Internet es un motor social, económico, intelectual y político. La Red es de las personas, no de las autoridades regulatorias. Las Administraciones públicas tienen el reto de dinamizar y preserar esa libertad, no el derecho a censurar, coartar y perseguir en base a intereses puramente económicos y de otra ínbdole. Por un Internet libre, dinámico y generador de riqueza.