Calé es uno de los artistas que mejor retrató a la Ciudad de
Buenos Aires en su obra pese a no haber nacido ni crecido
allí. La Revista a! rinde tributo al dibujante rosarino que
supo representar como pocos la figura del porteño de
clase media y baja en los años cincuenta, y repasa parte
de su trayectoria en una entrevista con uno de sus hijos, el
periodista Horacio del Prado.
2. Calé es uno de los artistas que mejor retrató a la Ciudad de
Buenos Aires en su obra pese a no haber nacido ni crecido
allí. La Revista a! rinde tributo al dibujante rosarino que
supo representar como pocos la figura del porteño de
clase media y baja en los años cincuenta, y repasa parte
de su trayectoria en una entrevista con uno de sus hijos, el
periodista Horacio del Prado.
homenaje!
3. Calé fue un cronista social, un
sociólogo del dibujo. Su famo-
sa tira “Buenos Aires en cami-
seta”, publicada en la revista
Rico Tipo en la década del 50, marcó
una época.
Pese a haber muerto muy joven, con tan
solo 38 años de edad, su talento y su
obra perduran en el tiempo.
Conocido como “el dibujante del alma
porteña”, se destacó tanto en el dibujo
como en sus crónicas periodísticas.
La historia
Alejandro del Prado pasó su infancia en
Rosario rodeado de tías solteronas, de mú-
sica y de fútbol. Hasta que a los 19 años de
edad, una vez concluido el servicio militar,
decidió ir a probar suerte a la gran ciudad.
Una de las primeras cosas que hizo Calé
cuando llegó a Buenos Aires, fue ir a la
sede de la revista Descamisada. Con las
valijas a cuestas, y una carpetita llena
de dibujos bajo el brazo, golpeó la puer-
ta de la redacción en busca de trabajo.
“Fenómeno, empezá”. “¿Y hoy dónde vas
a dormir?” “Bueno, quedate acá”. Así fue
como en su primera noche bajo cielo por-
teño, Calé durmió arriba de los paquetes
de devolución de la revista Descamisada.
Porteño de ley
Horacio del Prado, periodista, hijo de
Calé, cuenta que cuando su padre llegó
a la gran ciudad se enamoró rápidamen-
te de sus calles… y del tango.
Ilustrando los programas de los bailes
y milongas que se organizaban, comen-
zó a frecuentar las orquestas típicas de
tango de la época, y así fue que tuvo la
oportunidad de conocer a Astor Piazzo-
la, Aníbal Troilo y Horacio Salgán, con
quienes entabló una amistad.
Horacio agrega que a su padre le gus-
taba mucho cantar e incluso alguna vez
soñó con dedicarse a la música, pero lo
suyo era otra cosa. “Él tenía muy buen
Calé con sus padres en Rosario.
Calé con su mujer María Ester y sus dos
hijos, Horacio y Alejandro.
lunes a viernes SÁBADO
andarobrasocial . 19
4. oído pero no sé si era para cantor. Hay
una cosa muy sintomática que él decía
que pasaba: Cuando un tipo que cantaba
bien se paraba a cantar en la esquina, to-
dos lo escuchaban. Pero cuando se ponía
a cantar él, en vez de escucharlo… otros
se ponían a cantar junto con él”.
El fútbol
Horacio cuenta también que su padre
era un fanático del fútbol, y que le hu-
Calé y la música
En la revista Pobre Diablo,
Calé tenía una sección lla-
mada “Pura milonga”, donde
escribía textos humorísticos
vinculados al jazz y al mambo.
biera gustado ser jugador de su que-
rido River Plate, pero cuando llegó a
Buenos Aires, ya era grande para entrar
a probarse al club.
De todas maneras, se dio el gusto de
volcar toda esa pasión en el perio-
dismo a través de la revista River. En
esa época, relata Horacio, Calé de-
fendía siempre a un jugador llama-
do Martín Estaban Pando, al que to-
dos los periodistas criticaban por su
baja estatura y su falta de físi-
co. Era su jugador favorito.
“Cosas del destino, mi viejo murió
el viernes 3 de mayo de 1963 y dos
días después River ganó 2 a 0 en
cancha de Chacarita con un gol de
Pando, algo que no era común por-
que Pando no hacía goles. Ese día,
Pando le dedicó su gol a Calé.”.
La carrera de dibujante
Calé forjó su carrera de dibujan-
te y humorista gráfico en varias
revistas muy conocidas. A Desca-
misada, siguieron Pobre Diablo,
Democracia, -donde creó su pri-
mer personaje, “el perrito Pisto-
la”- y Pica Pica, otra publicación
satírica vinculada al peronismo.
Un tiempo después, en una
revista que tuvo una efímera
aparición, publicó su segmento
llamado Buenos Aires Íntimo, ante-
cedente de lo que sería más adelante
su gran creación. Esa tira fue la que
hizo que lo convocaran para trabajar
en la revista Rico Tipo.
Su famosa tira Buenos Aires en camise-
ta, refleja lo que Alejandro se encontró
cuando llegó a la ciudad, luego de habér-
sela imaginado durante años. “Se trata
de como idealiza uno la calle Corrientes
cuando no la conoce, y después descu-
20 . Obra Social de Viajantes Vendedores de la República Argentina
5. CALÉ Y MEDRANO
Luis J. Medrano, autor de los
célebres Grafodramas, fue otro
de los grandes dibujantes que
reflejó en su obra como era la
vida en Buenos Aires en los
años 50. “Son dos grandes que
hicieron radiografías maravi-
llosas”, dice Horacio. “Medrano
quedó más asociado a cómo era
la vida en el centro y mi papá a
lo que pasaba en el barrio, aun-
que los dos hicieron ambas co-
sas. Los dos dibujaban también
mucho las tribunas en el fútbol
con todas las caritas detalladas.
Se ve que eso les fascinaba”.
bre cómo es en realidad cuando la ve. Es
la mirada de un tipo de Rosario que llega
pensando que va a ver carteles que dicen
“Troilo”, “Piazzola”, “Tango”… y después
ve que en realidad los carteles dicen “Bin-
go”, “Pizzería”, “Licuados”, “Banana con
leche”…”, se ríe Horacio.
La tira refleja a la perfección la vida
de los porteños de clase media y baja,
durante la década del 50. Su forma de
hablar, sus modismos, sus costumbres
y sus rasgos más característicos.
Buenos Aires en camiseta se publicó du-
rante 10 años en Rico Tipo, una de las re-
vistas más importantes de la época, fun-
dada por Guillermo Divito, que llegó a
vender 350.000 ejemplares semanales.
“Rico Tipo era un equivalente a lo que
después fue la revista Humor. Vendie-
ron grandes éxitos, con el aliciente de
que la población era muy poca. Éramos
8 millones de argentinos. Vender lo
que vendían Patoruzú y Rico Tipo era
impresionante”, agrega.
El mural
Juan del Prado, hijo de Horacio, también es dibujante, como su
abuelo, y escultor. El mural forma parte del Paseo de la Historieta
de la Ciudad de Buenos Aires y está ubicado en la calle Balcarce,
entre México y Chile. www.juandelprado.blogspot.com.ar
. 21andarobrasocial
6. Scalabrini Ortiz y Jauretche
Cuando su padre murió, Horacio tenía
apenas once años de edad, sin embargo
guarda muchos recuerdos, varios de los
cuales ha tenido que reconstruir con el
tiempo gracias al testimonio de fami-
liares y amigos.
“Me acuerdo una mañana que me le-
vanté, yo era muy pibe, y él estaba en la
cama con algún diario encima y la radio
prendida. Estaba llorando. Me acuerdo
de estar arrodillado frente a su cama,
preguntándole extrañado qué le pasaba
y que él me dijera: ´Lo que pasa es que
murió Raúl Scalabrini Ortiz´ ´¿Quién
es?´ ´Cuando seas grande lo vas a en-
tender…´ Me quedó grabado.”
Horacio también cuenta que su padre
participó en una campaña política de Ar-
turo Jauretche. “Me acuerdo que nos lle-
vó al cierre de campaña que fue sobre la
Av. Rivadavia, de espaldas a la iglesia de
Flores. Es como si lo estuviera viendo. Jau-
retchesesubióalescenario,seacomodóel
cinturón, miró cuanta gente había y dijo:
´Bueno, parece que la cosa pinta´.”
Otra cosa particular que le pasa en
relación a la obra de su padre, es que
cuando era chico había chistes que no
entendía, que luego con el correr de
los años logró comprender o resigni-
ficar. “Hay uno en el que está un tipo
frente a la cuna del hijo y el bebé le alza
los brazos y le dice ´¡Pa! ¡Pa!´. El tipo
está sobrepasado muy nervioso, le sal-
tan rayitas en el dibujo por todos lados,
y entonces debajo dice ´La indemniza-
ción del matrimonio´. Tuve que casar-
me y tener hijos para entenderlo”.
Un final anticipado
“Cuando iba a la cancha de River a mi
viejo se le cerraba el pecho mientras su-
bía las escaleras. Le costaba respirar y
había que parar. Tengo ese recuerdo de
niño. Mi viejo sufría del corazón, tenía
algún problema cardíaco, y eso fue final-
mente lo que se lo llevó”, dice Horacio.
Alejandro Del Prado murió a los 38
años de edad, dejando a su esposa Ma-
ría Ester con dos hijos pequeños.
Tiempo después, Horacio y Alejandro
encarnaron los sueños incumplidos
de su padre, ya que uno es periodista
y el otro es músico.
22 . Obra Social de Viajantes Vendedores de la República Argentina