3. Vida
Vida de San Francisco
Nació en Asís (Italia), en el año 1182. Después de una
juventud disipada en diversiones, se convirtió,
renunció a los bienes paternos y se entregó de lleno a
Dios. Abrazó la pobreza y vivió una vida evangélica,
predicando a todos el amor de Dios. Dio a sus
seguidores unas sabias normas, que luego fueron
aprobadas por la Santa Sede. Fundó una Orden de
frailes y su primera seguidora mujer, Santa Clara que
funda las Clarisas, inspirada por El.
4. Biografía
Francisco Asís; Asís, actual Italia, 1182-id., 1226)
Fundador de la orden franciscana. Hijo de un rico
mercader llamado Pietro di Berrándome, Francisco
de Asís era un joven mundano de cierto renombre en
su ciudad. En 1202 fue encarcelado por unos meses a
causa de su participación en un altercado entre las
ciudades de Asís y Perugia. Tras este lance, aquejado
por una enfermedad e insatisfecho con el tipo de
vida que llevaba, decidió entregarse al apostolado y
servir a los pobres.
5. Biografía 2parte
En 1206 renunció públicamente a los bienes de su
padre y vivió a partir de entonces como un ermitaño.
San Francisco de Asís predicó la pobreza como un
valor y propuso un modo de vida sencillo basado en
los ideales de los Evangelios. El papa Inocencio III
aprobó su modelo de vida religiosa, le concedió
permiso para predicar y lo ordenó diácono. Con el
tiempo, el número de sus adeptos fue aumentando y
Francisco comenzó a formar una orden religiosa, la
de los franciscanos.
7. Biografía 3 parte
Además, con la colaboración de santa Clara, fundó la
rama femenina de su orden, que recibió el nombre de
clarisas. San Francisco de Asís fue canonizado dos
años después de su muerte, el 15 de julio de 1226, y
sus sucesores lo admiraron tanto por su modelo de
austeridad como por su sensibilidad poética.
(las heridas de Cristo en su propio cuerpo), según
testimonio de él mismo, y compuso el poema Cántico
de las criaturas o Cántico del hermano sol, que influyó
en buena parte de la poesía mística española
posterior.
9. Francisco de Asís
Francisco de Asís (en italiano Francesco d’Assisi) (Asís, 5 de julio de 1182[1]
– ibídem, 3 de octubre de 1226)[2] , santo italiano, que fue diácono,
fundador de la Orden Franciscana y de una segunda orden conocida como
Hermanas Clarisas, ambas surgidas bajo la autoridad de la Iglesia Católica
en la Edad Media, al contrario de otras hermandades —como los cátaros—
que fueron consideradas herejes. De ser hijo de un rico comerciante de la
ciudad en su juventud, pasó a vivir bajo la más estricta pobreza y
observancia de los Evangelios. En Egipto, intentó infructuosamente la
conversión de musulmanes al cristianismo.
Su vida religiosa fue austera y simple, por lo que animaba a sus seguidores
a hacerlo de igual manera. Tal forma de vivir no fue aceptada por algunos
de los nuevos miembros de la orden mientras ésta crecía; aun así, Francisco
no fue reticente a una reorganización. Es el primer caso conocido en la
historia de estigmatizaciones visibles y externas.[5] Fue canonizado por la
Iglesia Católica en 1228, y su festividad se celebra el 4 de octubre.[3] [4] Es
conocido también como il poverello d'Assisi («el pobrecillo de Asís», en
italiano).
11. Infancia y juventud
Nació bajo el nombre de Giovanni. Sus padres fueron Pietro Bernardone dei
Moriconi y Donna Pica Bourlemont, provenzal; tuvo al menos un hermano más, de
nombre Angelo.[8] Su padre era un próspero comerciante de telas que formaba parte
de la burguesía de Asís y que viajaba constantemente a Francia a las ferias locales.
Entre algunas versiones, fue la afición a esta tierra por lo que su padre lo apodó
después como Francesco o el francesito; también es probable que el pequeño fuera
conocido más adelante de este modo por su afición a la lengua francesa y los cantos
de los trovadores.[9]
Francisco recibió la educación regular de la época, en la que aprendió latín. De joven
se caracterizó por su vida despreocupada: no tenía reparos en hacer gastos cuando
andaba en compañía de sus amigos, en sus correrías periódicas, ni en dar pródigas
limosnas;[10] como cualquier hijo de un potentado tenía ambiciones de ser exitoso.
En sus años juveniles la ciudad ya estaba envuelta en conflictos para reclamar su
autonomía del Sacro Imperio. En 1197 lograron quitarse la autoridad germánica, pero
desde 1201 se enfrascaron en otra guerra contra Perugia, apoyada por los nobles
desterrados de Asís. En la batalla de Ponte San Giovanni, en noviembre de 1202,
Francisco fue hecho prisionero y estuvo cautivo por lo menos un año.[11]
13. Francisco ante las
autoridades eclesiales
Su padre le reprendió severamente, tanto que lo encadenó
y lo encerró en un calabozo.[16] Al ausentarse el airado
padre por los negocios, la madre lo libró de las cadenas.
Cuando regresó, fue ella quien recibió las reprimendas
del señor de la casa, y fue otra vez en búsqueda del
muchacho a San Damián, pero Francisco se plantó con
calma y le reafirmó que enfrentaría cualquier cosa por
amor a Cristo. Pedro Bernardone, más preocupado por lo
perdido de su patrimonio,[16] acudió a las autoridades
civiles a forzarlo a presentarse, pero el joven rehusó
hacerlo con el argumento de no pertenecer ya a la
jurisdicción civil, por lo que las autoridades dejaron el
caso en manos de la Iglesia.
14. Comienzos de la orden
No se sabe con certeza cuántas iglesias en ruinas o deterioradas
reconstruyó; entre ellas, a la que más estima tenía era la capilla
de la Porciúncula (―la partecita‖, llamada así porque estaba
junto a una construcción mayor).
Allí fue donde recibió la revelación definitiva de su misión,
probablemente el 24 de febrero de 1208,[18] cuando escuchó
estas palabras del evangelio: No lleven monedero, ni bolsón, ni
sandalias, ni se detengan a visitar a conocidos... (Lc., 10).[19] Así,
cambió su afán de reconstruir las iglesias por la vida austera y
la prédica del Evangelio. Después de someterse a las burlas de
quienes lo veían vestido casi de trapos, ahora su mensaje era
escuchado con atención, y al contrario de otros grupos
reformadores de la época, el suyo no era un mensaje de
descalificaciones ni anatemas.