Lectura 15 aranguren, ciudadanía y participacióniprudkin
Similar to Comunicación al XII Congreso. Historia reciente y presente en la defensa de la vida: "Aborto No. Dios ama al embrión". Pamplona (Navarra) (20)
2. José Fermín Garralda
“Aviso a los tradicionalistas…”
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Autor e imágenes: José Fermín Garralda Arizcun
AVISO EN DEFENSA DE LA VIDA DEL “NASCITURUS”:
“ABORTO NO. Dios ama al embrión. CTC”
Hay iniciativas sociales que trabajan por la vida, que hacen política de partido, mientras
rechazan que otros hagan política, y además fagocitan –capturan y digieren- una sana y
masiva reacción pro vida social.
rargonz@gmail.com
Colección: Bemba nº 3
Pamplona, 2014
* Queda prohibida la reproducción total o parcial de este trabajo sin permiso
del autor. Está protegido. Puede ser citado mencionando autor, título, año,
formato de edición y localización en la red.
3. José Fermín Garralda
“Aviso a los tradicionalistas…”
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AVISO EN DEFENSA DE LA VIDA DEL
“NASCITURUS”:
“ABORTO NO. Dios ama al embrión. CTC”
Hay iniciativas sociales que trabajan por la vida, que hacen
política de partido, mientras rechazan que otros hagan
política, y además fagocitan –capturan y digieren- una
sana y masiva reacción pro vida social.
José Fermín Garralda
Pamplona, 2014
ES UNA INQUIETUD GENERALIZADA. Esta aportación
es un AVISO para la acción, basada en la experiencia de los
tradicionalistas o carlistas de Pamplona, en defensa de la vida del
nasciturus. Esta es su pancarta principal que exhiben todos los
meses delante del Parlamento de Navarra: “Aborto no. Dios
ama al embrión. CTC”. Esta aportación es un AVISO para la
actividad política PRO VIDA en un futuro inmediato.
En el desarrollo de la lucha continua por la vida, sabemos
que nuestros correligionarios de Sevilla, Valencia, Madrid… han
observado en sus actuaciones lo mismo que nosotros.
Pues bien: la causa de la vida exige dar la vuelta a la
situación recogida en estas páginas. Nuestra tesis es que la sociedad
organizada no puede dejar de tener una voz política y que ésta
última no puede ser la propia de la partitocracia, estén los partidos
en el poder o en la llamada oposición. Hoy esta partitocracia tiende
a secuestrar la voz de los PRO VIDA haciéndola inútil y hasta tentar
con el “aborto menor” o “mini aborto”. ¡Pobre causa de la vida!
¡Pobre sociedad ésta que no sabe o no puede ofrecer o exigir otra
cosa! ¡Pobre mayoría honrada en España y pobres católicos, que
siendo socialmente la realidad más consolidada y mayoritaria en
España, no han puesto los medios adecuados para poder algo, y se
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convierten en el hazmerreir de quienes propugnan la Negación! No
profundizaremos aquí sobre la raíz última de la caída en cascada
del desorden y las negaciones en nuestra sociedad, que no es otra
que la expulsión de Ntro. Señor Jesucristo de las Constituciones y
las leyes. Porque allí donde muere Dios en la conciencia del hombre
se sigue la muerte del hombre imagen de Dios (Juan Pablo II,
Mensaje a la Juventud en 1989).
La Comunión Tradicionalista Carlista es un “recuerda” de
todo esto, y no busca sino que nuestra sociedad se organice a si
misma (comunión) y recuerde al gobernante cómo debe gobernar
en los aspectos esenciales del bien común. Como grupo activo de
familias e individuos, y en relación con la Liga tradicionalista, los
miembros de la CTC recuerdan que nuestra sociedad se configura y
expresa desde la familia, el asociacionismo y los cuerpos
intermedios, que también deben reclamar su derecho a intervenir y
construir la política, es decir, las leyes y actos administrativos y de
gobierno. Quienes vean a la CTC como un partido más –suma de
individuos a la conquista del poder y un bien particular dirigiendo e
interfiriendo el bien común- es que no han entendido nada. Por eso
los miembros de la CTC suponen un “recuerda” para que quienes
debe hacer las cosas, las hagan, y, quien debe respetar y devolver
atribuciones a la sociedad, las respeten y devuelvan. Si en el actual
desierto de voces que respetan la realidad de las cosas, la voz de la
CTC, que sobre todo es una comunión, hace su servicio al bien
común, bienvenida sea. Sin embargo, en adelante dejaremos al
margen estas consideraciones, pues nuestro objetivo final no es otro
que desvelar la fagotización de nuestra sociedad que
reacciona sanamente en un sentido pro vida, fagotización
realizada por la partitocracia y la “política abortera de derechas”,
que inutiliza la causa de la vida, malogra la reacción social en el
presente y para el futuro, paralizándola hasta extremos increíbles, y
participa del general desvío de la política liberal conservadora sea
de origen “nacional” o bien importadora de los parámetros yankees,
que están de moda para afirmarse frente al socialismo.
* * *
La experiencia muestra el choque que, desde la política
hasta el pensamiento, existe entre algunas de las formas de hacer
de algunos que trabajan o dicen trabajan por la vida humana desde
su concepción hasta su muerte natural. El análisis de la situación
proyectará luz sobre la pequeña política –algunos la llaman acción
social- y, sobre todo, sobre el impulso o trayecto que esta tiene
hasta transformarse en alta política.
Releamos el subtítulo de la presente aportación. Todas las
iniciativas sociales –asociaciones, instituciones, agrupaciones,
iniciativas…- que trabajan por la vida sin claudicación alguna,
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son, en cuanto tales, maravillosas, realizan una gran labor social, y
son un ejemplo para el futuro.
Ahora bien, en estas páginas se demostrará que algunas
de estas iniciativas sociales hacen ocultamente y de una forma sutil,
política de partido, por lo mismo que a cierto político muy mandón
se le atribuyó el decir: “Hágame caso: Vd. no se meta en política”.
Queremos creer que hacen esto “aunque no se lo propongan” y que
constituye en ellos como una segunda naturaleza. Pensemos en una
Coordinadora de asociaciones pro vida. Baste que en ella algún
grupo con una inequívoca vocación social –más si son dos o tres
grupos- se oriente siguiendo una política partitocrática concreta,
para que en realidad influya mucho en la dirección que tomarán las
restantes asociaciones. Una vez más ello demuestra que el hombre
es sociable y político por naturaleza, lejos de las utopías
individualistas yankees.
Es más, tales iniciativas sociales “Rechazan que otros
hagan política”. Mientras dicen que “la lucha por la vida no hay
que politizarla”, sabemos que el tema de vida humana está –por
ejemplo- en la misma Constitución, en las leyes y en la actividad de
la administración pública o de la iniciativa privada, así como en
todos los partidos políticos, especialmente en aquellos que desean
alimentarse de la actuación de los ciudadanos.
Pero no paran ahí las cosas, sino que dichas iniciativas
sociales además fagocitan –capturan y digieren- una sana y
masiva reacción social, lo que para nosotros resulta de lo más
grave. De cara a la manifestación masiva en Madrid del 22-XI-
2014, es como si dijesen: venid a la manifestación que, sin estar
convocada por los partidos políticos, se exhiben políticos peperos,
se exige a Rajoy que cumpla su programa político, y se le reclama el
programa de su partido, que es abortista, toda vez que le han
votado 11 millones de españoles sin saber bien quien era etc.
* * *
La CTC de Navarra es pionera en la denuncia pública
realizada en la calle, del crimen del aborto voluntario, tolerado,
legitimado, “legalizado” o promovido por la legislación. Junto a
ello, ha reclamado el respeto que siempre mereció la mujer y
madre, la familia, y el mundo laboral en la cultura de nuestros
padres, con independencia de las circunstancias más peculiares de
cada momento.
Durante años, los tradicionalistas han defendido la vida
del concebido y aún no nacido, delante de toda la sociedad y en el
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corazón geográfico, social y político de Pamplona, esto es, ante el
edificio del Parlamento de Navarra.
Esta actividad tiene su propia entidad y es conocida por
todos los pro vida y el público en general, por el Parlamento
navarro, por la Delegación del Gobierno, por los Cuerpos de
Seguridad del Estado y las policías foral y municipal, por los
aborteros y por los muchos que año tras año van observando la
permanencia de esta actividad.
En su concentración mensual, la CTC ha intentado sumar
a otras iniciativas a las que invita, aunque en general no han
respondido. El individualismo y los recelos originados por la
partitocracia y los vicios del sistema, perjudican la unidad en la
variedad que debe tener las grandes causas. Por eso precisamente,
la CTC –Comunión y también partido por necesidad del sistema-
ha sido una de las asociaciones impulsoras de la Coordinadora
navarra por la vida.
Es indudable la existencia de la gran paralización social y
política, anunciada por Tocqueville en 1848. A ello se le suma la
comodidad general, las propias preferencias de los interesados
cuando llega el momento del pequeño esfuerzo, el malminorismo
sociopolítico reinante, la concentración exclusiva de la
representación social en los partidos políticos, y la desconfianza
popular hacia la movilización social toda vez que la atención de la
res publica y las decisiones son única y exclusivamente de los
partidos político que controlan y secuestran aquellas. Sume a ello el
lector la naturaleza política de la Comunión –que desearía que se
devolviese a la sociedad el protagonismo en la vida civil y política-,
y su choque con las opciones liberal-conservadoras que pone en
entredicho.
Parte de la marcha por la vida:“Vida, mujer y maternidad. ¡Grita NO al aborto!”, 23-III-2014.
Convoca “Navarra por la Vida”. Foto:JFG2014
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1.Objetivos de nuestra denuncia a cualquier
ley del aborto.
Son los siguientes:
1. Defender la vida y derechos del débil y el más inocente
–el nasciturus- y también a la madre y el padre.
2. Mantener una conciencia moral bien formada y
denunciar la situación actual ante una sociedad desvertebrada,
desorientada y complaciente. Complaciente con el asesinato
del nasciturus (se utiliza el eufemismo de interrupción
voluntaria del embarazo), con las leyes que lo toleran,
legitiman y aún otorgan el supuesto derecho al aborto
voluntario, con los sistemas políticos que lo amparan y
estimulan, y el sistema social que lo genera.
3. Recordar los errores prácticos y de fundamento de la
política liberal-socialista.
4. Afirmar el mayor bien posible y denunciar el falso
malminorismo.
5. Desvelar la hipocresía de quienes mientras rechazan
que los partidos extraparlamentarios (CTC…) se sumen a las
iniciativas sociales por la vida, la familia y la educación, sin
embargo –y contradictoriamente- ellos entregan las
manifestaciones y el ambiente sociológico pro vida a las
políticas más o menos aborteras del partido “conservador
abortista de derechas”.
6. No polarizar la lucha por la vida en el ámbito de los
problemas concretos, sino continuarla en la necesaria
modificación de las leyes. En efecto, es muy insuficiente
pretender “la superación” del objetivo o lema “Aborto No. Dios
ama al embrión”, con sólo el necesario trabajo social a favor de
la resolución de problemas concretos.
7. Se debe abrir canales de diálogo con todas las
asociaciones de los miembros de la Iglesia católica y con los
sectores que mantienen el derecho natural objetivo y conozcan
nuestro pensamiento y principios de actuación, toda vez que
por diferentes motivos a ellos les ha costado hacerlo hasta la
fecha, quizás por su propia introversión o bien por considerar
inútil toda intervención social sobre los políticos y la misma
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política. No creemos que la política sea para los cargos
políticos sino sobre todo para la sociedad organizada que desea
hacer oír su voz directamente en las instituciones de gobierno.
A finales del s. XIX ocurrió algo muy similar a lo que hoy
día se está observando con el tema del aborto. En aquel momento
se trataba de la Unidad Católica (Art. 11 de la Constitución de
1876). Nada se ha mejorado, porque las cesiones prácticas de la
lucha por la unidad católica tras 1876 (hipótesis, entrismo en el
sistema y en el partido conservador, reconversión de las leyes desde
dentro de ellas, aprovecharse de las circunstancias, no chocar
demasiado, ser reconocementero de la dinastía liberal que firma
todos los decretos y leyes etc.), ocurren también hoy, pero con un
tema tan aberrante y monstruoso como la legislación y normativa
sobre el aborto voluntario. En poco tiempo la ruina moral ha
llegado a la sociedad española a unos pasos agigantados.
En todos estos aspectos es preciso que cada persona
realice sin demora el debido examen de conciencia, comunique las
propias conclusiones a los cuatro vientos, y advierta las malas
consecuencias que el olvido de la política ha traído en España. Esto
debiera hacerlo toda persona, que debe desarrollarse con plenitud
en la sociedad abarcando todos sus aspectos en un grado al menos
básico. Quien avisa de los males del olvido del ámbito de la política,
avisa también de los males que conlleva el minusvalorarlo o bien
confundirse respecto a él, lo que es frecuente en el caso de aplicarle
los falsos planteamientos liberales que vertebran la política
española desde hace muchos años.
Bien estará que los padres de familia no disuadan a sus
hijos en tomar la política como un servicio, mientras les previenen
con toda la razón de los males, del engaño y del secuestro que la
persona sufre cuando es absorbida por la política liberal-socialista y
partitocrática. Si la gente buena y la sociedad sana no hace política,
sepan Vds. que otros ocuparán el vacío creado, y que además lo
harán con unas pésimas consecuencias, tan malas como son las que
experimentamos y son fruto de antiguos errores.
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2. ¿Qué actuaciones ha llevado a cabo la CTC
de Navarra desde hace más de dos décadas?
Es el momento de señalar las actuaciones de la CTC de
Navarra. Sabido es por todos que ésta sobre todo se expresa como
Comunión política, en la que los vecinos pueden desarrollar su
servicio al bien común con seguridad de no ser anulados,
absorbidos o fagocitados.
2.1. La concentración silenciosa y mensual ante el
Parlamento de Navarra. La CTC la realiza en solitario, aunque
desde hace dos años invita a todas las iniciativas sociales y políticas
pro vida con el lema: “Que pululen las pancartas”.
Desde 2012 se le ha sumado con su pancarta y gozo la
iniciativa social independiente “Alerta Navarra” y, en algunas
ocasiones excepcionales, organizaciones como “Derecho a Vivir”, e
incluso AES y “Derecha Navarra y Española”.
La concentración se ha realizado el último día de mes a las
ocho de la tarde y, desde el presente enero de 2014, el día 25 por
celebrarse el día internacional de la vida el 25 de marzo, que es
cuando el calendario católico celebra el día de la Encarnación. De
esta manera se pueden sumar todos los grupos pro vida. En el día de
los Santos Inocentes, el 28 de diciembre, la concentración se celebra
con una especial concurrencia. El acto se lleva a cabo en cualquier
circunstancia, aunque hiele y nieve, llueva o haga un calor
sofocante, o bien se celebren esos partidos de fútbol –hasta
mundiales- que despueblan las calles.
El número de asistentes ha sido reducido aunque variable. Ya
que su número no aumenta y por diversas razones, como el ajetreo
del día a día, faltan personas muy próximas, los organizadores
tienen claro que lo importante es la pancarta: “ABORTO NO.
Dios ama al embrión. CTC (logotipo)”.
En efecto, los defensores de la vida son muchos más, pero
parecen no enterarse de las actividades programadas. La persona
genéricamente conservadora o “persona de bien” suele ser muy
individualista. Se ha tragado aquello de que cada cuatro años sólo se
puede votar una vez, dejando así la política para los políticos. La
llamada “gente de bien” –no ya “gente-bien”- suele olvidar pronto
las invitaciones que recibe y no trabaja. Por experiencia propia
sabemos que quien así hace, suele ser temeroso, magnifica las
posibilidades de “los otros” y tiende a acomplejarse. Así, “los otros”
lo tienen muy fácil y siempre tienden a ganar. Si nos referimos a los
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olvidos, la pequeña Pamplona es tan complicada como Nueva York.
Otras veces, los que dicen amar la vida del “nasciturus” no ocultan
su vergüenza a manifestarse tras una pancarta cuando hay un
reducido número de concurrentes –en realidad harían lo mismo
aunque hubiese muchos-, que corre pareja con su escasa o nula
actividad política realizada en la calle. Para tener vergüenza no les
falta razón, pero deben advertir que el mensaje se lee es el de la
pancarta. La posible pereza, las ocupaciones y los complejos
también “tiran para abajo”. En una pequeña población como
Pamplona también hay reparos a ser “fichado”, en lo que aquí se
suele ser muy imaginativo. Pues ¡qué!, en el paraíso de la libertad a
veces es muy difícil ejercer libremente las libertades. Alto
funcionario hubo que a pesar de votar “conservador” asistió al mitin
de ZP (PSOE) para evitar revanchas y un posible trasladado de
ciudad.
Quizás hoy no sean las personas sino el mensaje de la pancarta
lo que importa: “ABORTO NO. Dios ama al embrión. Por eso,
los organizadores de esta concentración mensual han constatado lo
siguiente: los políticos y la gente que pasa por la calle, ven y leen la
pancarta, no pocas veces la gente ha mostrado su apoyo (alguno se
ha colocado junto a ella), y rara vez los de la pancarta pro-vida han
sufrido agresiones verbales y gestuales contra su libertad de
expresión como defensores de la vida. Por eso, sería estupendo que
pululasen las pancartas. Bastarían que tres o cuatro personas
sostuviesen simultáneamente una pancarta pro-vida en diferentes
lugares de la ciudad, transmitiendo un mensaje claro para ser visto
y leído.
Algunos ven muy saludable la perseverancia de esta
concentración. Por ella, agrupaciones amigas de ayer y otras nuevas
de hoy, cuentan con los de la CTC para la acción pro-vida. Hasta un
dirigente de un partido político en Navarra afirmó que era loable y
heroico que -a pesar de los pesares- se mantuviese esta
concentración. “- ¿Pues?: nosotros no creemos que sea heroico, sino
que es lo propio y es fácil cuando refleja una forma comprometida
de vida”. “ - Con el compromiso hemos topado, amigo Sancho”.
2.2. La CTC ha sido y es miembro en sus dos etapas de la
Coordinadora navarra por la vida, (en 1991-1996 y
reactivada en 2009-2014) hasta que ésta quedó inoperante
desde marzo de 2014. También en 2014 esperamos que se
solucionen las dificultades. Ha sido miembro activo de ella sin
condiciones, salvo el derecho absoluto de los nasciturus a la vida.
Así, durante años los tradicionalistas han colaborado con
las restantes organizaciones e iniciativas pro vida en la llamada
Semana por la Vida, realizada anualmente por dicha
Coordinadora. Entre otros actos, esta Semana incluye una
concentración masiva y una Santa Misa presidida por el Sr.
arzobispo o su obispo auxiliar.
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En la gran manifestación anual de la Semana por la Vida, la
CTC ha portado con pleno derecho y sin problemas –aunque con
alguna crítica de algunos puristas y, dicho en confianza, peperos- ,
la pancarta “Aborto no. Dios ama al embrión. CTC” que exhibe en su
concentración mensual desde hace más de dos décadas.
Lógicamente, esta presencia se gana en cada caso con el trabajo
previo y codo con codo junto a los restantes organizadores de la
manifestación.
El alguna ocasión (28-XII-2010), la asistencia de los
organizadores la celebración litúrgica de la Santa Misa tuvo una
asistencia minoritaria. En este caso, si la CTC mantuvo su
concentración mensual fue por faltar la debida coordinación con
quienes invitaron al Sr. arzobispo. En tal caso, el vocal Vida y
Familia de la CTC no podía desconvocar la concentración en el
último momento. Pensemos bien que simultanear la exposición de
la pancarta y la Santa Misa, en casual y loable coincidencia,
sintetizó el “a Dios rogando y con el mazo dando”. Lo mismo
ocurrió el 25-III-2014, cuando la concentración enfrente del
Parlamento y la celebración Eucarística se solaparon por falta de
organización general, llevándose ambas a efecto.
Después de ilusiones, esfuerzos y éxitos, divergencias
comprensibles e inactividad, a partir de 2011 la Coordinadora
navarra por la vida ha sufrido su propia inoperancia por los
mismos desajustes internos que en la etapa de 1991-1996.
Para superar los desajustes prácticos, el 21-IX-2011 la
asamblea general de la Coordinadora decidió, por mayoría casi
absoluta, organizar la Coordinadora navarra por la vida de otra
manera a como estaba organizada. Es decir, como una
verdadera coordinación práctica y no como una nueva asociación
de asociaciones, que era como de nuevo se había organizado en su
segunda etapa iniciada en 2009. Con este nuevo planteamiento era
imposible que las asociaciones, en su quehacer común, pudiesen
ser controladas o intervenidas desde una supuesta asociación
única, y, desde luego, desde otras asociaciones particulares de
ámbito nacional. Volveremos sobre ello.
2.3. A partir de marzo de 2014, la Coordinadora quedó de
hecho inoperante y sin cumplir el mencionado acuerdo del 21-IX-
2011, que había sido absolutamente mayoritario aunque para ello
hubiese que modificar algo los estatutos. Esta una situación era
muy extraña. Es por esta inoperancia por lo que, en 2014, la CTC de
Navarra se sumó a la reciente Coordinadora española por la
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vida, nacida en enero de 2013. Haciéndose eco de esta última se ha
editado y colocado pegatinas de ésta última Coordinadora, y en su
nombre ha convocado las concentraciones mensuales en Pamplona.
Como se verá en estas páginas dicha coordinadora ha tenido algún
éxito.
2.4. Los carlistas han asistido como tal CTC a las veladas
por la vida organizadas en Pamplona por la activa asociación
Derecho a Vivir (4-VII-2011), y las marchas por la vida
organizadas por dicha asociación en 7-X-2012 y 17-XI-2013. En
2014 es Derecho a Vivir la que se ha sumado a la concentración de
la CTC enfrente del Parlamento.
2.5. Como proyecto extraordinario, la CTC estuvo entre los
organizadores y difusores de la primera Iniciativa Legislativa
Popular (ILP, 2012-2013) para lograr del Parlamento de Navarra
el cierre de la única clínica abortista que por ahora había en la
Comunidad. Para ello la ILP alegaba que el aborto es un
contrafuero, argumento bien fundado por un conocido y brillante
notario de Pamplona. Fue el líder de DNyE quien dijo promover
personalmente la ILP en su comunicación del 14-II-2012,
personalismo que se confundió con su organización. Defendió la
ILP en el Parlamento de Navarra el 14-III-2013.
Este “matadero” de nasciturus –de niños en el vientre
materno- se realiza en Navarra en una llamada “clínica” privada. El
local se ubica -para mayor vergüenza- delante de una guardería
infantil. Esta “clínica” se sitúa en la localidad de Ansoáin, próxima a
Pamplona. Aunque es privada, los asesinatos se cometen con fondos
públicos del Gobierno de Navarra, dominado –por ahora- por la
derecha liberal regionalista. Los ha dado sin oposición ni protesta,
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alegando el cumplimiento de la ley, lo que, además de no ser
verdad, supone un escándalo. A este extremo ha llegado la
insensibilidad de los políticos y, con ellos, de la sociedad. ¿Qué se
merecerá un sociedad así? Incluso, hace poco el Gobierno “foral” –
que debería saber que el derecho a la vida es el primer Fuero-
realizó una inspección a dicha “clínica” para ver cómo funcionaba
este llamado –por nosotros- “campo de exterminio”.
La iniciativa de la ILP fue del joven partido “Derecha Navarra
y Española” (DNyE). El vocal de Vida y Familia de la Junta carlista,
invitado el 14-II-2012, estuvo en su comité organizador. La vida del
“nasciturus” exigió a los tradicionalistas firmar y sobre todo
colaborar en la recogida de pliegos de firmas de la ILP; aunque se
necesitaban 5.000 para tramitar la ILP en sede parlamentaria, se
alcanzaron más de 7.000 firmas, que fueron avaladas por la Junta
Electoral Central. Dicho aval se realizó en diciembre de 2012.
Esto posibilitó que, el 14-III-2013, el político que se propuso
como ponente o portavoz, defendiese en el Parlamento que dicha
clínica-matadero era un contrafuero, mientras solicitaba a la
Cámara que abriese el tema a debate, concretamente en defensa de
la vida. Hay que agradecer la dedicación y valentía del ponente,
pues enfrente tenía a políticos abortistas que con facilidad se
convertieron en peligrosos “sabuesos de caza”. En la CTC se
comunicó (7 y 16-III-2013) que era mejor que el ponente fuese un
médico o abogado en el ejercicio de su profesión, y ajeno a cualquier
grupo político extraparlamentario, máxime porque debía surgir de
la sociedad firmante tanto en el contenido como en la forma.
Además, no convenía que se le pudiera calificar –aunque fuese
inadecuadamente- de tránsfuga de otros partidos como UPN y PP.
Sea lo que fuere, y oteado el problema, los carlistas –que sobre todo
son una Comunión- no podían estar al margen de la recogida de
firmas y de la defensa de la vida humana en el Parlamento.
Sospechamos que no pocos de los 7.000 firmantes se abstenían en
las elecciones o bien votaban a UPN o PP.
El ponente o portavoz de la ILP actuó en el Parlamento el 14-
III-2013, y su intervención tuvo una importante repercusión
mediática de la prensa convencional y digital de Navarra. Los
diferentes políticos mostraron sus principios, su espíritu y sus
formas, de modo que en muchos de ellos salió a la luz su peor
faceta, incluido el portavoz del PP.
La ILP no prosperó por tan sólo dos pocos votos (23 a favor de
la ILP –UPN y PP-y 25 en contra), pero nadie podrá negar que para
que prosperase se utilizaron los medios legales hasta el final. A día
de hoy, los que colaboraron en esta vía fueron los primeros en
plantear el aborto como asesinato y contrafuero a la vez, y así consta
en el diario de sesiones parlamentarias para el futuro.
En el punto 3.5. trataremos de nuevo sobre esta cuestión.
2.6. En cierta ocasión, dos tradicionalistas de la CTC se
sintieron obligados de mostrar, en una mesa redonda formada
por cuatro destacados políticos –dos de UPN y otros dos del PP-,
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que ninguno de los partidos a los que pertenecían habían actuado
bien en defensa de la vida del nasciturus en Navarra.
Eso ocurrió en el acto celebrado en el cine Mikael el 22-III-
2010. Fue un acto público, enmarcado paradójicamente en la
Semana por la Vida, organizada por la misma Coordinadora
navarra por la vida a la que dichos dos miembros pertenecían.
Para ello uno de ambos tradicionalistas echó mano a una
abundante información de la prensa diaria, y, como tiene la
costumbre de escribir antes de sus intervenciones, publicó el caso y
todo lo dicho en el quincenal “Siempre P’alante” nº 628 (16-IV-
2010) p. 14. Sirva también decir que ambos fueron los únicos que
intervinieron críticamente contra dichos cuatro miembros de la
mesa redonda, presidida extrañamente por una conocida persona
de Pamplona.
También el 28-II-2012 dos tradicionalistas tuvieron que
intervenir en el coloquio que siguió la presentación del libro
Cincuenta razones para derogar la ley del aborto en España,
celebrado en el Hotel Blanca de Navarra, debido a la falta de
contundencia por parte del ponente en relación con la abolición
práctica de la ley del aborto.
Todos estos aspectos son significativos de lo que se plantea
en estas páginas: que la causa de la vida no está bien defendida en
la política, siendo este ámbito en donde muchos flojean y pliegan
sus ardores. Sin duda ello se debe a confundir la democracia con el
liberalismo, a que la única democracia existente en España es la
democracia liberal, a los propios complejos, y al malminorismo de
los católicos y los católico-liberales. Súmese a ello la falta general
de formación, el hecho de aceptar la forma de hacer política desde
el liberalismo, y, sobre todo, que la defensa de la vida se interfiere e
hipoteca a las cargas y actitudes procedentes del partido liberal-
conservador.
Esto último es especialmente grave, y se debe a que los
católicos se han hecho liberales para así marcar todas las distancias
posibles respecto a la dictadura del general Franco que tanto les
favoreció y ante la cual exhiben una mala conciencia tras el
fallecimiento de este jefe de Estado en aquel 1975. Nada diremos de
este asunto, en el que los tradicionalistas somos los únicos
independientes respecto al Régimen y a la consiguiente traición
(ruptura, no cambio) realizada por los que se sirvieron de él. Hoy
día todos sirven o se sirven de otro Régimen y del que tampoco son
independientes.
2.7. El 16-III-2011, la CTC de Navarra propuso por escrito
a los partidos políticos extraparlamentarios (SAIN, DNyE, AES y
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PFyV) una plataforma electoral sobre los principios no
negociables más fundamentales y de máxima urgencia El motivo
era las elecciones al Parlamento Foral de Navarra. Doce días
después, el 28 de dicho mes, se realizó una reunión en el C.M.
Larraona a la que no asistió SAIN. De nuevo se hizo otra propuesta
con ocasión de las elecciones al Congreso y Senado de España del
20-XI-2011. En ninguno de ambos casos tuvo el éxito esperado.
Una nueva cita fue el 17-I y 25-II-2013 sobre los principios “no
negociables” de máxima urgencia.
Marcha por la Vida en la Avda. Conde Oliveto de Pamplona:
“Vida, mujer y maternidad. ¡Grita NO al aborto!”, 23-III-2014.
Convoca “Navarra por la Vida”. Foto:JFG2014
* * *
Una vez enumeradas las actuaciones de la CTC, en
adelante se mostrará un caso peculiar de cuál ha sido la
experiencia de la CTC en relación con otros sectores sociales y/o
políticos pro vida.
Las relaciones con ellos siempre han sido óptimas, aunque
(y aquí está el nudo gordiano que inspira nuestras páginas) se ha
advertido alguna fagocitación de la Coordinadora, mientras que
por otra parte algunos han desvelado hasta dónde alcanza la
defensa de la vida del nasciturus en la política práctica del
momento presente.
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Nada más considerar esto, se observa quién politiza la
lucha por la vida con interferencias contingentes. Sin embargo,
quienes las propugnan, acusan a otros de lo que ellos mismos
hacen. Acusan a otros de “politizar” las manifestaciones etc. cuando
son ellos mismos los que “politizan” la causa de la defensa de la
vida. Si ellos vinculan dicha defensa al partido abortero de derechas
(el PP), al menos hasta que Rajoy paralizó la reformita de Ruiz-
Gallardón, nosotros abrimos la causa de la vida a todas las políticas
que la sirven propiamente y en plenitud práctica, sin hipotecar el
bien mayor y necesario de la vida a un solo partido y menos a un
partido como el PP.
Todo ello por ahora nos permitirá discernir "Con quien se
puede contar" y “a quién poner reparos". Ya sea en algún sector que
desea ser pro vida, como en diversos manifiestos y declaraciones a
la prensa, en presentaciones de la causa de la vida etc… nos hemos
encontrado con algunas posiciones sistemáticas anfibias, tibias y
hasta resignadas al “abortito” o un “aborto menor” en los ámbitos
del poder.
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“Aviso a los tradicionalistas…”
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3. Las pretensiones de algunas
organizaciones sociales malminoristas
contrarias a la presencia y actuación de la CTC
de Navarra en materia de defensa de la vida.
Este punto es el más importante porque abarca la práctica
cotidiana, y porque a quienes defienden la vida del nasciturus les
permite saber "con quien se puede contar" y “a quién poner muchos
reparos”. En cada caso harán lo que más convenga.
Preguntemos qué discuten las organizaciones sociales
aparentemente apolíticas a otras organizaciones pro vida que no
ocultan sus propósitos políticos en un sentido amplio. Estas
últimas, siendo sociedad son también partidos políticos por
imperativo legal cuando pretenden influir en la política.
3.1. Discuten sobre la admisión o no de los
partidos políticos en las coordinadoras y plataformas por
la vida.
Hay iniciativas sociales pro vida que se oponen a que en
sus plataformas o coordinadoras estén sectores con una
connotación política e incluso que hayan pasado por el registro de
los partidos políticos, como por ejemplo la CTC –“un partido anti
partido”-. Aunque aquellas quieren que en la movilización social
pro vida no haya ninguna connotación política, sin embargo ponen
después y sutilmente su propia huella política a favor de aquel
partido político al que apoyan, de aquel en el que se acogen, y de
aquel que es objeto de su atención y voto electoral.
Ocurre que en Navarra, con naturalidad y por mayor
número de votos en la asamblea, se admitió que en la
Coordinadora navarra por la vida estuvieren la CTC, PFyV, AES –
en una de las últimas reuniones apareció DNyE-, aunque en
adelante y con cierta constancia y significación, algún particular
mostrase su disconformidad con ello, viniese o no a cuento.
Luego diremos –y esto es importante- el por qué de dicha
oposición.
Quienes se oponen a la presencia de partidos políticos en las
actuaciones sociales pro vida, alegan que quieren despolitizar la
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“Aviso a los tradicionalistas…”
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defensa de la vida, recelando aparentemente (sin duda porque el PP
y otros no les siguen) de los que se presentan manifiestamente como
políticos.
Esto resulta al menos contradictorio, en una España oficial
que declara a los partidos políticos como necesarios y saludables, y
cuya política se basa en la partitocracia. Así, demonizan la política
pero para hacer su propia política, y discriminan a las
organizaciones políticas por preferir a las organizaciones sociales.
Es muy posible que su concepción de la política sea liberal, que
es lo actualmente dominante. En efecto, ¿creen que todos los
partidos políticos se aprovechan de la sociedad, y que se sirven de
ella más que le sirven a ella? ¿Creen que ningún partido es
antipartido, y que es imposible que la política sea la sociedad
organizada con el objetivo de superar un ambiente políticamente
hostil y así llevar así la voz social a las instancias de Gobierno
central o autonómico? ¿Creen que la política la componen élites que
juegan a una democracia en la que seguramente no creen?
Dos cosas más. Es llamativo que quienes se oponen a la
presencia de asociaciones políticas y/o partidos políticos en las
actuaciones sociales pro vida, deseen –como si pudiesen-
despolitizar la supresión de la ley del aborto -que es eminentemente
política-, mientras que politizan sus actuaciones al apoyar al
“partido abortero de derechas”.
En Navarra todos saben que los tradicionalistas actúan con
independencia respecto al poder constituido, que afirman una
política específica (la menos “política” según el liberalismo, esto es,
una sociedad organizada que quiere tener voz y representación en
materia de gobierno), y que la CTC carece de poder propiamente
dicho para manipular la sociedad por lo mismo que carece de
representación parlamentaria. Quizás por eso los tradicionalistas
están a salvo de toda sospecha y parece que se han ganado el
respeto ajeno. Además, también el PFyV es un partido político en un
sentido similar al de los tradicionalistas, aunque sus contenidos
sean incompletos debido a la polarización de PFyV en dos temas
nucleares.
En el pasado 25-IX-2014, Derecho a Vivir se asoció a la
concentración mensual de la CTC de Navarra. A ésta le pareció bien,
mientras solicitó el permiso de la Delegación del Gobierno, aunque
un representante de DV insinuó que él podía realizar la solicitud.
Que la CTC presentase su solicitud administrativa como siempre fue
una buena idea, pues de esta manera los tradicionalistas pudieron
aclarar a quienes criticaban la presencia de la bandera de Cruz de
Borgoña en la concentración, que era ella la que tenía el permiso
oficial.
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Concentración del 25-IX-2014 enfrente del Parlamento de Navarra. Foto:JFG2014
3.2. Discuten sobre los Manifiestos.
Algunos quieren que todos los manifiestos sean iguales
para toda España, y que su contenido proceda de ciertas
asociaciones nacionales.
Casi todos los manifiestos recibidos de Madrid han parecido
insuficientes a la Coordinadora navarra por la vida y, por ello,
rechazables. Por eso, ésta Coordinadora hizo en muchas ocasiones
su propio manifiesto. El motivo era que a los primeros les faltaba la
contundencia y claridad debidas para oponerse a la legislación del
aborto, y que incidían más en la cuestión preventiva (maternidad,
ayuda a la familia, información a la que puede abortar de lo que es
el asesinato) que en la supresión de la ley civil abortera. La CTC
siempre aceptó la política preventiva y social, mientras quedase
bien clara, y en primer lugar, la necesidad de suprimir toda ley
abortista.
Por ejemplo, el manifiesto “Cada vida importa. Madrid 2014”,
fechado el 7-X-2014 y que ha convocado la manifestación “En
defensa de la Vida, la Mujer y la Maternidad”, ha exigido derogar la
vigente “ley del aborto” (Aído 2010) mientras exigía a Rajoy
cumplir su programa electoral (que no era pro vida sino algo
reduccionista del crimen nefando del aborto).
Como en materia de defensa de la vida desde la concepción,
algunos plantean una posición meliflua y algo oportunista con el
poder establecido de hecho, los tradicionalistas no deben tener
reparos de aparentar ser incómodos, exagerados etc., porque
después se ha visto reiteradamente que toda vigilancia y prevención
en este sentido ha sido siempre necesaria. Los tradicionalistas
siempre se han quedado “cortos” con sus sospechas de que la causa
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de la vida del nasciturus no estaba verdaderamente segura con los
liberales conservadores en política, a diferencia de lo que
ingenuamente piensan quienes huyen de la política como grupo
configurado pero -no obstante- sin negarse a influir de alguna
manera en ella.
Parece que quienes mantienen esta postura meliflua y
oportunista dan la batalla política por perdida, y que se
conformarían con un “aborto menor” hasta lograr –eso sí y como
deseo- su paulatina desaparición.
Ésta postura concibe la labor política en función de lo que en
cada momento la política da o pueden dar de sí. Dicen la clásica
boutade de que la política es el arte de lo posible (Cánovas del
castillo), ignorando que más bien es el arte de hacer posible lo que
parece difícil e incluso imposible. Sea lo que fuere, una concepción
tal de la política es propia de instituciones y tendencias apolíticas de
corte clerical, hábiles en recursos diplomáticos, entristas en el
sistema, oportunistas y reconocementeras de situaciones de hecho.
Así, el cambio a mejor se hace cada vez más difícil y, en España, es
prácticamente imposible.
Dicha postura es propia de tendencias que originariamente no
son políticas –pues no pocas veces se trata de instituciones
eclesiales- sino que utilizan con frecuencia la política por remedio,
convirtiéndose necesariamente en entristas del partido preferente y
de lo que éste pueda hacer si triunfa en las elecciones, e
interviniendo únicamente en política para ganar o acceder al poder.
Es propia de quien se propone penetrar en los partidos “de
derechas” para lograr el mayor beneficio espiritual posible,
buscando frenar males y, por supuesto, mantener la propia libertad
de apostolado religioso como hombres de Iglesia. Su vuelo bajo y
ocasionalista estanca la política en unos parámetros cada vez más
reducidos, que, vistos globalmente, en pocos años llegan a carecer
de sentido al quedar abiertamente superados por la acumulación de
unos males cada vez mayores.
3.3. Discuten sobre la pancarta, mensaje y logos.
Quienes fagocitan el planteamiento pro vida quieren una
pancarta única, un único mensaje, y la desaparición de todos los
logos particulares, máxime si son políticos. Con esto se olvidan
sociológicamente del colorismo y viveza propia de toda
movilización social tanto en su formación como para perpetuarse.
Si dicen mantener así la pureza del mensaje pro vida y su
universalidad, ignoran que los católicos tienen libertad para añadir,
a dicha universalidad y pureza, una diversidad de posturas sociales
y políticas.
Ello tiene su origen y sus aparentes contradicciones.
Así, es muy posible que tales personas quieran que no
exista logo particular alguno porque, ellos, al ser originariamente
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una iniciativa eclesial o bien al estar muy influidos por alguna de
ellas, renuncian a expresarse políticamente como organización de
partido. Es más, si por un lado, según el derecho Canónico y su
forma de hacer, no pueden formar institucionalmente un partido
político, por otro afirman que cada iniciativa social tiene sus fines
propios, y que como particulares cada asociado actúa como le
parece conveniente aunque mantenga en su interior personal su
fidelidad al carisma originario y, sin duda, también a las propias
costumbres y el ejercicio de la prudencia poniendo desde luego a
salvo la propia imagen. Esto, sumado a un espíritu práctico, explica
que estén pendientes del partido liberal conservador, en el que
desearían influir y hasta quisieran controlar individualmente pero
sin ser confundidos con él como grupo eclesial que son.
Da la casualidad que el partido liberal conservador
(centrista dicen ahora) de Rajoy ya no les sigue –ni persigue
suplicando votos-, que ya no admite sus peticiones, que les ha
frustrado y hasta se ha reído de ellos y de todos al rechazar el
anteproyecto del abortito propuesto por Ruiz-Gallardón, en el que
ellos tenían sus esperanzas en el ámbito político. Rajoy les ha
menospreciado y dejado en un ridículo que en la manifestación del
22-XI-2014 quiso superar, haciéndose valer social y políticamente.
De nuevo –quizás como colofón de la historia anterior- la
política planea inexorablemente en las iniciativas apolíticas.
En Navarra, la Coordinadora y las concentraciones son una
suma de iniciativas particulares, y cada una de estas se presenta
como lo que es y con su propio logo. La única condición es la
claridad y decisión en defensa de la vida en todos los casos posibles
que atañen a los nasciturus. Es la prudencia y la honradez las que
señalan el límite de los usos admisibles o bien abusivos de los logos.
Hace unos pocos años, cierto joven partido muy minoritario en
Navarra tuvo algún desliz al multiplicar caprichosamente su sigla en
una concentración, aunque en realidad fue más bien para
contrarrestar la presencia de varios políticos liberal conservadores
que malograban el sentido y significado de la concentración pro
vida. Sin embargo, en las concentraciones de la Coordinadora en el
Paseo de Sarasate o de Valencia, se ha admitido plenamente una o
dos pancartas claras con el logo tradicionalista, pues nunca se
criticó a quienes siempre fueron prudentes.
En las grandes manifestaciones o marchas realizadas por
Pamplona en 2013 y 2014, se ha admitido la pancarta de la CTC,
aunque en su propaganda e imágenes algunos hayan querido
ignorarla, evitando además que ocupase la cabecera o los lugares
más visibles. Tales personas toleran a los tradicionalistas pero
deseando que pasen desapercibidos. El 25-IX-2014 y enfrente del
Parlamento de Navarra, alguien exigió que se arriase la bandera de
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Cruz de Borgoña, mientras otros mantenían con pleno derecho sus
hermosas banderas rojas de mano con el corazón dibujado en ellas.
En estos casos, los participantes tradicionalistas deberían
esmerarse para estar con pleno derecho en la cabecera de la
manifestación, difundir fotográficamente su presencia –y la de
todos- con la pancarta “Aborto no. Dios ama al embrión. CTC”, y
dejar claro que sus gentes se entremezclan con los demás asistentes,
pues no tienen por qué estar localizados junto a su propia pancarta
y slogan.
Para ser creíbles, es preciso que los tradicionalistas trabajen en
la preparación de cada concentración: en realidad, lo que más
importa a las asociaciones pro vida es que haya brazos para colocar
carteles y para repartir octavillas o folletos por la calle, las iglesias, y
las instituciones. Y ahí deben estar. Tal es la inoperancia de la
sociedad y de los pro vida en general. Por otra parte, no parece
lógico que unos hagan el trabajo selecto –e importante- de toda
minoría, dejando a los demás -como a los tradicionalistas- el trabajo
extensivo y físico de las mayorías convertidas finalmente en
comparsas de aquella.
Desde luego, trabajar da derecho a todo lo demás, a ser unos
más en las manifestaciones, pero sin renunciar a estar con la
minoría dirigente (comités organizativos, manifiestos, trato con la
prensa, relación institucional, diseño de propaganda…), pues es ésta
minoría la que según lo visto “reparte el bacalao”, indica eslóganes,
origina manifiestos y puede decidir directa o indirectamente la
orientación política de las concentraciones
De concretar alguna cuestión práctica, más que pancartas
horizontales interesan pancartas verticales o de altura. También
interesa colocar la bandera de la cruz de Borgoña –una y
destacada- por lo mismo que otros exhiben sus banderas rojas de
mano con el corazón en vivo dibujo, así como repartir pegatinas
propias relativas al Aborto y la Vida, por ejemplo las de la
Coordinadora (española) por la vida ya que actualmente la
Coordinadora navarra por la vida ha dejado de actuar.
A continuación resumimos algunas contradicciones
propias de los liberales conservadores que ya hemos citado. Son las
siguientes.
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Pancarta CTC en la cabecera de la manifestación una vez que se llega a la plaza del Castillo:
“Vida, mujer y maternidad. ¡Grita NO al aborto!”, 23-III-2014.
Convoca “Navarra por la Vida”. Foto:JFG2014
Primera.
Se da la paradoja que algunos conocidos grupos
pro vida, apoyados por la red internauta, solicitan la presencia de
personajes públicos o políticos. Lo hacen incluso con manifiestos y
declaraciones suyas complacientes hacia los aborteros
conservadores. Por ejemplo, son abundantes las imágenes de
algunos voluntarios de Derecho a Vivir y otras en Madrid junto a
José María Aznar, Mariano Rajoy, Jaime Mayor Oreja, Eugenio
Nasarre, Esperanza Aguirre, Jorge Fernández… Una sola cara de
uno de estos políticos y digamos que el sentido de la concentración
se desvía en el sentido de confiar y votar al PP.
Por ejemplo, se politizó la enorme manifestación en Madrid
“La familia sí importa” del 18-VI-2005, cuando se aprobó el
“matrimonio” homosexual, el divorcio exprés etc. Se politizó otras
concentraciones por la familia, el matrimonio, y la vida. Se
politizaron las manifestaciones del 29-III-2009, 17-X-2009 etc.
También Nasarre, Mayor Oreja, y Blanco, contaminaron -
apareciendo en la fotografía oficial- la iniciativa Ciudadana Europea
“Uno de nosotros” en defensa de la vida en 2013, y tantas otras
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iniciativas, como si el PP estuviese a favor de la vida humana sin
excepciones.
La última manifestación del 22-XI-2014 se ha convocado con
el lema “Cada vida importa”, el mismo lema que el de la
manifestación del 18-VI-2005. Esta continuidad no es casual. Pues
bien, en la manifestación del 22-XI-2014, en la que varios políticos
del PP anunciaron que iban a estar presentes, se amenazaba a Rajoy
con no votar al PP si no cumplía su programa electoral sobre el
aborto (¿un aborto menor?), mientras se le pide que cumpla su
programa electoral, que es abortero aunque algo menos que el
PSOE.
Manuel Morillo escribió en la Web Infovaticana el 5-X-2014:
“¿No se enteran de que en los últimos años la ley Ledesma, de la
que es un trasunto la ley Gallardón ha producido muchos más
abortos que la ley Aido?
¿No se enteran que la ley Gallardón era mucho menos
garantista para la víctima, el niño no nacido, que la ley Aido?
¿No tienen conocimientos de derecho para saber que en la ley
Gallardón el aborto era un derecho porque obligaba al Estado a
facilitarlo y poner medios para ello?
La ley Gallardón era un mal mayor que podía haber
sustituido otro mal mayor (aunque menos mayor)”.
Que los organizadores (suelen ser los mismos) digan al pueblo
de qué sirven tantas manifestaciones millonarias –que no de gente
millonaria-, cuando tras una y otra se ha llegado a extremos
insostenibles de desprecio a la vida humana, al matrimonio y a la
familia en el Estado. Que la culpa sea de la sociedad no es
explicación suficiente; seguramente es más adecuado decir que es
culpa del sistema, de la partitocracia, de los lobbys de presión, de
los propios planteamientos, pero, claro, decir esto sería una horrible
falta.
Creemos que la política es mala cuando ella misma enfeuda e
inutiliza cualquier iniciativa noble. Del menosprecio de la política
durante décadas (“no te metas en política” como si no existiese
vocación) se ha pasado por necesidad a utilizar a la sociedad para
influir en la política en un sentido muy concreto y hasta partidario y
partidista.
También en Navarra algunos políticos del PP y UPN se
han situado en la cabecera de diversas concentraciones. En
realidad, la cara de tales cargos era el mejor símbolo, la mejor
pancarta, el mejor aliado político para politizar las manifestaciones
pero sin exhibir pancartas con siglas y dando la apariencia de
apoliticismo. Es decir, la mera presencia de los cargos políticos y de
partido ha sido más que suficiente para lograr el eco político que
buscaban los organizadores, lo que a su vez contradecía su
pretensión de excluir del seno las coordinadoras y plataformas a
aquellos políticos –partidos muy minoritarios- que no tenían
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representación parlamentaria. Era una manera de apoyar la
situación de hecho en el ámbito de la alta política, de hacerse con el
trabajo ajeno, de lograr la presencia de todos con unas
consecuencias equívocas, y todo ello con un destino muy particular
y sin duda bienintencionado: el triunfo del criterio conservador
(abortero conservador o liberal conservador) sobre la acción
política. Como si no hubiera otro criterio ni otra política. Dicen que
el infierno está lleno de buenas intenciones.
En cierta ocasión la prensa conservadora de Navarra
recogió con nombre propio la presencia de algún político liberal-
conservador en una concentración pro vida. Y lo hizo en un
recuadro marginal. Pues bien, en una reunión pro vida donde se
puso en entredicho (criticando el genérico término de pancartas
políticas) la presencia de la CTC y otros en la Coordinadora, un
tradicionalista utilizó dicho recorte de prensa como argumento
decisivo para defender que las concentraciones por vida no eran
apolíticas aunque no fuese pancarta política alguna, pues la mera
presencia de algunos políticos conocidos era la mejor bandera
partitocrática, mientras que paradójicamente se negaba el derecho
a mostrarse pro vida a aquellos que no tenían representación
parlamentaria y querían llevar natural y lealmente su símbolo junto
al lema pro vida. Si trabajaban como tales y si su existencia era
reconocida, nada obsta a que pudiesen llevar discretamente su logo
identificativo.
Afortunadamente, en Navarra se ha logrado que cada cual
se manifieste como es, con lo que tiene, y todos juntos en la defensa
total y absoluta de la vida del nasciturus. Ojalá partidos aborteros
como el PP-PSOE y otros se sumasen a estas concentraciones, pues
sería la prueba de su arrepentimiento.
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P. José Corbató y Chillida, 1894.
Recogemos esta ilustración porque la historia es maestra
de la vida. Digamos que tras la derrota de los carlistas en el campo
de batalla en 1876, los católicos antiliberales (en gran parte
carlistas) se sintieron cada vez más huérfanos de una buena parte de
la Jerarquía eclesiástica. Recordemos el “derecho de presentación”
de obispos mantenido por el Gobierno liberal. Huérfanos en la
lucha por la tesis, por el deber ser, por lo que los españoles eran
capaces en el caso de depender más de su ser que de su pobre
voluntad y de las circunstancias adversas, así como de los
inconvenientes artificialmente originados por la política liberal.
Los católicos siguieron exigiendo la Unidad Católica, la
corrección del artículo 11 -condenado por Pío IX y el episcopado en
pleno- de la Constitución de 1876, y Don Carlos VII siguió
reclamando sus derechos dinásticos a pesar del reconocimiento que
la jerarquía eclesiástica, cuya misión es la salvación de las almas,
hizo de Don Alfonso de Borbón. (Otros omiten la cifra de don
Carlos, al que apodan de pretendiente, y señalan la de don Alfonso).
Dicho de otra manera, no porque la jerarquía eclesiástica
se posicionase como institución ante la nueva situación política a
estabilizar tras el sexenio revolucionario (o democrático), los
católicos debían imitar sus actuaciones. Los que lo hicieron cayeron
en un clericalismo que luego criticarán sin fundamento a sus
contrarios.
Segunda.
Hay mucha organización y cálculo que se oculta a
la sociedad que, movida generosamente en la defensa de la vida con
todas sus consecuencias en el ámbito político, acude a la llamada
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general de recogida de firmas y a las concentraciones masivas y
hasta millonarias. El pueblo llano es generoso y entusiasta cuando
se actúa, aunque en España la movilización siempre es difícil y a
última hora. Estas iniciativas y cálculo, esta ocultación y
organización, fagocita y enfeuda las iniciativas sociales
pro vida, busca anular y absorber las iniciativas de la CTC o bien
otras, y politiza partitocráticamente –diciendo que no politizan- la
causa por la vida.
Es larga la historia de creer que el voto católico vaya y
deba ir al PP, al menos por un hipotético mal menor. Este proceder
es del todo impolítico y perjudicial, hipoteca la política futura, y
además enfeuda a la Iglesia a un partido que por otra parte es de lo
más desagradecido, aunque llegado el momento dirán la política no
está para agradecimientos. Así pues, lo negativo y perjudicial no es
únicamente la iniciativa de cierta conocida sociedad secreta, sino
también cuando -queriéndolo o no- unas u otras organizaciones
discretas fagocitan la sociedad. Expliquemos esto a continuación, a
partir de quiénes solicitan y de a quiénes se solicita.
a) Quiénes solicitan.
Algunos dirigentes que representan a asociaciones de
ámbito nacional se presentan únicamente como agentes sociales,
que es lo que verdaderamente son, mientras que a su vez se
infiltran u optan a título particular en los partidos políticos
liberales, crean discretos lazos formando redes personales, y
recurren a dichos partidos liberales… con el propósito de arreglar
algo los males de la sociedad, de presionarles exhibiendo una
fuerza social –no política- que no es suya, esto es, las
manifestaciones millonarias que ellos y otros convocan.
Así, pretenden lograr de la política: a) lo que les alcanza su
poder e influencia personales; b) lo que alcanza su red de influencia
como grupo; c) la fuerza que tienen las manifestaciones convocadas
por numerosas y diferentes iniciativas sociales, entre las que ellos
se encuentran para no llamar la atención, de quienes se sirven para
mostrar la existencia de una pluralidad de iniciativas, con las que
actúan y hasta, al fin, a las que dirigen con inteligencia, amigos y
cierta profesionalidad, llegando incluso a hacerse sus portavoces; y
d) el margen que les deja el poder establecido de hecho.
Utilizando la fuerza social -y no partitocrática- de otros, se
fían más de sus habilidades personales y redes sociales que, en
primer lugar, de los principios y necesidades que la sociedad
reclama, y, en segundo, de lo que las cosas deben ser con
independencia de las circunstancias. Si hay que pedir rebajas a los
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políticos, la minoría convocante las pide mientras exhibe la fuerza
de la sociedad española, eso sí, con la justificación de siempre que
supongan una mejora -por pequeña que sea- de la situación
anterior.
De ahí la carta –por otra parte sincera- de cierta dirigente
de una iniciativa internauta, contra el actuar de Rajoy llamándole
traidor etc., en la cual convoca a todos los votantes del PP e incluso
a los posibles no votantes, a la concentración celebrada en Madrid
el 22-XI-2014. Al parecer, no podía ser de otra forma cuando
resulta que se utiliza la política para entrar en ella por motivos
únicamente éticos y eclesiales, para ganar aunque sea algo, para
perder menos, o bien para prevenirse de ciertos males. Esto es
como si la política de valores más temporales como la unidad de
España, la foralidad, la partitocracia contra el bien común etc., no
les interesase, y sólo entendiesen la política sub specie aeternitatis.
Todo esto explica que sean ellos quienes no quieran partidos
políticos en las Coordinadoras y Plataformas pro vida, porque ellos
mismos son quienes tendrían que reclamar la presencia de un
partido que no tienen, o del partido del que se sirven y al que
solicitan algo como es cualquier partido liberal conservador –
nacional y/o regionalista-, mientras que el Partido Popular ya no
quiere estar presente ni serles útil. Este último rechazo se convierte
en un gran drama para ellos.
Un cálculo así se observa en los Manifiestos (vid. la
convocatoria al 22-N), en los eslóganes y el trato con la prensa
convencional, en los políticos que están detrás y utilizan las
manifestaciones masivas y millonarias (sobre todo en Madrid,
apoyadas desde Provincias) para presionar y jugar una baza política
pro vida, y en la Iniciativa Legislativa Popular en Navarra
impulsada en el año 2013. Ciertamente tales redes forman una
oligarquía –élite- social de mayor o menor proyección política. Este
recurso imposibilita manifestarse como demócratas de verdad
aunque se actúe o juegue a la democracia para aprovecharse de
ésta.
b) A quiénes se solicita.
Los políticos liberales, que hacen lo que quieren mientras
dicen que hacen lo que pueden, están encantados –en primer lugar-
de fotografiarse con los pro vida para hacer creer a la sociedad
española que ellos son la esperanza pro vida, aunque en realidad
mantienen la situación existente con pretexto de malminorismo, y
reciben así los votos de los pro vida y los aborteros más moderados.
Esta ha sido la política del PP. En fin, un negocio político redondo,
con un engaño mayúsculo aunque sea en el ámbito de la táctica
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política, al que han colaborado indirectamente aquellos que
recomendaron la no existencia de sectores políticos confesionales,
es decir, de sectores con un norte fijo, y un compromiso en
cuestiones nucleares no inmanente a la voluntad de los asociados.
(Digamos entre paréntesis que todos los partidos políticos
tienen una confesión, esto es, marxista o socialista, nacionalista,
liberal… aunque aquí nos refiramos a confesar el derecho natural
objetivo –que sólo la Iglesia católica resguarda y fija como faro
esplendente y seguro- y a confesar íntegra la doctrina católica,
salvaguardando no obstante las cuestiones temporales opinables
para un cristiano –que son muchas-)
Segundo. Si esta forma de actuar se ha apreciado en el
ámbito nacional en el tema del aborto como negación de la vida,
también se observó en el ámbito social -y no también político- en
relación con la asignatura Educación para la Ciudadanía
(EpC). Respecto a la EpC, inicialmente hubo claridad a favor de la
objeción de conciencia de los padres y tutores y de que los alumnos
no asistiesen al aula; luego se planteó la objeción de conciencia
pero afirmando que los alumnos pudiesen ir a clase; mientras que
al final se abandonó la objeción de conciencia cuando a nivel
nacional todo se enredó con un señor de origen mexicano llamado
Yunque. En este momento crítico, las asociaciones de padres
creadas al efecto y denominadas “Educa en libertad”, y las Redes
Sociales internautas creadas por ellos para una mejor
comunicación, se dividieron. (No digo más). También llegó el
momento en que ni la Iglesia (mons. Cañizares en Toledo, que
había sido el más firme de los obispos y que será promovido para ir
a Roma) ni el Foro de la Familia (Benigno Blanco) mantuvieron la
objeción de conciencia a la EpC dejando así decaer el tema. Los que
mantuvieron la objeción de conciencia fue la asociación
Profesionales por la Ética, que recurrió sin éxito a Estrasburgo.
Súmese a ello que todos –Mons. Rouco, Foro de la Familia y
Profesionales por la Ética…- confiaban en el PP para suprimir la
EpC.
Pues bien, las familias que no dependían de unos ni de
otros –ni tenían por qué depender de nadie- porque se habían
agrupado espontáneamente como clamor popular aunque pensasen
diverso en otros temas, se quedaron perplejas, y se pudieron sentir
burladas, utilizadas, fagocitadas. Esta espontaneidad demostró
simplemente la debilidad de las asociaciones existentes, que
deberían haber sido el vehículo de expresión de las familias. Es
como si los cuerpos sociales o intermedios hubiesen sido aplastados
por el estatismo y el sistema que lo promueve.
30. José Fermín Garralda
“Aviso a los tradicionalistas…”
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30
En esta tesitura, sólo quedó una opción a las asociaciones
espontáneas de padres “Educa en libertad”: o desaparecer o
convertirse en una asociación más para tratar de los problemas
educativos. Perdida la motivación principal y el Norte, para crear
asociaciones sobre educación ya estaban –o debían de estar- otros.
Ya le costó al ministro Wert (PP) que en su Ley de
Educación (LOMCE) no apareciese la EpC, que no obstante ha sido
sustituida por unos ejes transversales de obligado cumplimiento
para todos los Centros, concertados o no. De ésta manera, el Centro
que desee adoctrinar a los alumnos tiene medios para hacerlo. El
día que el PSOE acceda de nuevo al gobierno, no tiene sino que
precisar a su arbitrio los contenidos de dichos ejes trasversales
especificados en su día en la ley socialista de educación anterior a la
EpC. Al final, con unos y con otros las familias pierden sus derechos
dentro del silencio generalizado.
Cuarto. En relación con la vida, Navarra parece una
sucursal donde actúan diversas organizaciones sociales de ámbito
nacional en defensa de la vida, la familia y la educación. En
Pamplona actúan dos de ellas de origen foráneo y nacional, que se
conocen aunque discrepen entre sí, actuando al unísono en relación
con el tema de la vida del nasciturus. Es una forma de aunar
fuerzas sin que se sepa. En España muchos de sus seguidores serían
sociológicamente la “derecha” del PP, al que de alguna manera
pertenecen –y votan- por convencimiento o bien por
malminorismo sistemático.
En quinto lugar, la fagotización de las concentraciones pro
vida en Navarra por personas de perfil político conservador, se
observó en cierto político –por supuesto que bienintencionado-
procedente de los dos partidos conservadores navarros de origen
regional y nacional. De ello hemos tratado en el punto 2.5. Este
político tuvo la magnífica iniciativa de reclamar el aborto como
contrafuero mediante una Iniciativa Legislativa Popular (ILP),
representando personalmente la causa de la vida en el Parlamento,
lo que pudo impulsar indirectamente su nuevo partido político.
Que este último tuviese un diseño conservador en lo de menos.
Los tradicionalistas dicen ser la sociedad que no quiere
quedar fagocitada por grupos políticos amigos o contrarios al
sistema dominante, porque entienden la política de una forma
totalmente distinta a la resultante de la existencia de uno o más
partidos políticos. Creen en la política de la sociedad organizada
con representación en las instituciones políticas. Pues bien, los
tradicionalistas supusieron lo que iba a ocurrir en el desarrollo de
la ILP; no pudieron evitar lo que ocurrió aunque solicitaron que
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“Aviso a los tradicionalistas…”
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fuese un médico, un abogado o un profesional sin pública
adscripción política, quien hiciese la presentación en el Parlamento
de la ILP a favor de la causa de la vida y del contrafuero que supone
cualquier tipo de aborto voluntario. No en vano, la vida humana es
el primer Fuero.
Siguiendo con la ILP mencionada, en el acto y debate
parlamentario los políticos de izquierda y nacionalistas rechazaron
la petición de tener una sesión parlamentaria para debatir sobre el
abortorio de Ansoáin y declararlo como contrafuero, que este era el
sentido que tenía la ILP. Por su parte, el portavoz del PP hizo una
feísima intervención contra el que tiempo atrás perteneció a su
partido y que con tanta entereza ahora presentaba la ILP. Sea lo
que fuere, aunque tanto el PP como UPN al final votaron que se
hablase en otra sesión sobre si declarar o no como contrafuero el
abortorio de Ansoáin, la ILP fue rechazada por tan solo dos votos.
Una vez explicado todo ello, continuemos con nuestras
consideraciones relativas a la existencia de mucha organización en
el movimiento pro vida oculta a la sociedad. Algunas
organizaciones pantalla del PP han pretendido que, en estos temas
de vida, familia, educación, el ámbito local sea seguidita de las
decisiones de algunas instituciones pro vida y pro familia de ámbito
nacional, que tienen elementos destacados trabajando en el PP.
Las iniciativas que fagocitan tanto la sociedad como las
concentraciones masivas, dañan las libertades, las instituciones y a
los ciudadanos con una pérdida de claridad y de confianza. Se hace
tanto desde las sociedades que se organizan secretamente para
hacer el bien, como las iniciativas que –federadas o no entre sí,
duplicadas e incluso pantalla, formando redes sociales- pretenden
conducir el empuje social, influyendo en la política del PP desde
fuera y dentro de ella, y, por ello, transformando el empuje
social en fuerza política sin que la sociedad sea
consciente de ello. Esta transformación de la fuerza social en
fuerza política partitocrática, es un engaño sutil a la ciudadanía:
transformación que se observa entre líneas en los manifiestos, en
qué políticos se asocian a las manifestaciones callejeras
multitudinarias, en quien transmite el mensaje de la sociedad a la
prensa, en a quien se le transmite y, en el fondo, en quien organiza
en el trasfondo.
Esto último se veía venir cuando durante 35 años la
jerarquía eclesiástica católica ha insistido en que no deberían
existir partidos católicos sino católicos en los partidos, con el gran
peligro de ser absorbidos por la deriva política general que es lo que
ha ocurrido; que los católicos debían obrar en conciencia aunque de
32. José Fermín Garralda
“Aviso a los tradicionalistas…”
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hecho fuese patente que descuidaron su formación; y que los
católicos podían estar en todos los partidos siempre que
cumpliesen unas condiciones muy generales y sin precisar, y que
ahora –ya es tarde- se empieza a precisar con exclusión de otras.
Luego querrán contradictoriamente que los que defienden o
mantienen unos principios morales similares se agrupen de una
forma clara y eficaz, necesaria para tener perspectivas de éxito,
confiando en unos organizadores y directivos de mano fuerte –no
por eso dura o de hierro- conforme a la necesidad de rehacer todo
desde los cimientos. Mejor hubiera sido –hacemos retrospectiva-
haber puesto los medios para no llegar hasta este extremo, al que se
ha llegado por los deslices cometidos durante estos 35 años y más.
Lo peor es que en casi todos los casos se ha olvidado que el ámbito
natural no puede sustraerse del sobrenatural.
Mensaje enviado por Manuel Morillo.
3.4. Discuten sobre la necesidad de separar la
lucha por la vida de la política, toda vez que aquella es un
valor pre político.
Creemos que esta separación es totalmente inadecuada.
Lo extraño es por qué tales “puristas” y discutidores recurren a
ciertos partidos políticos aborteros (PP, PNV, CIU…), ya que mejor
sería que hiciesen un partido totalmente pro vida como por ejemplo
-por indicar uno “neutro” o ajeno a otras aspiraciones- el Partido
Familia y Vida (PFyV). Por otra parte, cuando lo pre político es
interferido por la política del momento, el contenido concreto del
caso se convierte en un valor claramente político y universal. No
cabe duda que lo pre político deberá ser recogido de alguna manera
33. José Fermín Garralda
“Aviso a los tradicionalistas…”
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en la política práctica, en las Constituciones y las leyes, pues dicha
política necesita un fundamento objetivo y unos principios sólidos,
especialmente hoy. Otra cosa es ir a la deriva, como ha ocurrido en
el desarrollo de la Constitución de 1978. Parece que una excesiva
diferenciación entre lo pre político y lo político ignora que la
política debe reconocer el derecho natural objetivo y a Dios como
Señor, dándole culto en la forma que Él quiere, yendo así los
Gobiernos más allá de la estricta administración de los bienes
terrenales, y del orden y seguridad pública. El bien común es más
amplio y comprometido que el orden público, de suerte que donde
éste no llega, llega aquel, que por naturaleza además posibilita el
orden cívico
Ante la actual mentalidad partitocrática es necesario
destacar que la CTC es una Comunión, y que, si adquiere la
categoría e imagen de partido político, tan sólo lo es por imperativo
legal y para influir en la política dentro de la ley. El día en el que la
comunidad cívica estuviese social y políticamente en marcha con
las ideas claras y con independencia de la partitocracia, la CTC
desaparecerá. La Comunión es un partido-antipartido, ya se trate
de un sólo partido como explicó críticamente Fal Conde a Franco,
ya sean muchos partidos. Sólo faltaba que la sociedad que impulsó
los partidos políticos y ahora los critica debido a la corrupción de
los políticos y aún de los mismos partidos, se vuelva contra la CTC
que, sin ser partido y criticando que exista uno o muchos, ha tenido
que pasar por el registro de partidos para poder hacer oír su voz en
los ámbitos políticos y poder presentarse a las elecciones.
3.5. Discuten sobre la necesidad de ser coherentes
en la vida pública.
Así ocurre hoy, cuando la coherencia está en boca de
todos, ignorando que el principal valor o bien sólo es la verdad que
hay que anhelar, buscar y alcanzar, verdad que es la que nos hace
coherentes por añadidura. En realidad, quien en primer lugar
busca coherencia, suele ser en la práctica incoherente. Este caso de
la defensa política de la vida del nasciturus en uno más.
Quienes se mueven en los ámbitos malminoristas y
peperos, y se han escandalizado de la retirada del anteproyecto del
ministro de Justicia Ruiz-Gallardón, creyendo además que era pro
vida, es difícil que reconozcan que el haber apoyado al PP
durante tantos años fue error, y que renuncien a vincularse a
la pésima política que ha desarrollado durante décadas. Parece que
convencer a tales líderes defraudados es tiempo perdido. Así pues,
es una pena que, debido a su procedencia y a su costumbre, no
34. José Fermín Garralda
“Aviso a los tradicionalistas…”
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estén en condiciones de reconocer los errores prácticos y hasta
teóricos del malminorismo, y el dislate de convertir la hipótesis en
tesis.
Sin juzgar personas, digamos que el orgullo político hace
un flaco servicio a la verdad. Tales personas –por otra parte de una
singular valía-, antes que aceptar la iniciativa política de Impulso
Social a favor de unos principios no negociables, propondrían –es
todo un ejemplo- la creación de un PP corregido de “derechas”, y
por supuesto ellos –los listos y preparados- dirigiéndolo.
Un caso extremo es el del P. Joan Carreras que, como doctor
particular, recientemente (2014) ha excusado a los católicos
piadosos –supongo que algún amigo suyo del Gobierno de Rajoy-
que toleran la política abortera de Rajoy (véase Infocatólica),
mientras arremete contra los obispos de Alcalá de Henares y San
Sebastián (que no nombra) por sus comprensibles críticas al Partido
Popular. Resulta verdaderamente especioso su “argumento” de que
sólo Dios y la Encarnación son el único absoluto.
Los tradicionalistas (término que disgusta al Sr. Benigno
Blanco aunque fue respondido por Carlos Ibáñez Quintana el 24-
XI-2009) podrán ser orgullosos, pero esgrimen a su favor su
análisis de la práctica política desde 1833, vista con mucha más
frialdad que los liberal-conservadores que siempre fueron parte
interesada en ella. Han sabido analizar situaciones, personas y
experiencias, y mil sucesos para justificar su trabajosa posición
práctica y su crítica a la filosofía práctica del malminorismo, del
entrismo en partidos políticos liberales o socialistas, del afán de
aceptar términos por tríadas que la historia ha convertido en más
que equívocos (Libertad, Igualdad y Fraternidad), y el error de
aceptar ciertas situaciones o males o bien tolerar otras. El
seguidismo a las ideologías liberal, nacionalista o socialista es la
consecuencia final del seguidismo a los políticos que las mantienen.
3.6. Es un hecho a constatar la existencia de
instituciones sociales de origen católico que, por diversas
razones, apoyan al PP, aunque éste sea favorable al
aborto, e incluso pidiéndole que redacte una ley menos
mala –en realidad una reformita- que la de Aído de 2010,
y hasta colaborando en ella.
Recordemos de nuevo que el 22-XI-2014 se realizó la
manifestación por la vida, a celebrar en Madrid, para denunciar al
Gobierno de Rajoy su incumplimiento electoral por mantener la ley
Aído de 2010. Recordemos también que Mariano Rajoy dispuso la
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“Aviso a los tradicionalistas…”
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retirada del anteproyecto abortero de Ruiz-Gallardón, ya para no
perder votos ya ante el referéndum fantasma del secesionismo en
Cataluña. Por ello, si el Gobierno no readmite al menos dicho
anteproyecto, los convocantes amenazan con no votar de nuevo al
PP. El problema será a quién van a votar. ¿Fagocitarán la política
de otros que además de la vida y familia propongan otros valores
irrenunciables para España y los españoles? ¿Puede un programa
electoral básico en dos temas, responder a la toda la verdad política
de una comunidad?
Pues bien; esta pretendida reforma tiene un sentido
restrictivo, pero no para quitar toda ley abortera. No en vano los
principales convocantes a la manifestación estaban satisfechos con
el anteproyecto de Ruiz-Gallardón de 2014, que era abortero
aunque un poquito menos que la ley Aído de 2010.
Manuel Morillo dice así en su Blog “Anotaciones de
pensamiento y crítica”:
“Una manifestación para pedir que se cumplan
las promesas abortistas de Rajoy/PP. Manifiesto de la
autodemominada plataforma CADA VIDA IMPORTA
Tal como recoge su manifiesto la manifestación
supuestamente provida (sic) del 22 de noviembre convocada por
diversas asociaciones, encabezadas por el foro de la Familia tiene
como primera demanda
• La derogación de la vigente “ley del
aborto”.
Es decir que no piden la eliminación de cualquier
legislación abortista y la necesaria penalización de cualquier
conducta, activa y pasiva, cómplice y necesaria, en la realización del
asesinato del inocente por aborto voluntario, quirúrgico o químico,
sino solo la derogación de la ley Aído, para sustituirla por la ley
Ledesma o una análoga, por supuestos.
Como primera petición
• "Pedimos al Presidente del Gobierno D.
Mariano Rajoy Brey que rectifique su errónea decisión e
impulse con carácter inmediato el cumplimiento del
programa electoral del PP en las últimas generales en
materia de maternidad y derecho a la vida"
Es decir que en el Manifiesto piden que se cumplan las
promesas de tener legislación de aborto por "supuestos".
Y esto no es una interpretación subjetiva sino que se
puede oír y ver directamente, con la autoridad partidista de su
presidente, en los principales media del país, expresado de de
manera ostensible para que todo el mundo los sepa
Solo a título de ejemplos entre miríadas de declaraciones
análogas prometiendo que si el PP llega al poder mantendrá el
aborto” (informacion-de-anotaciones-de-manuel-
morillo@googlegroups.com).
36. José Fermín Garralda
“Aviso a los tradicionalistas…”
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De esta manera se ha llegado a unos extremos que serían
totalmente impensables para observadores del pasado como –por
decir algunos autores- Vicente Pou, Jaime Balmes y Pedro de la
Hoz por un lado, Aparisi Guijarro, los Nocedal, Vildósola, Ortí y
Lara y el primer Corbató por otro, los de más acá Vázquez de Mella,
Senante, Larramendi etc. ¿Qué dirían los Pidal, el último Valentín
Gómez, Herrera Oria y tantos otros que buscaron lo que nunca
encontraron en el partido liberal-conservador: la tesis, el
mantenimiento de principios fundamentales, la sencillez y pureza
del pueblo llano, la seguridad política de lo santo y bueno de la vida
de los españoles, la reconquista de posiciones extrañamente
perdidas, mejoras para la situación política de los católicos, firmeza
en vez de entreguismo y un largo etc. Algún lector pensará que nos
hemos desviado, pero no es así, si se trata de distinguir en la teoría
y la práctica la lucha por la vida del partido liberal conservador, e
identificar las posibles direcciones –paradójicas y enervantes- que
se establecen por quiénes fagocitan la causa pro vida, familia y
educación.
3.7. El comprensible recelo de la sociedad contra la
partitocracia hoy se extiende también contra aquellos que
presionan desde la sociedad a los partidos políticos dominantes,
haciéndolo con medios elitistas y fagocitando la sociedad con la
que a veces trabajan mediante la recogida de firmas y
manifestaciones millonarias.
¿La sociedad y los cuerpos sociales pro vida trabajan para
suprimir toda ley del aborto? La respuesta es que sí y muy bien. Sin
embargo, ¿trabajan para que algunos utilicen sus esfuerzos y
movimiento social haciendo su política malminorista y
negociadora? La respuesta es en muchos casos negativa.
Lógicamente, no pocos militantes y simpatizantes de la
CTC pertenecen a esta ola de recelo, y se distancian de que quienes
ocupan parcelas de poder y están muy interesados en mantenerlas
e incluso ensancharlas.
Es más, éste recelo puede extenderse a aquellos que
impiden la creación de cualquier partido católico que acepte toda la
doctrina social y política de la Iglesia, o hacia quienes tergiversan y
menosprecian a los que llaman tradicionalistas (B. Blanco en “Alfa
y Omega”, 19-XI-2009, J. Poveda). A Blanco le respondió Carlos
Ibáñez Quintana en una carta abierta del 24-XI-2009, y, a Poveda,
Manuel Morillo (Hispanidad, 1-VI-2009) y Javier Garisoain
(Navarra Confidencial, 2-VI-2009).
37. José Fermín Garralda
“Aviso a los tradicionalistas…”
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4. En conclusión:
En estos tiempos de una grave crisis –la mayor de toda la
historia de España-, están surgiendo unas élites sociales cada vez
más significativas, que amenazan al PP con distanciarse de él y
trabajar abiertamente en política. No nos referimos a iniciativas
sociales y políticas de siempre –como en nuestro caso la CTC- sino
a otras nuevas, fruto de las actuales circunstancias.
Ello parece lógico porque el espacio político nunca puede
permanecer vacío. La realidad, incluido el ámbito político, repugna
los vacíos, de modo que si los hasta ahora denunciantes del actual
sistema no los llenan, otros les sustituirán aunque en otro sentido;
si tales se escoran hacia el conservadurismo –el más de lo mismo-
será con unas pésimas consecuencias. Pésimas porque poco o nada
lograrán en un plazo medio, producirán cansancio y quemarán a los
comprometidos, y no se dará paso alguno para salir de la errónea
configuración política y, sobre todo, de los erróneos supuestos de la
actual Constitución de 1978. De ahí la necesidad de que los
tradicionalistas o carlistas espabilen. Quizás por ver que estos son
un futuro contrincante, o bien para retener a los tradicionales que
trabajan en la causa de la vida, la familia y la educación, personas
significadas pro vida dentro del PP, que a su vez pertenecen a élites
sociales aparentemente “neutras” en política, desprestigian a los
tradicionalistas, lo que para estos últimos es señal que cabalgan
aunque sin duda deban darles una respuesta.
En estas páginas se ha observado nuestra posición
claramente pro vida, familia y educación, unida a nuestra
prevención hacia la tendencia malminorista, desde hace tiempo
promovida por quienes, sin ser políticos sino asociaciones
religiosas y civiles con un único propósito moral y ético, se sienten
cómodos con la política liberal conservadora. Y como socialmente
actúan, hace tiempo se vincularon a ella aun conservando las
distancias. Esta vinculación ha originado unas pésimas
consecuencias, y finalmente la manifestación del 22-XI-2014,
continuación de otras muchas manifestaciones millonarias que
para poco o nada sirvieron.
Decimos que se sienten cómodos con la política liberal
conservadora porque ésta no les obliga a luchar en el ámbito
político –ámbito que tienen vedado por fundación propia a veces
38. José Fermín Garralda
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eclesial-, mientras mantienen su influencia social al socaire de la
libertad absoluta del liberalismo y del lema de la revolución
francesa. Pronto surgirán las contradicciones de dicha concepción
absolutista de la Libertad, pues enseguida la revolución francesa
persiguió a la Iglesia y la fe católica de los franceses.
La causa de la vida no admite rebajas pues el argumento
principal incluye necesariamente a todos los nasciturus e incluso a
las madres y padres. Tampoco admite rebajas la obligación política
de proteger a todos los nasciturus. No se trata de casuísticas sino
de derechos y obligaciones irrenunciables.
“Que pululen las pancartas” en calles y plazas; que estén
las pancartas de todos, y ojalá también las del PP, PSOE, PNV,
UGT, IU etc., “señal que se han convertido”. Desde luego, las
pancartas están para ser leídas, hasta el punto de que la gente la lee
mucho más que cuenta las personas que la sostienen.
A efectos prácticos, es contradictorio reducir la política a
la partitocracia actual (PP…) y luego expulsar a los partidos no
parlamentarios de las Coordinadoras en la lucha por la vida del
nasciturus. Como no puede existir vacío de siglas políticas en el
sistema partitocrático, por lo mismo que no puede existir vacío
social en la causa de la vida, toda acción social por la vida que
reclame el servicio de la política y se valga de políticos, se politizará
según a quién reclame o a quién se acoja.
Actualmente, el mayor mal es considerar pro vida al PP
anterior a 2013, al anteproyecto de Ruiz-Gallardón, y conformarse
por el momento con la supresión de la “ley” Aído de 2010 para que
vuelva la “ley” abortera Ledesma de 1985, origen de la “ley” actual
y causante de una multitud de niños abortados.
Algunos desean absorber y fagocitar nuestras iniciativas
para evitar que:
1. Propongamos a la sociedad una política totalmente
pro vida a diferencia de los que admiten rebajas
tácticas de ocasión.
2. Compitamos con ellos en la influencia social,
máxime cuando el catolicismo liberal daba por
desaparecidos a los tradicionalistas o carlistas.
3. Denunciemos con vigor al liberalismo conservador,
angelista y aparentemente apolítico.
4. Potenciemos una política al margen y aún en contra
del partido liberal-conservador (que de conservador
absolutamente nada tiene), sobre todo cuando éste
posee y quiere mantener el poder político.
39. José Fermín Garralda
“Aviso a los tradicionalistas…”
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5. Mostremos una forma de hacer política que tenga
los caracteres de ser verdadera, vocacional y plena,
tradicional y completa.
6. Pongamos en evidencia el origen de los males, que
es la negación del reinado social de Jesucristo en las
instituciones sociales y sobre todo en las políticas.
Ellos son alérgicos a lo que llaman “mezclar”
religión y política, lo temporal y lo eterno…
ignorando que en todo momento y ocasión el César
tiene que dar a Dios lo que es de Dios, y que los
derechos de Dios y los del hombre no se pueden
separar como el creador no se separa de la criatura,
ni la Gracia de la razón.
Debemos abrir canales de diálogo con otros miembros de
la Iglesia y la sociedad en general que conozcan nuestro
pensamiento y principios de actuación práctica, pero desde la
firmeza, la claridad y de una forma contundente. Sin dejarnos
fagocitar. Así pues, hablemos claro y alto de este problema.
Laus Deo
40. José Fermín Garralda
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A N E X O I
BREVE HISTORIA DE LAS CONCENTRACIONES
SILENCIOSAS CONTRA EL ABORTO Y POR LA VIDA
DEL CONCEBIDO Y TODAVÍA NO NACIDO.
Hagamos algo de historia.
Lo contenido en este trabajo tiene una larga trayectoria. Comenzó
hacia 1985. La concentración silenciosa y mensual por la vida en Pamplona,
enfrente del Parlamento de Navarra, se ha consolidado como costumbre y
ahora está pasando a ser tradición. Ésta es una pequeña joya que la CTC,
dentro de su reducida significación sociológica actual, pero con su prestigio y
su enorme dimensión, ofrece a la sociedad navarra. Seremos pocos, pero
somos de los que hacen algo en esta deserción universal por indebida
tolerancia, por un pervertido consentimiento o por la dejación culpable del
ámbito público que se debiera mantener.
Conocen lo que hacemos, y nos respetan por lo mismo que nosotros
respetamos a todos los que hacen el bien, o a quien quiera que sea en el
momento de hacer el bien. También sabemos que el mal no triunfa sino por el
bien que encierra o que aparenta tener.
Detallemos el marco general de la lucha por la vida en el ámbito de
la calle en Pamplona, y el marco en el que se mueven quienes trabajan por
repercutir directa y políticamente en Navarra. Los planos personal y familiar,
eclesial, social y político son simultáneos, están trenzados, se necesitan
mutuamente, y olvidar alguno de ellos es una incoherencia y perjudica el
carácter unitario y completo de la vida y la acción humana.
PRIMERA ETAPA (1991-1996). Entre 1991 y 1996, la
Comunión Tradicionalista Carlista (CTC) estuvo en la “Coordinadora
navarra por la Vida” con otros estupendos grupos como ANDEVI,
Jóvenes Pro-vida, CONCAPA, Acción Familiar etc., hasta llegar a un total de 25
asociaciones y entidades navarras de todo tipo. Les damos las gracias por su
entusiasmo, trabajos y apertura de miras a beneficio de una causa común y que
tiene la máxima importancia.
¿Qué manifestaciones conjuntas de las asociaciones se hicieron?
Por ejemplo, el 21-II-1992 se desarrolló una manifestación bajo el slogan “Da
la cara por la vida”, que congregó a varios cientos de personas ante el
monumento a los Fueros del paseo de Sarasate o de Valencia de la capital
navarra, cantidad de asistentes que fue aumentando con el tiempo ya que el
número fue mucho mayor años después en 2009. La manifestación de 1992
fue convocada por la Plataforma Pro Vida de Navarra, y respaldada por
“Comités Pro Vida” y la “Comunión Tradicionalista Carlista”. En la noticia,
ofrecida por “Arrako”, se añadía: “Así mismo, dentro de la actividad pro vida,
es reseñable la colocación en Pamplona de millares de adhesivos que en
oposición al aborto ha editado la Comunión Tradicionalista Carlista. La CTC
41. José Fermín Garralda
“Aviso a los tradicionalistas…”
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ha enviado también una nota a los medios de comunicación criticando la
escasa actividad de los partidos políticos en esta campaña, acusándoles de
poner ‘más empeño en asuntos relacionados con el bolsillo que en cuestiones
tan acuciantes como la defensa de la vida’ “ (“Siempre P’alante”, nº 230, 16-
III-1992, pág. 4). Durante los años sucesivos se repitió la convocatoria,
llegándose a celebrar la Vª Semana en el año 1996. La prensa regional se hizo
eco de ello. Todo esto exigía una intensa labor de propaganda en la calle, en los
medios de comunicación y en los Ayuntamientos navarros.
La CTC –los que identificamos como tradicionalistas- fue el único
partido político adherido a dicha Coordinadora entre 1991 y 1996. Los
malentendidos ocurridos en esos años se debieron a que la coordinadora de
hecho tendía a suprimir o anular a sus miembros participantes, creando al
efecto una nueva asociación.
En esta primera etapa, y tras ella, los tradicionalistas también
realizaron mensualmente concentraciones con permiso propio, delante
del llamado Parlamento Foral ubicado con fachada a la Avda. Carlos III. Tras
unos años, la concentración se trasladó al Paseo de Sarasate, cuando dicho
Parlamento cambió de sede a la antigua Audiencia convertida en sede
parlamentaria. En cada ocasión los manifestantes exhibieron una gran
pancarta con los lemas: “Aborto NO. Dios ama al embrión”, “Aborto criminal,
fuera subvención”, “Nada justifica la muerte de un inocente. Aborto NO”.
Participación una docena de personas y en los Santos Inocentes hasta 30
personas.
SEGUNDA ETAPA (2009-2014). Desde 1996 a 2009 la
Coordinadora permaneció inactiva, mientras que la CTC mantuvo su
concentración mensual.
La Coordinadora navarra por la vida reapareció, y se
renovó el 24-II-2009, incluyendo un total de 40 asociaciones entre las que
la CTC ha sido activa. Aunque habían pasado 13 años, en esta ocasión se
renovó el impulso primero. Entre dichas asociaciones había alguna que no
eran verdaderamente pro vida, como era el caso de Juventudes Navarras del
partido Regionalista, que por otra parte, además de dedicarse a otras cosas,
nunca aparecieron a las reuniones, a los trabajos, y –salvo excepción- a las
celebraciones.
Este número de asociaciones era muy elevado para una
Coordinadora. Muchas de ellas sólo eran de nombre, es decir, siglas duplicadas
a efectos prácticos pero con los mismos o parecidos miembros. Creían que por
tener más siglas o nombres en la Coordinadora iban a tener más peso en sus
decisiones. Al fin, el peso específico lo dio el trabajo, y en esto destacaron los
tradicionalistas.
Dicha Coordinadora era una entidad jurídica que tenía como objeto
coordinar las asociaciones adheridas desde 1991 y otras posteriores, y realizar
actuaciones puntuales conjuntas centradas en las “Semanas por la Vida” (como
en 1991-1996), con un rotundo y positivo “Sí a la vida”. Es muy de agradecer a
su generoso presidente y a todos los componentes su entusiasmo y entrega.
La Coordinadora se formó como asociación, con sus estatutos,
secretaría y tesorería, y, aunque la CTC conocía los inconvenientes de ello (la
creación de una Asociación absorbía a los participantes que tan sólo deseaban
coordinarse), sin embargo no quiso parecer como la única contraria y quedarse
fuera.
42. José Fermín Garralda
“Aviso a los tradicionalistas…”
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La inadecuación del período de 1991-1996 (una Asociación de
asociaciones en vez de una Coordinadora) se repitió por segunda vez, lo que a
la larga conllevó el cese de las actividades de la Coordinadora. Es más,
personalmente creo que dos asociaciones particulares estaban sobre todo
interesadas en crear una nueva asociación pantalla para así poder solicitar
locales y fondos a las instituciones públicas a beneficio de una casa de
acogida. Sin duda este proyecto, que es de una gran complejidad, es
maravilloso y hoy día queda pendiente.
En primer lugar, es evidente que una coordinadora sin estatutos
como asociación no era el sujeto jurídico que resultaba necesario para
presentarse ante las instituciones públicas. También era comprensible que con
este objetivo hubiese alguna asociación que quisiera controlar los principales
cargos, hacer valer sus diversas siglas registradas, y mantener el nombre de la
asociación en el registro de asociaciones. Ello no resultaba complicado hacer
entre las restantes asociaciones siempre que se tuviera –como era el caso-
experiencia jurídica o profesional.
En realidad, dos beneméritas asociaciones quisieron que la nueva
Asociación resultante –denominada Coordinadora- recogiese sus más nobles
intereses como es el de fundar la referida casa de acogida. Deseaban utilizar
un nombre como persona jurídica con el que trabajar de cara al Ayuntamiento,
para obtener locales, fondos, y los necesarios apoyos sociales y brazos para así
llevar a cabo dicha casa de acogida. Así propusieron con éxito que todos
participasen en su respectivo proyecto social de institución de acogida con
todas las formalidades y servicios de rigor.
A todos los participantes la iniciativa les pareció muy bien; todo lo
que fuese aunar y sumar era muy bien aceptado. Todos estaban de acuerdo en
que una línea de trabajo de la Coordinadora fuese dicha casa para madres con
dificultades, aunque sobre todo las que debían de desarrollarla eran las dos
asociaciones directamente interesadas en ella. El problema era: ¿una o dos
casas de acogida? Y si una, ¿cuál?
Hubo una votación sobre qué casa de acogida prefería la
Coordinadora, si la de unos que habían dado pasos importantes o bien la de
otros que más bien ofrecían promesas. El representante de la CTC se abstuvo,
alegando el erróneo planteamiento de la cuestión pues se trataba de decidir un
tema importantísimo y a elegir entre dos asociaciones; además, aunque veía
muy bien la casa de acogida, su gente no podía comprometerse demasiado con
un proyecto tan específico y complejo. Pues bien, la discrepancia entre las dos
asociaciones –por otra parte magníficas y que tan bien trabajan en su
cometido específico-, fue muy sentida por todos, y al parecer significó el inicio
de la decadencia de la Coordinadora.
¿Es que sin la casa de acogida la Coordinadora carecía de sentido?
Sin duda nadie lo pensaba, pero sí se rebajaban la expectativas de una
Coordinadora para el funcionamiento común.
Otro asunto muy significativo a dilucidar origina el tema o cuestión
central de este folleto. Quienes defendían una de ambas iniciativas
relacionadas con la casa de acogida añadía, casi en cada momento, que las
concentraciones generales debía de realizarse con nombre, dirección y
pancarta única. En la coordinadora hubo un largo debate sobre si cada
asociado mantenía o no su personalidad, lemas y logo en la propaganda y
concentraciones comunes. Prevaleció –con una notable diferencia de votos- el
que “sí”. Pasó el tiempo, y siempre había cierta tirantez ambiental, como si la