conciencia de cuando los padres desaprueban sus
tocamientos; a veces se desconciertan cuando éstos les dicen que se fijen en
su cuerpo, pero con exclusión de sus genitales.
Si bien es conveniente que los padres eduquen a sus hijos dentro de las
pautas socialmente aceptables, hay algunos que frustran todo conato de
jugueteo sexual diciendo "eso no se hace", o "no te toques ahí abajo“.
4. El período de la adolescencia, es una época de rápidos
cambios y difíciles empresas. El desarrollo físico es
sólo una parte de este proceso, porque los
adolescentes afrontan una gama de requerimientos
psicosociales: independencia de los padres,
consolidación de las cualidades necesarias para
relacionarse con los compañeros de la misma edad,
incorporación de una serie de principios éticos
aplicables a la realidad práctica, fomento de las
capacidades intelectuales y adquisición de una
responsabilidad social e individual básica, por nombrar
algunos.