Un campesino chino y su hijo perdieron su caballo, pero luego este regresó con una yegua. Cuando el hijo intentó montar la yegua, se cayó y se rompió la pierna. El padre le dijo que esperara antes de juzgar si esto era bueno o malo. Más tarde, reclutadores del ejército pasaron por la aldea pero dejaron al hijo con la pierna rota. El hijo aprendió que es mejor esperar antes de juzgar una situación como buena o mala.