3. La mayoría de las dificultades de comportamiento de los niños
forman parte de un JUEGO al que los hijos juegan con los padres.
En este juego, el hijo intenta manipular a los padres: El niño hace
algo malo o que disgusta a sus padres, se produce la reacción
excesiva por parte de éstos, y posterior arrepentimiento e
intención de congraciarse mediante una recompensa.
El hijo siempre gana, consigue que los padres se sientan culpables
y obtiene beneficios.
Resultado final: los padres acaban siendo sutilmente controlados
por los hijos.
Mantener el control sobre sus padres es el premio más deseado
para el niño; “no le interesa nada”, “no responde a los castigos”,
dirán los padres angustiados. Lo único que le interesa es… salirse
con la suya.
5. No se deben dejar sin respuesta infracciones a las
normas. Los niños no nacen sabiendo cómo comportarse,
aprende por ensayo error.
“Castigo”, es una palabra “fea”, pero real. Es un deber
paterno llevar al niño desde “el principio de placer” al
“principio de realidad” que rige el mundo.
Sois padres, no amigos de vuestros hijos. Evitad ser
colegas en vez de padres.
“Para que una familia funcione educativamente es
imprescindible que alguien en ella se resigne a ser
adulto” (F. Savater).
7. Cuando no existen normas claras, no hay
manera de ser coherentes.
No es conveniente hacer tratos con los hijos.
Lo que para ti es un trato, para el niño es una
norma que no deja de cambiar.
Cuando los padres se muestran indecisos, los
hijos lo perciben; ofreciéndoles la oportunidad
de mostrarse caprichosos y dominantes.
9. • No debemos responder a sus provocaciones o
ponernos a su nivel.
• No grites, usa “la voz de autoridad”: Acércate al
niño, ponte a su altura, sujeta al niño por los
brazos, busca su contacto visual, adopta un tono
de voz grave, firme y autoritario, dile claramente
con calma y firmeza qué es lo que quieres que
haga o lo que ha hecho mal. La voz de autoridad
es grave, firme y controlada; la de aprobación es
todo lo contrario.
• Quien no comprende una mirada, tampoco
comprenderá una larga explicación (Proverbio
árabe).
11. Mostrar seguridad y determinación.
Creer en nosotros mismos “La confianza en sí mismo
es el primer secreto del éxito” (Emerson).
Actuar con convicción, con calma, pero con decisión.
Jo Frost, la Supernany inglesa, explica cómo conseguir
que un niño no se quite el gorro: “Es fácil. Cuando se
lo quita, le dices que se lo vuelva a poner. Se lo vuelve
a quitar, le dices que se lo vuelva a poner. Se lo
vuelve a quitar, le dices que se lo vuelva a poner…”
13. Tendemos a ver lo que queremos ver; a no
querer reconocer la mala conducta del niño;
buscar el problema en otro sitio: cónyuge,
colegio, familiares…
No ver sólo lo bueno, tampoco sólo lo malo.
Hay que observar sin ser vistos o presentidos.
Preguntar a otros observadores.
15. Todos los miembros de la familia deben actuar en
sintonía.
“Divide y vencerás”, esta es una de las estrategias
de manipulación que dominan hasta los niños más
pequeños.
El niño frecuentemente maneja a los padres para
que discrepen.
Es necesario un acuerdo sobre las normas a
imponer y las consecuencias de no cumplirlas.
17. Para que ellos cambien, debemos cambiar
nosotros.
“Lento es el enseñar por medio de la teoría,
breve y eficaz por medio del ejemplo” (Séneca).
Hechos, no palabras.
Los niños hacen lo que ven, no lo que nosotros
les digamos que hagan.
19. • Erase unos padres a un niño pegados
• Si sobreproteges a un niño, lo haces vulnerable. Son niños
incapacitados para afrontar los problemas porque alguien se
los ha resuelto siempre, les ha estafado.
• Evitarles todo esfuerzo. Los niños de hoy día no tienen que
esforzarse por conseguir las cosas; independientemente de
cómo se porten, lo tienen todo, ¿para qué se van a esforzar?
Quien de pequeño no se esfuerza, tampoco lo hará cuando
sea adulto. La sociedad actual genera la falsa ilusión en los
niños y jóvenes de alcanzar sin esfuerzo objetivos ambiciosos.
(Aprenda alemán sin esfuerzo….)
• Evitarles cualquier frustración. Los niños desde pequeños
deben aprender a frustrarse, y a asumir y superar el fracaso o
la frustración de una manera positiva y enriquecedora. Los
éxitos complejos están siempre basados en continuos
fracasos parciales… afrontados y superados (resiliencia).
21. • “Niño regalado, siempre está enojado”.
• No es bueno darles todo aquello que nos
piden; deben valorar las cosas, aprender a
esperar, a soñar, a desear lo que quieren, a
esforzarse por conseguir lo que anhelan y a no
frustrarse cuando no lo pueden obtener.
• Muchos padres y profesores se sacrifican y
ofrecen a sus hijos o alumnos una vida irreal,
inexistente, donde los niños acaban pidiendo
lo imposible.
23. • Es necesario enseñar a los niños a hacer las
cosas por sí mismos. Los niños salen perdiendo
cuando a los padres les parece que es más fácil
hacerlo ellos mismos.
• El deseo de evitar conflictos es un motivo para
“hacer yo las cosas”.
• Debemos permitir que sus hijos cometan
errores para que aprendan de ellos.
• Las tareas y obligaciones sirven para crear
responsabilidades. Esto les ayudará a aprender
a organizarse, fijarse objetivos y llevar a cabo
tareas complejas.
25. • Las expectativas se cumplen. Todos los niños
pueden comportarse como se espera de ellos.
• Creer en ellos y en nosotros mismos.
• No ponerles etiquetas negativas, no tener
expectativas negativas sobre ellos; transmitir
seguridad, nos deben sentir seguros.
• Dar oportunidades de obedecer mediante
avisos y recordatorios.
27. • El resentimiento hacia el niño es síntoma de
que existe un conflicto de poder entre padre
(o madre, claro) e hijo que está sin resolver y
en el que el padre (o madre) se siente
perdedor.
• El exceso de expectativas dificulta la relación
con los hijos; a un niño le es complicado
asimilar tanta atención regalada y tanta
expectación inmerecida.
29. • Protestar y quejarse son dos armas
poderosísimas para no hacer nada.
• Si quieres que algo cambie, empieza por lo
que puedes fácilmente cambiar: tú mismo.
31. • Comprobar si el número está no está
premiado.
• Si la galleta está rota, ya no la quiero.
• La suplantación de lo real por lo
abstractamente deseable es un síntoma de
puerilidad. (Ortega y Gasset)
• Es bueno que las herramientas se muestren
deslucidas por el uso. Cometer errores,
fracasar, frustrarse… es parte del precio que
hay que pagar por vivir.