1. LA POESÍA: ¿ESO QUÉ ES?
Podemos comenzar intentando definir en
una frase lo que para vosotros es
la poesía
2. PAUTAS PARA RECONOCER
UN TEXTO POÉTICO
Por el contenido:
• Sentimentalidad: transmite una visión subjetiva de la realidad: no dice cómo son las cosas,
sino cómo se le parece, expresando el mundo interior del poeta: deseos, emociones, miedos...:
“La poesía es una forma controlada del llanto”
(Nicholson Baker)
“Si me preguntan qué es mi poesía debo decirles que
no lo sé; pero si le preguntan a mi poesía, ella les dirá
quién soy yo”
(Pablo Neruda)
3. • Trascendencia:
Mira la realidad (cosas, personas, animales) de una forma especial, mostrándonos las cosas como si
fuera la primera vez que las vemos:
“Poesía es un gran caer en la cuenta”
(José Hierro)
“La poesía hace aparecer los objetos familiares como si no lo fuesen”
(P. B. Shelley)
“En el fondo, un poema no es algo que se ve,
sino la luz que nos permite ver. Y lo que vemos es la vida”
(Robert Penn Warren)
4. O ve en ella algo más de lo que a simple vista parece, intentando encontrar el verdadero
ser del mundo. En este caso, los poemas tienden a volverse difíciles de entender:
“Todas las cosas tienen su misterio, y la poesía es el misterio que tienen todas las cosas”
(García Lorca)
“El poeta no es un filósofo, sino un clarividente”
(Juan Ramón Jiménez)
5. • Anarratividad: no suele desarrollar historias completas como las narraciones; como mucho,
alguna escena.
6. Por la forma:
• Retoricismo: envuelve lo que expresa con numerosos recursos que decoran el contenido
haciendo uso de la connotación, de modo que usa palabras escogidas no sólo por su
significado reconocible, sino también por lo que son capaces de evocar. Por ello, muchas
de las palabras usadas no se pueden tomar “al pie de la letra”: tienen un sentido figurado.
“Poesía es la unión de dos palabras que uno nunca
supo que pudieran juntarse y que forman algo así como un misterio.”
(García Lorca)
7. • Ritmo: contiene un orden acompasado de elementos sonoros (como la música) y
conceptuales. Este elemento es el que permite que un poema se pueda cantar.
“El ritmo es lo que hace a la poesía persuasiva y no informativa”
(José Hierro)
8. ¿Hay realidades poéticas?
¿Dónde está la poesía? Hay quienes piensan, como Bécquer, que la poesía es una cualidad que poseen
ciertas realidades, que podemos calificar, pues, como intrínsecamente poéticas. Pero ocurre que la realidad,
por muy bella que sea, no lo tiene por qué ser objetivamente para todas las personas: un paisaje, un rostro, una
flor, pueden emocionar hasta el éxtasis a unas personas y dejar indiferentes a otras. Por otro lado, eximios
poetas han hallado asunto poético en realidades insospechadas: el cubo de la basura, una bombilla o las
moscas, por poner algunos ejemplos.
“El poeta ve lo poético aun en las cosas más cotidianas”
(Olga Orozco)
“Todo puede ser poético: una voz incomprensible en el cuarto
de al lado, su silencio repentino, el ruido de un motor, la gota de agua
de un grifo, un montón de cachivaches, un árbol que se mece, el reflejo de
la luz en un cacharro de cristal, unos tejados húmedos, una huida
en la calle, un adorno incomprensible, una figura con un largo abrigo
negro, un movimiento de cabeza, un cordón de teléfono, un montón de
cubiertas de automóvil, una tubería de conducción, cualquier
impresión de la naturaleza, cualquier objeto de uso diario.”
(Dieter Wellershoff)
9. La mirada poética
¿Qué hace a algo materia poética, si no lo es por naturaleza?: la mirada, la manera como se
contempla. Es la denominada “mirada poética”.
Como vimos antes que decía José Hierro, la poesía no es otra cosa que un gran caer en la cuenta.
Pasamos ante las realidades sin advertirlas en su prístina y mágica presencia. Son poetas quienes miran el
mundo como si fuera siempre la primera mañana del universo. ¿Cuánto estaríamos dispuestos a pagar por
contemplar el espectáculo de un hermoso ocaso si se nos estuviera vedado presenciar lo que diariamente
ocurre delante de nuestros despistados ojos?
Se es poeta porque se le sabe sacar punta a la mirada. Ser poeta no es ser escritor; es una actitud
ante la vida. Lo otro: los versos, las palabras, las metáforas..., la expresión de lo captado, de lo sentido, es
ya asunto del arte, del artista en el que sólo unos privilegiados lograr convertirse. Porque el poeta-artista no
se conforma sólo con ver, captar, sentir, gozar de esa experiencia; necesita comunicarla a los demás,
hacerles copartícipes de la buenanueva. Pero para lograrlo ha de luchar con las palabras, contienda dura y
casi siempre frustrante, de la que algunos salen vencedores, y entonces... ¡ah!, entonces se produce el
milagro: el poeta ofrece a nuestros ojos su poema y nos hace ver a nosotros, ciegos de realidad, y caemos
entonces en la cuenta y compartimos y en algo nuestras almas se funden y nos sentimos más vivos, más
humanos, no tan solos. El artista-poeta sabe sacar a la superficie de nuestra conciencia la parte de poeta
que dormía – como el arpa de la rima Bécquer – allá en un rincón de nuestro ser.
10. ¿Para qué sirve la poesía?
“La poesía no pude cambiar el mundo, pero lo
que sí puede hacer es cambiar el estar-en-el-mundo”
(César Antonio Molina)
“Yo sé que la poesía es imprescindible, pero no sé para qué”
(Jean Cocteau)
A veces la vida te agarra por el cuello, una lluvia gris te cala hasta los ojos y se desbordan todos los diques de la
tristeza. Piensas que algo muy tuyo se te ha roto ahí dentro y buscas en el cuadro médico y no encuentras ninguno para
las dolencias del alma. Y entonces quieres gritar lo que sientes, pero no te sirven las gastadas, las harapientas palabras
de todos los días, inútiles para expresar el torbellino, el enjambre que te atora la garganta.
Hermano-de-tiempo, recuerda entonces: la poesía siempre está de guardia.
A veces la vida te besa en la boca, una flor cualquiera refresca tu corazón o un rostro bello y amado enciende tus
sienes con una mirada, y notas como tu sangre ríe nerviosa, brinca por las venas y redobla como tambor de juglar. Y
entonces quieres gritar lo que sientes, pero no te sirven las gastadas, las harapientas palabras de todos los días, inútiles
para expresar el torbellino, el enjambre que te atora la garganta.
Hermano-de-tiempo, recuerda entonces: la poesía siempre está de guardia.
A veces, tantas veces… necesitamos saber que no estamos solos, en la alegría o en la tristeza, que otras
personas comparten nuestras emociones. Somos hijos de generaciones de hombres y mujeres que sintieron lo mismo
que nosotros, que se amaron bajo noches estrelladas y lloraron con desconsuelo en madrugadas tintas en pena.
Algunas de estas personas dejaron por escrito la constancia de su realidad.
Hermano-de-tiempo, necesitamos a los poetas. Frente al tópico extendido, proclamo que siempre es buen tiempo
para la lírica.