Describe los intentos del Estado chileno por transformarse en una "nación-estado" a pesar de la existencia de varias naciones distintas conviviendo en su territorio, encarnadas por los pueblos indígenas que vivían y viven en él desde tiempos Prehispánicos.
Presentación final hecha para simposio Colegio San Ignacio, San Pedro; por el grupo de debate del Liceo Juan Martínez de Rozas, Concepción, 2014.
Pueblos indígenas de Chile y la paradoja del "Estado-nación"
1. Los pueblos indígenas de Chile
y la paradoja del estado-nación
Integrantes:
Constanza Sobarzo Espinoza
Daniel Fuentes Macaya
Profesor Guía:
Juan Pablo Jimémez Rojas
Juan Martínez de Rozas Concepción, 10 Sept. 2014
Colegio San Ignacio
III Coloquio de estudiantes de Ciencias Humanas
2. “los pueblos y los individuos indígenas tienen
derecho a pertenecer a una comunidad o nación
indígena, de conformidad con las tradiciones y
costumbres de la comunidad o nación de que se
trate”
Declaración ONU 2006, art. 9
(aprobada por Chile 2007)
3. Durante la independencia los pueblos
indígenas, principalmente mapuche, fueron vistos
con admiración y como inspiración en la lucha
contra los españoles.
Pero luego, el proyecto de las clases
dominantes para la nueva república, basado en la
construcción de un Estado-nación y en el concepto
evolucionista de “progreso”, fue distanciando a los
indígenas del resto de la sociedad chilena.
Esto a medida que se comprobaba que grandes
sectores de esta población no estaban interesados
en participar de dicho proyecto o bien, no eran
compatibles por sus características socio-culturales.
Introducción
5. Podemos entender “Estado” como una entidad
política que tiene un territorio, fronteras claras y
leyes, institucionalizando el poder político.
Por otro lado, “nación”, es un conjunto de
personas que comparten un origen y una historia en
común y tienen como rasgos de identidad una
cultura, un idioma, creencias y tradiciones comunes.
El concepto de “Estado-nación” se hace
presente en el siglo XIX y dice que el Estado debe
construirse sobre la base de la nación, es decir, cada
nación debe tener un Estado.
El Concepto de Estado-nación
6. El concepto de Estado-nación; muy influyente
en el siglo XIX, se presentaba como la única opción
de construir un Estado fuerte y sobre su base se
estaba ordenando el mapa de Europa. Se extendió a
Latinoamérica justo durante la época que siguió a la
independencia.
Pero la realidad latinoamericana era distinta a
la europea, pues aquí existían sociedades
multiculturales, plurinacionales. Bajo la visión del
“Estado-nación” esto sólo podía significar la
disgregación de dichos Estados (cosa claramente
inviable) o bien, la asimilación o eliminación de los
sectores “distintos”, es decir, los indígenas.
7. Por otro lado, el paradigma evolucionista del
“progreso”, otra de las ideas influyentes del siglo
XIX, contraponía los conceptos de “civilizado” y
“bárbaro”, representando en la sociedad civilizada el
medio para alcanzar el progreso. Un pueblo o nación
que no integrase estos principios y que se negase a
aceptarlos representaba un obstáculo al progreso.
Por esto, era necesario que la nación
homogénea de un Estado-nación tuviese estas
características de civilización y progreso.
La idea de “progreso” y el Estado-nación
10. Luego de la independencia, pueblos indígenas
como los mapuche o las sociedades indígenas de la
zona austral (por ejemplo Onas Selk’nam o Alacalufes
Kaweshkar) no estaban integrados a la república y
vivían, prácticamente, de manera independiente.
Durante nuestras primeras décadas de vida
independiente el Estado no tenía la capacidad de
hacerse cargo de esta situación. Confiaban en que los
indígenas se integrarían de manera voluntaria y
pasiva para terminar asimilándose, por medio de la
aculturación y el mestizaje, como había sucedido con
los indígenas de la zona central.
Chile post-independencia
11. Dado el limitado alcance territorial de la nueva
República y el desconocimiento de la complejidad de
la relación entre la sociedad criolla y los pueblos
indígenas, en esta época el tema indígena no fue tan
relevante. Simplemente se esperaba tratarlos como
chilenos, sin distinción.
Por otro lado, la misma falta de interés de los
indígenas, ajenos a las intenciones del Estado
chileno, ayudó a esta situación. Ellos conformaban
su propia nación y nos les interesaba la nación
chilena.
14. La situación cambió a mediados del siglo XIX,
cuando ideas como el Estado-nación y el progreso ya
estaban asentadas y el Estado chileno tenía ya una
mayor solidez y demandaba ampliarse, mientras que
la situación de los indígenas (junto con sus
territorios) continuaba sin mayores alteraciones.
Entonces comenzaron a surgir voces que
reclamaban la integración de esos territorios y la
asimilación o eliminación de los pueblos indígenas:
15. “La política, la industria, la colonización, todos
los grandes intereses demandan la anexión de Arauco.
La dignidad del país ofendida por los salvajes, la
necesidad de ensanchar el territorio, la inmigración,
las industrias que deben explotarse allí, todo eso pide la
reducción de Arauco. La prensa, el Congreso, el
comercio, y la opinión de toda la nación están
conformes con el proyecto de anexión de Arauco.”
(El Correo del Sur de Concepción,
4 de octubre de 1854)
16. Al mismo tiempo, se intentaba definir Chile
como un país mayormente “blanco”, con el objeto de
homogenizar nuestra sociedad, es decir presentarla
como una sola nación:
“Así, pues, haciendo abstracción de los cuatro mil
fueguinos que habitan las islas del sur y de los cuarenta o
cincuenta mil araucanos que viven encerrados en una
porción reducida de territorio, y que cada día se hace
más estrecha, todo Chile es poblado por una sola raza en
que predomina el elemento europeo más o menos puro y
en que no se habla más que un puro idioma, el español.”
(Barros Arana, 1875: 12)
18. Lo dicho anteriormente se tradujo en una
política de conquista y asimilación forzada de los
pueblos indígenas, que se llevó a cabo
principalmente a través de la “Ocupación de la
Araucanía” y de la colonización de la zona sur-
austral del país.
Con la ley de 1866, al inicio de la Ocupación
de la Araucanía, los territorios indígenas se
declaran fiscales y sujetos a colonización,
desconociendo los derechos de los indígenas.
19. Pueblos como los onas o los alacalufes fueron
llevados prácticamente a la extinción, mientras que
los mapuches fueron derrotados militarmente luego
de unos treinta años de campañas y llevados a
reducciones en las que se pretendía “civilizarlos” o
bien aislarlos de la sociedad chilena.
A partir de entonces se confió en que el
proyecto homogenizador de la nación chilena se
completaría de manera exitosa, construyendo un
Estado-nación moderno.
20. También es importante mencionar que
durante esta misma época (1888) Rapa Nui pasa a
estar bajo la soberanía de Chile, quedando los
indígenas de la Isla en una situación de hecho
colonial, incluso sin ser reconocidos como
ciudadanos hasta 1966, mientras que la isla era
administrada por la Armada.
24. En lo sucesivo y durante la mayor parte de
nuestra historia republicana, los integrantes de
los pueblos indígenas fueron considerados simples
“objetos de derecho”.
Luego de la ocupación de los territorios del
sur, la situación de los pueblos indígenas se movió
entre la asimilación, la marginación y la
“pauperización” (empobrecimiento). Mientras, el
aspecto legal se centró en la administración de las
tierras que éstos ocupaban.
De la asimilación al reconocimiento
25. Ya en el siglo XX, durante los gobiernos de
Eduardo Frei y Salvador Allende (ley 17.729) se
produce un pequeño cambio en este proceso ya que
se busca el desarrollo de los pueblos indígenas
desde su propia identidad, pero esto queda
interrumpido por la dictadura de Augusto
Pinochet.
El período de la Concertación comenzó con
promesas de reconocimiento constitucional (Nueva
Imperial, 1989), pero sólo se ha llegado a la Ley
Indígena de 1993, que reconoce a ocho pueblos
originarios y fija algunas bases del reconocimiento
y validez de las culturas indígenas.
27. Llegado el siglo XXI, parece ser que el
proyecto de construcción de Chile como un
Estado-nación aún no se consolida y tal vez nunca
lo haga.
Amplios sectores de las nuevas generaciones
indígenas han conservado sus rasgos de identidad
nacional. Dotados de las herramientas que les ha
proporcionado la sociedad “huinca” moderna,
cuestionan las bases del Estado sentadas en la idea
de una sola nación, se conciben así mismos como
integrantes de una nación distinta y presionan por
el reconocimiento constitucional.
Conclusiones
28. “En el caso de la relación estado/mapuche, que es el
caso de un estado con dos -en verdad más- naciones
o pueblos (chilenos y mapuche), el estado está
controlado casi exclusivamente por uno de esos
pueblos: el chileno.
Los chilenos -nacionalistas sobre todo- quisieran
convertir a los mapuche en una masa indiferenciada
de ciudadanos del estado (en chilenos). Y es ahí
donde nace el carácter conflictivo de la relación, que
toma la forma de dominación-subordinación.”
Juan Marimán “Estado chileno y pueblo mapuche”
(Dic 2004-Ene 2005)
29. La Pregunta que nos queda es ¿Por qué
negarles el reconocimiento como nación (o
naciones)? ¿Acaso todavía se insiste en el proyecto
de homogenización del siglo XIX?
Tal vez las complejidades de hacerlo sean
muchas y esto haga que el Estado y sus
autoridades simplemente bajen el perfil a estos
sectores “minoritarios” y se contenten con darles
una ayuda asistencialista.
Pero eso no borra el hecho de que en
nuestro territorio co-habiten pueblos con distintos
orígenes, tradiciones, historias e incluso idiomas y
cosmovisiones, es decir una pluralidad de naciones.