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Características del modernismo
• Movimento literario de principios del s. XX
• (coincide con la Generación del 98)

          Características

• Búsqueda formal de la belleza; esteticismo. Culto a la
  belleza sensorial, luz, colorido, efectos musicales.
  (Concepto casi escultórico de la belleza: pretendían en
  sus versos “esculpir” la belleza. “Esculpe, pule,cincela.
  Que tu sueño flotante se plasme en un resistente
  bloque”)
• Utilización de muchos recursos literarios (aliteraciones,
  sinestesias, colorido, musicalidad, recursos fónicos…)
Características del modernismo
              Características

• Lenguaje culto, adjetivación.
• Evasión de la realidad en los temas, escapismo
  (necesidad de huir del mundo real: de lo cotidiano a lo
  exótico; de la realidad vulgar al ensueño, de lo prosaico
  a lo refinado) Gusto por lo clásico y evocaciones
  históricas de la edad media, por la mitología, por el
  exotismo oriental, por lo nórdico…
• Descripción de ambientes de boato y lujo. (Véase ejemplos
  más adelante)
Ambiente de boato y lujo
             (Poema de Rubén Darío)

•   Puso el poeta en sus versos
•   todas las perlas del mar,
•   todo el oro de las minas,
•   todo el marfil oriental.
•   Los diamantes de Golconda,
•   los tesoros de Bagdad,
•   los joyeles y preseas
•   de los cofres de un Nabad
Ambientes exóticos

• “Los poemas modernistas se pueblan de dioses,
  ninfas, centauros y sátiros; de vizcondes, de
  caballeros y de marquesitas; de Pierrots y
  Colombinas; de mandarines y odaliscas; de
  “dandys” y de “midinettes”. Es un mundo
  rutilante de viejos castillos, de pagodas, de
  salones versallescos, de jardines perfumados;
  flores de lis y flores de loto, y en donde brillan
  el marfil y las perlas, las piedras preciosas, los
  jades, los esmaltes…
Rubén Darío (1867- 1916)




                             escritas en verso
                             Las tres obras están
Azul


Prosas profanas



Cantos de vida y esperanza
SONATINA
La princesa está triste... ¿Qué tendrá lo princesa?    Ya no quiere el palacio, ni la rueca de plata,
                                                       ni el halcón encantado, ni el bufón escarlata,
Los suspiros se escapan de su boca de fresa,
                                                       ni los cisnes unánimes en el lago de azur.
que ha perdido la risa, que ha perdido el color.
                                                       Y están tristes las flores por la flor de la corte;
La princesa está pálida en su silla de oro,
                                                       los jazmines de Oriente, los nelumbos del Norte,
está mudo el teclado de su clave sonoro;               de Occidente las dalias y las rosas del Sur.
y en un vaso olvidada se desmaya una flor.             Pobrecita princesa de los ojos azules!
El jardín puebla el triunfo de los pavos reales.       Está presa en sus oros, está presa en sus tules,
Parlanchina, la dueña dice cosas banales,              en la jaula de mármol del palacio real,
y, vestido de rojo, piruetea el bufón.                 el palacio soberbio que vigilan los guardas,
Lo princesa no ríe, la princesa no siente;             que custodian cien negros con sus cien alabardas,
lo princesa persigue por el cielo de Oriente           un lebrel que no duerme y un dragón colosal.
la libélula vaga de una vaga ilusión.                  ¡Oh quién fuera hipsipila que dejó la crisálida!
¿Piensa acaso en el príncipe de Golconda o de China,   (La princesa está triste. La princesa está pálida)
o en el que ha detenido su carroza argentina           ¡Oh visión adorada de oro, rosa y marfil!
para ver de sus ojos la dulzura de luz?                ¡Quién volara a la tierra donde un príncipe existe
                                                       (La princesa está pálida. La princesa está triste)
¿O en el rey de las Islas de las rosas fragantes,
                                                       más brillante que el alba, más hermoso que abril!
o en el que es soberano de los claros diamantes,
                                                       -iCalla, calla, princesa -dice el hada madrina-,
o en el dueño orgulloso de las perlas de Ormuz?
                                                       en caballo con alas, hacia acá se encamina,
¡Ay! La pobre princesa de la boca de rosa              en el cinto la espada y en la mano el azor,
quiere ser golondrina, quiere ser mariposa,            el feliz caballero que te adora sin verte,
Tener alas ligeras, bajo el cielo volar,               y que llega de lejos, vencedor de la Muerte,
ir al sol por la escala luminosa de un rayo,            a encenderte los labios con su beso de amor!
saludar a los lirios con los versos de mayo,
o perderse en el viento sobre el trueno del mar.
SONATINA                       Ya no quiere el palacio, ni la rueca de plata,
La princesa está triste... ¿Qué tendrá lo princesa?    ni el halcón encantado, ni el bufón escarlata,
Los suspiros se escapan de su boca de fresa,           ni los cisnes unánimes en el lago de azur.
que ha perdido la risa, que ha perdido el color.       Y están tristes las flores por la flor de la corte;
La princesa está pálida en su silla de oro,            los jazmines de Oriente, los nelumbos del Norte,
está mudo el teclado de su clave sonoro;               de Occidente las dalias y las rosas del Sur.
y en un vaso olvidada se desmaya una flor.             Pobrecita princesa de los ojos azules!
El jardín puebla el triunfo de los pavos reales.       Está presa en sus oros, está presa en sus tules,
Parlanchina, la dueña dice cosas banales,              en la jaula de mármol del palacio real,
                                                       el palacio soberbio que vigilan los guardas,
y, vestido de rojo, piruetea el bufón.
                                                       que custodian cien negros con sus cien alabardas,
Lo princesa no ríe, la princesa no siente;
                                                       un lebrel que no duerme y un dragón colosal.
lo princesa persigue por el cielo de Oriente
                                                       ¡Oh quién fuera hipsipila que dejó la crisálida!
la libélula vaga de una vaga ilusión.                  (La princesa está triste. La princesa está pálida)
¿Piensa acaso en el príncipe de Golconda o de China,   ¡Oh visión adorada de oro, rosa y marfil!
o en el que ha detenido su carroza argentina           ¡Quién volara a la tierra donde un príncipe existe
para ver de sus ojos la dulzura de luz?                (La princesa está pálida. La princesa está triste)
¿O en el rey de las Islas de las rosas fragantes,      más brillante que el alba, más hermoso que abril!
o en el que es soberano de los claros diamantes,       -iCalla, calla, princesa -dice el hada madrina-,
o en el dueño orgulloso de las perlas de Ormuz?        en caballo con alas, hacia acá se encamina,
¡Ay! Lo pobre princesa de la boca de rosa              en el cinto la espada y en la mano el azor,
quiere ser golondrina, quiere ser mariposa,            el feliz caballero que te adora sin verte,
Tener alas ligeras, bajo el cielo volar,               y que llega de lejos, vencedor de la Muerte,
ir al sol por la escala luminosa de un rayo,            a encenderte los labios con su beso de amor!
saludar a los lirios con los versos de mayo,
o perderse en el viento sobre el trueno del mar.
SONATINA                             Ya no quiere el palacio, ni la rueca de plata,
La princesa está triste... ¿Qué tendrá lo princesa?          ni el halcón encantado, ni el bufón escarlata,
Los suspiros se escapan de su boca de fresa,                 ni los cisnes unánimes en el lago de azur.
que ha perdido la risa, que ha perdido el color.             Y están tristes las flores por la flor de la corte;
                                                             los jazmines de Oriente, los nelumbos del Norte,
La princesa está pálida en su silla de oro,
                                                             de Occidente las dalias y las rosas del Sur.
está mudo el teclado de su clave sonoro;                     Pobrecita princesa de los ojos azules!
y en un vaso olvidada se desmaya una flor.                   Está presa en sus oros, está presa en sus tules,
El jardín puebla el triunfo de los pavos-reales.             en la jaula de mármol del palacio real,
Parlanchina, la dueña dice cosas banales,                    el palacio soberbio que vigilan los guardas,
                                                             que custodian cien negros con sus cien alabardas,
y, vestido de rojo, piruetea el bufón.
                                                             un lebrel que no duerme y un dragón colosal.
Lo princesa no ríe, la princesa no siente;                   ¡Oh quién fuera hipsipila que dejó la crisálida!
lo princesa persigue por el cielo de Oriente                 (La princesa está triste. La princesa está pálida)
la libélula vaga de una vaga ilusión.                        ¡Oh visión adorada de oro, rosa y marfil!
¿Piensa acaso en el príncipe de Golconda o de China,         ¡Quién volara a la tierra donde un príncipe existe
o en el que ha detenido su carroza argentina                 (La princesa está pálida. La princesa está triste)
                                                             más brillante que el alba, más hermoso que abril!
para ver de sus ojos la dulzura de luz?
                                                             -iCalla, calla, princesa -dice el hada madrina-,
¿O en el rey de las Islas de las rosas fragantes,            en caballo con alas, hacia acá se encamina,
o en el que es soberano de los claros diamantes,             en el cinto la espada y en la mano el azor,
o en el dueño orgulloso de las perlas de Ormuz?              el feliz caballero que te adora sin verte,
¡Ay! La pobre princesa de la boca de rosa                    y que llega de lejos, vencedor de la Muerte,
quiere ser golondrina, quiere ser mariposa,                   a encenderte los labios con su beso de amor!
Tener alas ligeras, bajo el cielo volar,
                                                  Pers                        Perso
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saludar a los lirios con los versos de mayo,
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o perderse en el viento sobre el trueno del mar.                              da  n
SONATINA
La princesa está triste... ¿Qué tendrá lo princesa?    Ya no quiere el palacio, ni la rueca de plata,
                                                       ni el halcón encantado, ni el bufón escarlata,
Los suspiros se escapan de su boca de fresa,
                                                       ni los cisnes unánimes en el lago de azur.
que ha perdido la risa, que ha perdido el color.
                                                       Y están tristes las flores por la flor de la corte;
La princesa está pálida en su silla de oro,
                                                       los jazmines de Oriente, los nelumbos del Norte,
está mudo el teclado de su clave sonoro;               de Occidente las dalias y las rosas del Sur.
y en un vaso olvidada se desmaya una flor.             Pobrecita princesa de los ojos azules!
El jardín puebla el triunfo de los pavos reales.       Está presa en sus oros, está presa en sus tules,
Parlanchina, la dueña dice cosas banales,              en la jaula de mármol del palacio real,
y, vestido de rojo, piruetea el bufón.                 el palacio soberbio que vigilan los guardas,
Lo princesa no ríe, la princesa no siente;             que custodian cien negros con sus cien alabardas,
lo princesa persigue por el cielo de Oriente           un lebrel que no duerme y un dragón colosal.
la libélula vaga de una vaga ilusión.                  ¡Oh quién fuera hipsipila que dejó la crisálida!
¿Piensa acaso en el príncipe de Golconda o de China,   (La princesa está triste. La princesa está pálida)
o en el que ha detenido su carroza argentina           ¡Oh visión adorada de oro, rosa y marfil!
para ver de sus ojos la dulzura de luz?                ¡Quién volara a la tierra donde un príncipe existe
                                                       (La princesa está pálida. La princesa está triste)
¿O en el rey de las Islas de las rosas fragantes,
                                                       más brillante que el alba, más hermoso que abril!
o en el que es soberano de los claros diamantes,
                                                       -iCalla, calla, princesa -dice el hada madrina-,
o en el dueño orgulloso de las perlas de Ormuz?
                                                       en caballo con alas, hacia acá se encamina,
¡Ay! La pobre princesa de la boca de rosa              en el cinto la espada y en la mano el azor,
quiere ser golondrina, quiere ser mariposa,            el feliz caballero que te adora sin verte,
Tener alas ligeras, bajo el cielo volar,               y que llega de lejos, vencedor de la Muerte,
ir al sol por la escala luminosa de un rayo,            a encenderte los labios con su beso de amor!
saludar a los lirios con los versos de mayo,           Princesa: Colores suaves,pálidos// Tristeza, melan.
o perderse en el viento sobre el trueno del mar.       Palacio: Colores intensos, vivos y fuertes
SONATINA
La princesa está triste... ¿Qué tendrá lo princesa?    Ya no quiere el palacio, ni la rueca de plata,
                                                       ni el halcón encantado, ni el bufón escarlata,
Los suspiros se escapan de su boca de fresa,
                                                       ni los cisnes unánimes en el lago de azur.
que ha perdido la risa, que ha perdido el color.
                                                       Y están tristes las flores por la flor de la corte;
La princesa está pálida en su silla de oro,
                                                       los jazmines de Oriente, los nelumbos del Norte,
está mudo el teclado de su clave sonoro;               de Occidente las dalias y las rosas del Sur.
y en un vaso olvidada se desmaya una flor.             Pobrecita princesa de los ojos azules!
El jardín puebla el triunfo de los pavos reales.       Está presa en sus oros, está presa en sus tules,
Parlanchina, la dueña dice cosas banales,              en la jaula de mármol del palacio real,
y, vestido de rojo, piruetea el bufón.                 el palacio soberbio que vigilan los guardas,
Lo princesa no ríe, la princesa no siente;             que custodian cien negros con sus cien alabardas,
lo princesa persigue por el cielo de Oriente           un lebrel que no duerme y un dragón colosal.
la libélula vaga de una vaga ilusión.                  ¡Oh quién fuera hipsipila que dejó la crisálida!
¿Piensa acaso en el príncipe de Golconda o de China,   (La princesa está triste. La princesa está pálida)
o en el que ha detenido su carroza argentina           ¡Oh visión adorada de oro, rosa y marfil!
para ver de sus ojos la dulzura de luz?                ¡Quién volara a la tierra donde un príncipe existe
                                                       (La princesa está pálida. La princesa está triste)
¿O en el rey de las Islas de las rosas fragantes,
                                                       más brillante que el alba, más hermoso que abril!
o en el que es soberano de los claros diamantes,
                                                       -iCalla, calla, princesa -dice el hada madrina-,
o en el dueño orgulloso de las perlas de Ormuz?
                                                       en caballo con alas, hacia acá se encamina,
¡Ay! La pobre princesa de la boca de rosa              en el cinto la espada y en la mano el azor,
quiere ser golondrina, quiere ser mariposa,            el feliz caballero que te adora sin verte,
Tener alas ligeras, bajo el cielo volar,               y que llega de lejos, vencedor de la Muerte,
ir al sol por la escala luminosa de un rayo,            a encenderte los labios con su beso de amor!
saludar a los lirios con los versos de mayo,
o perderse en el viento sobre el trueno del mar.       Sensaciones que expresan “Luminosidad”
SONATINA
La princesa está triste... ¿Qué tendrá lo princesa?    Ya no quiere el palacio, ni la rueca de plata,
                                                       ni el halcón encantado, ni el bufón escarlata,
Los suspiros se escapan de su boca de fresa,
                                                       ni los cisnes unánimes en el lago de azur.
que ha perdido la risa, que ha perdido el color.
                                                       Y están tristes las flores por la flor de la corte;
La princesa está pálida en su silla de oro,
                                                       los jazmines de Oriente, los nelumbos del Norte,
está mudo el teclado de su clave sonoro;               de Occidente las dalias y las rosas del Sur.
y en un vaso olvidada se desmaya una flor.             Pobrecita princesa de los ojos azules!
El jardín puebla el triunfo de los pavos reales.       Está presa en sus oros, está presa en sus tules,
Parlanchina, la dueña dice cosas banales,              en la jaula de mármol del palacio real,
y, vestido de rojo, piruetea el bufón.                 el palacio soberbio que vigilan los guardas,
Lo princesa no ríe, la princesa no siente;             que custodian cien negros con sus cien alabardas,
lo princesa persigue por el cielo de Oriente           un lebrel que no duerme y un dragón colosal.
la libélula vaga de una vaga ilusión.                  ¡Oh quién fuera hipsipila que dejó la crisálida!
¿Piensa acaso en el príncipe de Golconda o de China,   (La princesa está triste. La princesa está pálida)
o en el que ha detenido su carroza argentina           ¡Oh visión adorada de oro, rosa y marfil!
para ver de sus ojos la dulzura de luz?                ¡Quién volara a la tierra donde un príncipe existe
                                                       (La princesa está pálida. La princesa está triste)
¿O en el rey de las Islas de las rosas fragantes,
                                                       más brillante que el alba, más hermoso que abril!
o en el que es soberano de los claros diamantes,
                                                       -iCalla, calla, princesa -dice el hada madrina-,
o en el dueño orgulloso de las perlas de Ormuz?
                                                       en caballo con alas, hacia acá se encamina,
¡Ay! La pobre princesa de la boca de rosa              en el cinto la espada y en la mano el azor,
quiere ser golondrina, quiere ser mariposa,            el feliz caballero que te adora sin verte,
Tener alas ligeras, bajo el cielo volar,               y que llega de lejos, vencedor de la Muerte,
ir al sol por la escala luminosa de un rayo,            a encenderte los labios con su beso de amor!
saludar a los lirios con los versos de mayo,
o perderse en el viento sobre el trueno del mar.       Sensaciones que expresan “Sonoridad”
Tristeza              /// Alegría, optimismo

•   Teclado mudo
                           • Bufón rojo
•   Suspiros
                           • Príncipe brillante
•   Tristes flores
•   Princesa pálida
Un poema de Rubén Darío, de Azul
•   En invernales horas, mirad a Carolina.
•   Medio apelotonada, descansa en el sillón,
•   envuelta con su abrigo de marta cibelina
•   y no lejos del fuego que brilla en el salón.

•   El fino angora blanco, junto a ella se reclina,
•   rozando con su hocico la falda de Alençon,
•   no lejos de las jarras de porcelana china
•   que medio oculta un biombo de seda de Japón

•   Con sus sutiles filtros la invade un dulce sueño;
•   entro, sin hacer ruido; dejo mi abrigo gris;
•   voy a besar su rostro, rosado y halagüeño

•   como una rosa roja que fuera flor de lis.
•   Abre los ojos, mírame con mirar risueño,
•   y en tanto cae la nieve del cielo de Paris.
Un poema de Rubén Darío, de Azul
•   En invernales horas, mirad a Carolina.
•   Medio apelotonada, descansa en el sillón,
•   envuelta con su abrigo de marta cibelina
•   y no lejos del fuego que brilla en el salón.

•   El fino angora blanco, junto a ella se reclina,      exotismo, boato,
    lujo
•   rozando con su hocico la falda de Alençon,
•   no lejos de las jarras de porcelana china
•   que medio oculta un biombo de seda de Japón

•   Con sus sutiles filtros la invade un dulce sueño;
•   entro, sin hacer ruido; dejo mi abrigo gris;
•   voy a besar su rostro, rosado y halagüeño

•   como una rosa roja que fuera flor de lis.
•   Abre los ojos, mírame con mirar risueño,
•   y en tanto cae la nieve del cielo de Paris.
http://images.google.com/images?q=porcelana%20china&biw=1280&bih=790


http://images.google.com/images?q=seda%20del%20japon&biw=830&bih=722


 http://images.google.com/images?q=gato%20angora&biw=830&bih=722
Juan Ramón Jiménez (1881- 1958)

Fue premio Nóbel de literatura (1956)
      Arias tristes

      Jardines lejanos




                                         Obra en prosa
                                                         Platero y yo
      Diario de un poeta recién casado

      Animal de fondo

      Dios deseado y deseante
•   Vino primero pura
•   vestida de inocencia;
•   y la amé como un niño.
•   Luego se fue vistiendo
•   de no sé qué ropajes;
•   y la fui odiando sin saberlo
•   Llegó a ser una reina,
•   Fastuosa de tesoros…
•   ¡Qué iracundia de hiel y sin sentido!
•   …Mas se fue desnudando .
•   Y yo le sonreía.
•   Se quedó con la túnica
•   de su inocencia antigua.
•   Creí de nuevo en ella.
•   Y se quitó la túnica,
•   y apareció desnuda toda…
•   ¡Oh pasión de mi vida, poesía
•   desnuda, mía para siempre!
•   Vino primero pura
•   vestida de inocencia;           Arias tristes
•   y la amé como un niño.         Jardines lejanos
•   Luego se fue vistiendo
•   de no sé qué ropajes;                      Elejias
•   y la fui odiando sin saberlo               Soledad sonora
•   Llegó a ser una reina,                     Poemas májicos y dolientes
•   Fastuosa de tesoros…
•   ¡Qué iracundia de hiel y sin sentido!
•   …Mas se fue desnudando .
•   Y yo le sonreía.                            Eternidades
•   Se quedó con la túnica                      Piedra y cielo
•   de su inocencia antigua.                    Diario de un poeta recién
    casado
•   Creí de nuevo en ella.
•   Y se quitó la túnica,
•   y apareció desnuda toda…
•   ¡Oh pasión de mi vida, poesía
•   desnuda, mía para siempre!
Juan Ramón Jiménez
•   Entre el velo de la lluvia
•   que pone gris el paisaje,
•   pasan las vacas, volviendo
•   de la dulzura del valle.

•   Las tristes esquilas suenan
•   alejadas, y la tarde
•   va cayendo tristemente
•   sin estrellas ni cantares.

•   La campiña se ha quedado
•   fría y sola con sus árboles;
•   por las perdidas veredas
•   hoy no volverá ya nadie.

•   Voy a cerrar mi ventana
•   porque si pierdo en el valle
•   mi corazón, quizás quiera
•   morirse con el paisaje.
                                   Arias Tristes (1903)
•   El viaje definitivo
•   ...Y yo me iré. Y se quedarán los pájaros




                                                    Me eza de
                                                     b el
•   cantando;




                                                        dita
                                                         l
•   y se quedará mi huerto, con su verde árbol,




                                                            ció n mu
                                                               n so
•   y con su pozo blanco.




                                                                 u
                                                                    b re d o q u e
• Todas las tardes, el cielo será azul y plácido;




                                                                        la m
                                                                        n
• y tocarán, como esta tarde están tocando,




                                                                            u er
• las campanas del campanario.




                                                                                 te,
                                                                                   seg
                                                                                     vist sin no
                                                                                       uirá
•   Se morirán aquellos que me amaron;




                                                                                         a co
•   y el pueblo se hará nuevo cada año;




                                                                                              mo
                                                                                               Po e
•   y en el rincón aquel de mi huerto florido y encalado,




                                                                                                 un
                                                                                                  sotr
                                                                                                   ma
•   mi espíritu errará, nostáljico...




                                                                                                    aba
                                                                                                       os.
                                                                                                        s ag



                                                                                                          ndo
                                                                                                             rest
•   Y yo me iré; y estaré solo, sin hogar, sin árbol




                                                                                                              nar
                                                                                                                 es (
•   verde, sin pozo blanco,




                                                                                                                  la
                                                                                                                     1 91
•   sin cielo azul y plácido...




                                                                                                                          1)
•   Y se quedarán los pájaros cantando.
• Platero es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se
  diría todo de algodón, que no lleva huesos. Sólo los espejos de
  azabache de sus ojos son duros cual dos escarabajos de cristal
  negro.
• Lo dejo suelto y se va al prado, y acaricia tibiamente con su
  hocico, rozándolas apenas, las florecillas rosas, celestes y
  gualdas... Lo llamo dulcemente: "¿Platero?", y viene a mí con un
  trotecillo alegre que parece que se ríe, en no sé qué cascabeleo
  ideal...
• Come cuanto le doy. Le gustan las naranjas mandarinas, las uvas
  moscateles, todas de ámbar; los higos morados, con su cristalina
  gotita de miel...
• Es tierno y mimoso igual que un niño, que una niña...; pero fuerte
  y seco por dentro, como de piedra... Cuando paso sobre él, los
  domingos, por las últimas callejas del pueblo, los hombres del
  campo, vestidos de limpio y despaciosos, se quedan mirándolo:
• — Tiene acero...
• Tiene acero. Acero y plata de luna, al mismo tiempo.
Manuel Machado (1874 – 1947)




                                                escritas en verso
                                                Las tres obras están
   Alma

   Canciones y dedicatorias


   Sevilla y otros poemas



                   La Lola seteatro enpuertos
                   Obras de va a los
                   colaboración con su
                   hermano.
                   La duquesa de Benamejí
• VERANO

 Frutales
 cargados.
 Dorados
 trigales...
 Cristales
 ahumados.
 Quemados
 jarales...
 Umbría
 sequía,
 solano...
 Paleta
 completa:
 verano.       Manuel Machado
• LA COPLA

  Hasta que el pueblo las canta,
  las coplas, coplas no son,
  y cuando las canta el pueblo,
  ya nadie sabe el autor.
  Tal es la gloria, Guillén,
  de los que escriben cantares:
  oír decir a la gente
  que no los ha escrito nadie.
  Procura tú que tus coplas
  vayan al pueblo a parar,
  aunque dejen de ser tuyas
  para ser de los demás.
  Que, al fundir el corazón
  en el alma popular,
  lo que se pierde de nombre
  se gana de eternidad.

                                   Manuel Machado
El ciego sol se estrella
en las duras aristas de las armas,
llaga de luz los petos y espaldares
y flamea en las puntas de las lanzas.
El ciego sol, la sed y la fatiga
Por la terrible estepa castellana,
al destierro, con doce de los suyos
-polvo, sudor y hierro- el Cid cabalga.




                                                          Castilla Manuel Machado
Cerrado está el mesón a piedra y lodo.
Nadie responde... Al pomo de la espada
y al cuento de las picas el postigo
va a ceder ¡Quema el sol, el aire abrasa!
A los terribles golpes
de eco ronco, una voz pura, de plata
y de cristal, responde... Hay una niña
muy débil y muy blanca
en el umbral. Es toda
ojos azules, y en los ojos. lágrimas.
Oro pálido nimba
su carita curiosa y asustada. [Continúa en la siguiente
diapositiva]
• "Buen Cid, pasad. El rey nos dará muerte,
  arruinará la casa
  y sembrará de sal el pobre campo
  que mi padre trabaja...
  Idos. El cielo os colme de venturas...




                                              Castilla Manuel Machado
  ¡En nuestro mal, oh Cid, no ganáis nada!"
  Calla la niña y llora sin gemido...
  Un sollozo infantil cruza la escuadra
  de feroces guerreros,
  y una voz inflexible grita: "¡En marcha!"
  El ciego sol, la sed y la fatiga...
  Por la terrible estepa castellana,
  al destierro, con doce de los suyos
  -polvo, sudor y hierro- el Cid cabalga.
•   FIGULINAS
    ¡Qué bonita es la princesa!
    ¡qué traviesa!
    ¡qué bonita
    la princesa pequeñita
    de los cuadros de Watteau!
    Yo la miro, ¡yo la admiro,
    yo la adoro!
    Si suspira, yo suspiro;
    si ella llora, también lloro;
    si ella ríe, río yo.
    Cuando alegre la contemplo,
    como ahora, me sonríe,
    ...y otras veces su mirada
    en los aires se deslíe
    pensativa.
    ¡Si parece que está viva
    la princesa de Watteau!
    Al pasar la vista, hiere,
    elegante,
    y ha de amarla quien la viere.
    ...Yo adivino en su semblante
    que ella goza, goza y quiere,
    vive y ama, sufre y muere...
    como yo.

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Modernismo

  • 1.
  • 2. Características del modernismo • Movimento literario de principios del s. XX • (coincide con la Generación del 98) Características • Búsqueda formal de la belleza; esteticismo. Culto a la belleza sensorial, luz, colorido, efectos musicales. (Concepto casi escultórico de la belleza: pretendían en sus versos “esculpir” la belleza. “Esculpe, pule,cincela. Que tu sueño flotante se plasme en un resistente bloque”) • Utilización de muchos recursos literarios (aliteraciones, sinestesias, colorido, musicalidad, recursos fónicos…)
  • 3. Características del modernismo Características • Lenguaje culto, adjetivación. • Evasión de la realidad en los temas, escapismo (necesidad de huir del mundo real: de lo cotidiano a lo exótico; de la realidad vulgar al ensueño, de lo prosaico a lo refinado) Gusto por lo clásico y evocaciones históricas de la edad media, por la mitología, por el exotismo oriental, por lo nórdico… • Descripción de ambientes de boato y lujo. (Véase ejemplos más adelante)
  • 4. Ambiente de boato y lujo (Poema de Rubén Darío) • Puso el poeta en sus versos • todas las perlas del mar, • todo el oro de las minas, • todo el marfil oriental. • Los diamantes de Golconda, • los tesoros de Bagdad, • los joyeles y preseas • de los cofres de un Nabad
  • 5. Ambientes exóticos • “Los poemas modernistas se pueblan de dioses, ninfas, centauros y sátiros; de vizcondes, de caballeros y de marquesitas; de Pierrots y Colombinas; de mandarines y odaliscas; de “dandys” y de “midinettes”. Es un mundo rutilante de viejos castillos, de pagodas, de salones versallescos, de jardines perfumados; flores de lis y flores de loto, y en donde brillan el marfil y las perlas, las piedras preciosas, los jades, los esmaltes…
  • 6. Rubén Darío (1867- 1916) escritas en verso Las tres obras están Azul Prosas profanas Cantos de vida y esperanza
  • 7. SONATINA La princesa está triste... ¿Qué tendrá lo princesa? Ya no quiere el palacio, ni la rueca de plata, ni el halcón encantado, ni el bufón escarlata, Los suspiros se escapan de su boca de fresa, ni los cisnes unánimes en el lago de azur. que ha perdido la risa, que ha perdido el color. Y están tristes las flores por la flor de la corte; La princesa está pálida en su silla de oro, los jazmines de Oriente, los nelumbos del Norte, está mudo el teclado de su clave sonoro; de Occidente las dalias y las rosas del Sur. y en un vaso olvidada se desmaya una flor. Pobrecita princesa de los ojos azules! El jardín puebla el triunfo de los pavos reales. Está presa en sus oros, está presa en sus tules, Parlanchina, la dueña dice cosas banales, en la jaula de mármol del palacio real, y, vestido de rojo, piruetea el bufón. el palacio soberbio que vigilan los guardas, Lo princesa no ríe, la princesa no siente; que custodian cien negros con sus cien alabardas, lo princesa persigue por el cielo de Oriente un lebrel que no duerme y un dragón colosal. la libélula vaga de una vaga ilusión. ¡Oh quién fuera hipsipila que dejó la crisálida! ¿Piensa acaso en el príncipe de Golconda o de China, (La princesa está triste. La princesa está pálida) o en el que ha detenido su carroza argentina ¡Oh visión adorada de oro, rosa y marfil! para ver de sus ojos la dulzura de luz? ¡Quién volara a la tierra donde un príncipe existe (La princesa está pálida. La princesa está triste) ¿O en el rey de las Islas de las rosas fragantes, más brillante que el alba, más hermoso que abril! o en el que es soberano de los claros diamantes, -iCalla, calla, princesa -dice el hada madrina-, o en el dueño orgulloso de las perlas de Ormuz? en caballo con alas, hacia acá se encamina, ¡Ay! La pobre princesa de la boca de rosa en el cinto la espada y en la mano el azor, quiere ser golondrina, quiere ser mariposa, el feliz caballero que te adora sin verte, Tener alas ligeras, bajo el cielo volar, y que llega de lejos, vencedor de la Muerte, ir al sol por la escala luminosa de un rayo, a encenderte los labios con su beso de amor! saludar a los lirios con los versos de mayo, o perderse en el viento sobre el trueno del mar.
  • 8. SONATINA Ya no quiere el palacio, ni la rueca de plata, La princesa está triste... ¿Qué tendrá lo princesa? ni el halcón encantado, ni el bufón escarlata, Los suspiros se escapan de su boca de fresa, ni los cisnes unánimes en el lago de azur. que ha perdido la risa, que ha perdido el color. Y están tristes las flores por la flor de la corte; La princesa está pálida en su silla de oro, los jazmines de Oriente, los nelumbos del Norte, está mudo el teclado de su clave sonoro; de Occidente las dalias y las rosas del Sur. y en un vaso olvidada se desmaya una flor. Pobrecita princesa de los ojos azules! El jardín puebla el triunfo de los pavos reales. Está presa en sus oros, está presa en sus tules, Parlanchina, la dueña dice cosas banales, en la jaula de mármol del palacio real, el palacio soberbio que vigilan los guardas, y, vestido de rojo, piruetea el bufón. que custodian cien negros con sus cien alabardas, Lo princesa no ríe, la princesa no siente; un lebrel que no duerme y un dragón colosal. lo princesa persigue por el cielo de Oriente ¡Oh quién fuera hipsipila que dejó la crisálida! la libélula vaga de una vaga ilusión. (La princesa está triste. La princesa está pálida) ¿Piensa acaso en el príncipe de Golconda o de China, ¡Oh visión adorada de oro, rosa y marfil! o en el que ha detenido su carroza argentina ¡Quién volara a la tierra donde un príncipe existe para ver de sus ojos la dulzura de luz? (La princesa está pálida. La princesa está triste) ¿O en el rey de las Islas de las rosas fragantes, más brillante que el alba, más hermoso que abril! o en el que es soberano de los claros diamantes, -iCalla, calla, princesa -dice el hada madrina-, o en el dueño orgulloso de las perlas de Ormuz? en caballo con alas, hacia acá se encamina, ¡Ay! Lo pobre princesa de la boca de rosa en el cinto la espada y en la mano el azor, quiere ser golondrina, quiere ser mariposa, el feliz caballero que te adora sin verte, Tener alas ligeras, bajo el cielo volar, y que llega de lejos, vencedor de la Muerte, ir al sol por la escala luminosa de un rayo, a encenderte los labios con su beso de amor! saludar a los lirios con los versos de mayo, o perderse en el viento sobre el trueno del mar.
  • 9. SONATINA Ya no quiere el palacio, ni la rueca de plata, La princesa está triste... ¿Qué tendrá lo princesa? ni el halcón encantado, ni el bufón escarlata, Los suspiros se escapan de su boca de fresa, ni los cisnes unánimes en el lago de azur. que ha perdido la risa, que ha perdido el color. Y están tristes las flores por la flor de la corte; los jazmines de Oriente, los nelumbos del Norte, La princesa está pálida en su silla de oro, de Occidente las dalias y las rosas del Sur. está mudo el teclado de su clave sonoro; Pobrecita princesa de los ojos azules! y en un vaso olvidada se desmaya una flor. Está presa en sus oros, está presa en sus tules, El jardín puebla el triunfo de los pavos-reales. en la jaula de mármol del palacio real, Parlanchina, la dueña dice cosas banales, el palacio soberbio que vigilan los guardas, que custodian cien negros con sus cien alabardas, y, vestido de rojo, piruetea el bufón. un lebrel que no duerme y un dragón colosal. Lo princesa no ríe, la princesa no siente; ¡Oh quién fuera hipsipila que dejó la crisálida! lo princesa persigue por el cielo de Oriente (La princesa está triste. La princesa está pálida) la libélula vaga de una vaga ilusión. ¡Oh visión adorada de oro, rosa y marfil! ¿Piensa acaso en el príncipe de Golconda o de China, ¡Quién volara a la tierra donde un príncipe existe o en el que ha detenido su carroza argentina (La princesa está pálida. La princesa está triste) más brillante que el alba, más hermoso que abril! para ver de sus ojos la dulzura de luz? -iCalla, calla, princesa -dice el hada madrina-, ¿O en el rey de las Islas de las rosas fragantes, en caballo con alas, hacia acá se encamina, o en el que es soberano de los claros diamantes, en el cinto la espada y en la mano el azor, o en el dueño orgulloso de las perlas de Ormuz? el feliz caballero que te adora sin verte, ¡Ay! La pobre princesa de la boca de rosa y que llega de lejos, vencedor de la Muerte, quiere ser golondrina, quiere ser mariposa, a encenderte los labios con su beso de amor! Tener alas ligeras, bajo el cielo volar, Pers Perso ir al sol por la escala luminosa de un rayo, on a j n a je s es q u que r saludar a los lirios con los versos de mayo, e ay u etiene n o perderse en el viento sobre el trueno del mar. da n
  • 10. SONATINA La princesa está triste... ¿Qué tendrá lo princesa? Ya no quiere el palacio, ni la rueca de plata, ni el halcón encantado, ni el bufón escarlata, Los suspiros se escapan de su boca de fresa, ni los cisnes unánimes en el lago de azur. que ha perdido la risa, que ha perdido el color. Y están tristes las flores por la flor de la corte; La princesa está pálida en su silla de oro, los jazmines de Oriente, los nelumbos del Norte, está mudo el teclado de su clave sonoro; de Occidente las dalias y las rosas del Sur. y en un vaso olvidada se desmaya una flor. Pobrecita princesa de los ojos azules! El jardín puebla el triunfo de los pavos reales. Está presa en sus oros, está presa en sus tules, Parlanchina, la dueña dice cosas banales, en la jaula de mármol del palacio real, y, vestido de rojo, piruetea el bufón. el palacio soberbio que vigilan los guardas, Lo princesa no ríe, la princesa no siente; que custodian cien negros con sus cien alabardas, lo princesa persigue por el cielo de Oriente un lebrel que no duerme y un dragón colosal. la libélula vaga de una vaga ilusión. ¡Oh quién fuera hipsipila que dejó la crisálida! ¿Piensa acaso en el príncipe de Golconda o de China, (La princesa está triste. La princesa está pálida) o en el que ha detenido su carroza argentina ¡Oh visión adorada de oro, rosa y marfil! para ver de sus ojos la dulzura de luz? ¡Quién volara a la tierra donde un príncipe existe (La princesa está pálida. La princesa está triste) ¿O en el rey de las Islas de las rosas fragantes, más brillante que el alba, más hermoso que abril! o en el que es soberano de los claros diamantes, -iCalla, calla, princesa -dice el hada madrina-, o en el dueño orgulloso de las perlas de Ormuz? en caballo con alas, hacia acá se encamina, ¡Ay! La pobre princesa de la boca de rosa en el cinto la espada y en la mano el azor, quiere ser golondrina, quiere ser mariposa, el feliz caballero que te adora sin verte, Tener alas ligeras, bajo el cielo volar, y que llega de lejos, vencedor de la Muerte, ir al sol por la escala luminosa de un rayo, a encenderte los labios con su beso de amor! saludar a los lirios con los versos de mayo, Princesa: Colores suaves,pálidos// Tristeza, melan. o perderse en el viento sobre el trueno del mar. Palacio: Colores intensos, vivos y fuertes
  • 11. SONATINA La princesa está triste... ¿Qué tendrá lo princesa? Ya no quiere el palacio, ni la rueca de plata, ni el halcón encantado, ni el bufón escarlata, Los suspiros se escapan de su boca de fresa, ni los cisnes unánimes en el lago de azur. que ha perdido la risa, que ha perdido el color. Y están tristes las flores por la flor de la corte; La princesa está pálida en su silla de oro, los jazmines de Oriente, los nelumbos del Norte, está mudo el teclado de su clave sonoro; de Occidente las dalias y las rosas del Sur. y en un vaso olvidada se desmaya una flor. Pobrecita princesa de los ojos azules! El jardín puebla el triunfo de los pavos reales. Está presa en sus oros, está presa en sus tules, Parlanchina, la dueña dice cosas banales, en la jaula de mármol del palacio real, y, vestido de rojo, piruetea el bufón. el palacio soberbio que vigilan los guardas, Lo princesa no ríe, la princesa no siente; que custodian cien negros con sus cien alabardas, lo princesa persigue por el cielo de Oriente un lebrel que no duerme y un dragón colosal. la libélula vaga de una vaga ilusión. ¡Oh quién fuera hipsipila que dejó la crisálida! ¿Piensa acaso en el príncipe de Golconda o de China, (La princesa está triste. La princesa está pálida) o en el que ha detenido su carroza argentina ¡Oh visión adorada de oro, rosa y marfil! para ver de sus ojos la dulzura de luz? ¡Quién volara a la tierra donde un príncipe existe (La princesa está pálida. La princesa está triste) ¿O en el rey de las Islas de las rosas fragantes, más brillante que el alba, más hermoso que abril! o en el que es soberano de los claros diamantes, -iCalla, calla, princesa -dice el hada madrina-, o en el dueño orgulloso de las perlas de Ormuz? en caballo con alas, hacia acá se encamina, ¡Ay! La pobre princesa de la boca de rosa en el cinto la espada y en la mano el azor, quiere ser golondrina, quiere ser mariposa, el feliz caballero que te adora sin verte, Tener alas ligeras, bajo el cielo volar, y que llega de lejos, vencedor de la Muerte, ir al sol por la escala luminosa de un rayo, a encenderte los labios con su beso de amor! saludar a los lirios con los versos de mayo, o perderse en el viento sobre el trueno del mar. Sensaciones que expresan “Luminosidad”
  • 12. SONATINA La princesa está triste... ¿Qué tendrá lo princesa? Ya no quiere el palacio, ni la rueca de plata, ni el halcón encantado, ni el bufón escarlata, Los suspiros se escapan de su boca de fresa, ni los cisnes unánimes en el lago de azur. que ha perdido la risa, que ha perdido el color. Y están tristes las flores por la flor de la corte; La princesa está pálida en su silla de oro, los jazmines de Oriente, los nelumbos del Norte, está mudo el teclado de su clave sonoro; de Occidente las dalias y las rosas del Sur. y en un vaso olvidada se desmaya una flor. Pobrecita princesa de los ojos azules! El jardín puebla el triunfo de los pavos reales. Está presa en sus oros, está presa en sus tules, Parlanchina, la dueña dice cosas banales, en la jaula de mármol del palacio real, y, vestido de rojo, piruetea el bufón. el palacio soberbio que vigilan los guardas, Lo princesa no ríe, la princesa no siente; que custodian cien negros con sus cien alabardas, lo princesa persigue por el cielo de Oriente un lebrel que no duerme y un dragón colosal. la libélula vaga de una vaga ilusión. ¡Oh quién fuera hipsipila que dejó la crisálida! ¿Piensa acaso en el príncipe de Golconda o de China, (La princesa está triste. La princesa está pálida) o en el que ha detenido su carroza argentina ¡Oh visión adorada de oro, rosa y marfil! para ver de sus ojos la dulzura de luz? ¡Quién volara a la tierra donde un príncipe existe (La princesa está pálida. La princesa está triste) ¿O en el rey de las Islas de las rosas fragantes, más brillante que el alba, más hermoso que abril! o en el que es soberano de los claros diamantes, -iCalla, calla, princesa -dice el hada madrina-, o en el dueño orgulloso de las perlas de Ormuz? en caballo con alas, hacia acá se encamina, ¡Ay! La pobre princesa de la boca de rosa en el cinto la espada y en la mano el azor, quiere ser golondrina, quiere ser mariposa, el feliz caballero que te adora sin verte, Tener alas ligeras, bajo el cielo volar, y que llega de lejos, vencedor de la Muerte, ir al sol por la escala luminosa de un rayo, a encenderte los labios con su beso de amor! saludar a los lirios con los versos de mayo, o perderse en el viento sobre el trueno del mar. Sensaciones que expresan “Sonoridad”
  • 13. Tristeza /// Alegría, optimismo • Teclado mudo • Bufón rojo • Suspiros • Príncipe brillante • Tristes flores • Princesa pálida
  • 14. Un poema de Rubén Darío, de Azul • En invernales horas, mirad a Carolina. • Medio apelotonada, descansa en el sillón, • envuelta con su abrigo de marta cibelina • y no lejos del fuego que brilla en el salón. • El fino angora blanco, junto a ella se reclina, • rozando con su hocico la falda de Alençon, • no lejos de las jarras de porcelana china • que medio oculta un biombo de seda de Japón • Con sus sutiles filtros la invade un dulce sueño; • entro, sin hacer ruido; dejo mi abrigo gris; • voy a besar su rostro, rosado y halagüeño • como una rosa roja que fuera flor de lis. • Abre los ojos, mírame con mirar risueño, • y en tanto cae la nieve del cielo de Paris.
  • 15. Un poema de Rubén Darío, de Azul • En invernales horas, mirad a Carolina. • Medio apelotonada, descansa en el sillón, • envuelta con su abrigo de marta cibelina • y no lejos del fuego que brilla en el salón. • El fino angora blanco, junto a ella se reclina, exotismo, boato, lujo • rozando con su hocico la falda de Alençon, • no lejos de las jarras de porcelana china • que medio oculta un biombo de seda de Japón • Con sus sutiles filtros la invade un dulce sueño; • entro, sin hacer ruido; dejo mi abrigo gris; • voy a besar su rostro, rosado y halagüeño • como una rosa roja que fuera flor de lis. • Abre los ojos, mírame con mirar risueño, • y en tanto cae la nieve del cielo de Paris.
  • 17. Juan Ramón Jiménez (1881- 1958) Fue premio Nóbel de literatura (1956) Arias tristes Jardines lejanos Obra en prosa Platero y yo Diario de un poeta recién casado Animal de fondo Dios deseado y deseante
  • 18. Vino primero pura • vestida de inocencia; • y la amé como un niño. • Luego se fue vistiendo • de no sé qué ropajes; • y la fui odiando sin saberlo • Llegó a ser una reina, • Fastuosa de tesoros… • ¡Qué iracundia de hiel y sin sentido! • …Mas se fue desnudando . • Y yo le sonreía. • Se quedó con la túnica • de su inocencia antigua. • Creí de nuevo en ella. • Y se quitó la túnica, • y apareció desnuda toda… • ¡Oh pasión de mi vida, poesía • desnuda, mía para siempre!
  • 19. Vino primero pura • vestida de inocencia; Arias tristes • y la amé como un niño. Jardines lejanos • Luego se fue vistiendo • de no sé qué ropajes; Elejias • y la fui odiando sin saberlo Soledad sonora • Llegó a ser una reina, Poemas májicos y dolientes • Fastuosa de tesoros… • ¡Qué iracundia de hiel y sin sentido! • …Mas se fue desnudando . • Y yo le sonreía. Eternidades • Se quedó con la túnica Piedra y cielo • de su inocencia antigua. Diario de un poeta recién casado • Creí de nuevo en ella. • Y se quitó la túnica, • y apareció desnuda toda… • ¡Oh pasión de mi vida, poesía • desnuda, mía para siempre!
  • 21. Entre el velo de la lluvia • que pone gris el paisaje, • pasan las vacas, volviendo • de la dulzura del valle. • Las tristes esquilas suenan • alejadas, y la tarde • va cayendo tristemente • sin estrellas ni cantares. • La campiña se ha quedado • fría y sola con sus árboles; • por las perdidas veredas • hoy no volverá ya nadie. • Voy a cerrar mi ventana • porque si pierdo en el valle • mi corazón, quizás quiera • morirse con el paisaje. Arias Tristes (1903)
  • 22. El viaje definitivo • ...Y yo me iré. Y se quedarán los pájaros Me eza de b el • cantando; dita l • y se quedará mi huerto, con su verde árbol, ció n mu n so • y con su pozo blanco. u b re d o q u e • Todas las tardes, el cielo será azul y plácido; la m n • y tocarán, como esta tarde están tocando, u er • las campanas del campanario. te, seg vist sin no uirá • Se morirán aquellos que me amaron; a co • y el pueblo se hará nuevo cada año; mo Po e • y en el rincón aquel de mi huerto florido y encalado, un sotr ma • mi espíritu errará, nostáljico... aba os. s ag ndo rest • Y yo me iré; y estaré solo, sin hogar, sin árbol nar es ( • verde, sin pozo blanco, la 1 91 • sin cielo azul y plácido... 1) • Y se quedarán los pájaros cantando.
  • 23. • Platero es pequeño, peludo, suave; tan blando por fuera, que se diría todo de algodón, que no lleva huesos. Sólo los espejos de azabache de sus ojos son duros cual dos escarabajos de cristal negro. • Lo dejo suelto y se va al prado, y acaricia tibiamente con su hocico, rozándolas apenas, las florecillas rosas, celestes y gualdas... Lo llamo dulcemente: "¿Platero?", y viene a mí con un trotecillo alegre que parece que se ríe, en no sé qué cascabeleo ideal... • Come cuanto le doy. Le gustan las naranjas mandarinas, las uvas moscateles, todas de ámbar; los higos morados, con su cristalina gotita de miel... • Es tierno y mimoso igual que un niño, que una niña...; pero fuerte y seco por dentro, como de piedra... Cuando paso sobre él, los domingos, por las últimas callejas del pueblo, los hombres del campo, vestidos de limpio y despaciosos, se quedan mirándolo: • — Tiene acero... • Tiene acero. Acero y plata de luna, al mismo tiempo.
  • 24. Manuel Machado (1874 – 1947) escritas en verso Las tres obras están Alma Canciones y dedicatorias Sevilla y otros poemas La Lola seteatro enpuertos Obras de va a los colaboración con su hermano. La duquesa de Benamejí
  • 25. • VERANO Frutales cargados. Dorados trigales... Cristales ahumados. Quemados jarales... Umbría sequía, solano... Paleta completa: verano. Manuel Machado
  • 26. • LA COPLA Hasta que el pueblo las canta, las coplas, coplas no son, y cuando las canta el pueblo, ya nadie sabe el autor. Tal es la gloria, Guillén, de los que escriben cantares: oír decir a la gente que no los ha escrito nadie. Procura tú que tus coplas vayan al pueblo a parar, aunque dejen de ser tuyas para ser de los demás. Que, al fundir el corazón en el alma popular, lo que se pierde de nombre se gana de eternidad. Manuel Machado
  • 27. El ciego sol se estrella en las duras aristas de las armas, llaga de luz los petos y espaldares y flamea en las puntas de las lanzas. El ciego sol, la sed y la fatiga Por la terrible estepa castellana, al destierro, con doce de los suyos -polvo, sudor y hierro- el Cid cabalga. Castilla Manuel Machado Cerrado está el mesón a piedra y lodo. Nadie responde... Al pomo de la espada y al cuento de las picas el postigo va a ceder ¡Quema el sol, el aire abrasa! A los terribles golpes de eco ronco, una voz pura, de plata y de cristal, responde... Hay una niña muy débil y muy blanca en el umbral. Es toda ojos azules, y en los ojos. lágrimas. Oro pálido nimba su carita curiosa y asustada. [Continúa en la siguiente diapositiva]
  • 28. • "Buen Cid, pasad. El rey nos dará muerte, arruinará la casa y sembrará de sal el pobre campo que mi padre trabaja... Idos. El cielo os colme de venturas... Castilla Manuel Machado ¡En nuestro mal, oh Cid, no ganáis nada!" Calla la niña y llora sin gemido... Un sollozo infantil cruza la escuadra de feroces guerreros, y una voz inflexible grita: "¡En marcha!" El ciego sol, la sed y la fatiga... Por la terrible estepa castellana, al destierro, con doce de los suyos -polvo, sudor y hierro- el Cid cabalga.
  • 29. FIGULINAS ¡Qué bonita es la princesa! ¡qué traviesa! ¡qué bonita la princesa pequeñita de los cuadros de Watteau! Yo la miro, ¡yo la admiro, yo la adoro! Si suspira, yo suspiro; si ella llora, también lloro; si ella ríe, río yo. Cuando alegre la contemplo, como ahora, me sonríe, ...y otras veces su mirada en los aires se deslíe pensativa. ¡Si parece que está viva la princesa de Watteau! Al pasar la vista, hiere, elegante, y ha de amarla quien la viere. ...Yo adivino en su semblante que ella goza, goza y quiere, vive y ama, sufre y muere... como yo.