2. EL RESPETO
El respeto es la consideración de que alguien o incluso algo
tiene un valor por sí mismo y se establece
como reciprocidad: respeto mutuo reconocimiento mutuo. El
término se refiere a cuestiones morales y éticas, es utilizado
en filosofía política y otras ciencias sociales como
la antropología, la sociología y la psicología
El respeto en las relaciones interpersonales comienza en el
individuo, en el reconocimiento del mismo como entidad
única que necesita que se comprenda al otro. Consiste en
saber valorar los intereses y necesidades de otro individuo en
una reunión
3. LA TOLERANCIA
La tolerancia es el respeto y la aceptación de los demás, con
sus virtudes y defectos; es la aprobación de la diversidad de
culturas, religiones y de cualquiera de nuestras formas de
expresión como personas civilizadas.
La tolerancia posibilita ostentar una mente y una actitud
abiertas, y la libre comunicación de nuestros pensamientos y
sentimientos.
Ser tolerantes no denota ser condescendientes, no significa
dejar que nos humillen ni quiere decir que seamos permisivos
con las injusticias.
4. EL AMOR
El amor es un concepto universal relativo a la afinidad entre
seres, definido de diversas formas según las diferentes
ideologías y puntos de vista
(cientifico,filosofico, religioso, artístico). Habitualmente, y
fundamentalmente en occidente, se interpreta como un
sentimiento relacionado con el afecto y el apego, y resultante
y productor de una serie de
emociones, experiencias y actitudes. En el contexto filosófico,
el amor es una virtud que representa toda la bondad,
compasión y afecto del ser humano También puede
describirse como acciones dirigidas hacia otros y basadas en
la compasión, o bien como acciones dirigidas hacia otros (o
hacia uno mismo) y basadas en el afecto.
5. LA HUMILDAD
La humildad va de la mano con la sencillez que nos enseña a valorar las cosas
simples, por ejemplo, la naturaleza, las pequeñas alegrías de cada día, las
expresiones de afecto de nuestros amigos y los logros que obtenemos.
Muchas personas dejan de apreciar eso y se sacrifican buscando una vida llena
de supuestos atractivos como los viajes, los bienes materiales y las constantes
diversiones. Nada de eso es garantía de la felicidad, ni asegura el bienestar,
ese camino es sólo un laberinto dónde cada vez se buscan cosas más raras y
complicadas que nunca nos satisfacen y en ocasiones puede llegar a ser la
puerta de entrada a graves problemas como la drogadicción o el alcoholismo.
Una persona sencilla es una persona abierta, dispuesta a aprender, que se
sorprende con lo que le aportan los demás. Al liberarse de las barreras del
orgullo, es capaz de disfrutar y valorar en su medida la riqueza del mundo. En
el mundo de hoy todos parecemos estar participando en una competencia
para ser el más rico, el más inteligente, el más guapo, el más exitoso… El
orgullo hace que muchas personas busquen esas metas, se crean superiores a
los demás y cometan una serie de equivocaciones: creen que lo pueden todo,
imponen sus decisiones y desprecian a las otras personas.
6. LA LEALTAD
Hacer aquello con lo que uno se ha comprometido aun entre
circunstancias cambiantes. Un valor sin el cual nos quedamos solos y que
debemos vivir nosotros antes que nadie.
La lealtad es una virtud que desarrolla nuestra conciencia. Ella nos
conduce profundamente hacia una situación, a través de ésta, y hacia la
salida del otro lado, emergiendo como una persona más evolucionada.
La lealtad es un corresponder, una obligación que se tiene con los demás.
Es un compromiso a defender lo que creemos y en quien creemos. La
lealtad es un valor, pues quien es traidor se queda solo. Cuando somos
leales, logramos llevar la amistad y cualquier otra relación a su etapa más
profunda. Todos podemos tener un amigo superficial, o trabajar en un
lugar simplemente porque nos pagan. Sin embargo la lealtad implica un
compromiso que va más hondo: es el estar con un amigo en las buenas y
en las malas, es el trabajar no solo porque nos pagan, sino porque
tenemos un compromiso más profundo con la empresa en donde
trabajamos, y con la sociedad misma.
7. LA PAZ
La palabra paz deriva del latín paz. Es generalmente definida, en sentido
positivo, como un estado a nivel social o personal, en el cual se
encuentran en equilibrio y estabilidad las partes de una unidad, y en
sentido negativo, como ausencia de inquietud, violencia o guerra
Desde el punto de vista del derecho internacional, y por extensión de la
definición anterior, el término Paz es un convenio o tratado que pone fin a
la guerra (como por ejemplo, el proceso de paz de westfalia).
Puede hablarse de una paz social como entendimiento y buenas
relaciones entre los grupos, clases o estamentos sociales dentro de un
país. En el plano individual, la paz designa un estado interior, exento de
cólera, odio y de sentimientos negativos. Es, por lo tanto, deseada para
uno mismo e igualmente para los demás, hasta el punto de convertirse en
un saludo (la paz esté contigo) o una meta de vida. La paz es también una
parte de la liturgia católica
8. LA RESPONSABILIDAD
La responsabilidad es un valor que está en la conciencia de la
persona, que le permite reflexionar, administrar, orientar y valorar
las consecuencias de sus actos, siempre en el plano de lo moral.
Una vez que pasa al plano ético (puesta en práctica), se establece la
magnitud de dichas acciones y de cómo afrontarlas de la manera
más positiva e integral, siempre en pro del mejoramiento laboral,
social, cultural y natural.
La persona responsable es aquella que
actúa conscientemente siendo él la causa directa o indirecta de un
hecho ocurrido. Está obligado a responder por alguna cosa o alguna
persona. También es el que cumple con sus obligaciones o que
pone cuidado y atención en lo que hace o decide. En el ámbito
penal, culpable de alguna cosa, acto o delito. En otro contexto, es la
persona que tiene a su cargo la dirección en una actividad.
9. LA SOLIDARIDAD
La solidaridad es uno de los principios básicos de la concepción cristiana de la organización
social y política, y constituye el fin y el motivo primario del valor de la organización social. Su
importancia es radical para el buen desarrollo de una doctrina social sana, y es de
singular interés para el estudio del hombre en sociedad y de la sociedad misma.
Junto con los de autoridad, personalidad, subsidiaridad y bien común, la solidaridad es uno
de los principios de la filosofía social. Se entiende por regla general que, sin estos cinco
principios, la sociedad no funciona bien ni se encamina hacia su verdadero fin.
Presentamos aquí el principio de solidaridad.
La palabra solidaridad proviene del sustantivo latín soliditas, que expresa la realidad
homogénea de algo físicamente entero, unido, compacto, cuyas partes integrantes son de
igual naturaleza
La teología cristiana adoptó por primera vez el término solidaritas, aplicado a la comunidad de
todos los hombres, iguales todos por ser hijos de Dios, y vinculados estrechamente en
sociedad. Entendemos, por tanto, que el concepto de solidaridad, para la teología, está
estrechamente vinculado con el de fraternidad de todos los hombres; una fraternidad que les
impulsa buscar el bien de todas las personas, por el hecho mismo de que todos son iguales
en dignidad gracias a la realidad de la filiación divina.
10. La compasión
La compasión es el principio fundamental ético de las relaciones de uno con otras
personas y con todos los seres vivientes, incluso con los no encarnados. Éste es el
principal aspecto del amor en la Tierra y el primer criterio según el cual Dios
decide: permitir a una persona acercarse a Él o no.
El causar daño injustificado a las personas o a otros seres nunca puede tener
justificación ante los ojos de Dios.
Pero ¿qué es causar daño justificado entonces? Por ejemplo: el causar dolor u otro
daño a los delincuentes, rechazando sus hechos delictivos o defendiendo a otras
personas de ellos. Otro ejemplo es el castigar a un niño que travesea
peligrosamente para sí mismo y para los demás, también la limitación de la
libertad de las personas mentalmente enfermas, etc.
Sin embargo, la venganza no puede ser justificada: es una reacción egocéntrica de
mi «yo» ofendido, que no debe existir.
El que comprendió el verdadero amor no puede causar dolor en vano a un animal.
No puede comer los cadáveres de animales que fueron muertos: porque en sus
cuerpos está el dolor de sus muertes.