1. Entrevistas a Alejandra Pérez y Fran Ilich:
LA POSIBILIDAD DE SUBVERSIÓN
El tema es transversal en la 9ª BVAM. Está en obras como “Wiki_del_pueblo:
CachUreo? Valparaíso: Pichanga Urbana”, de la artista chilena Alejandra Pérez,
o en las experiencias cercanas al hacktivismo que el mexicano Fran Ilich mostró
en el Coloquio Internacional: las herramientas digitales abren al arte reales
opciones de acción social.
Preguntamos al director de la BVAM, Néstor Olhagaray, ¿cómo se plantea el hacktivismo en
el arte?: “Puede ser simplemente un acto de protesta, de rebeldía. Ser crítico y muy
contestatario, pero también buscar el exhibicionismo mediático, muriendo ahí. Defiendo las
experiencias más interesantes, que en primer lugar hablan de un dominio y de un conocimiento
de todos los instrumentos, hardware, software… Son actos tremendamente lúcidos y de
ingeniería. De deconstrucción y reducción analítica, que someten a sistemas impenetrables.
Hay acciones bastante creativas e interesantes. El estatuto estético va más allá de la simple
rebeldía y destrucción de un sistema, planteando un espacio crítico que lo avale como
experiencia de arte. No es pura demostración de habilidades y superación del sistema,
advirtiendo sus falencias. No es osadía o impacto mediático. Deviene arte cuando supera la
situación que compromete”.
Un terreno de nuevas definiciones se abre al arte en el cruce con la tecnología y la acción
social. Fran Ilch y Alejandra Pérez son artistas invitados a la bienal que —el último día del
Coloquio Internacional (jueves 27 de agosto)— coincidieron con el tema “Arte, Activismo y
Redes”.
El primero se refirió allí a sus incursiones como artista-hacktivista, a sus experiencias desde la
Web junto al frente Zapatista, o a trabajos en la red como las Telenovelas Interactivas que
tratan problemas de la población mexicana. Ilich preguntaba “¿puede el arte colaborar en
tiempo real con movimientos de resistencia… no a nivel estético, sino en acción?”.
Alejandra Pérez —o “elpueblodechina”— habló entonces de la obra en exposición
“Wiki_del_pueblo: CachUreo? Valparaíso: Pichanga Urbana”. La instalación sonora e
interactiva —que incluye un mapa en el link http://meipi.org/Valparaiso— da visibilidad a
agrupaciones de reivindicación social en el puerto declarado Patrimonio de la Humanidad, pero
con varios proyectos urbanos ineficientes o cuestionados. El trabajo, dice, está “vinculado a
activistas locales que organizan la resistencia barrial contra los intereses privados y la falta de
compromiso del Estado chileno con la ciudad puerto”. La artista vive allá y su inquietud pasa
por “dar algo de vuelta” a los habitantes del puerto y “no sólo alimentarse de ellos”.
2. El uso de herramientas digitales plantea a estos artistas la posibilidad de una real vinculación
con movimientos sociales. Radical incluso cuando se ejerce desde la clandestinidad del
hacktivismo.
Fran Ilich: “Las herramientas digitales brindan la posibilidad de problematizar al arte, haciendo
de éste un ejercicio dinámico que vaya más allá de la simple representación, inscribiéndolo en
el campo de la acción. Por ejemplo, en el caso de determinado tipo de programación o actos en
vivo. Sin embargo, el que encontremos programación en una pieza no implica que esta no vaya
a estar hecha para habitar en las cuatro paredes de una galería blanca y limpia. Y creo que ahí
está el problema. Hace unos 15 años, cuando aparece el net art proveniente de prácticas
peatonales del cyberpunk y el ciberespacio, se demuestra que una nueva práctica artística está
ocurriendo. Esto coincide con la escena global de la música electrónica, que reclamaba
espacios como la calle o edificios desocupados. El arte en Internet no necesitaba de galerías,
ocurría en espacios como ftp's, email, web… Sin embargo, hoy vemos que hay una necesidad
imperiosa de éste por ser aceptado por el mundo institucional. Cierto, hay que decir que no son
los mismos creadores, ni las mismas agendas. Lo que sí es que la posibilidad de subversión
existe, aunque ocurra con frecuencia sólo como posibilidad”.
Alejandra Pérez: “Las herramientas digitales son cercanas a las personas ya que son
utilizadas en la vida cotidiana para comunicar y almacenar información. Potencialmente ayudan
a la comunicación entre la gente. Un sitio como http://cerroconcepcion.org tiene alto tráfico,
convoca y vincula iniciativas en el puerto y cuenta con un grupo muy activo de vecinos que
están organizados previamente al desarrollo del blog. El sitio ha reforzado y visibilizado un
trabajo comprometido en terreno. Sin embargo, la mayoría del tiempo los medios digitales
están dominados por su uso comercial e individualista. En esa lógica me parece se desarrolla
mucho del media art. Abunda el esteticismo y la búsqueda del control absoluto a través de la
interactividd entendida como 'efecto' en tiempo real”.
Las mismas preguntas fueron planteadas a ambos, por separado, luego del Coloquio
Internacional.
¿Significan estas prácticas cierta "esperanza" frente a la crisis de un arte que por muy
crítico termina siempre manejado por el mercado?
A.P: No, para nada. No es ninguna esperanza. Son manifestaciones que indudablemente
amplifican nuestras capacidades de comunicación, pero no son una receta. Tampoco creo que
todo el arte crítico esté manejado por el mercado. Es decir, es así si aceptamos que todas las
esferas de la vida en la sociedad contemporánea están mediadas por el mercado y el capital,
pero eso ya lo decía H. Lefebvre en 1968 (1901-1991, filósofo marxista francés).
3. F.I: El mercado del arte me parece una cosa fascinante. Pensar que a una pieza, a un
concepto, una idea, es decir, al arte, se le puede poner un precio en el mercado, quiere decir
que algo está haciendo muy bien el mercado y muy mal el arte. Es decir, más allá de la retórica
y la teoría del arte. Si el mercado logra darle un rol y ponerle un precio, entonces lo que el arte
tiene que decir termina siendo un simple comentario sin importancia. Sin embargo, tampoco
estoy de acuerdo en que todas las acciones hacktivistas que están haciendo intervenciones
quepan siquiera en los espacios del arte. Por ejemplo, los sabotajes a la infraestructura
submarina de Internet o los servidores autónomos: ¿cómo podrían ser apropiados o incluidos
por los espacios artísticos?
¿Cómo puede el arte colaborar realmente en las luchas sociales? ¿Las potencia, las
encauza, las hace visibles...?
A.P: Creo que el arte y el diseño pueden contribuir a convocar, organizar información y dar
visibilidad a los movimientos sociales. Aunque a veces para ellos es más útil el trabajo
voluntario de un abogado o un arquitecto. El arte y el diseño aportan discretamente y ambos
se nutren y revitalizan en contacto con esta dimensión de trabajo y organización social. Por otro
lado, hay luchas sociales digitales como el debate por los derechos de autor y las licencias
libres. O el software propietario versus el software libre. Esas luchas para mí son muy
importantes, porque defienden la libertad para informarnos y acceder a la sociedad de la
información. Y en estas reivindicaciones hay mucho movimiento en la red y colectivos
trabajando en todo el mundo. Por ejemplo, en Barcelona, giss.tv, que trabajan en la difusión del
software libre con herramientas para hacer streaming, transmisión de audio y video en la red.
F.I: Nunca estaría de acuerdo en que las luchas sociales necesitan ser visibles; en todo caso,
necesitan ser resueltas. Incluso si el conflicto de Chile con los mapuches se silencia en los
medios, éste existe. Y el que se le nombre más tampoco ha hecho que se resuelva. Creo que
la posibilidad que permite Internet es la de ser eficaz, pues si de nuevo el activismo mediático
se limita a la pura representación en los medios, entonces bien podríamos seguir en la fase de
hacer pinturas o escribir textos sobre conflictos. En este momento, se trata de resolver o
trabajar directamente sobre los conflictos, mediante intervenciones, organización, acción. De
hecho, hay que considerar un aspecto mediático que rara vez se toca en el arte y es el de
generar cuerpos económicos, políticos, como la TV y el radio, donde estos elementos son
incluso mas importantes que sus contenidos estéticos.
También hay un problema de definiciones o de visibilidad de este tipo de arte que
fácilmente puede ser puro activismo y no "obra de arte"... ¿Cuándo es arte una acción de
lucha social?
A.P: Es arte cuando decimos 'es arte' y realizamos o performamos la práctica al interior de un
museo o en un otro espacio definido como perteneciente al dominio de las artes. El arte es un
4. acuerdo entre partes y hace mucho tiempo. Ya en 1916 el dadaísmo traía la vida cotidiana al
espacio artístico. Mucho trabajo activista puede ser presentado artísticamente, depende
entonces de los medios de producción y los circuitos de distribución. Aunque sea en la calle y
no una galería, es la performatividad artística un acto de lenguaje que define si es arte o no.
F.I: Ese es un problema que le vamos a dejar a los puristas y a la gente que le gusta colocar
etiquetas. Si el arte sólo existe para hacer arte, entonces es simple: no tiene ningún sentido
que los estados-nación le dediquen porción de su presupuesto. El arte, como la cultura, tiene
responsabilidad social, un carácter que cumplir como cualquier otro ministerio. Es decir, un arte
que se queda para unos cuantos, no tiene ningún sentido en países democráticos. Y eso es
algo sobre lo que hay que trabajar.
Prensa
9ª BVAM
Chile 2009