1. PROYECTO INTEGRADOR DE SABERES
Antecedentes de la problemática.
1.1.1 Contextualiza el perfil de la problemática en función de su historia.
La práctica de la eutanasia está ligada con el desarrollo de la medicina y se ha planteado
de manera persistente en la historia de la humanidad frente a cualquier individuo gravemente
enfermo.
Sin embargo, la perspectiva desde la cual se considera esta práctica ha variado
grandemente con el paso del tiempo. Los griegos, para quienes una mala vida no era digna de
ser vivida, no ponían ningún reparo moral ante la eutanasia.
No obstante, la concepción cristiana de la vida como un don de Dios sobre el que el
hombre no puede disponer libremente se impuso durante la Edad Media. Eutanasia, suicidio y
aborto se consideran desde entonces pecados dentro de esta tradición religiosa.
Con el fin de la Edad Media, resurgen las ideas de la Antigüedad clásica y se consolidan
alternativas a la perspectiva cristiana. Pensadores como Francis Bacon y Tomás Moro abordan
el problema en esta época.
A principios del siglo XX, las discusiones sobre la eutanasia cobran especial importancia
y alcance en Europa, se fundan sociedades y se promulgan informes en busca de su
legalización. Actualmente, las opiniones y las decisiones de los estados sobre la legalidad de
esta práctica siguen estando bastante divididas. El debate sigue siendo de actualidad.
1.1.2 Compara los referentes universales sobre la problemática.
La Organización Mundial de la Salud la define como aquella “acción del médico que
provoca deliberadamente la muerte del paciente”. Puede ser directa o indirecta; la primera
busca adelantar la hora de la muerte en caso de enfermedad grave o incurable, sea por acción o
por omisión, esto es, dejar de tratar una complicación ya sea por abstención o suspensión
terapéutica. La segunda busca efectuar procedimientos terapéuticos que tienen como efecto
secundario la muerte.
Esto genera puntos de vista enfrentados en nuestra sociedad, y gran controversia
nacional. Quienes la defienden sostienen que su fin es evitar sufrimientos insoportables o la
prolongación artificial de la vida al enfermo, situación contraria a la dignidad humana.
2. La eutanasia, desde una perspectiva utilitarista, se considera como derecho a una muerte
digna. Cuando una persona se encuentra ante dos males, escoge el mal menor. La prolongación
del sufrimiento inútil es un mal mayor, ya que resulta inhumano e insensato conservar en vida a
un paciente terminal cuando él no quiere vivir más.
Por el contrario, los que están en contra de la eutanasia tienen como principal argumento
que es Dios quien puede disponer de la vida humana. Manifiestan que jamás es lícito matar a
un paciente, ni siquiera para que no sufra, aunque él lo pidiera.
Desde el punto de vista jurídico la eutanasia puede ser utilizada por los familiares del
afectado con la enfermedad, para resolver de forma rápida la apertura de una sucesión. Para
ello pueden valerse de artimañas para coartar el consentimiento de la persona y hacer que sea
otorgado para que se ejecute el acto eutanásico por parte del personal médico. Igualmente, los
familiares insensibles también pueden valerse de esta para eliminar la necesidad de atención
prolongada a un enfermo terminal, cuando sienten que su familiar resulta “una carga pesada”
para ellos.
Por otro lado, la Sentencia de la Corte Constitucional C-239 de 1997, M.P. Carlos
Gaviria Díaz, no prohibió literalmente la eutanasia, pero despenalizó algunos aspectos del
llamado homicidio por piedad o cuando media la voluntad libre y expresa de un enfermo que
sufre y que no tiene posibilidad de cura. En la misma se manifiesta: “La vida es un derecho al
que el individuo puede renunciar, cuando las circunstancias que la rodean no la hacen deseable
ni digna de vivir, verbigracia, cuando los intensos sufrimientos físicos que la persona padece no
tienen posibilidades reales de alivio, o cuando sus condiciones de existencia son tan precarias,
que lo pueden llevar a ver en la muerte una opción preferible a la sobrevivencia”.
Por último, se puede concluir que la decisión acerca de la práctica de la eutanasia le
corresponde a cada persona individualmente, dependiendo de su punto de vista. Lo importante
es que medie pleno uso de su capacidad para decidir de forma consciente, sin olvidar la
dignidad humana como principio fundamental de nuestro Estado Social de Derecho.
1.1.3 Compara los referentes universales sobre la problemática.
La muerte sigue siendo un tabú. Por eso no hablamos de ella. Pero cuando a alguien se le
pregunta si la teme, suele contestar que a lo que en realidad teme es al sufrimiento. Al dolor
físico, por supuesto, pero también al dolor psicológico de tener que seguir viviendo en
condiciones insoportables. “Me siento atrapado en una jaula”, decía Fabiano Antoniani, un
tetrapléjico italiano que vivía postrado desde que en 2014 sufrió un grave accidente que le dejó
sin visión y sin movilidad. Sabía que podía vivir todavía mucho tiempo, porque el organismo
de un hombre fuerte de 40 años puede aguantar mucho, pero no quería seguir así. A finales de
3. febrero se fue a Suiza. Es el único país entre los seis en los que está legalizada la eutanasia o la
ayuda al suicidio que admite extranjeros. Él mismo, con un movimiento de sus labios, accionó
el mecanismo que introdujo el cóctel de la muerte dulce en su boca.
La regulación de la eutanasia para enfermos incurables tiene en España un amplio apoyo
ciudadano. Así lo indican todas las encuestas: CIS 2009, Isopublic 2013, Ipsos Mori 2015, CIS
2011 y Metroscopia 2017. La del CIS, por ejemplo, muestra que el 77,5% de los españoles está
total o bastante de acuerdo en que se regule la ayuda a morir. Según la realizada por IPsos Mori
para The Economist en 15 países europeos, España figuraba en el cuarto lugar —después de
Bélgica, Francia y Holanda— con mayor apoyo social a la eutanasia: un 78% de los
encuestados está a favor de la regulación, frente a un 7% que está en contra. La encuesta más
reciente, realizada por Metroscopia en 2017, corrobora y amplía esos porcentajes: el 84% de los
encuestados es partidario de permitir la eutanasia en caso de enfermedad incurable. El apoyo
alcanza el 90% entre los menores de 35 años. Y un dato que desmiente ciertos apriorismos: la
regulación tiene el apoyo del 66% de los votantes del PP, del 56% de los católicos practicantes
y del 88% de los no practicantes.
Morir bien es seguramente el deseo más universal. Pero el concepto de buena muerte no
es igual para todos. Los avances en el control del cáncer y de otras enfermedades hasta hace
poco mortales han aumentado los casos de patologías crónicas de larga evolución sin esperanza
de curación. Cada vez se diagnostican más casos de demencia o enfermedades degenerativas
que comportan la pérdida progresiva de las facultades físicas y a veces también mentales.
Disponemos de un amplio arsenal de mejoras terapéuticas que no curan, pero permiten alargar
la supervivencia. El problema es que muchas veces es a costa de un gran sufrimiento o la
pérdida irreparable de la calidad de vida.
1.1.4 Refiere incursiones nacional y local sobre la problemática, los relaciona con el buen vivir.
La muerte digna. Es un tema complejo y polémico que se abre al debate en la Asamblea
Nacional.
La ‘planificación anticipada’ del fin de la vida está contemplada en dos artículos del proyecto
del Código de Salud, que se prevé irá la próxima semana en el hemiciclo legislativo.
En el debate hay un elemento de inicio: en Ecuador está prohibida la práctica de la eutanasia,
dicen los legisladores de la mesa de Salud.
4. Sin embargo, el texto también contempla la posibilidad de que las personas con una
enfermedad terminal tengan el derecho a la planificación de decisiones anticipadas para el final
de la vida. Incluyendo la decisión de ser o no reanimado, o la de rechazar acciones que le
alarguen la vida.
Esto también se conoce como ‘eutanasia pasiva’.
Aunque hay una salvedad: esas disposiciones serán consideradas solo si el paciente no ha
perdido su capacidad de discernir y está en completo uso de sus facultades mentales.
La otra norma es el “testamento vital”. Toda persona, dice el proyecto, tendrá derecho a
expresar libre y anticipadamente sus decisiones respecto a los cuidados y tratamientos que
desea o no recibir. Podrá, además, resolver sobre el destino de su cuerpo y de sus órganos.
Para ello, tendrá que indicar su voluntad por escrito y ante un notario. Pero, si se
arrepiente, podrá revocar esas resoluciones en cualquier momento, señala la iniciativa
preparada por la Comisión de la Salud.
En el movimiento PAIS dicen que se introdujeron esos dos artículos en el Código porque
la ley debe adecuarse a los tiempos y establecer reglas para defender los derechos de las
personas en esas condiciones.
Para la coordinadora de la bancada oficialista e integrante de la Comisión de la Salud,
Blanca Argüello, una persona debe decidir, en caso de un accidente fatal o estado vegetativo, si
su vida tiene o no sentido. “Es un tema de debate muy profundo y polémico como todo lo que
tiene que ver con la vida y la muerte”, dijo a EXPRESO.
En la oposición, que anuncia pelea en el pleno por este tema, cree que un país católico
como Ecuador no consentirá una especie de “eutanasia pasiva disfrazada de testamento vital”,
según Bayron Pacheco, legislador de Avanza.
“El testamento vital no es otra cosa que una eutanasia pasiva. Esto está prohibido en la
Constitución y no podemos violar la norma”, sentenció.
5. Otro frente de oposición que se abrirá el bloque legislativo verde flex es el de la Iglesia
católica. Para ella, nadie puede quitarse la vida ni pedir que le dejen morir porque eso es un
pecado. Esta institución tiene un trabajo de acompañamiento espiritual para estos casos, con
grupos de voluntarios laicos y religiosos.
1.2 Situación problémica
1.2.1 Aporta evidencias de la existencia de la problemática en el contexto.
Al abordar el tema de la eutanasia nos enfrentamos a una problemática difícil,
compleja y de notable relevancia ética. En el momento de escribir estas líneas no existe
consenso entre los juristas, profesionales sanitarios y especialistas en bioética sobre la
necesidad, ventajas, inconvenientes y límites de esta medida irreversible. En el mejor de los
casos, suponiendo que dicha despenalización se llegue a aplicar en nuestro país algún día, la
misma sólo afectará a un número muy reducido de personas, como se ha demostrado en los
pocos lugares en los que la misma se encuentra vigente; de hecho, deja sin respuesta a la gran
mayoría de seres humanos que afrontan el último tramo de su existencia. En contraste con
esta realidad, unos cuidados paliativos de calidad, asequibles a todos los miembros que
conforman la comunidad humana, se presentan, para la gran mayoría de personas que se
acercan al final de su existencia, como una alternativa válida indiscutible a la que es preciso
que las autoridades sanitarias presten una atención urgente y prioritaria.
1.2.2 Caracteriza la problemática en contexto e impacto (Refiere sintéticamente resultados
metodológicos).
Calificar la eutanasia llamándola activa o pasiva, directa o indirecta, voluntaria o
involuntaria, o suicidio asistido sólo logra confundir.
Hipócrates vivió en el siglo IV antes de Cristo. Hasta entonces, el médico cumplía una
doble función; una era curar…¡la otra matar!
La gran contribución de Hipócrates, que pasó a la era Cristiana y guió la profesión de
médico durante los siguientes dos milenios, fue la de separar la función de curar y la de matar
del médico. A partir de entonces, el médico solo curaría. A través de los siglos, el juramento
hipocrático ha contenido la frase, primun non nocere, "en primer lugar, no hacer daño". En la
actualidad, los médicos que se gradúan ya no toman el juramento hipocrático. Con el aborto y
6. el apresuramiento para legalizar la eutanasia, los médicos, trágicamente, han vuelto a asumir
esa doble función.
Los partidarios de la eutanasia no dudan en acusar a los médicos de no permitir al
paciente morir en paz. El típico cuadro que presentan es el de un anciano atado a una cama,
agonizando, en constante dolor y con tubos en todos los orificios naturales de su cuerpo y en
algunos artificiales. El médico trata de mantenerlo vivo, quizás para obtener un mayor
honorario o quizás porque no quiere admitir que ha perdido la batalla para salvar una vida.
Una observación común entre personas retiradas es: " No quiero que se me mantenga
vivo con todos esos tubos y mediante tratamientos caros y dolorosos."
Los pacientes terminales, acaban muriendo. Aunque los partidarios de la eutanasia
hablan constantemente sobre esos casos, no son su verdadero objetivo. Son más bien aquellos
que se piensa que deben morir, pero que no mueren… los biológicamente tenaces. Por lo
general, tales personas no sufren dolor y sus vidas no dependen de aparatos terapéuticos, pero
son, según el juicio de muchos, una carga para la sociedad. Se trata de las personas con
derrames cerebrales, esclerosis múltiple, enfermedad de Lou Gehrig, daños cerebrales,
tetraplegia, etc.
1.2.3 Define los propósitos para el estudio de la problemática en sus contextos de
aplicación, condiciones y valores para su desarrollo.
Precisamente, la razón de ser de la medicina no es otra que evitar que la muerte cumpla su
cometido, habiendo posibilidades de derrotarla. Dado que el médico es el instrumento que
dispensa medicina, a él corresponde librar las batallas en defensa de la vida humana, tan
amenazada siempre por incontables factores patológicos. Puede decirse, por tal motivo, que
el médico trabaja familiarizado con la muerte, convive con ella. Esta convivencia es la que ha
permitido que el profesional de la medicina tenga una visión muy particular acerca del
significado y trascendencia de la muerte, percepción imposible de alcanzar en actividades
ajenas al arte de curar. Para los discípulos de Hipócrates, la vida es el bien más preciado del
ser humano, y perderla, cuando todavía tiene sentido vivir, es un asunto que hiere su amor
propio, como que su misión no es otra que velar por el bienestar físico y mental de sus
congéneres. Pero, ¿qué ocurre cuando la medicina y su cultor han perdido todo protagonismo
en la lucha contra la muerte, vale decir, cuando la enfermedad ha avanzado hasta su etapa
terminal, debido a que una y otro fueron impotentes para detenerla? Llegadas las cosas a tal
7. extremo, el médico pierde su condición de combatiente, pero no la de consolador y amigo
confidente de su paciente agonizante. Si ya no puede curar, su deber es el de aliviar y hacer
más soportable el tránsito final. En el desempeño de este nuevo papel se pone a prueba el
sentido humanitario que pueda acompañar al médico. Consolar y aliviar debe ser la consigna
que aliente su actuar profesional. Circunstancias hay -muy raras, por fortuna- en que el
consuelo y alivio son poca cosa frente al dolor físico y moral que tosigan al enfermo y que,
haciendo uso de su autonomía, lo llevan a implorar una ayuda efectiva, es decir, que su amigo
el médico se coloque del lado de la muerte y abra la puerta para darle paso, poniendo así
punto final a una agonía sin sentido. Recuérdese que agonía significa lucha, y luchar cuando
no hay esperanza, es algo vano, estéril, autodestructivo.La situación así descrita es la que ha
servido de marco a la eutanasia. Como se dijo atrás, el médico es quien mejor puede dar
testimonio de que la solicitud de muerte amable, dulce y compasiva, es una realidad. Servir
de sujeto activo en semejante trance es un papel que le ha negado la sociedad por conducto de
los hacedores de leyes, de seguro por el temor que existe de que tal licencia pueda desbordar
los límites y los condicionamientos que lleguen a establecerse para practicarla. Es probable,
asimismo, que cuando el médico reciba autorización legal para quitarle la vida a sus
enfermos, la misma sociedad comience a desconfiar de él.En encuestas practicadas en varios
países, se ha puesto de presente que la eutanasia tiene entre los médicos más simpatizantes de
los esperados. No obstante, en ninguna parte ellos han llevado la iniciativa para que se
despenalice la muerte por piedad -la iatrotanasia piadosa-, precisamente por considerar que
tal dispensa puede llevar a excesos, que contribuirían a desprestigiar la profesión.El médico
ciñe su actuar profesional a los principios y normas que ha establecido la costumbre, y que
constituyen la moral objetiva, de obligado cumplimiento. Uno de esos principios, sin duda el
de mayor jerarquía moral, es el respeto absoluto por la vida del paciente, bien el más preciado
del ser humano y al que se le han asignado un origen y un final metafísicos y, por lo tanto, ha
recibido toques de sacralidad.
1.3 Planteamiento de problema
1.3.1 Declara problema a ser investigado.
La eutanasia es uno de los actos más controvertibles de la actualidad en cuanto a los
derechos del ser humano. Se entiende por eutanasia a la práctica mediante la cual una persona
accede a dar fin a la vida de otro individuo ya sea a petición de este último o de un tercero, ello
con el deseo de detener el sufrimiento del paciente ya que no puede llevar una vida digna.
1.4 Objetivo General de la Investigación
8. 1.4.1 Define propósitos cognitivos y cognoscitivos.
Propósitos cognitivos
Si bien la eutanasia es un asunto controvertido, la legalización de ésta constituye un gran
dilema no sólo a nivel político sino a nivel ético y moral.
Dicho problema se debe principalmente a la diversidad y oposición de creencias y
pensamientos entre los individuos e instituciones.
El derecho de cada quien a disponer de su propia vida en uso del principio de autonomía.
El derecho a la muerte digna solicitada por quien padece dolor incurable.
La necesidad de regular una situación que ya existe de hecho.
La manifestación de solidaridad social que significaría eliminar vidas sin sentido, dura
carga para los familiares y para la sociedad.
Propósitos cognoscitivos
La discusión social sobre la eutanasia la vamos a tener previsiblemente muy intensa en
los próximos años y va a estar marcada por el apasionamiento, ya que todo sobre nacer o morir
remueve rincones muy profundos en los seres humanos.
Aunque la vida es un continuar, sin embargo su comienzo y su final son los únicos cortes
indiscutibles dentro de ese proceso que se desarrolla día a día, segundo a segundo. Las
actitudes ante estos dos puntos extremos de la existencia humana juegan un papel muy
trascendente en la cosmovisión del hombre y en las facetas de cada cultura.
1.5 Tareas de Investigación
1.5.1 Define el accionar para los logros de los objetivos.
Eutanasia es una palabra que se está poniendo de moda y puede significar muchas
acciones. Por ejemplo: dar muerte al recién nacido deficiente que se presupone llevará una
existencia disminuida, ayudar al que quiere morir a que consume su propósito. Eliminar al
anciano que se presume no vive ya una vida digna, procurar la muerte sin dolor a alguien que
sufre, matar al paciente indefenso (caso Terry Schiavo), etc.
“Acción u omisión que, para evitar sufrimientos a los pacientes desahuciados, acelera su
muerte con su consentimiento o sin él”. De otra parte, constantemente se alude al derecho “a
morir con dignidad”.
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