2. La guerra de Malvinas El siglo XIX fue auge del esplendor para el denominado Imperio Británico. Sus enormes extensiones abarcaban los terrenos más exóticos en todo el mundo. En América, sólo Canadá, con su ubicación septentrional era colonia considerable en el nuevo continente. Pese a todo, Inglaterra y otras potencias tales como Holanda estuvieron siempre interesadas en las colonias castellanas de América y a menudo bombardeaban sus puertos o intentaban un desembarco para instaurar una colonia, algo que siempre fue rechazado. Los puertos del Callao o Buenos Aires fueron bombardeados muchas veces, por sólo señalar un ejemplo. La historia de la pelea por las islas Malvinas se gestaba ya desde mediados de la década del siglo XVIII cuando las flotas inglesa y española se disputaban el dominio del Atlántico. En 1811 habían sido abandonadas por los españoles y estuvieron desocupadas hasta 1820, cuando el gobierno de Argentina, declara sus derechos sobre las mismas. Allí sólo llegaban barcos balleneros y los argentinos fueron los primeros en establecer algunas colonias permanentes. Empero los ingleses arribaron el 2 de enero de 1833, y reclamando la soberanía de las islas para la corona británica, no se marcharon jamás. Como Argentina no tenía una flota tan poderosa ni una guarnición temeraria en la isla, sencillamente retira a sus soldados. Inglaterra intentó invadir Argentina varias veces sin éxito, utilizando dichas islas como base. Desde entonces estuvieron ocupadas por los ingleses, y los reclamos se hicieron durante todo este tiempo hasta inicios de la década de los ochenta del siglo XX.
4. La Guerra de Malvinas El inicio de la Guerra de Malvinas. Argentina para 1981 se encontraba bajo un gobierno militar dirigido por Galtieri. El mismo que no estaba gozando de buena popularidad además de que la inflación en el país sudamericano era galopante. Con el fin de intentar despertar en el país aires nacionalistas que beneficien al gobierno, Galtieri decide utilizar la diplomacia para recuperar las islas, empero, todo resultado fue infructuoso. Por tanto el 2 de abril de 1982, las fuerzas argentinas desembarcan en las Islas Malvinas, obligando a los soldados ingleses a rendirse. En Inglaterra las cosas tampoco iban bien para el gobierno de turno. Ejercía como primera ministro Margaret Thatcher, apodada la Dama de Hierro quien tenía serios problemas para manejar la economía de su país el que arrastraba un mal desde la Crisis de Suez. Es bajo este contexto que el gobierno argentino decide recuperar las islas Malvinas, creyendo que la OEA la apoyaría. No obstante, el hecho de que Argentina no aplicara la diplomacia, pero sí las armas, le quitaría respaldo internacional, sobre todo de las potencias como Estados Unidos, totalmente del lado inglés y de parte de algunos países sudamericanos como Chile, que debido a problemas limítrofes con Argentina estuvo a punto de ir a la guerra con este país, y había quedando profundamente resentido hacia la actitud del gobierno militar bonaerense.