2. La novela tras la Guerra Civil
La Guerra Civil (1936) supuso una fractura traumática en la vida y en la cultura
españolas. El rico ambiente cultural de la República da paso a un panorama
desolado durante los primeros años de la posguerra. Cabe distinguir dos etapas:
Años cuarenta
La muerte y el exilio de buena parte de la intelectualidad española genera una gran
pobreza en la cultura, la política, la universidad del momento. A ello contribuye
asimismo la censura, el asilamiento político y social del país, y la desconfianza del
Gobierno hacia la cultura. En este ambiente se produce una literatura oficial, de
carácter triunfalista, y otra pesimista y existencial, ligada en muchas ocasiones al
tema religioso.
3. Acabada la guerra, en lo político hubo un proceso de represiones y depuraciones;
en lo económico, hambre; y en lo espiritual, todo fue invadido por las consignas
oficiales y la exaltación patriótica.
La intolerancia intelectual dificultó la labor literaria. Un grupo importante de
novelistas emprendió el camino del destierro. Eso supuso que los jóvenes
novelistas quedaran huérfanos de maestros y que se produjera una
discontinuidad respecto a la anterior etapa. El rigor de la censura les privó,
además, de la lectura de los grandes renovadores de la literatura contemporánea
y se impuso, en cambio, la traducción de novelas irrelevantes. Entretanto los
exiliados se vieron envueltos en otra guerra, en Francia, invadida por los Nazis.
La mayor parte se vio obligada a un segundo exilio hacia países de América.
4. Años cincuenta
España empieza a salir del aislamiento. El incipiente desarrollo turístico e industrial
conlleva cierta recuperación económica y cambios en los estilos de vida, como las
migraciones de los campesinos a las ciudades, la difícil inserción de estas personas
en los suburbios urbanos, etc. Al mismo tiempo, en círculos obreros y universitarios,
los jóvenes que han vivido la guerra siendo niños o adolescentes consideran la
contienda y el país desde otra perspectiva. En este sentido, aparecen actitudes críticas
respecto al poder y a la división social entre vencedores y vencidos. A mitad de la
década, la literatura realista y testimonial recoge esta nueva sensibilidad, ya que
muestra la realidad conflictiva y un compromiso social.
5. En los años cincuenta, la novela abandona la visión
existencial y recoge las nuevas preocupaciones sociales.
Ya en 1951, el realismo social, que aparece en La colmena (de
Camilo José Cela) se manifiesta asimismo en La noria, de Luis
Romero. Ambas obras también coinciden en presentar a un
amplio personaje colectivo: la de Cela refleja el Madrid de la
posguerra, la de Romero, la Barcelona de la época. En 1954, el
tono crítico y testimonial alcanza su auge.
El tema de la novela de los años cincuenta es la propia
sociedad española: la dureza de la vida en el campo, las
dificultades de la transformación de los campesinos en
trabajadores industriales, la explotación del proletariado y
la banalidad de la vida burguesa.
El estilo de la novela realista es sencillo, en el lenguaje y en la
técnica narrativa, pues se pretende llegar a un amplio
público. Además, la técnica se supedita a los contenidos
testimoniales o críticos.
6. Los años sesenta
Hacia 1960 aparecieron las primeras críticas a la novela realista social, por su
pobreza de estilo y por su esquematismo temático. Se tiende a una renovación de
temas y formas, y comienza el declive del realismo.
Los escritores toman como modelo a los novelistas que iniciaron la experimentación
de los años veinte en Europa y Norteamérica: Proust, Joyce, Kafka... Posteriormente,
la novela hispanoamericana de los años sesenta se convertirá, también, en modelo;
por ejemplo Mario Vargas Llosa (La ciudad y los perros, 1962), Julio Cortázar (Rayuela,
1963) y Gabriel García Márquez (Cien años de soledad, 1967).
En conjunto, en los años sesenta se tiende a una novela más compleja, experimental y
opaca, es decir, de difícil lectura y minoritaria, pues exige la colaboración del lector
para interpretarla.
7. La novela que significa el final del realismo social es
Tiempo de silencio (1962), de Luis Martín Santos. Con
ella se inicia el cultivo de una novela más ambiciosa
formalmente y con una concepción diferente de la
literatura. Aunque mantiene la visión crítica de la
narrativa social, muestra la imposible e inútil
solidaridad entre un intelectual y el mundo marginal; es
decir, acaba con la ilusión de la literatura
comprometida, que confiaba en la capacidad
revolucionaria del arte.
La etapa que se abre con esta obra se extiende hasta
1975.
El formalismo dominante convierte la narración en un
texto de difícil lectura, pues, en general, se considera
que la técnica es el centro de interés de la novela, en
detrimento de la ficción o del tema.
En 1966 aparecen tres novelas experimentales que
alcanzaron gran resonancia: Señas de identidad, de Juan
Goytisolo; Últimas tardes con Teresa, de Juan Marsé, y
Cinco horas con Mario, de Miguel Delibes. A partir de ese
momento, y coincidiendo con el éxito de las citadas
novelas hispanoamericanas, numerosos narradores de
distintas generaciones se incorporaron al
experimentalismo.
8. Juan Marsé Carbó
1933: Nace en Barcelona el 9 de enero, como Juan
Faneca Roca. Su madre muere el 1 de febrero por
complicaciones en el parto. El matrimonio Marsé lo
adopta semanas más tarde y pasa a llevar sus
apellidos.
1934-1946: Sus primeros años transcurren entre
Barcelona y dos pueblos de la provincia de Tarragona
donde vivían sus abuelos. Asiste al Colegio del
Divino Maestro. Mal estudiante, pasa casi todo el
tiempo jugando en la calle y descubriendo los
escenarios que más tarde conformarían su particular
universo literario. A los 13 años, en 1946, empieza a
trabajar como aprendiz de joyero.
9. 1947-1959 Gracias a una amiga, Paulina Crusat, publica sus primeros relatos
en la revista Ínsula dirigida por José Luis Cano. Esos años trabaja en el taller
de joyería y por las tardes en una revista de cine: Arcinema. Descubre la vida
bohemia. A instancias también de Crusat, manda un cuento al Premio
Sésamo y lo gana. Durante el servicio militar en Ceuta, a los 22 años, escribe
una novela breve, Miguel, hoy desaparecida, primera versión de Encerrados
con un solo juguete. La termina unos años más tarde, en 1958, y la presenta al
Premio Biblioteca Breve de Seix Barral, donde queda finalista y acaba
publicada “con honores de premio”.
10. 1960-1966 Siguiendo el consejo de Jaime Gil de Biedma y Carlos
Barral se marcha a París donde ejerce como “garçon de
laboratoire” en el Departamento de Bioquímica Celular del
Institut Pasteur. También traduce guiones de películas franco-
españolas y da clases de español a Teresa, la hija del pianista
Robert Casadesús, que prestaría su nombre a la más célebre de
sus novelas. A su vuelta de París, en 1962, publica su segunda
novela Esta cara de la luna, hoy repudiada por su autor y
descolgada del catálogo de sus obras completas. Comienza su
relación con el PCE. Vuelve a Barcelona. Publica Últimas tardes
con Teresa que le vale finalmente la concesión del Premio
Biblioteca Breve en 1965.
11. 1967-1974 Instalado en su vocación de novelista,
abandona el taller y la redacción de Arcinema y se
casa con Joaquina Hoyas. Se gana la vida escribiendo
publicidad, solapas para algunos libros de Editorial
Planeta y diálogos cinematográficos (no guiones)
junto a Juan García Hortelano, gran amigo suyo. En
1970 se hace redactor jefe de la revista Bocaccio.
Publica sin excesivo éxito La oscura historia de la prima
Montse, novela que descubriría las claves del
universo literario que ha seguido cultivando hasta la
fecha, y comienza una novela en la que se propone
rescatar su infancia. Si te dicen que caí se convertirá en
su otra gran obra de madurez. Censurada en España,
Marsé se ve obligado a publicarla en México, donde
recibirá el Premio Internacional de Novela.
12. En 1974, comienza a publicar en la recién estrenada revista Por favor una columna
de retratos literarios de personajes de actualidad: actrices, políticos, damas y
damiselas de sociedad que tendrán un gran éxito.
1975-1978 Realiza algunos trabajos para el cine, que el escritor define como
“rigurosamente alimenticios y sin el menor interés artístico”.
En 1978, con La muchacha de las bragas de oro, Marsé gana el Premio Planeta y con él
varios miles de lectores.
1979-1986 Continúa alimentando su sugerente visión de la Barcelona de la
posguerra con Un día volveré (1982) y Ronda del Guinardó (1984). En 1984 sufre un
infarto que hace necesaria una complicada intervención quirúrgica. Sin embargo, a
los dos años volverá a publicar, esta vez una colección de relatos bajo el título de
Teniente Bravo (1986).
13. 1987-1997 La década de los 90 supuso la
consagración definitiva del escritor
barcelonés con la recepción de numerosos
galardones literarios. En 1990 fue destacado
con el premio Ateneo de Sevilla por El amante
bilingüe. En 1994 El embrujo de Shanghai le
valió el prestigioso Premio de la Crítica y el
Aristeión, galardón que concede la Unión
Europea a los dos mejores libros de creación
y traducción de entre todos los publicados en
sus países miembros y lenguas respectivas.
En 1997, es galardonado con el premio Juan
Rulfo de Literatura Latinoamericana y del
Caribe, el más prestigioso de Latinoamérica.
1998-2000 Tras siete años de silencio, Marsé
publica Rabos de lagartija, novela que la crítica
ha saludado de manera entusiasta como un
regreso al mundo narrativo de la Barcelona
urbana y otras obsesiones del autor.
2001-2004 Rabos de lagartija recibe el Premio
de la Crítica y el Premio Nacional de
Narrativa a la mejor novela publicada el año
anterior.
14. Últimas tardes con Teresa
Últimas tardes con Teresa recibe el premio Biblioteca
Breve convocado por la editorial Seix Barral, en 1966. Su
publicación posterior fue acogida favorablemente por la
crítica, donde hay quien la considera una parodia
sarcástica de la novela social como testimonio de los
sufrimientos del pueblo y como testimonio de la
decadencia de la burguesía.
Un aspecto importante de la novela, sin embargo, es el
tema de la frustración del individuo que persigue un
ideal, descubriendo de repente la complejidad de lo real
y fracasando por ello, lo que la convierte en una novela
de la desmitificación.
Cabe señalar, asimismo, que es una novela accesible
para el lector, que cuenta una historia y entretiene
usando de un lenguaje inteligible. Este rasgo la
distingue de otras novelas de la época más
experimentales, como Tiempo de silencio, donde la forma
es tanto o más importante que el contenido.
15. CONTEXTO SOCIAL E HISTÓRICO
El régimen franquista vive su mayor consolidación en la década de los 50. Tras diez
años de penuria, se inicia en España un desarrollo económico y social que tiene su
apogeo a inicios de los 70. El país empieza a ser aceptado internacionalmente. Se
revocan las medidas contra el régimen, EEUU presta capital, la Santa Sede firma
concordatos que implican un mayor poder de la Iglesia.
La disidencia política exige una mayor libertad por medio de huelgas y
manifestaciones. Se produce una mayor inversión extranjera dados los salarios
bajos. El turismo crece. Aumenta la emigración interior hacia las grandes ciudades,
lo que implica marginación, chabolismo, la creación de barrios periféricos. En
Barcelona proliferan, y es de uno de ellos, formado en su mayoría por andaluces, de
donde surge el Pijoaparte.
16. En el invierno del año 56-57 surgen en la Universidad de Barcelona algunos
movimientos estudiantiles. Una de sus manifestaciones más sonadas fue su
encierro como protesta en la Universidad, que fue cerrada tras las cargas de la
policía y las detenciones. Luego de estos incidentes los universitarios de izquierda
crearon el PSUC (Partido Socialista Unificado de Cataluña).
17. ARGUMENTO
Manuel Reyes -Pijoaparte para el narrador- vive fundamentalmente del dinero que un
perista - Cardenal- le entrega a cambio de motos robadas que desguaza
posteriormente el hermano del protagonista. Todos los veranos éste modifica su
habitual imagen para intentar de nuevo la búsqueda de la mujer capaz de cambiar su
estatus y con esta intención acude a una fiesta el 23 de junio de 1956 , bajo el nombre
de Ricardo Salvatierra, en la que se fija en dos chicas. La casualidad hace que conozca
a la morena (Maruja) y no a la rubia que ya había decidido sacar a bailar (Teresa), que
días más tarde vuelva a encontrar a Maruja, que descubra tras una noche de amor que
se trata de una criada y que ésta, pocos días más tarde, sufra una conmoción tras una
caída.. a consecuencia de la cual ha de ser internada. Mientras Maruja vive sus
últimos días Manolo piensa en cómo sostener económicamente su futura relación con
Teresa, lo que hará con robos aislados, préstamos que consigue gracias a la Jeringa -
sobrina de Cardenal- y estafas a otros compañeros, y a la vez comparte el mundo de
los estudiantes politizados que frecuentaba Teresa Serrat. Pero el descubrimiento de
la impostura de Manolo -no es un militante de base ni lo es su misterioso y alardeado
contacto Bemardo-, también casualmente, precipita el desenlace.
18. La novela recoge aspectos de la literatura
tradicional:
De la picaresca, por ser Pijoaparte un
personaje dedicado a diversos oficios y
dependiente de distintos amos. Niega sus
orígenes y busca el ascenso social.
Del romanticismo, por el destino cruel que
persigue al héroe y lo conduce por caminos
bien distintos a los esperados sin que él lo
sepa.
Del folletín, por el tema de la desigualdad
social, que impide la consolidación de la pareja
(Teresa – Manuel), la enfermedad y muerte de
Maruja, el donjuanismo de Manolo, y la
delación de Hortensia.
Del Quijote, por lo que tiene Pijoaparte de
héroe defensor de la ficción en combate con la
realidad desagradable, que se hace con una
armadura (el traje que compraba todos los
veranos), un caballo (motos robadas), y un
escudero (Bernardo Sans) para buscar a su
idealizada dama Teresa.
Temas
Los temas desarrollados en Últimas
tardes con Teresa están relacionados con
el compromiso social, y con el
conflicto entre la realidad y la
desmitificación.
19. Temas
Compromiso social
Los dos mundos sociales en conflicto (la burguesía barcelonesa –diversificada en
dos generaciones distintas y personificada en los estudiantes- y el del proletariado
de El Carmelo, derrotado en el combate) deben sus diferencias a aspectos
ideológicos y políticos y no tanto a los económicos. El conflicto del mundo de
Teresa con el de Manolo es el de las ilusiones con las utopías, es el enfrentamiento
del individuo con la realidad. Teresa abandona a Manolo porque ya no cree en él,
no es el representante de un proletariado en lucha, sino un delincuente nada
representativo del grupo social al que pertenece.
Marsé escribe una novela social y crítica con los estudiantes
burgueses, protagonistas de las revueltas contra el Gobierno.
Hijos de familias acomodadas, en realidad no pretendían
cambiar un sistema beneficioso para ellos y Marsé critica su
impostura. Para ello utiliza la sátira, y confiesa su resenti-
miento por no haber podido ir a la universidad, lo que no le
impidió denunciar el inmovilismo de un sector de la juventud.
20. Conflicto con la realidad y desmitificación
Los protagonistas de Últimas tardes con Teresa no están cómodos en su mundo y
desean salir de él. El narrador dificulta esta salida pro medio de una serie de
equívocos, como el de imaginar en el otro una figura opuesta a lo que realmente
es, y pone en contacto distintas formas de vida para demostrar que el sueño de
Manolo es una ilusión, y lo mismo el de Teresa.
Teresa mitifica al obrero y Manolo a los galanes del cine, y ambos a la belleza
física y a los espacios sociales en los que se mueven, y también a la infancia.
Teresa descubre la mentira de Manolo y lo abandona. Sus aspiraciones como
representante de la clase trabajadora no tienen nada que ver con la conciencia
revolucionaria. Manolo, a su vez, empieza a comprender que Teresa no será el
flotador que busca todos los veranos para poder asentar su vida. La pareja acaba
dañada por igual en su conflicto con la realidad y con el derribo de sus mitos.
21. El narrador
La lectura de las obras del siglo XIX tiene gran influencia sobre la técnica usada en
Últimas tardes con Teresa, desde el empleo de elementos folletinescos, hasta la
utilización de un narrador omnisciente en 3ª persona.
El narrador de la novela del XIX se caracteriza por el empleo de una omnisciencia
total, definida por la exhibición que el narrador hace de sus conocimientos del
presente, pasado y futuro de la historia e incluso de los pensamientos e
intenciones de los personajes. La omnisciencia total implica la presencia en la
novela de dos tipos de procedimientos:
Las anticipaciones y resúmenes, los episodios en los que se contradice al personaje o
manipula la información, o los casos en que el narrador sitúa la historia bajo su óptica
personal con comentarios, digresiones…
Formas relacionadas con el distanciamiento del narrador: ironía, hipérbole y parodia,
una respuesta al deseo de distanciarse de la burguesía que caracteriza a los narradores
de Juan Marsé.
22. A lo largo de la novela el narrador anticipa datos (prolepsis)
que adquieren sentido posteriormente. Este procedimiento
adquiere pleno sentido en relación con los acontecimientos
fundamentales de la trama y la evolución de los personajes.
El narrador usa un juego narrativo que busca modificar la
opinión del lector sobre ciertos personajes y
acontecimientos, procedimiento llevado a cabo mediante un
determinado tipo de descripción o a través de la exposición
de determinados comportamientos. Con ello busca la
atracción o el rechazo hacia los personajes.
23. Las formas de distanciamiento responden a la animadversión de Marsé hacia
ciertas situaciones, centrada en el discurso del narrador. La novela no pretende
corregir, sino ridiculizar ciertas actitudes que son susceptibles de hacerse
extensivas a un colectivo humano importante que en aquellos años protagonizó la
rebelión en las aulas universitarias.
La hipérbole se entiende como la exageración o el exceso al amplificar o reducir la
realidad. La encontramos en los juicios del narrador sobre ciertos personajes y
situaciones y busca un efecto degradatorio que cause comicidad. Así, aplica sobre
algunos personajes el uso del epíteto épico medieval, pero con intención contraria
a la que tenía en la épica: en vez de ensalzar, ridiculiza. A Manolo lo llama “joven
del Sur”, a Cardenal “altísimo señor” o a Luis Trías “legendario caudillo”.
24. Los textos que aparecen encabezando los distintos capítulos de la novela tienen un
valor paródico. Tal parodia se consigue aplicando, lo más literalmente posible, un
texto noble singular a una acción vulgar diferente de la acción de origen. Un
ejemplo es la cita incluida al inicio de un capítulo de la 2ª parte. En el capítulo Luis
Trías fracasa en su intento de desposeer a Teresa de su virginidad. La cita dice:
Poco antes del final, después de algunas reacciones esporádicas, el mucho saliente provocó
desánimo y flojera por ambas partes y reinó la depresión hasta el cierre (Información
nacional bursátil).
La ironía puede ser tildada de situacional, de modo que permita avanzar la
anécdota de la novela: el descubrimiento de la verdadera identidad de Maruja
acerca a Manolo a los ojos azules de Teresa, por ejemplo; o dramática, presente en
los comentarios del narrador al referirse a Teresa: “la rubia politizada”, “la
estudiante progresista”, o “la intrépida rubia”.
25. Los personajes
Son dos los grupos sociales
existentes en la novela: el de la
burguesía, donde encontramos al
matrimonio Serrat y su hija
Teresa, el matrimonio Bori, y el
grupo de estudiantes liderados
por Luis Trías. El segundo grupo
lo forman Maruja y sus padres, el
hermano de Manolo y su esposa,
Cardenal y su sobrina Hortensia,
y todos los que tienen alguna
relación con el mundo delictivo
de Pijoaparte.
Manolo
El rasgo dominante del personaje es el de ascender
social y económicamente. Intenta convencerse de
que sus orígenes tienen que ver con el estamento
nobiliario, conocedor de que su madre mantuvo
relaciones con un huésped del marqués de
Salvatierra. Por otro lado, su historia es la de una
búsqueda, la de una mujer que pueda ser el
compendio de belleza y nivel social que apreció en
la hija de los Moureau. Cuando irrumpe en la fiesta
con el nombre de Ricardo, se fija en la chica rubia
porque responde a sus expectativa. Ella es su mito
particular, y la novela es la historia de la conquista
de ese mito.
Oriol Serra
Representante de una burguesía consolidada y
consecuente con su propio estatus.
26. Teresa
Al igual que algunas heroínas de la novela del
XIX, Teresa no acaba de adaptarse al ambiente en
el que vive. Aunque plenamente burguesa, crea
de sí misma una figura discordante con las
expectativas de su familia, pues quiere ser lo que
no puede ser: una líder estudiantil.
La mayor parte de su tiempo lo pasa junto a Luis
Trías de Giralt, un universitario relacionado al
parecer con el PC. Tras el accidente de Maruja,
conoce a Manolo y comprende que el mito
perseguido está a su alcance. Con todo, existe una
distancia considerable entre sus ilusiones y sus
deseos, que tienen que ver con la consolidación de
una vida sexual satisfactoria que no resuelve junto
a Luis, y que hace que profundice en sus
relaciones con Manolo.
En Teresa, el narrador presenta un
compendio de rasgos que recuerdan la
dama inaccesible de la poesía renacentista.
Con ello pretende destacar su sensualidad,
su naturaleza ambigua, mezcla de candor y
de insolencia, de burguesa rica y a la vez
revolucionaria-proletaria. Destaca
asimismo su belleza y luminosidad,
vínculo que la une a la chica de los
Moureau, el mito de la infancia de Manolo.
Su descripción el narrador la hace con
frecuencia desde el punto de vista de
Pijoaparte, el personaje que en más alto
concepto la tiene.
27. Luis Trías de Giralt
Es un personaje arquetípico, emblema
de un tipo de estudiante al que Marsé
tuvo ocasión de conocer y que denosta
en sus novelas. Resulta un personaje
irrisorio, hipócrita y repugnante,
condenado a caer, y que no debe
tomarse como modelo de los
universitarios burgueses. Su valor en la
obra es el de complementar la figura de
Teresa: sus problemas con ella propician
la consolidación del vínculo con
Pijoaparte, favoreciendo su relación.
Maruja
Su función en el relato es ser la llave
para que Manolo pueda entrar en la
Villa de los Serrat; y luego, de manera
inconsciente, para que Teresa y
Pijoaparte puedan iniciar una relación
a partir de sus encuentros en el hospital
donde convalece. Su amistad con Teresa
surge en su niñez, cuando la familia
Serrat pasaba sus vacaciones en la finca
que tienen en Reus, donde el padre de
Maruja es el masovero. Al morir este, la
hija es llevada a Barcelona para que
sirva en la casa de Sant Gervasi.
28. Relación entre Teresa y Manolo
Para Teresa la relación con Manolo es una aventura, debida a su rebeldía doméstica y
política, que acaba enredándola en una situación sentimental. Para Manolo es tener al
alcance de su mano la felicidad anhelada después de tantos años de sufrimientos y
emociones. Teresa encuentra en Manolo la personificación de su fantasía política. Es
más que un pasatiempo y viene a sustituir al líder en decadencia, Luis Trías. Para
Manolo, en cambio, Teresa es la fantasía de la mujer romántica y rica.
Ambos personajes cambian. Manolo empieza a cuidar su vestuario y pide libros a
Teresa. Ésta empieza a vestir de manera agresiva y se siente poseedora de una nueva
conciencia de su cuerpo. Ambos, además, se sienten atraídos por los ambientes que
hasta entonces frecuentaban, pero cuando los conocen comienzan las decepciones. Su
relación se basa en el equívoco. Sus sueños resultan imposibles. Manolo no es
representante de la resistencia obrera, sino un delincuente que roba motos, y Teresa
no es la mujer romántica de sus sueños, sino una burguesa caprichosa que no duda en
volver a su estatus en cuanto tiene ocasión.
29. El espacio
El espacio es una forma de exposición de relaciones
sociológicas y, en concreto, de las diferencias de clase.
El parque Güell separa zonas tan distintas en 1956
como son El Carmelo, lugar de residencia de Manolo,
y San Gervasio, barrio donde vive Teresa. El Monte
Carmelo es un suburbio, un espacio para la
emigración, para el “txarnego”. Espacio, según el
narrador, del destierro y de los desheredados, situado
en el extrarradio de la ciudad, y conformado gran
parte de él por chabolas.
El espacio de Teresa son las villas con jardín de San
Gervasio y el de los pueblos de la costa barcelonesa.
30. En la novela se produce una identidad entre espacio físico y espacio social. Son
ambientes en contraste: el del mundo burgués y el de la delincuencia representado
por el Monte Carmelo y las calles adyacentes. Los personajes entran en un espacio
hostil, en la medida en que no es propio de su nivel social, en distintas ocasiones y no
sin consecuencias. Manolo y Teresa transgreden sus ambientes habituales a menudo,
y esa transgresión puede llevar al personaje a la desgracia. La distancia entre ambos
barrios, pese a que en coche o moto es breve, resulta mucho mayor de lo que parece.
Las villas de San Gervasio y los chalets de la costa
son también el espacio en el que Manolo escenifica
sus sueños, empeñado en incorporarse a él tarde
o temprano.
31. El tiempo
La historia sucede entre el 23 de junio de 1956 hasta septiembre de
1957. Al final de la novela hay una elipsis de dos años, situando el
relato en septiembre de 1959.
El narrador usa de varias técnicas para trastocar el tiempo narrativo:
La prolepsis o flash-forward con la que adelanta acontecimientos
futuros.
La analepsis o flash-back con la que relata acontecimientos
sucedidos en un tiempo anterior al que está narrando.
La pausa, que ralentiza la narración al ocuparse de las
descripciones de lugares y personajes, o de sus reflexiones por
medio del monólogo interior.
La elipsis, con la que se omite un periodo determinado de
tiempo.
El resumen, que permite la sintetización en un espacio de tiempo
breve de lo que podría durar años, meses, días enteros.
La escena genera una sensación de lentitud o de ajuste entre el
tiempo narrativo y el real ya que en ella predomina el diálogo y
el conflicto entre personajes.
32. Estructura
La novela se inicia con un preámbulo cuyo tiempo narrativo
coincide con el cuarto capítulo de la tercera parte.
Se divide en tres partes, cada una de ellas correspondiente
con sucesivas estaciones del año. Se produce, así, una
correspondencia o mimetismo entre la disposición de ánimo
de los personajes y dichas estaciones: verano, otoño e
invierno.
Cada una de las partes se subdivide en varias secciones –
seis, diez y nueve, respectivamente- que están precedidas de
una cita literaria. El epílogo recoge lo que se conoce como
técnica de elipsis final, presentando el final de la historia de
varios personajes, lo que clarifica su situación futura y cierra
la novela. Lo que destaca en él es que se igualan las dos
facciones sociológicas de la historia y su culpabilidad, de
modo que el maniqueísmo del realismo social queda
destruido.
33. El lenguaje
Destaca la división que se establece entre el lenguaje usado por
el narrador y el de los personajes, en el que se aprecia una
separación de niveles de lenguaje, además de ser un rasgo para
la caracterización de los mismos. El uso del plural retórico y
determinados calificativos individualizan a el Cardenal:
“Vamos muy elegantes, últimamente” o “No me parece nada,
ratón”, dirigido a Manolo. Por su parte, las hermanas Sisters
utilizan abusivamente el pleonasmo: “Se puede saber qué haces
tu aquí, si es que puede saberse?”. En tal individualización no
se aprecia la pertenencia a un grupo social o profesional, sino
un estilo personal idiosincrático.
Otro aspecto es el uso de expresiones catalanas cuando
conviene al narrador o a los personajes: xarnego es una de ellas,
referida a Manolo. También los emigrantes de el Carmelo las
utilizan, pero sobre todo las de carácter más popular. Cabe
destacar el uso del catalán entre los miembros de la familia
Serrat, como rasgo distintivo, y por parte de la enfermera que
atiende a Maruja, con sus peculiaridades valencianas.
34. Bibliografía
Marsé, Juan, Últimas tardes con Teresa, Barcelona, Penguin Random House
Grupo Editorial, junio 2015.
Gundín Vázquez, José Luis, LA NOVELA DE JUAN MARSÉ : ANÁLISIS DE LAS
TENDENCIAS Y DE LAS TÉCNICAS NARRATIVAS, UNED, Facultad de Filología, Tesis
doctoral, 1999. Disponible en: http://e-
spacio.uned.es/fez/eserv/tesisuned:Filologia-Jlgundin/Documento.pdf
Juan Marsé, aquel muchacho esta sombra, Sevilla, Revista Mercurio, Número
110, Abril 2009. Disponible en:
http://www.revistamercurio.es/images/pdf/mercurio_110.pdf