Este documento analiza los desafíos y oportunidades que ha traído la pandemia para el sector educativo en Colombia. Expertos argumentan que el modelo educativo necesita un replanteamiento. La transición a la educación virtual ha resaltado las brechas de acceso a la tecnología. Además, la crisis económica amenaza con el cierre de muchas instituciones privadas. Se proponen cambios como eliminar las calificaciones numéricas y enfocarse más en el aprendizaje que en las notas. Sin embargo, aún hay debates sobre cómo adaptar
Procedimientos para la planificación en los Centros Educativos tipo V ( multi...
tarea informatica
1. Ensayo, la pandemia y la educación
Aguirre Lopez Juan Camilo
902 JM
Licenciada
Nestor Martinez
I.E.D Antonio Villavicencio
Área Humanidades
Lengua Castellana
Bogotá.D.C.
2020
2. Introducción
Expertos aseguran que el modelo educativo debe replantearse al regreso a clases.
Desde antes de la llegada del coronavirus a Colombia, la educación del país se veía enfrentada
a retos de enorme proporción. Ahora, con la llegada del covid-19 y los cambios que la
emergencia trajo consigo, expertos plantean un panorama aún más retador, lleno de
oportunidades, pero también de necesidad de transformaciones urgentes.
La declaración de emergencia sanitaria por parte del Gobierno obligó a millones de
estudiantes, colegios, jardines infantiles, instituciones de educación superior (IES), padres y
maestros a continuar con sus actividades desde casa. Todo esto filtrado por un entorno
económico visiblemente afectado, así como la implementación obligada de tecnologías de la
información y las comunicaciones (TIC) para seguir operando.
“No sé si la pandemia nos va a obligar a cambiar la educación, pero sí nos enseñó que es
nuestro deber hacerlo. Evidentemente no puede continuar igual que antes, porque quedó
demostrado que ante un evento de esta magnitud el país no estaba preparado. Pero también
la emergencia plantea retos a los que la educación se debe adaptar para poder enfrentarlos”,
asegura Francisco Cajiao, experto en educación.
Pese a esto se pueden ver afectaciones en varios sectores tales como el privado, el Laboratorio
de Economía de la Educación de la Universidad Javeriana señala que las admisiones en
universidades privadas cayeron 13 por ciento entre 2016 y 2017. Si bien en los últimos dos
años hubo una ligera mejoría, el panorama para el segundo semestre de 2020 es desalentador.
Estimaciones del gremio de colegios privados señalan que más del 25 o el 30 por ciento de
las instituciones pequeñas del país (entre colegios y jardines infantiles), de entre 100 y 400
estudiantes, van a tener que cerrar para el año entrante.
“Los colegios privados atraviesan por una situación económica difícil y muchos van a tener
que cerrar. Esto afectará a los niños, que ahora deberán buscar un nuevo colegio, y tal vez no
haya cupos suficientes en instituciones privadas y tampoco capacidad en el sector oficial para
atender esa demanda. La falta de oferta aumentaría los índices de deserción escolar”, señala
Abondano.
Los padres y los estudiantes también se vieron afectados económicamente por la pandemia.
Se estima que cerca del 80 por ciento de los padres de familia han dejado de pagar pensión
desde el mes de marzo. Un duro golpe, si se tiene en cuenta que este sector sobrevive
únicamente de los pagos de pensión y matrícula de aproximadamente 1’950.000 estudiantes.
Todas estas cosas se han fortalecido mediante la llegada del coronavirus.
3. Desarrollo
Tal vez el mayor impacto en el sector fue el paso a lo digital. Con el cierre de centros
educativos para prevenir el contagio, todo el modelo se volcó a la virtualidad. Una situación
que se encontró con un limitante: el acceso a la tecnología.
“La pandemia nos mostró el enorme atraso que tenemos en el uso de las tecnologías.
Hemos hablado en los últimos años de las TIC, pero lo que vemos es que no estábamos
listos para usarlas de manera intensiva. Hay un tema de desigualdad. Muchísima gente no
tiene ni herramientas ni conectividad”, señaló Cajiao.
Para el padre Harold Castilla, rector de la Uniminuto, con la pandemia, la educación ya no
se puede ver desligada de la virtualidad: “Un escenario para la educación a mediano y largo
plazo es que las TIC van a generar un fuerte impacto. Pero se requiere que desde todos los
actores se dé una mirada a la virtualidad como proyecto de desarrollo para la educación. La
tecnología no es una alternativa, sino una necesidad”.
Las cifras así lo demuestran. De acuerdo al último censo del Dane, solo el 43 por ciento de
las personas del país tienen acceso a internet fijo o móvil. De acuerdo con el Laboratorio de
Economía de la Educación de la Universidad Javeriana, el 17 por ciento de los estudiantes
universitarios de IES privadas no tienen ni computador ni internet; en las IES públicas, la
cifra es del 29 por ciento.
En el caso de la educación de menores de edad, 48 por ciento de los rectores de colegios
públicos y 12 por ciento de privados consideran que sus docentes no tienen habilidades
técnicas ni pedagógicas para educación virtual.
Nunca el país se había enfrentado a la obligatoriedad de estos modelos. Mientras el sector
público se reforzó con aplicativos como Aprende Digital, del Ministerio de Educación, o el
seguimiento a los más pequeños por medio del trabajo telefónico de las madres
comunitarias del ICBF, el sector privado y la educación superior dependían más de su
propia infraestructura y creatividad para seguir enseñando desde casa.
Los resultados han sido buenos o malos, según cómo se mire. Muchos estudiantes han
logrado continuar su aprendizaje sin mayor inconveniente (aunque con críticas al
considerar que el modelo virtual no sustituye por completo lo presencial). A otros les ha
costado al no tener internet o computadores. Otros, sencillamente, no han podido continuar.
4. Recientemente, Phil Christman, profesor de la Universidad de Míchigan en Ann Arbor,
como parte de un análisis de varios docentes sobre la pandemia en The Chronicle of Higher
Education, señaló que debía eliminarse la calificación numérica para pasar solo a los
conceptos de aprobado y reprobado.
Esto ya es una realidad, por ejemplo, en la Universidad de los Andes en la actual
contingencia. Algunos creen que este es el modelo que debe aplicar en todas las ramas de la
educación al finalizar la pandemia.
Así lo ve Cajiao: “Tenemos que revalorizar una idea interesante: hay que salir adelante
juntos. Hay que quitar esa idea competitiva de cada estudiante de mostrar que es el mejor.
El problema es cuando la gente estudia para pasar el año o sacar calificaciones y no para
aprender. La buena educación se logra cuando hay el compromiso de aprender”.
Si bien esta idea todavía genera divisiones, hay mayor consenso en un punto: generar
cambios curriculares, empezando por la reducción de asignaturas hasta poner más atención
al contenido social.
5. Conclusión
Ya teniendo en cuenta las problemáticas en los sectores podemos decir que por el degrado
de la educación durante la pandemia se puede volver a las clases presenciales y de que
algún día tendríamos que usar mas las TICS para reformar nuestra educación y estímulos,
pero el problema es que no todos las tienen, por ahora es una estrategia que tiene un
desarrollo de factor social y económico ya que solo un numero de personas las tienen, en lo
que cabe de la investigación se ve que la educación superior, entes privado o públicos de
educación técnica profesional, tienen una realidad la cual es una baja en las matriculas y en
el pago de estas lo que afecta su economía, mi opinión sobre el tema de la calificación me
parece algo bueno pero incompleto ya que solo es aprobado y reprobado, y que pasa con el
regula o el raspando, así como también el sistema de puestos en una clase, bueno este se
puede arreglar pero la satisfacción personal por la nota tanto del estudiante como del padre,
y la demostración de prestar atención, comprender, y desarrollar las temáticas todo esto
depende de una numeración para ver quien hace mas y quien no, esta es mi opinión.
¿Cuál es la suya?