1. El canto del gallo en diferentes idiomas.
“Nunca entendí por qué los gallos españoles hacen quiquiriquí, los franceses
cocoricó, los anglosajones cock-a-doodle-doo y sabe Dios los germanos o los
japoneses. Yo estaba convencido de que el canto del gallo era universal.”
Juan Cueto en un artículo periodístico español.
Nunca antes me había puesto a pensar en esto, pero creo que todo tiene
que ver con el acento de las personas y de cierta manera influye en los animales,
¿cómo? No tengo ni idea, pero creo también que los animales no tienen diferentes
lenguajes. Aunque varíe el tono o la frecuencia, siempre el perro ladrará, el gato
maullará y el caballo relinchará. Lo que sí estoy seguro es que tanto los niños
como los animales pueden imitar expresiones similares de aquellos que los guían.
Hace poco se hizo un estudio y se demostró que bebés franceses y
alemanes lloraban de manera diferente aunque eran demasiado pequeños para
expresar palabras. Unos comeaban o utoo lto e iba jdo y lo oros alrevés. Lo que
confirma el hecho de que aún siendo bebés ya el ser humano está imitando los
sonidos de las personas que están cerca de él, y claro, influirá su área geográfica
e idioma.