1. 2
El diseño inteligente y
sus críticos
¿Amor verdadero o
enamoramiento caprichoso?
El arco iris está en tu
cerebro
Los críticos, la Biblia y la
arqueología
El Código Da Vinci
Volumen 18
E s p a ñ o l • F r a n c é s • I n g l é s • P o r t u g u é s
2. DIÁLOGO 18•2 2006
DIVISIÓN AFRICAna CENTRO-
OCCIDENTAL
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INGLATERRA
Daniel Duda dduda@ted-adventist.org
PaulTompkins ptompkins@ted-adventist.org
REPRESENTANTES REGIONALES
El diseño inteligente y sus críticos
El debate actual en torno al diseño inteligente (DI) es de naturaleza
ideológica, ya que los evolucionistas procuran mantener la hegemonía de la
cosmovisión ateísta.
John C.Walton
¿Amor verdadero o enamoramiento
caprichoso? Cómo detectar la diferencia
El enamoramiento caprichoso quiere apresurar la relación, mientras que
el amor puede sobrevivir la prueba del tiempo y prepararte para un
matrimonio armonioso.
Nancy Van Pelt
El arco iris está en tu cerebro
Colores, sonidos y aromas son percibidos e interpretados por un sistema
nervioso diseñado con precisión.
Leonard Brand y Ernest Schwab
Los críticos posmodernos de la Biblia y la arqueo-
logía reciente
Los investigadores que enfrentan los desafíos del posmodernismo están
recurriendo cada vez más a la arqueología como la fuente primaria de
información sobre la historia bíblica.
Michael Hasel
5
8
11
ENSAYOS
CONTENIDO
DEPARTAMENTOS
EDITORIAL
Una carta leída por todos
Julieta Rasi
TRANSICIÓN
Gratitud y bienvenida
FORO ABIERTO
El cristiano ante las elecciones
políticas
Hugo A. Cotro
PerFILES
Rafael Falcó Güell
Roberto Badenas
Michelle Chin
Jane Sabes
Logos
Cómo temer a Dios sin tener
miedo
Ervin K.Thomsen
punto de vista
El Código Da Vinci: ¿Realidad o
ficción?
Maxine Bingham y Ron Bingham
LIBROS
Daniel:A Reader's Guide
(William H. Shea)
Humberto R.Treiyer
Evidences for Creation
(George Javor)
Raúl Esperante
Origin by Design
(Harold G. Coffin with Robert H.
Brown and R. James Gibson)
Henry Zuill
Para tu informaciÓn
Filosofía adventista sobre la
música
VIDA UNIVERSITARIA
En diálogo con los testigos de
Jehová
Daniel Belvedere
PRIMERA PERSONA
Los milagros de la oración
Caroline V. Katemba Tobing
Suplemento
Portafolio de Rafael Falcó Güell
3
18
22 32
34
30
27
14
24
17
4
20
26
26
4. DIÁLOGO 18•2 2006
Gratitud y bienvenida
La publicación de una revista internacional como Diálogo
Universitario involucra a un número considerable de especialistas,
muchos de los cuales no son conocidos por nuestros lectores. Los
autores, claro está, desempeñan un papel imprescindible. Sin embar-
go, una de las responsabilidades principales de la revista corresponde a
la persona que coordina y supervisa el complejo proceso editorial, de
producción y distribución de cada número. En esta labor participan
redactores, traductores, revisores, diseñadores, impresores, contadores,
representantes regionales y muchos otros colaboradores anónimos.
Durante 15 años Julieta Rasi ha desempeñado esta importante labor,
empleando su amplia experiencia editorial, su notable capacidad de
organización y su dinámica personalidad. Después de haber coordina-
do la publicación de los números 3:2 al 18:1 y de haber supervisado la
distribución de más de un millón de ejemplares de Diálogo, Julieta ha
decidido confiar esta responsabilidad a una nueva coordinadora edito-
rial a fin de disfrutar de sus nietas y su jardín, además de la lectura y los viajes.
La Magister Susana Schulz ha asumido esta tarea esencial a partir de este número de Diálogo. Ella ha residido, estudiado
y ocupado puestos de responsabilidad en varios países del mundo, incluyendo la Argentina, Francia, Brasil y los Estados
Unidos. Estas vivencias le han permitido adquirir una perspectiva internacional, un conocimiento de las cuestiones que
interesan a los universitarios adventistas, como así también el manejo del español, el francés, el inglés y el portugués, que
son los cuatro idiomas en que se publica nuestra revista. Antes de unirse al equipo editorial de Diálogo, la Mg. Schulz se
desempeñaba como docente y directora del Departamento de Estudiantes Internacionales de la Universidad Adventista del
Plata en Argentina.
Le deseamos a Susana Schulz mucho éxito y satisfacción en su nueva e importante labor y a la vez le expresamos a Julieta
Rasi nuestra profunda gratitud y nuestros mejores deseos al iniciar esta etapa de su vida.
La Redacción
Transición
FILOSOFÍA DE LA CIENCIAY LOS
ORÍGENES
BIOL o GEOL 475 4 unidades trimestrales
25 de setiembre – 15 de diciembre de 2006
Por el Dr. Leonard Brand, Profesor de biología y palentología
Este curso virtual, en inglés, es una introducción al proceso científico y su aplicación a la comprensión de los concep-
tos de creación y evolución y la historia de la tierra en un marco bíblico. El objetivo de la clase es preparar a los estu-
diantes para evaluar aspectos de este tema y animarlos en su fe en las Escrituras, sin dejar de comprender y apreciar las
contribuciones positivas de la ciencia.
Los aranceles de estudio abarcan las 4 unidades y el libro de texto, Fe y razón en la historia de la Tierra, de Leonard Brand.
Se ofrecen becas para cubrir gran parte de los aranceles de estudio en LLU. Si deseas más información acerca del curso y
las becas disponibles, escribe a lbrand@llu.edu.
Julieta Rasi y Susana Schulz
5. DIÁLOGO 18•2 2006
Los logros en materia de diseño son
quizá la característica más sobresaliente
de nuestra época. Moléculas y materia
son combinadas para formar diseños
sumamente originales y útiles. Se
proyectan líneas de producción robo-
tizadas para fabricar vehículos en serie,
eficiente y rápidamente. Medicamentos
y refinados métodos de diagnóstico han
transformado la medicina. El logro más
sorprendente en materia de diseño es
el de los microchips de silicio, que han
facilitado la comunicación global.
Es una ironía que mientras la tec-
nología obra maravillas como fruto
de este auge del diseño inteligente,
muchas personas influenciadas por
los biólogos evolucionistas están con-
vencidas de que no hubo un diseño
inteligente en el origen de las comple-
jas estructuras del mundo biológico y
natural. Aun cuando las células han
sido reiteradamente descriptas como
fábricas en miniatura, estas personas
sostienen que su existencia no se debe
a un proyecto inteligente. Es bien
sabido que el ácido desoxirribonuclei-
co (ADN) consiste en un código con
una maquinaria molecular de réplica,
pero ellos pretenden que no hizo falta
ningún criptógrafo. El cerebro, habi-
tualmente descrito como una computa-
dora, supuestamente habría surgido sin
que estuvieran involucrados ni progra-
madores ni ingenieros.
Esta sucesión de rápidos cambios en
el plano material nos han acostumbra-
do a convivir con eventos inexplica-
bles o aparentemente ilógicos. Lewis
Carroll resumió correctamente la vida
moderna de esta forma: “A veces ya
antes de desayunar he creído seis cosas
El debate actual en torno
al diseño inteligente (DI) es
de naturaleza ideológica,
ya que los evolucionistas
procuran mantener la hege-
monía de la cosmovisión
ateísta.
John C. Walton
El diseño inteligente y sus críticos
contradictorias”.1
Sin embargo, era de
esperar que la paradoja resultante de
la divergencia filosófica entre la tecno-
logía basada en el diseño y la biología
evolucionista produjera un despertar
del razonamiento de mentes analíticas.
Diseño inteligente: ¿el fantasma
olvidado de la ópera cósmica?
Los desafíos a la evolución han surgi-
do repetidas veces y finalmente fueron
puestos sobre el tapete a comienzos
de 1990 por Phillip Johnson, profe-
sor de derecho en la Universidad de
California en Berkeley. En su análisis
incisivo sobre los orígenes de la vida
presentó argumentos bastante convin-
centes de que la teoría evolucionista
darwiniana no tiene respaldo en evi-
dencias paleontológicas ni en datos
empíricos de la biología.2
El argumen-
to central de Johnson es que el edificio
darwiniano está fundamentado en los
supuestos materialistas del naturalismo
filosófico.3
Los científicos que estudian
los orígenes insisten en que se puede
aceptar únicamente el azar y las leyes
de la naturaleza para explicar el surgi-
miento de la vida. Cualquier interpre-
tación que se aparte de este estrecho
margen es automáticamente rechazada
como no científica, o bien se la señala
como supersticiosa.
El desafío se intensificó con la
publicación del libro La caja negra
de Darwin4
del bioquímico de la
Universidad de Lehigh (Pensilvania,
EE.UU.), Michael Behe. Sistemas bio-
lógicos como la cadena de reacciones
de la visión, los cilios celulares y los
flagelos bacterianos requieren gran
complejidad y coordinación molecular.
Behe demostró que tales “máquinas
moleculares” poseen una “compleji-
dad irreducible”. Rastreó la literatura
en busca de escenarios evolutivos que
explicasen su origen, pero sólo encon-
tró muy pocos ejemplos y, además,
totalmente inadecuados. Entonces
declaró que estos mecanismos bioló-
gicos son evidencias poderosas de un
diseño inteligente en la biología.
¿Es posible determinar si algo real-
mente fue diseñado o si meramente
parece diseñado? El matemático y
filósofo William Dembski señala que
detectar si algo ha sido diseñado es una
actividad científica bien establecida en
áreas tales como la ciencia forense, la
arqueología y la criptología. Los méto-
dos empleados para discernir entre una
actividad criminal y una accidental, o
para diferenciar artefactos de objetos
naturales y para decodificar mensajes
deberían poderse aplicar también a las
estructuras biológicas y a los aconteci-
mientos naturales.
El criterio objetivo de Dembski para
identificar el diseño genuino y diferen-
ciarlo de los efectos de causas naturales
se denomina “complejidad específica”.5
Cuando se aplica a ciertos fenómenos
biológicos complejos, el criterio coinci-
de muy bien con la conclusión de Behe
de que sus orígenes implican un diseño
inteligente.6
El movimiento de DI que tuvo ori-
gen a partir de estas consideraciones
está despertando interés alrededor del
mundo. Las ideas acerca del DI están
siendo diseminadas por el Centro
de Ciencia y Cultura del Discovery
Institute.7
La gran repercusión en los
medios acerca de un juicio relacionado
al DI en la corte de Pensilvania y el
documental televisivo de la BBC acerca
del DI en el Reino Unido han logrado
que este tema llegue al público general.8
Críticas corrosivas al diseño
inteligente
Como era de prever, los científicos
de disciplinas evolucionistas se han
opuesto rotundamente al DI y la vieja
escuela materialista rechaza estas ideas
usando todos los medios a su alcance.
Dos ejemplos: desde la Universidad de
Oxford el profesor de química Peter
Atkins criticó duramente el libro de
Behe en una publicación9
y lo mismo
sucedió en un artículo aparecido en
Guardian, escrito por los evolucionistas
Richard Dawkins y Jerry Coyne.10
La
crítica corrosiva no es usual entre los
científicos serios, por lo tanto el hecho
de que en este caso sí esté ocurriendo
6. DIÁLOGO 18•2 2006
revela que hay una motivación ideo-
lógica muy poderosa. Muchos evolu-
cionistas son miembros militantes de
organizaciones ateas y/o humanistas.
Tal es el caso de Dawkins, quien expu-
so claramente su compromiso emocio-
nal con el ateísmo en una serie televisi-
va acerca de la religión, a la que calificó
“la raíz de toda la maldad”.
¿Es el Diseño Inteligente una
conspiración religiosa?
Es cierto que ha habido ciertas críti-
cas coherentes del DI. Algunas fueron
presentadas por Dawkins y Coyne
en su artículo del Guardian en el que
dicen: “No hay nada de nuevo acerca
del DI. Es simple creacionismo camu-
flado bajo un nuevo nombre”. Otros
sugieren que el DI es una forma de
“conspiración religiosa”. Los propulso-
res del DI, por su parte, sostienen que
es una búsqueda científica que investi-
ga el efecto de causas inteligentes. Para
Dembski, el propósito del DI es “reha-
bilitar el diseño como una forma de
explicación científica”. Meyer escribió:
“La pregunta que hay que plantearse
respecto al origen de la vida no es qué
escenario materialista parece más ade-
cuado sino qué fue lo que produjo el
surgimiento de la vida en la tierra”.11
El
criterio de complejidad específica, uti-
lizado para decidir si algo ha sido dise-
ñado, no hace referencia a libros sagra-
dos y es independiente de cualquier
autoridad religiosa. Las connotaciones
religiosas son inevitables para cualquier
intento de indagar acerca de los oríge-
nes. A cada acusación de “agenda reli-
giosa” que se lanza contra la ciencia del
DI es posible responder con una can-
tidad similar de hipótesis que podrían
atribuirse a una “agenda ateísta”. Las
explicaciones evolucionistas acerca
de los orígenes, perdidas en las bru-
mas del precámbrico e imposibles de
explicar, también reflejan los anhelos
humanistas, sin proveer las evidencias
necesarias. Quienes buscan la verdad
deberían ignorar tales argumentos y
evaluar cuidadosamente las evidencias
que presentan ambos bandos.
Al comienzo de su artículo, Dawkins
y Coyne dicen: “¿Por qué estamos
seguros que el DI no es una teoría
científica sólida, digna de una evalua-
ción equilibrada? ¿No es meramente
nuestra opinión personal? Por el con-
trario, es una opinión compartida por
la vasta mayoría de los biólogos pro-
fesionales”. “Si el DI fuese realmente
una teoría científica, las evidencias a
su favor, acumuladas mediante inves-
tigaciones, estarían siendo divulgadas
por revistas científicas que provienen
de revisiones críticas por los pares.
Sin embargo, eso no está sucediendo
y no es porque los editores se nieguen
a publicar investigaciones de DI. Sin
embargo, para los naturalistas materia-
listas la “verdadera ciencia” sólo admite
como causas válidas el azar y la nece-
sidad. Dawkins y sus colegas evolucio-
nistas automáticamente descartan el DI
por razones ideológicas y consideran
al análisis de la evidencia como una
pérdida de tiempo. Muchos biólogos
profesionales trabajan en institutos
de “Biología evolucionista” o alguna
variante de este nombre. Los fondos
que financian las investigaciones, los
salarios, las carreras, la reputación
profesional de todos estos científicos
dependen de su adhesión a la teoría de
la evolución. En estas circunstancias,
la objetividad en cuestiones relaciona-
das a los orígenes no es una opción. La
opinión de la mayoría científica es un
parámetro muy inseguro para determi-
nar la validez del DI.
No sorprende que el DI no reciba
eco en las principales publicaciones
científicas ya que, contrariamente a la
afirmación de Dawkins y Coyne, los
editores siempre se rehúsan a publicar
artículos sobre el tema. Cuando el
Dr. Richard Sternberg, editor de los
Proceedings of the Biological Society of
Washington, publicó un único artículo
del científico Stephen Meyer, formado
en la Universidad de Cambridge y que
sostenía las ideas del DI, inmediata-
mente se convirtió en blanco de una
campaña para ridiculizarlo e intimidar-
lo. “Decían que me dejé sobornar con
dinero, que era un sacerdote camu-
flado, que era un infiltrado enviado
por los creacionistas”, dice Sternberg.
Incluso le aconsejaron no asistir a un
encuentro de una sociedad biológica,
porque los ánimos estaban tan acalo-
rados que no se podría asegurar que
habría orden si él estaba presente. La
Oficina de Consejo Especial de los
Estados Unidos examinó el intercam-
bio de email que salía del Smithsonian
Institute, donde Sternberg trabajaba,
e informó que “la revancha se efectuó
de diversas maneras.... Se difundieron
calumnias [contra Sternberg] a través
del Smithsonian y hacia otros indivi-
duos. Posteriormente se descubrió que
las acusaciones en su contra eran fal-
sas”.12
Los editores y revisores son muy
conscientes de la intimidación que van
a tener que enfrentar, y por eso es com-
prensible que se abstengan de publicar
artículos que apoyen el DI.
Es irónico que Dawkins denigre al
DI porque “sus seguidores evaden el
proceso científico normal apelando
directamente al público no científi-
co” cuando éste es el método que él
adopta. Su principal contribución a la
ciencia es una serie de libros dirigida
al público general acerca del evolucio-
nismo. Dawkins es sucesor de varios
evolucionistas, incluyendo a Charles
Darwin, Thomas Huxley y Stephen
Gould, que han apelado directamente
al público no científico por medio de
libros y artículos populares.
Temores de que el Diseño Inteligente
destruya la ciencia
De acuerdo a Dawkins y Coyne, los
proponentes del DI tienen exigencias
irrazonables: “A un bando (los evolu-
cionistas) se le exige presentar eviden-
cias para cada etapa del proceso. Al
otro bando nunca se le exige presentar
evidencia, sino que se lo declara ven-
cedor del debate tan pronto como el
primer bando encuentra una dificultad,
es decir, el tipo de dificultades que en
el ámbito de las ciencias se encuentran
diariamente y a las cuales se buscan
soluciones”. Por más de un siglo los
7. DIÁLOGO 18•2 2006
científicos han estado prometiendo
que la evidencia de laboratorio pronto
produciría respuestas convincentes para
las encrucijadas básicas de la evolución
tales como el mecanismo cuantitativo
requerido para el cambio evolutivo;
cómo se originó la vida; cómo surgie-
ron el código genético y la nueva
información genética; el origen de un
solo estereoisómero en los péptidos; el
origen de órganos biológicos complejos
como los ojos, las cilias, los flagelos,
etc.; cómo se desarrollaron nuevas
especies biológicas a partir de formas
ancestrales y por qué los restos fósiles
no muestran las “innumerables formas
de transición” que Darwin esperaba.
Los científicos que apoyan el DI reco-
nocen el gran avance que han hecho
los biólogos en entender cómo han
ocurrido cambios pequeños o cómo se
producen nuevas variedades de anima-
les o plantas, es decir, la microevolu-
ción. Los evolucionistas aseguran que
los grandes pasos hacia nuevas estruc-
turas (macroevolución) consisten en la
suma de pequeños pasos. Sin embargo,
después de más de un siglo, la evi-
dencia experimental aún no ha sido
presentada; los registros fósiles sacan a
luz grandes problemas y se ofrecen úni-
camente explicaciones o “escenarios”
fantasiosos. Los científicos partidarios
del DI sostienen que llegó el momento
de examinar otras explicaciones en las
cuales el diseño sea evaluado a la par
de las causas naturales. El ahínco con
el cual los científicos trabajan para
resolver problemas relacionados con los
orígenes de la vida podría beneficiarse
si se sumase el criterio de DI a su arse-
nal de herramientas científicas.
Los críticos arguyen que la ciencia
del DI se apoya en milagros y temen
que esto pueda dañar el espíritu inda-
gador de la ciencia. Las experiencias del
pasado demuestran que no hay necesi-
dad de preocuparse por esto. La mayor
parte de la labor científica continuaría
exactamente como en el presente. En
la investigación del origen de organelas
biológicas complejas (y sistemas com-
plicados en otras partes del universo),
el filtro de complejidad específica sería
usado conjuntamente con otras herra-
mientas científicas para entender los
organismos vivos, incluyendo los seres
humanos. En vez de reprimir la bús-
queda científica, la existencia de diseño
en el universo abre nuevos horizontes
para que los fenómenos sean compren-
sibles. Si se llega a la conclusión de
que un diseñador inteligente (o Dios
mismo) planificó un organismo, esto
permitirá comprender y utilizar venta-
josamente ese concepto.
La existencia de diseño en la natu-
raleza no implica que constantemente
ocurran milagros que intervendrían
de manera arbitraria, transgrediendo
leyes naturales. Al diseñar una máquina
compleja usando la inteligencia huma-
na, no se contravienen las leyes natu-
rales sino que se las utiliza. La creación
de una computadora, por ejemplo,
demanda que se ordene la materia de
una forma determinada y se la dote de
información para así crear un objeto
muy complejo que tendría poca pro-
babilidad de surgir por casualidad.13
La evidencia de diseño en la naturale-
za puede comprenderse de la misma
forma en que se entienden los instru-
mentos diseñados por el hombre. Las
convicciones religiosas no impidieron
que científicos de primera línea como
Isaac Newton, Louis Pasteur o James
Clerk Maxwell hiciesen importantes
descubrimientos; tampoco se interpo-
nen a los descubrimientos de muchos
científicos creyentes modernos. Más
bien, estas creencias refuerzan la idea
de que los fenómenos naturales son
comprensibles e impulsan proyectos
permitiendo su utilización.
¿El Diseño Inteligente es innecesario
y ha sido refutado?
Los críticos sostienen que no hay
necesidad de que la ciencia se dedi-
que a estudiar el DI porque, como
Dawkins declaró en un documental
de la BBC,8
“la evolución explica el
99% de lo que sabemos acerca de la
biología”. Si se consulta casi cualquier
libro de ciencias, es evidente cuán
grande es esta exageración, particular-
mente en las áreas biológicas donde
se discuten fenómenos cuantitativos.
Recientemente Peter Atkins publicó
un libro de texto titulado Physical
Chemistry for the Life Sciences.14
En esta
área de la ciencia encontramos leyes y
principios que sirven de fundamento
para la biología. El hecho de que en
el libro no se encuentre ni siquiera una
referencia a la evolución evidencia que
ésta es una postura ideológica y no una
realidad científica.
Por su parte, Dawkins y Coyne nos
aseguran: “El flagelo de las bacterias
no es demasiado complejo como para
haber evolucionado, así como cual-
quier otra estructura que haya sido
cuidadosamente estudiada. Los biólo-
gos han localizado una serie de pasos
intermedios plausibles, que utilizan
ingredientes que se pueden encontrar
en otros sistemas vivos”.10
Estas afir-
maciones son simplemente ilusiones.
Tal vez podría localizarse “una serie de
pasos intermediarios plausibles” en un
escenario imaginario. ¡La imaginación
científica no conoce límites! Pero el
cuadro que pinta la evolución en esta
área de la ciencia carece de ideas con-
cretas y evidencias sustanciales.
El anuncio de Kenneth Miller del
“colapso del concepto de la comple-
jidad irreducible”15
terminó siendo
meras palabras. Su argumento es que,
por ejemplo, aunque no se pueda llegar
al flagelo por una vía darwiniana direc-
ta, las proteínas que lo componen pue-
den haber sido preservadas por selec-
ción natural en sistemas menores que
tienen otras funciones. Esta hipótesis
implica que estas proteínas específicas
(o algunas muy similares) se encon-
trarían esparcidas en otros sistemas
bioquímicos que estarían accesibles a la
bacteria. Si este escenario fuese válido,
las mismas proteínas se reconocerían
fácilmente en sus localizaciones alter-
nativas y la literatura científica estaría
llena de vías evolucionistas plausibles
para el flagelo y otras maquinarias bio-
Continúa en la página 28
8. DIÁLOGO 18•2 2006
El enamoramiento capri-
choso quiere apresurar la
relación, mientras que el
amor puede sobrevivir la
prueba del tiempo y prepa-
rarte para un matrimonio
armonioso.
Nancy Van Pelt
¿Amor verdadero o enamoramiento
caprichoso? Cómo detectar la diferencia
“¿Cómo puedo saber si estoy real-
mente enamorado?” le preguntó un
lector al columnista de un periódico.
La respuesta fue: “Si tienes que pregun-
tarlo es porque no lo estás”. La insufi-
ciencia de esa respuesta es tremenda;
hay muchos que todavía siguen pensan-
do que cuando el amor golpea se darán
cuenta instantáneamente. En verdad
eso no es tan fácil.
Los estudios sobre el tema muestran
que la mayoría de la gente considera
sus relaciones pasadas como meros
enamoramientos y las actuales como
si se tratara de amor verdadero. Una
encuesta reveló que en promedio la
gente siente enamoramientos pasajeros
seis o siete veces y sólo una o dos veces
amor real. Posiblemente ya lo hayas
experimentado en los romances que
has vivido. Pero la gran pregunta es:
¿Cómo puedes saber si es amor verda-
dero o sólo un enamoramiento pasajero
o pasión?
El amor y el enamoramiento
caprichoso tienen síntomas similares
El amor y este tipo de enamora-
miento tienen algo en común: fuertes
sentimientos de afecto por alguien, lo
que complica el intento de establecer
las diferencias, ya que muchos de los
síntomas se parecen entre sí. El ena-
moramiento más apasionado y ciego
puede tener algunas de las característi-
cas del verdadero amor y viceversa. Las
diferencias entre el amor y el enamo-
ramiento caprichoso son más bien de
grado. En consecuencia, se deben exa-
minar todas las evidencias con mucho
cuidado.
El amor y el enamoramiento com-
parten tres síntomas: pasión, deseo de
cercanía, y emociones fuertes.
Pasión. La pasión puede surgir sin
verdadero amor. En el caso del hombre,
particularmente, le es posible sentir
pasión o fuertes sentimientos sexuales
por una mujer que nunca conoció. Los
besos y las caricias audaces aumentan
la urgencia de las sensaciones eróticas
hasta que el sexo comanda la relación.
La pasión por sí sola no es un indica-
dor de verdadero amor. La atracción
sexual puede ser tan urgente en estos
casos como en el amor verdadero, y en
ocasiones puede llegar a ser dominante.
El amor debe estar basado en algo más
que una atracción sexual o pasional.
Además, nadie puede mantener tal
pasión impetuosa durante un tiempo
prolongado, aunque asegure lo contra-
rio. Si todo lo que una pareja comparte
es pasión, probablemente esa relación
concluirá en unos pocos meses. Si una
pareja decide casarse sobre la base de
esa vorágine de motivación sexual,
pronto aprenderá que cuando la pasión
muere ya no queda nada que los man-
tenga juntos.
Deseo de cercanía. El deseo continuo
de estar cerca del otro puede ser tan
abrumador en la pasión como en el
amor verdadero. Las ganas de estar jun-
tos todo el tiempo provocan ansiedad
ante la separación y puede producir
una sensación de vacío y soledad ante
la ausencia del ser amado, pero esto
no es necesariamente un indicador de
amor verdadero. El deseo de estar cerca
puede tener la misma intensidad en la
pasión y en el amor verdadero.
Emociones fuertes. Los estudios han
confirmado que al comienzo de un
simple enamoramiento se experimentan
síntomas físicos distintivos. Así por
ejemplo, sentirse sobre nubes cuando
todo va bien o sentirse enfermo cuan-
do las cosas andan mal; una corriente
helada que corre por la espalda, falta
de concentración, malestar estomacal
o inapetencia. Pero tales emociones se
manifiestan tanto en el enamoramiento
caprichoso como en el amor real, si
bien son más indicativas del primero
El verdadero amor incluye algo más
que una mezcla de sentimientos frí-
volos y se extiende más allá del agota-
miento de las emociones fuertes.
Si sientes soledad, aburrimiento,
o estás en el proceso de olvidar un
romance roto, tendrás mayor disposi-
ción a interpretar como amor real otro
romance que surja, aun cuando sólo
se trate de un poco más que enamora-
miento. Si te sientes inseguro/a o tienes
una baja autoestima, debes ejercer
mucha cautela. Las personas maduras y
las de autoestima normal también pue-
den ser atrapadas por la pasión, aunque
son más capaces de reconocerla.
No creas que la pasión es algo
totalmente negativo. Puede ser una
experiencia placentera siempre que
la reconozcas por lo que es, un breve
interludio de fantasía romántica.
Dándole suficiente tiempo pasará o
desembocará en una relación real que
implica mucho más que un aluvión
de emociones. Recuerda asimismo que
algunas relaciones que comienzan en
pasión se transforman en amor verda-
dero cuando son probadas a lo largo
del tiempo.
El verdadero amor difiere del ena-
moramiento caprichoso porque otorga
tiempo y espacio para reconocer tanto
las buenas cualidades como las imper-
fecciones de una persona. El establecer
un compromiso, y tener relaciones
sexuales, irse a vivir, o casarse con
alguien sobre la base de esos sentimien-
tos prematuros es una necedad y sin
duda producirá resultados negativos.
Identifica lo que es real
En 1820, durante la fiebre del oro,
los buscadores lo confundían a veces
con la pirita. La pirita, o el oro del
tonto, como se da en llamar a este
mineral, es detectada en una cacerola
9. DIÁLOGO 18•2 2006
sobre el fuego. Mientras se chamusca y
humea produce un olor muy desagra-
dable. Por el contrario, el calor no daña
el oro verdadero ni tampoco produce
mal olor. Desafortunadamente, no
podrás poner tu relación amorosa en
una cacerola sobre el fuego para saber si
produce mal olor, pero puedes analizar-
la a través de estos nueve factores:
1. El amor se desarrolla con lentitud;
el enamoramiento caprichoso, con rapi-
dez. La mayoría de la gente piensa que
enamorarse es una emoción repentina e
intensa. Carlos dijo: “Me emocioné el
minuto en que la vi. Era como siempre
me la imaginé. Siento como si la hubie-
se conocido toda la vida”.
La evaluación de Carlos no es válida
hasta después de un año de noviazgo.
¿Por qué? Porque el amor crece y ese
crecimiento requiere tiempo. Es impo-
sible conocer a la persona real en sólo
unos pocos encuentros. Al comienzo de
una relación, todos mostramos la mejor
conducta. Ocultamos o reprimimos los
rasgos desagradables. Lleva meses obser-
var a una persona en diversas situacio-
nes como para conocerla bien. Muchos
saben ocultar los rasgos negativos de su
personalidad incluso hasta después de
casarse.
No te apresures a sacar conclusio-
nes. Deja que tu relación crezca. Inicia
la amistad y no trates de apresurarte
durante la etapa del conocimiento. Los
comienzos apacibles son parte de los
noviazgos agradables. Tales amistades
pueden llevar al verdadero amor, que se
asemeja a la pasión en intensidad pero
está arraigado en la realidad.
2. El amor se basa en la compatibili-
dad; el enamoramiento caprichoso, en la
química y la apariencia. Esteban siente
“buena onda” cuando conoce a una
chica linda. Cree que eso es “química”
instantánea. “Lo sientes o no lo sientes.
Yo lo sentí en el minuto en que la vi”.
¿De dónde sacó Esteban eso de que
química y amor son la misma cosa?
¡Del cine, quizás!
Confiar en la “química” para que te
lleve al amor es torpe y peligroso. La
química está basada mayormente en
la atracción física o sexual. Tiene que
existir esa chispa que te hace sentir más
vital que nunca, pero basar un matri-
monio sólo en eso es absurdo.
Es posible sentir una fuerte atracción
por alguien que acabas de conocer y
que te agrade en todo, pero hay un
largo camino por recorrer antes de
amar a esa persona. El verdadero amor
incluye química, pero se nutre de otros
factores tales como el carácter, la per-
sonalidad, las emociones, las ideas y
las actitudes. El que está enamorado
se interesa en la manera en que la otra
persona piensa y responde en diver-
sas situaciones, o en los valores que
ambos comparten. Deberás observar
sus actitudes hacia temas tales como la
religión, la familia, el sexo, el dinero
y las amistades así como los intereses
mutuos, su pasado y sus modales.
Cuanto más tengan en común, mejores
serán las posibilidades del amor real.
3. El amor se centra en una persona; el
enamoramiento caprichoso puede incluir
varias. Un apasionado puede pensar
en “amar” a dos o más personas a la
vez. Esas personas con frecuencia difie-
ren marcadamente en personalidad.
Ana reconoce estar enamorada de dos
muchachos y no poder decidirse por
uno de los dos. Esteban es maduro,
estable y responsable; mientras que
Sergio es irresponsable, amante de las
diversiones y gastador. En verdad Ana
no está enamorada de ninguno. Algo
la impulsa hacia el gastador divertido,
mientras que sus instintos maduros le
dicen que las cualidades de Esteban
son más importantes. Al fin combina
las cualidades de ambos y piensa que
está enamorada de los dos. El verdade-
ro amor se concentra en una persona
cuyo carácter y personalidad exhiben
cualidades esenciales, pero nunca com-
bina varios individuos para formar uno
ideal.
4. El amor produce seguridad; el ena-
moramiento caprichoso, inseguridad. El
amor se basa en el principio de la con-
fianza mutua mientras que el enamo-
ramiento provoca inseguridad y puede
intentar controlar al otro mediante los
celos. Esto no significa que cuando uno
está realmente enamorado nunca sen-
tirá celos, pero serán menos frecuentes
y severos. El verdadero amor confía.
Hay quienes se sienten halagados pen-
sando que los celos son evidencia de un
amor verdadero, pero estos trasuntan
emociones de inseguridad enfermiza,
baja autoestima y ansias de posesión. El
amor real no actúa de esa manera.
5. El amor reconoce la realidad; el
enamoramiento caprichoso la ignora. El
verdadero amor ve los problemas en
perspectiva, sin minimizar su seriedad,
mientras que el enamoramiento pasa
por alto las diferencias sociales, étnicas,
educativas o religiosas. Algunas veces
hasta se enreda con alguien ya casado y
asume que tales aspectos no son impor-
tantes. Por el contrario, una pareja rela-
cionada por amor verdadero enfrenta
sus problemas con franqueza y cuando
un problema amenaza su relación lo
discuten abiertamente y lo resuelven
con inteligencia. Negocian las solucio-
nes por anticipado.
6. El amor motiva una conducta
positiva; el enamoramiento caprichoso
tiene un efecto destructivo. El amor es
constructivo y estimula lo mejor de ti,
te provee de nueva energía, ambición e
interés en la vida. Estimula la creativi-
dad y motiva al desarrollo personal, la
superación y todo lo que sea positivo.
Esto naturalmente engendra sentimien-
tos de autoestima, confianza y segu-
ridad en uno mismo y nos motiva a
triunfar. Estudias con interés, planificas
con más eficacia y ahorras con más dili-
gencia. A tu vida se le agrega propósito
y sentido. Aunque sueñes despierto, te
mantienes dentro de los límites de la
realidad y funcionas a tu mayor nivel.
El enamoramiento caprichoso tiene
un efecto destructivo y desorganizador.
Te hace menos competente, menos
eficiente y entorpece el desarrollo de
tu verdadero potencial. Te arrastra a
sueños imaginarios que te harán olvidar
las realidades de la vida, el trabajo, el
estudio, las finanzas y otras responsabi-
lidades.
7. El amor reconoce defectos; el enamo-
10. 10 DIÁLOGO 18•2 2006
ramiento caprichoso prefiere no verlos. El
amor reconoce las buenas cualidades
del otro y hasta cierto punto las ideali-
za, pero no considera que la otra per-
sona sea perfecta. Admite los errores,
aunque prevalece el respeto y la admi-
ración por las buenas cualidades de la
otra persona. La pasión te enceguece
para no ver lo que está errado e ideali-
za a tal punto, que rehúsa admitir las
faltas y defiende al amado contra todas
las críticas. Admira en exceso una o
dos cualidades, al punto que minimiza
los defectos. El amor real habilita para
amar a pesar de los defectos y no cierra
los ojos ante la realidad.
8. El amor controla el contacto físico;
el enamoramiento caprichoso lo explota.
El verdadero amor ayuda a la pareja
a controlarse en la intimidad román-
tica, ya que ambos se respetan tanto
que voluntariamente ponen límite a
esos impulsos. La pasión, en cambio,
demanda intimidad con mucha más
anticipación. En contraste con la
pareja apasionada, una pareja que expe-
rimenta amor real ve en la intimidad
sólo una parte de la relación. Esto se
debe a que los apasionados dependen
en gran medida de la atracción física,
y la excitación lleva al besuqueo y las
caricias avanzadas. Los que lo experi-
mentan por primera vez sienten que
es algo especial y asumen que están
amando. Ignoran que sus valores, obje-
tivos y creencias podrían no coincidir.
Si se casan solamente sobre la base de la
atracción física, descubrirán luego que
el interés sexual declina y los desacuer-
dos aumentan.
Aunque el verdadero amor incluye
la atracción física, éste brota asimismo
de otros factores y el contacto físico
tiene un significado más profundo
que el puro placer. Para el apasionado,
frecuentemente se vuelve un fin en sí
mismo. El placer domina a la experien-
cia.
9. El amor recibe la aprobación de la
familia y los amigos; el enamoramiento
caprichoso recibe reprobación. Si los
parientes o los amigos no aprueban la
relación, ¡cuidado! Si están convencidos
de que es una mala elección, probable-
mente tengan razón. Los matrimonios
que no cuentan con la bendición de los
padres tienen una alta probabilidad de
fracasar. Un investigador comparó las
quejas de los casados felices con las de
los divorciados, y descubrió que estos
últimos eran casi cuatro veces más pro-
clives a quejarse de que sus cónyuges
no tenían nada en común con sus ami-
gos. También se halló que las parejas
casadas y felices tendían mucho menos
a estar en dificultades con sus suegros.
Si los padres y los amigos tienen obje-
ciones, ¡cuidado! Si dan su aprobación,
anímate.
Tiempo al tiempo
Si has analizado tu relación, pero
todavía no puedes decidir si es verda-
dero amor, date tiempo. El enamora-
miento caprichoso quiere acelerar la
relación. Las emociones no dan lugar al
sentido común y tratan de empujarte
a asumir compromisos que más tarde
lamentarás. El amor real puede sobre-
vivir el examen del tiempo, unos dos
años de noviazgo, para asegurarte de
que estás bien preparado/a para el casa-
miento. El tiempo brinda experiencia y
objetividad.
Cada año miles de parejas se presen-
tan ante al altar con los ojos radiantes
y se prometen amor y fidelidad eternas,
sin imaginarse que están cometiendo el
error más grande de su vida. ¿Qué pasó
con sus diálogos apasionados, promesas
tiernas, miradas prolongadas, besos
enardecidos y susurros amorosos?
Muchos fracasan al no comprender
que uno no se enamora por accidente.
Eres tú quien decides amar, esto es,
pensar, dedicar tiempo y experimen-
tar sentimientos firmes por alguien.
Enamorarse es la parte fácil y divertida
del amor. La parte que sigue es más
difícil, ya que implica asumir el serio
compromiso de amar incondicional-
mente a una persona imperfecta. El
amor genuino dice “Te amaré aun
cuando no satisfagas todas mis nece-
sidades, me rechaces o me ignores,
te conduzcas insensatamente, tomes
decisiones que yo no tomaría, o estés
en desacuerdo conmigo y me trates
injustamente. Te amaré tal como eres y
para siempre”.
Este tipo de amor responde al don
creativo de Dios hacia nosotros y puede
ser plenamente disfrutado sólo dentro
de la protección y seguridad del matri-
monio. Somos capaces de amar sola-
mente porque Dios nos amó primero.
Amístate con él; entonces serás menos
proclive a sufrir decepciones amorosas
y tendrás la oportunidad de encontrar-
te con un amor mutuamente satisfacto-
rio mientras vivas en la tierra.
Nancy L. Van Pelt, es especialista en
temas de familia y autora de muchos
libros, incluyendo Smart Love:A Field
Guide for Single Adults, de donde fue
adaptado este artículo. Si deseas con-
tactarte con ella, visita el sitio www.
heartnhome.com.
¡Diálogo
para ti, gratis!
Si eres un estudiante adventista en una
universidad no adventista, la iglesia tiene un
plan que te permitirá recibir la revista Diálogo
gratis mientras mantengas tu condición de
estudiante. (Aquellos que ya no son estudian-
tes pueden suscribirse a Diálogo utilizando el
cupón de la página 19.) Ponte en contacto con
el director del Departamento de Educación
o del Departamento de Jóvenes de tu Unión
y pide que te incluyan entre los que reciben
la revista. Proporciónale tu nombre completo,
tu dirección, el nombre de la universidad a
la cual asistes, la carrera que estás cursando
y el nombre de la iglesia local de la cual eres
miembro. Puedes escribir también a nuestro
representante regional a la dirección provista
en la página 2, incluyendo una copia de la carta
a los directores de la Unión mencionados. Si
no logras comunicarte con nosotros por estos
medios, usa la siguiente dirección: schulzs@
gc.adventist.org.
11. 11DIÁLOGO 18•2 2006
El arco iris está en tu cerebro
Leonard Brand y Ernest Schwab
Colores, sonidos y aromas
son percibidos e interpreta-
dos por un sistema nervioso
diseñado con suma preci-
Si un árbol cae en el bosque y no
hay nadie presente para escucharlo,
¿será que la caída produce un sonido?
Esta pregunta parece ingenua, pero la
respuesta puede proveernos detalles
fascinantes acerca de la naturaleza del
sonido, el color, el sabor, la belleza, el
amor y también del genio inventivo del
Creador.
Cuando un árbol cae, sus ramas
agitan el aire, golpean a otros árboles
y finalmente se precipita a tierra con
fuerza. Todos estos golpes de un objeto
contra otro o contra el aire generan
perturbaciones que se mueven como
ondas. Estas vibraciones de molécu-
las en movimiento, u ondas sonoras
en el caso del aire, están controladas
con gran precisión por leyes físicas. El
tamaño y naturaleza de los objetos que
colisionan y la fuerza con que lo hacen
controlan la forma y complejidad de las
ondas sonoras que se propagan a velo-
cidad constante, determinada con pre-
cisión por las leyes físicas. Esto puede
dar la impresión que el sonido está
íntegramente controlado por las leyes
de la física. Sin embargo, ésta es una
conclusión prematura, porque hasta
aquí nos hemos limitado a describir las
vibraciones de moléculas de aire. ¿Pero
cómo se convierten estas vibraciones en
sonido?
El oído
Al caer el árbol, un leñador está
trabajando cerca. Las ondas sonoras, o
moléculas de aire en vibración, hacen
que el martillo de su oído vibre y
esta vibración es transmitida al oído
interno donde una serie de receptores
responden a dichas vibraciones. Los
receptores en uno de los extremos res-
ponden a vibraciones de longitud de
onda larga, las cuales percibimos como
sonidos graves. En el extremo opuesto
hay receptores que son activados por
ondas de longitud corta y por lo tanto
los percibimos como sonidos agudos.
Entre ambos extremos hay un sinfín de
receptores, cada uno especializado para
responder a una determinada longitud
de onda intermedia. A su vez, cada
receptor está conectado con el cerebro
por un nervio que transmite las señales.
El cerebro interpreta estas señales, per-
mitiéndonos percibir el sonido.
¿Qué tipo de señal es transmitida por
el nervio que conecta el receptor del
oído interno con el cerebro? ¿Se trans-
mite sonido por el nervio? No, cada
nervio transmite únicamente un impul-
so o señal eléctrica. Fisiológicamente,
las señales eléctricas de un receptor de
onda larga o corta son idénticas. Cada
receptor del oído interno tiene su pro-
pia conexión nerviosa con el cerebro.
La única manera en que el cerebro
puede diferenciar si un impulso se debe
a una onda corta o larga es en base
al análisis del nervio a través del cual
llegó. Hasta ahora no existe sonido,
sólo vibración de moléculas de aire y
transmisión de impulsos eléctricos a
través de los nervios.
Siendo que la conexión entre el
oído y el cerebro consiste únicamen-
te de impulsos eléctricos, el origen
del sonido de un árbol al caer debe
provenir de algún lugar dentro del
cerebro. Ningún sonido viajó a través
de los nervios, fueron sólo impulsos
eléctricos. De alguna forma, el cerebro
recibe los impulsos eléctricos aferentes
de un sinfín de nervios y los traduce
generando la percepción consciente que
denominamos “sonido”. Lo que perci-
bimos como sonido es meramente una
sensación generada por el cerebro. Las
leyes físicas y químicas de la naturaleza
gobiernan la vibración de las moléculas
de aire y las interacciones entre molé-
culas, haciendo posible la existencia de
vida, pero la vida es mucho más que
esas leyes. La vida de un organismo
altamente complejo no es el resultado
de estas leyes, así como la forma de un
auto no está controlada por las leyes
de la naturaleza, sino que tuvo que
ser inventada. Únicamente el cerebro
puede producir la sensación de sonido.
Para ilustrar la imposibilidad de que
las leyes físicas sean las únicas respon-
sables de producir el sonido, com-
paremos las conexiones nerviosas del
oído con un teclado de computadora.
Cuando presionamos una tecla, sea
la letra M o G, una señal eléctrica es
enviada al procesador de la computado-
ra, donde es manipulada para producir
la letra correcta en el monitor. Sin
embargo, las letras M o G que aparecen
en el monitor son creadas dentro de la
computadora y están controladas por la
conexión entre el teclado y el monitor.
La actividad eléctrica de la computado-
ra o el cerebro cesaría, si no fuese por
las leyes físicas, pero la forma de las
letras y la tecla que se asocia a cada una
no están controladas por ninguna ley
natural, sino que fueron diseñadas por
un ingeniero. Esto significa que cual-
quier experto en computación puede
fácilmente cambiar las conexiones para
que al presionar la tecla M aparezca
una G en el monitor.
De la misma manera, las leyes físicas
no determinan qué sonido proviene de
qué nervio, sino que eso está arbitraria-
mente determinado por las conexiones
desde el oído. Si pudiésemos acceder al
cerebro y desconectar el nervio del oído
al cerebro, darlo vuelta y conectarlo al
revés, las vibraciones de onda larga se
escucharían como sonidos agudos por-
que se estimularía el sector del cerebro
que genera la sensación de sonidos agu-
dos como resultado de haber hecho un
cambio en las conexiones. Un flautín
sonaría como una tuba y los sonidos de
la tuba serían percibidos como los de
un flautín.
La vista
Ahora nos centraremos en los ojos.
Los rayos del sol se reflejan en todos los
objetos a nuestro alrededor. Algunos
de esos rayos llegan a los receptores de
luz en el fondo del ojo, en la retina.
Las hojas en un árbol absorben gran
parte de la luz que les llega, pero la luz
verde es reflejada. Esos rayos llegan a la
retina y vemos las hojas de color verde.
Un vestido rojo refleja los rayos rojos y
nuestros ojos son deslumbrados por la
belleza del color rojo brillante así como
también por la belleza de quien lo está
usando.
Al ser estimulado por un rayo de
luz, el receptor de la retina envía un
mensaje al cerebro. ¿Qué tipo de men-
saje es? Es un impulso eléctrico, del
12. 12 DIÁLOGO 18•2 2006
mismo tipo que los impulsos enviados
por el oído en respuesta a las vibracio-
nes. Si los mismos impulsos eléctricos
son los portadores de informaciones
ya sea de las ondas sonoras o de los
rayos luminosos, ¿cómo puede ser que
nuestro cerebro no se confunda? Por
la misma razón que la computadora
puede diferenciar una señal proveniente
de la tecla M y otra de la tecla G, las
conexiones de estas dos teclas llegan a
diferentes lugares de la computadora.
De la misma manera, los nervios del
ojo llegan a un lugar específico del
cerebro y existe un nervio determinado
para cada señal visual. Toda la infor-
mación de estos nervios llega al cerebro
como impulsos eléctricos y el cerebro
interpreta esta información como una
imagen visual.
Debido a que tanto los rayos de luz
de larga dimensión de onda como los
cortos se comunican con el cerebro por
medio del mismo tipo de señal eléctri-
ca, el modo de interpretación de dichas
señales es el resultado de instrucciones
en el cerebro (al igual que en los pro-
gramas de computación) planificadas
para interpretar los mensajes eléctricos
de cada parte del nervio óptico, produ-
ciendo así la imagen visual correcta. En
otras palabras, nuestra percepción de
los colores rojo o verde resulta del siste-
ma de procesamiento de información.
Ninguna ley física define las caracte-
rísticas de ese sistema, sino que tuvo
que ser inventado por un diseñador
inteligente.
Se podría objetar que la relación
entre la longitud de onda de la luz y los
colores es perfectamente entendida por
los físicos y por ende se puede prever
qué color se verá con cada longitud
de onda. Sí, es verdad, pero sólo par-
cialmente. El espectro de luz visible
es el resultado de leyes físicas precisas
y la forma en la que esas longitudes
de onda son selectivamente reflejadas
por diferentes sustancias es un hecho
consistente en la naturaleza. También
es cierto que podemos predecir qué
longitud de onda será vista como verde,
aunque sólo de manera general. Las
excepciones son la clave para solucionar
este rompecabezas. El hecho de que
la mayoría de nosotros ve color verde
en respuesta a cierta longitud de onda
confirma que el cerebro está programa-
do de forma confiable y podemos tener
la seguridad de ver el verde siempre de
la misma manera. Pero no sucede así
con todos los seres humanos. Algunos
son daltónicos y no pueden diferen-
ciar entre el rojo y el verde. ¿Será que
cuando los ojos de estas personas son
estimulados por la luz cambian las
leyes físicas? Por supuesto que no; la
longitud de onda reflejada por las hojas
de un árbol sigue siendo la misma. La
diferencia está en el sistema óptico y la
interpretación que ocurre en el cerebro,
que se debe a un error en las instruc-
ciones para interpretar las longitudes de
onda verdes y rojas.
Afortunadamente, el daltonismo
no es un problema común y en la
mayoría de los casos se limita al verde
y el rojo. Esto indica que el centro de
interpretación del color en el cerebro
es por lo general muy confiable, pero
aparentemente está subordinado a la
organización del cerebro. Vale decir, los
colores que percibimos no están con-
trolados por las leyes de la naturaleza
sino por la forma en que el Creador
diseñó nuestro cerebro. El color, así
como lo vemos, sólo existe en especies
animales cuyos cerebros generan esa
percepción. En otras palabras, el arco
iris está en nuestro cerebro. Si inventá-
semos un instrumento detector de luz,
sólo podría medir la longitud de onda
pero no podría saber qué colores van a
ser vistos por los humanos una vez que
sus cerebros interpreten esas longitudes
de ondas.
Recuerda ahora el experimento que
describimos anteriormente, en el cual
desconectábamos la conexión del ner-
vio del oído y lo invertíamos. Esta vez
imagínate que desenchufásemos dos
cables, uno del oído y otro del ojo y los
intercambiásemos. Ahora el procesador
de sonido del cerebro recibiría señales
eléctricas desde el ojo y el procesa-
dor de la información visual recibiría
impulsos eléctricos del oído. ¿Qué escu-
charíamos y veríamos? ¡“Escucharíamos
luz” y “veríamos sonido”! No cabe duda
de que nos confundiría bastante porque
el procesador visual no está programa-
do para interpretar información sonora.
Sin embargo, veríamos algún tipo de
imagen generada por las señales audi-
tivas. ¡También escucharíamos sonidos
bastante extraños!
El sentimiento de amor
Rememora algún momento en que
estabas tomando la mano de alguien
a quien amas, disfrutando los sonidos
y colores de un hermoso paisaje de
montaña. Los sentimientos de amor
hicieron que los colores y sonidos
apareciesen más vívidos. ¿Qué leyes
naturales controlan en el cerebro esos
sentimientos, y las experiencias, recuer-
dos y pensamientos que fueron la base
para ese sentimiento de amor? El toque
delicado de la mano de tu amado/a
únicamente estimuló los receptores
táctiles y envió una señal eléctrica hacia
lugares específicos del cerebro. Esto no
parece muy romántico, ¿verdad?
Si nos detenemos aquí, entendemos
la física y la química, pero no el amor
y el romance. Esa experiencia del amor
no se puede describir con leyes físicas o
químicas. Es verdad que las leyes de la
naturaleza mantienen unidas las molé-
culas que componen nuestro cuerpo,
posibilitando la vida. Pero únicamente
tu cerebro fue capaz de discernir el sig-
nificado especial de ese toque y generar
un sentimiento único, diferente del que
hubieses experimentado en respuesta a
otra caricia suave. La amistad, el com-
pañerismo y el amor constituyen una
hermosa red de relaciones que, a su vez,
dependen del sistema de análisis inven-
tado por el Creador, quien lo ubicó en
nuestro cerebro al igual que los centros
de control del sonido y la visión.
Creemos que el amor existe porque
el Creador nos ama y quería que dis-
frutásemos de relaciones que fuesen
más allá que la mera física y química;
relaciones que nos proporcionen el tipo
de alegría y romanticismo que sólo un
Dios personal puede entender y com-
partir con nosotros, para alegrar nues-
tra vida. El amor es una invención de
Dios, quien lo programó en el cerebro.
El amor, al igual que el arco iris, está en
nuestra mente.
Lo ingenioso de nuestro mundo
sensitivo
El sistema sensitivo, compuesto por
la percepción de sonidos, colores, sabor,
tacto y aromas (el aroma también se
13. 13DIÁLOGO 18•2 2006
nos con vínculos de amor y confianza
mutua, porque tenemos la posibilidad
de elegir libremente.
Leonard Brand (Ph.D., Cornell
University) dirige el Departamento de
Ciencias Naturales en la Universidad
de Loma Linda, California. Su email:
lbrand@llu.edu. Ernest Schwab
(Ph.D., Loma Linda University) enseña
anatomía y fisiología en la Facultad de
Ciencias de la Salud de la misma uni-
versidad. Su email: eschwab@llu.edu.
Este artículo fue condensado de un
ensayo más extenso publicado por los
autores en Origins 58 (2005), pp. 45-56.
* Ver L.R.Brand, Faith, Reason, and Earth History
(Berrien Springs, Michigan: Editorial de la
Universidad Adventista de Andrews, 1997) y
Beginnings: Are Science and Scripture Partners in the
Search for Origins? (Nampa, Idaho: Pacific Press,
2006). Ver también L. Spetner, Not by Chance!
Shattering the Modern Theory of Evolution (Brooklyn,
Nueva York: The Judaica Press, 1998).
creemos que es una decisión filosófica
muy válida.
La ciencia puede ayudarnos a com-
prender el funcionamiento del cerebro
y de otros sistemas naturales y cómo
cambian los organismos. Hay suficien-
tes evidencias de la microevolución y la
aparición de nuevas especies, pero hay
también una enorme falta de evidencias
convincentes de que un mecanismo
genético haya podido producir un
nuevo órgano o haya sido posible el
cambio de un tipo básico de animal
en otro.* No podemos probar que un
cerebro no podría haber evolucionado
sin un diseñador inteligente, pero los
científicos que se basan en premisas
naturalistas tienen la responsabilidad
de convencernos de que eso podría
suceder. La ciencia de más alto nivel
no posee evidencias persuasivas de que
algo tan maravilloso como el cerebro
humano podría aparecer sin la inter-
vención de un diseñador que inventó
y entiende un órgano tan sofisticado,
capaz de generar sinfonías e imágenes,
como también sentimientos románticos
que hacen que la vida sea más placen-
tera.
En la cosmovisión del mundo
científico moderno, las leyes físicas y
químicas son la realidad última. Pero
nosotros creemos que Dios es un
ser personal y que en su universo las
relaciones personales son de máxima
importancia. Dios es el inventor y
señor de las leyes de la naturaleza, por
lo tanto las usa en forma consistente
para mantener al universo en funcio-
namiento. Sin embargo, para Dios las
relaciones personales y la capacidad
de deleitarnos con amigos frente a las
maravillas estéticas del universo que el
creó son de mucha mayor importancia
que las leyes naturales. Estas leyes están
a su servicio para tener en el universo
las condiciones que hagan posible su
meta más preciada: la existencia de
seres vivos y pensantes que se relacio-
nan entre sí y con el Creador, y que
responden a su amor.
Nunca podremos comprender a Dios
hasta que entendamos y aceptemos
que para él las leyes naturales son los
medios para establecer en el universo su
mayor prioridad, un contexto en que
los seres humanos podamos relacionar-
percibe siguiendo el mismo proceso)
y la magia del amor es resultado del
procesamiento de la información en
el cerebro y no de leyes del sonido o
longitudes de ondas. La siguiente vez
que asistas a un concierto o estés senta-
do al borde de un bosque al atardecer,
escuchando los cantos de los pájaros y
observando los colores cambiantes de la
puesta del sol, piensa acerca del origen
de todos estos estímulos sensitivos. El
sonido producido por los diversos ins-
trumentos de la orquesta y los diferen-
tes cantos de los pájaros hace vibrar el
aire de una manera única, a la par que
el atardecer está reflejando los rayos
de luz de diferente longitud de onda.
Esto lo estudia la física, pero la ciencia
no produce una sinfonía ni crea una
puesta de sol hermosa. El sonido cau-
tivante de la sinfonía y los impactantes
colores del atardecer son producidos
únicamente por el cerebro. Son regalos
que el Creador nos dio a través de un
conjunto de instrucciones y conexio-
nes que programó en el cerebro y que
permiten a su vez traducir las frías y
precisas vibraciones del aire en algo
que percibimos como exquisitamente
precioso; una experiencia que queremos
compartir con alguien que amamos.
Si un árbol cae en el bosque y no hay
nadie presente para escucharlo, ¿se pro-
duce un sonido? No, el árbol hace que
el aire vibre, pero el sonido ¿se produce
únicamente dentro de nuestro cerebro.
Conclusión
¿A qué se debe que los seres vivos
gocemos de visión, oído, olfato y el
equipamiento necesario para generar
un sentimiento romántico dentro de la
mente? Por más de cien años la ciencia
ha estado explicando este hecho como
el resultado de mutaciones y selección
natural, de procesos naturales pura-
mente impersonales. En este artículo
nosotros sugerimos una interpretación
diferente que nos da una nueva pers-
pectiva de la naturaleza del sonido, el
color, el sabor, la belleza, el amor y el
genio inventivo del Creador que los
ideó. ¿Como podemos estar tan seguros
de que vemos la mano del Creador
en todo esto? A decir verdad no lo
podemos probar, de la misma forma
que nadie lo puede refutar. Nosotros
Anunciamos...
Conferencia
Europea sobre
Fe y Ciencia
1 – 12 de julio de 2007
Patrocinada por la
División Euroafricana y el
Geoscience Research Institute,
la conferencia está abierta a
educadores adventistas intere-
sados en temas sobre orígenes,
evolución, creación, geología
y paleontología.
Para obtener información de ins-
cripción, costos y traslado,
contactar al Dr. Roberto Badenas;
roberto.badenas@euroafrica.org.
El Dr. Raúl Esperante puede
dar informaciones relacionadas
al programa, itinerario, presenta-
ciones y trabajo de campo;
resperante@llu.edu.
14. 14 DIÁLOGO 18•2 2006
Los críticos posmodernos de la
Biblia y la arqueología reciente
Los investigadores que
enfrentan los desafíos del
posmodernismo están recu-
rriendo cada vez más a la
arqueología como la fuente
primaria de información
Michael Hasel
Desde los comienzos de la inves-
tigación arqueológica en el antiguo
Cercano Oriente en 1799,1
ninguna
otra disciplina ha brindado más datos
respecto de las personas, los lugares y
los sucesos de la Biblia. El campo de
trabajo de la arqueología abarca todo
el planeta y busca entender las culturas
y los estilos de vida de la antigüedad
por medio de un estudio de los restos
materiales del pasado. Sus resultados
influyen tanto nuestro conocimiento
de los orígenes como nuestra compren-
sión del presente. Este puente entre lo
que fuimos y lo que hemos llegado a
ser continúa fascinando a muchos con
preguntas penetrantes: ¿Quién soy?
¿De dónde vengo? ¿Por qué estoy aquí?
Hoy, al ir desapareciendo el pensa-
miento modernista, el posmodernismo
ha llegado a ser la base principal en
la formación de una nueva cosmovi-
sión.2
Si bien por sus mismas premisas
filosóficas esta corriente rechaza las
definiciones, Os Guiness lo resume
así: “Mientras el modernismo era un
manifiesto de la confianza propia y la
arrogancia humana, el posmodernismo
es una confesión de modestia o incluso
de desesperanza. No existe la verdad,
sino sólo verdades. No existe una razón
abarcante, sino razones. No existe una
civilización privilegiada (o cultura,
creencia, norma y estilo); sólo una
multiplicidad de culturas, creencias,
normas y estilos. No existe la justicia
universal; sólo intereses que compiten
entre sí”.3
“Esta desilusión con el modernismo
proveniente de la Ilustración”, escri-
be desde Oxford el teólogo Alister
McGrath, ha llevado a la filosofía a un
lugar donde “la única verdad es que la
verdad no existe”.4
Esta premisa básica
ha generado una reinterpretación radi-
cal de la Biblia y una actitud aun más
crítica ante la historia bíblica.
Niels-Peter Lemche, de la Univer-
sidad de Copenhague, afirma que los
genuinos “datos históricos de la his-
toria temprana de Israel no se hallan
en la narrativa histórica del Antiguo
Testamento”, por lo que “no es posible
confiar en la historia bíblica del Israel
primitivo”.5
En otra colección de ensa-
yos de reciente publicación, titulada
Can A “History of Israel” Be Written?,
Hans M. Barstad declara: “Si la verdad
histórica (verificable) es nuestra única
preocupación, la historia de Israel no
sólo sería muy breve (abarcaría unas
diez páginas), sino que también sería
sumamente aburrida”.6
Uno podría descartar estos argu-
mentos académicos y preguntarse qué
impacto directo tienen sobre el pen-
samiento popular. Sin embargo, estas
reinterpretaciones han figurado en los
titulares de periódicos de gran divul-
gación. Un artículo del U.S. News and
World Report se titula: “La pelea por la
historia”.7
Un libro popular de Israel
Finkelstein y Neil Asher Silberman
titulado The Bible Unearthed, propo-
ne la interpretación revisionista del
antiguo Israel, según la cual “la saga
histórica contenida en la Biblia desde
el encuentro de Abraham con Dios...
hasta el surgimiento y la caída de los
reinos de Israel y Judá no fue una reve-
lación milagrosa, sino un deslumbrante
producto de la imaginación humana”.8
Muchos de los que leen estas interpre-
taciones enfrentan serios interrogantes
sobre la validez histórica de la Biblia.9
O, como lo expresa el título de un
éxito editorial reciente: Is the Bible
True? 10
Para el posmoderno, estas
preguntas son cada vez más relevantes
y, para el cristiano de convicciones
bíblicas, resultan esenciales si quiere
mantener sus creencias en un mundo
cambiante.
William G. Dever, uno de los más
famosos arqueólogos dedicados al
Cercano Oriente, se refiere a estos ata-
ques en un libro de reciente aparición
titulado: What Did the Biblical Writers
Know and When Did They Know It?
“La ironía es que los más mortíferos
ataques contra la Biblia y su veracidad,
ya sea histórica o teológica, no pro-
vienen de sus enemigos tradicionales
–ateos, escépticos, o ‘comunistas ateos’
tan temidos por los creyentes sino de
los amigos bien intencionados de la
Biblia”.11
La arqueología es una de las discipli-
nas que nos ayudan a defendernos del
revisionismo posmoderno, gracias al
esfuerzo de cientos de arqueólogos que
trabajan cada año para revelar el pasa-
do. Los descubrimientos de los últimos
quince años han brindado argumentos
convincentes que, apoyados por evi-
dencias concretas, contrarrestan la crí-
tica posmoderna. A continuación men-
cionaremos apenas algunos de ellos.
Personajes: David y Goliat
A través de las generaciones, el relato
de David y Goliat ha captado la imagi-
nación de los estudiantes de la Biblia.
Es el relato de fe de un jovencito iner-
me que enfrenta al campeón filisteo
armado. Es la historia de un ejército
israelita que tiembla en el Valle de Ela
mientras los filisteos se burlan de Dios.
Cinco piedras contra un escudo de
hierro, un yelmo y una espada. Pero
¿cuál es la historia detrás de la historia?
¿Existieron David y Goliat?
Philip Davies, profesor de estudios
bíblicos en la Universidad de Sheffield,
declaró en 1992: “El ‘imperio’ bíblico
de David y Salomón aún no cuenta
con el mínimo eco en los registros
arqueológicos”.12
Concluyó propo-
niendo que David y Salomón eran tan
históricos como el Rey Arturo de la
Mesa Redonda. Pero este argumento
15. 15DIÁLOGO 18•2 2006
se basa en el silencio. Según Davies y
otros investigadores posmodernos, los
personajes y relatos de la Biblia deben
tener una confirmación histórica, esto
es, arqueológica. “A menos que se
haga esto, no puede existir una base
real para aducir que el ‘Israel’ bíblico
posee alguna relación especial con la
historia”.13
En otras palabras, la Biblia
es culpable hasta que sea probada ino-
cente.14
Pero tales argumentos son peli-
grosos para cualquier disciplina y, con
cientos de arqueólogos que trabajan
hoy en día en el Medio Oriente, puede
ser devastador.
En 1993 los arqueólogos hicieron
un notable hallazgo en Tel Dan, en el
norte de Israel. Fuera de la puerta de la
ciudad se halló una piedra de basalto
que había sido reutilizada en el muro.
Cuando uno de los asistentes dio vuel-
ta la piedra, notó una inscripción. El
responsable de la excavación junto con
un lingüista publicaron más tarde el
texto, que mencionaba la victoria del
monarca arameo Ben Hadad, en el
cual éste se jactaba de haber derrotado
a la “casa de David” y a la “casa de
Israel”. Tomando como base el tipo de
escritura, la inscripción ha sido fecha-
da alrededor del 850 a.C., y resulta
significativa porque por vez primera
se menciona la palabra David. Se uti-
liza aquí en el contexto de “la casa de
David”, el nombre de la dinastía de
Judá también utilizado en la Biblia (1
Reyes 12:26; 14:8; 2 Reyes 17:21).
Lo importante es que no tiene sentido
mencionar una dinastía de alguien
inexistente.
El verano pasado un descubrimiento
arqueológico iluminó aún más el relato
de David y Goliat. Según la Biblia,
Goliat provenía de Gat (1 Samuel
17:4), una de las cinco ciudades de los
filisteos. Las excavaciones modernas en
el sitio (Tel es Safi), dirigidas en 2005
por Aren Maier, de la Universidad Bar
Ilan de Tel Aviv, hallaron un fragmento
quebrado de cerámica con una ins-
cripción. Según el Dr. Maier, en una
conferencia presentada en noviembre
de 2005,15
las letras corresponden al
alfabeto protocananeo (en letras semí-
ticas). Los caracteres sin vocales son
ALWT y WLT. Aunque los caracteres
son semíticos, el idioma utilizado es
indoeuropeo. Los nombres pueden
ser interpretados como “Wylattes o
Alyattes”. Para el oído israelita esto
podía sonar como Wyllattes/WLT/
Goliat. Resulta significativo que los
nombres estén escritos en lengua indo-
europea con caracteres semíticos, ya
que nos remite a un origen egeo (grie-
go), que es el lugar de donde según la
Biblia provienen los filisteos (Génesis
10:14; Jeremías 47:4; Amós 9:7). Que
estén en caracteres semíticos indica
algún tipo de adaptación de la lengua
escrita al medio ambiente cananeo
donde se establecieron los filisteos.
Esta inscripción fue hallada por
debajo de la destrucción masiva de
la ciudad, que los arqueólogos han
identificado con la campaña militar
de Hazael de Siria (2 Reyes 12:17). La
inscripción está por lo tanto sellada
en un contexto estratigráfico y puede
ser datada entre los siglos X y IX a.C.
(aproximadamente entre 950 y 880
a.C.). El contexto es importante, ya
que establece que el nombre Goliat
era conocido en la ciudad filistea de
Gat alrededor de 70 años después de
que se registrara el evento bíblico de
1 Samuel 17. El Dr. Maier, arqueólogo
muy respetado y actualmente direc-
tor del Instituto de Arqueología de la
Universidad Bar Ilan, concluye que
aunque probablemente la inscripción
no se refiera directamente al Goliat
bíblico, señala “un Goliat o más bien
dos nombres como el de Goliat”. Esto
afirma que estos nombres eran utiliza-
dos en la ciudad filistea de Gat algunos
años después de que la Biblia registrara
el conflicto entre David y Goliat.
Lugares y ciudades: Hazor, Gezer y la
monarquía unificada
Según 1 Reyes 9:15-16, Salomón
volvió a fortificar las ciudades de
Hazor, Meguido, Gezer y Jerusalén.
¿Qué evidencias arqueológicas existen
de esto? Mientras trabajaban en Hazor
en la década de 1950, los arqueólogos
descubrieron una puerta monumental
que databa del tiempo de Salomón.
Yigael Yadin, el investigador de la
Universidad Hebrea, predijo que se
hallarían puertas similares en las otras
ciudades mencionadas en el texto
bíblico y su hipótesis fue demostrada.
Hacia fines de la década de 1960, las
excavaciones de Gezer revelaron una
puerta de arquitectura similar, y los
arqueólogos la fecharon en el siglo X,
la época de Salomón. Textos hallados
en ambas excavaciones confirman la
identificación de esos lugares como
Hazor y Gezer. Pero los eruditos pos-
modernos comenzaron a cuestionar
su relación con las actividades de
Salomón y declararon que la puerta
debía ser datada con una fecha poste-
rior”.16
En 1990, tuve el privilegio de par-
ticipar en nuevas excavaciones en
Gezer. Allí, mientras trabajábamos con
el profesor William G. Dever, de la
Universidad de Arizona, descubrimos
la evidencia necesaria para afirmar
con absoluta seguridad que la puerta
correspondía al siglo X.17
Más recien-
temente, en los últimos tres veranos
(2004-2006), la Southern Adventist
University ha estado participando
en las nuevas excavaciones en Hazor,
el sitio más extenso del Antiguo
Testamento en Israel.18
Estos dos
lugares han brindado evidencias impre-
sionantes del período de Salomón. En
las puertas de estas ciudades y sus áreas
asociadas se halló alfarería roja y puli-
da. La arquitectura de ambas puertas
constaba de piedras de cantera cuida-
dosamente cortadas que nos recuerdan
la descripción bíblica de los obreros
fenicios contratados por Salomón para
completar la obra. Hoy en día, los
arqueólogos continúan desenterrando
evidencias que confirman las descrip-
ciones bíblicas del siglo X.
Política y culturas: Canaán y Filistea
Niels-Peter Lemche ha declarado
audazmente que Canaán y los cana-
neos no estaban bien definidos como
16. 16 DIÁLOGO 18•2 2006
pueblo en el segundo milenio a.C.
En su libro The Canaanites and Their
Land, afirma: “Es evidente que los
habitantes del supuesto territorio cana-
neo de Asia Occidental no tenían idea
clara del tamaño real de este territorio,
ni sabían exactamente dónde estaba
situada Canaán”.19
Y añade, “los cana-
neos del Cercano Oriente no sabían
que eran cananeos”.20
Sus conclusiones
han sido cuestionadas,21
pero Lemche
ha mantenido su interpretación de
las fuentes históricas, que denomina
“imprecisas” y “ambiguas”.
Esta historia revisionista de Canaán
y los cananeos no encuentra apoyo en
las evidencias arqueológicas disponi-
bles. El término Canaán aparece por
primera vez en textos antiguos del
Cercano Oriente, y es a partir de éstos
que los arqueólogos han definido la
región. Textos de la antigua ciudad de
Ebla, ubicada en Siria (c. 2400 a.C.),
mencionan por vez primera a Canaán
refiriéndose a una tierra o región.
Archivos de antiguos textos cuneifor-
mes de Alalaj y Mari también indican
que los pobladores de esta región eran
conocidos como cananeos, y se hacen
claras distinciones entre éste y otros
grupos. Las cartas de Amarna halladas
en Egipto brindan la documentación
más útil respecto de la organización
política de Canaán alrededor del 1400
a.C. En ellas, frases tales como “toda
Canaán”, “las ciudades de Canaán”,
“las tierras de Canaán” y “la tierra
de Canaán” nombran a una entidad
geográfica con fronteras definidas que
constituyen esa provincia egipcia en el
oeste de Asia.22
Los egipcios se refieren quince veces
a Canaán y los cananeos en registros
de campañas militares a la región. En
estas descripciones, los habitantes no
sólo son descritos sino también repre-
sentados en los relieves de paredes de
templos egipcios. Las imágenes de
estos relieves muestran que Canaán era
un territorio con ciudades y habitantes,
que se extendía desde Gaza en el sur
hasta el sur del Líbano moderno.23
De
estos textos excavados por los arqueó-
logos, ciertamente hay todavía mucho
para revelar de ese antiguo territorio
mencionado en las Escrituras.
La Biblia describe a los filisteos
como un grupo que se originó en
Caftor o Creta (Génesis 10:14;
Jeremías 47:4; Amós 9:7). En 1992,
Thomas L. Thompson escribió: “Eso
de que los ‘filisteos’ deben ser entendi-
dos como representantes de una pobla-
ción extranjera invasora de Palestina
debe negarse sin dudar”.24
Afirmó
que las evidencias arqueológicas eran
“superficiales” y declaró: “La alfarería
‘filistea’ no es reflejo del pueblo filisteo.
Tampoco existe un justificativo para
ver a los alfareros filisteos como inmi-
grantes o descendientes de estos...; la
alfarería más bien refleja una síntesis
de las tradiciones de más de un grupo
poblacional”.25
Desafortunadamente
para Thompson, no ha habido avances
de esta hipótesis respecto de la alfarería
y otros objetos materiales. Por el con-
trario, durante los últimos 20 años la
arqueología ha iluminado ampliamente
la existencia de los filisteos menciona-
dos en la Biblia.
Basándose en los textos y la alfarería
egipcia (pintada con los mismos moti-
vos de utensilios micenos y de otros
egeos), los filisteos han sido vistos
tradicionalmente no como un grupo
originario sino como conquistadores o
inmigrantes del mundo egeo. Los relie-
ves egipcios de Ramsés III en Medinet
Habu ilustran a estos “Pueblos del
Mar” llegando en embarcaciones o en
carros, por tierra. El papiro Harris I
afirma que el dicho egipcio “los filis-
teos fueron hechos cenizas” se refería a
su desaparición ante el poderío militar
de Egipto.26
Puede citarse el registro arqueoló-
gico en apoyo a esta interpretación.
La devastación de sitios en todo el sur
de Palestina durante el período de la
transición del Bronce Tardío al Hierro
Temprano ha sido atribuida a estos
“Pueblos del Mar” del mundo egeo
(griego). Luego de estas destrucciones,
los restos de alfarería de ciudades filis-
teas como Ascalón, Asdod, Tel Miqne-
Ecrón y Tel Qasile revelaron nuevos
utensilios con influencias egeas.27
Además, los análisis por activación de
neutrones han confirmado que esta
alfarería fue manufacturada en la zona
en vez de haber sido importada. Entre
los nuevos tipos de arquitectura que
indican influencias egeas se encuen-
tran (1) salas principales en Ecrón y
Qasile con construcciones similares
en Pilos, Micenas y Tiryns, Grecia; y
(2) características de la construcción
egea evidentes en Ecrón. Asimismo,
las influencias religiosas son atribuidas
a la estatuilla “Asdoda”, similar a las
de Micenas. Las excavaciones en estos
y otros sitios indican que la cultura
filistea era sofisticada y avanzada en
comparación con la de los israelitas
contemporáneos.28
No es de extrañar
que Sansón se sintiera tentado a des-
cender a las poblaciones de los filisteos
(Jueces 14:1).
Conclusión
La arqueología representa una de
las pocas disciplinas que se ocupa
exclusivamente de antiguos artefactos,
edificaciones, ciudades y terrenos, es
decir, realidades tangibles y tridimen-
sionales que, aunque cubiertas por las
arenas del tiempo, dan testimonio de
pueblos, lugares y sucesos del pasado.
A medida que año a año estos monu-
mentos siguen siendo descubiertos, el
mundo de la Biblia emerge más com-
pleto, brindándonos vislumbres de su
rico y variado entorno.
Es necesario continuar realizando
cuidadosas investigaciones arqueológi-
cas en el Oriente Medio. Los eruditos
e historiadores bíblicos que ahora
deben enfrentar los desafíos del pos-
modernismo recurren cada vez más a la
arqueología como la fuente primaria de
información sobre la historia bíblica.
Si bien esta disciplina aún se halla en
su infancia, está comenzando a aportar
los detalles faltantes del gran relato
bíblico desde sus primeros comienzos.
En esa búsqueda, las afirmaciones revi-
Continúa en la página 35
17. 17DIÁLOGO 18•2 2006
FORO ABIERTO
El cristiano ante las elecciones políticas
Pronto se celebrarán las elecciones en
mi país y voy a votar por primera vez.
Los eslóganes políticos y las declaraciones
contradictorias de los diferentes candidatos
no me están ayudando a decidir cuál de
ellos es el más calificado y confiable. La ley
de mi país requiere que todos los ciuda-
danos participemos en el proceso electoral.
Algunos de mis amigos me están instando
a votar en blanco para así dejar que Dios
simplemente haga su voluntad soberana al
respecto, pues dicen que según la Biblia:
“‘Él quita reyes y pone reyes’” (Daniel 2:
21). ¿Qué consejo puede darme?
Respeto la manera de pensar de tus
amigos, pero no creo que al votar en
blanco estén de alguna manera allanan-
do el camino a la “voluntad política” de
Dios, en caso de que tal cosa existiera.
Siguiendo el mismo razonamiento, si
nada puede impedir que Dios cumpla
su voluntad, daría lo mismo votar por
cualquier candidato; ¿no te parece? Creo
que Dios actúa en el mundo y en la his-
toria por medio de seres humanos dis-
puestos a servir como sus agentes, de la
misma manera como lo hace el mal. La
única diferencia es que el mal siempre
ha tenido voluntarios de sobra.
Desafortunadamente, en muchos
casos el resultado de una elección tiene
poco que ver con la voluntad de Dios.
Por ejemplo, en Oseas 8: 4 el Señor
dice: “‘Establecieron reyes, pero no esco-
gidos por mí; constituyeron príncipes,
mas yo no lo supe’” (RV, 1960).
En la mayoría de los sistemas elec-
torales, los votos en blanco terminan
favoreciendo al candidato más votado.
Eres afortunado de vivir en un país en
el que tienes el privilegio de expresar
tus preferencias políticas. Recuerda que,
como alguien dijo hace mucho tiempo,
aun “la peor de las democracias es mejor
que la mejor de las dictaduras”. Tu voto
cuenta.
Jesús indicó que los seres humanos
tenemos que cumplir ciertas responsabi-
lidades para con Dios y con las autori-
dades que ejercen el poder de gobernar
la sociedad en la que vivimos (Mateo
22: 21; ver también Hechos 5: 29). Por
esa razón, y a pesar de las imperfeccio-
nes de todo sistema político y electoral,
ten en cuenta las siguientes preguntas
orientadoras a la hora de evaluar a cada
candidato y mientras te preparas para
emitir tu voto:
¿Qué se conoce de la actividad polí-
tica pasada de cada candidato? ¿Qué
iniciativas tomaron y llevaron a cabo?
¿Han sido fieles en el cumplimiento de
sus promesas electorales o terminaron
cediendo a presiones y acomodándose
a intereses sectoriales? ¿Cómo adminis-
traron los fondos públicos? ¿Cuál es la
plataforma ideológica de los partidos
que los respaldan? ¿En qué medida con-
cuerdan sus proyectos y planes con los
principios éticos expresados en la Biblia?
¿Quiénes son sus compañeros de fórmu-
la y sus asesores?
¿Has leído sus declaraciones públicas?
¿Sus propuestas son realistas o simple-
mente están formuladas para captar el
voto popular? ¿Hay buenas razones para
confiar en que serán transparentes en el
ejercicio de su función en caso de resul-
tar electos? ¿Puede esperarse que respe-
ten y hagan respetar el funcionamiento
independiente de los poderes legislativo
y judicial? ¿Es razonable creer que pro-
tegerán la libertad de conciencia y de
expresión de todos los ciudadanos?
Hasta donde se sepa, ¿es la conduc-
ta personal del candidato un ejemplo
digno de ser imitado? ¿Serán su entorno
familiar inmediato y su vida privada un
apoyo o un obstáculo para su función
como líder y modelo de la comunidad?
Hay que reconocer que en un mundo
imperfecto, algunas de estas preguntas
son difíciles de responder. No obstante,
este ejercicio te ayudará a desarrollar y
tonificar tu musculatura cívica. Sé por
experiencia que a menudo uno termina
votando por el candidato que reúne
los requerimientos básicos, y que es el
menos objetable de acuerdo con nues-
tras convicciones. Como cristiano, es tu
responsabilidad evaluar, decidir y ejercer
tus derechos de ciudadano. Te animo,
pues, a orar por el futuro de tu país y a
votar de manera inteligente y con una
conciencia esclarecida.
Hugo A. Cotro está completando
sus estudios doctorales en Andrews
University, Michigan. El contenido de
esta sección ha sido adaptado de su
libro ¿Qué dice la Biblia? Respuestas bíbli-
cas para sus interrogantes (Buenos Aires,
Argentina: Asociación Casa Editora
Sudamericana, 2005).
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Diálogo, 12501 Old Columbia Pike; Silver
Spring, MD 20904-6600; EE. UU.
18. 18 DIÁLOGO 18•2 2006
Rafael Falcó Güell
Diálogo con un pintor adventista catalán
PERFIL
Rafael Falcó Güell nació cerca de
Barcelona, España. Cuando tenía ape-
nas doce años, perdió a sus padres,
quedando al cuidado de sus tíos.
Desdepequeñodisfrutabadibujandoy
pintando, y hasta hoy no ha dejado de
hacerlo.
A los 22 años una beca le permi-
tió estudiar bellas artes en Madrid.
El museo Sorolla lo cautivó muchas
horas, contemplando las obras del
gran maestro impresionista valenciano
Joaquín Sorolla, llenas de luz y color.
Bajo su influjo el joven artista pintó
numerosas escenas de niños jugando
al sol en la playa, que revelan la fasci-
nación ejercida sobre el pintor por los
reflejos de la luz en el agua. Este será
uno de sus temas preferidos a lo largo
de toda su vida profesional.
De regreso en Barcelona, el joven
Falcó fue admitido en la escuela impre-
sionista de Rafael Benet y pronto se
revelócomounalumnoaventajado.Allí
conoció a numeros artistas, y en 1965
compartió su estudio con el famoso
pintor Gabino Rey. También allí, en
1968, Falcó Güell participó por pri-
mera vez en una exposición colectiva.
Sólo dos años más tarde pudo presen-
tar su primera exposición individual, en
la prestigiosa Sala Jaime de Barcelona,
con sus temas favoritos: niños jugando
en la playa y paisajes de la Costa Brava,
esa bella región del mar Mediterráneo.
En 1970 vivió en Paris, donde pintó
temas locales que expuso en Barcelona
y en otras ciudades de Cataluña. Cinco
años más tarde, el norteamericano
Herbert Arnot, experto en arte de la
galería Arnot de Nueva York, se inte-
resó tanto por el estilo de Falcó Güell
que adquirió casi toda su obra de
varios años.
De 1985 a 1994 ejerció como profe-
sor en la escuela Rusc de Bellas Artes,
en Blanes (Barcelona), enseñando a los
jóvenes aspirantes los misterios y las
técnicas del oficio y compartiendo con
ellos su pasión por la pintura. (El retra-
to de Falcó, que aparece más arriba a
la izquierda, fue pintado por una de sus
estudiantes, Cristina Jeremías, quien se
lo dedicó.)
Durante este período visitó Venecia
ennumerosasocasiones,dejandoluego
reflejados en unos 400 cuadros los
rincones y escenas que han hecho
famosa a esta ciudad. Los motivos
venecianos le aportaron constantes
éxitos en todas sus exposiciones, tanto
en Estados Unidos, como en Francia,
Suiza, Alemania e Italia. Su exposi-
ción en Barcelona durante los Juegos
Olímpicos de 1992 le trajo elogios de
los críticos de arte de toda Europa.
Rafael Falcó Güell y su esposa son
miembros de la iglesia adventista de
Urgell en Barcelona.
¿Cuándo empezó usted a pintar y
quien le apoyó en sus inicios?
Cuando cumplí 7 años mi padre me
regaló una caja de acuarelas. Ese fue
el primer paso y desde entonces no he
dejado de pintar. Visitando galerías
de arte y museos sucumbí al hechizo
de la belleza del arte y descubrí en mi
interior el deseo latente de pintar. Más
tarde comprendí que ese talento era
un regalo de Dios, que yo podía hacer
florecer.
¿Qué ha sido lo más difícil de su carre-
ra?
De joven trabajaba de mecánico,
pero en mi tiempo libre disfrutaba
pintando. Como pintor, mi primer
desafío fue el económico. Nadie quiere
comprar cuadros de un artista desco-
nocido; toma bastante tiempo darse a
conocer como pintor profesional. Poco
a poco fui subiendo la cuesta y un día
me sorprendió el éxito de mi primera
exposición. A partir de entonces empe-
cé a vivir de mi trabajo como pintor.
¿Cuáles son sus temas favoritos?
Más que nada, los paisajes. El mar, la
playa, los pueblos de montaña siempre
me han atraído. Pero también pinto la
vida en las grandes ciudades. Me gus-
tan sobre todo Venecia y Barcelona. La
vida es interesante en todas sus formas,
pero me siento más libre pintando la
naturaleza, y jugando con los colores
y la luz.
19. 19DIÁLOGO 18•2 2006
¿Cómo define usted su estilo?
Nunca he intentado tener un estilo
especial. El estilo viene solo. Los espe-
cialistas lo llaman “nuevo impresionis-
mo”. Yo no lo discuto.
Usted es un pintor de éxito. ¿A qué cree
que se debe?
Para mí el éxito no es cuestión de
dinero sino de satisfacción. El verda-
dero éxito viene de la calidad del tra-
bajo realizado y de la satisfacción que
produce el resultado final. Mi manera
de pintar la luz y los colores gusta a
mucha gente. El secreto está en una
mezcla de honradez y talento.
¿Qué le hace feliz a usted como artis-
ta?
En un mundo caído como es el
nuestro, la felicidad absoluta no existe.
Necesitamos buscarla haciendo bien
lo que tenemos que hacer. Yo disfruto
reflejando en mis cuadros un poco de
la belleza que percibo en la creación
de Dios. Terminar un cuadro, sea de
encargo o no, y pasarlo a su nuevo
propietario es para mi un motivo de
satisfacción y de sufrimiento al mismo
tiempo. De satisfacción, porque sé que
mi obra hace feliz a alguien, aportando
belleza a su entorno. De sufrimiento
porque nunca más voy a tener esta
obra. Pero todo pintor sabe que debe
asumir ambos aspectos de su profesión.
¿Influye su fe en su visión del arte?
¿Tiene su obra algún mensaje?
Por cierto que la visión de la vida
repercute en el trabajo, y más aún sien-
do pintor. Veo a Dios en todo lo que
miro, y eso afecta la manera en que
percibo los pinceles y los lienzos. Pero
nunca he intentado transmitir ningún
mensaje oculto; dejo que la belleza
del arte hable por sí misma. Cuando
pinto no hago más que transcribir lo
que recibo, lo que veo, lo que siento.
Me gusta pensar que soy un copista,
un imitador, un adorador de Dios, a
través de mi obra.
¿Cómo su vida de familia afecta a su
trabajo?
Mi familia me ayuda. Sin su apoyo y
colaboración sería muy difícil concen-
trarme en una actividad tan sensible
como la mía. Aunque no siempre me
gusten algunas de las críticas de ellos
hacia mis cuadros, muy a menudo
debo aceptar que tienen razón, y que
estos comentarios resultan positivos.
¿Cómo conoció usted la Iglesia
Adventista?
Después del servicio militar conocí
a una familia adventista en Barcelona.
Me gustaba su hija, y ésta me llevó a la
iglesia. Nos casamos y desde entonces
seguimos felices juntos, y en la iglesia.
¿Se siente usted apoyado por la iglesia
en su profesión?
En general sí. Mis amigos de la igle-
sia siempre me han animado y aprecia-
do mi trabajo. Pero debo confesar que
muchos miembros de iglesia no tienen
ningún interés especial ni por la pintu-
ra ni por el arte.
¿Qué aconsejaría usted a los jóvenes
adventistas que quieren ser pintores?
Decidir dedicarse a la pintura es
un asunto muy personal. Un don es
algo recibido de Dios. El arte es algo
serio que comporta por un lado dones
y talentos y por otro convicciones y
determinación. Si alguien se siente lla-
mado en esta dirección, adelante.
Entrevista por
Roberto Badenas
Roberto Badenas (Ph.D., Andrews
University) es el director del
Departamento de Educación y el
representante de Dialógo en la División
Euroafricana. Su email: roberto.bade-
nas@euroafrica.org.
Rafael Falcó Güell puede ser contacta-
do mediante su dirección electrónica:
rfalcoguell@hotmail.com.
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