El documento argumenta que los zoos no tienen sentido porque mantener animales en cautividad va en contra de su naturaleza y que se puede educar al público sobre los animales mostrándolos en su hábitat natural. Además, señala que a menudo los zoos no brindan condiciones adecuadas para los animales y que funcionan más como negocios que como centros de conservación, aunque reconoce que con más inversiones y espacio los zoos podrían mejorar y ayudar a salvar especies en peligro de extinción.