Actividades y juegos con el lenguaje infantil:
Provocaciones para la comunicación.
Breve reseña sobre las etapas del juego simbólico.
Algunas actividades de interacción usando el lenguaje.
1. Isabel Mª López Gutiérrez CEIP FUENTE ALEGRE
Maestra de Audición y Lenguaje (MÁLAGA)
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2. Isabel Mª López Gutiérrez CEIP FUENTE ALEGRE
Maestra de Audición y Lenguaje (MÁLAGA)
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PROVOCACIONES PARA LA COMUNICACIÓN
(Adaptado de Weterby & Prizant 1989)
A continuación se enumeran ejemplos de actividades que pueden servir de palanca para la
comunicación. No debemos tomarlas como tareas de aprendizaje, sino como “ofrecimientos”
para activar la interacción.
Son formas de “darle cuerda” a la comunicación. La acción debe continuarse a la mínima
respuesta por parte del niño o de la niña (es decir, recompensaremos inmediatamente su
acción o intento comunicativo) y poco a poco aumentaremos el nivel de complejidad antes de
responder.
Todas estas actividades deben ir acompañadas de verbalizaciones sobre los objetos,
expresiones emocionales exageradas de sorpresa, atribuciones de petición, etc.
Instrucciones: Eliminar cualquier elemento que pueda distraer (música, otros juguetes,
televisión). Ponernos a su altura y dónde pueda seguir con claridad lo que pasa en el entorno
(sentarnos en el suelo, en la mesa dónde esté acostumbrado, etc.) y...
1. Come un alimento que le atraiga delante de él, pero sin ofrecerle. Una vez que dé
muestras de que lo quiere o bien lo pida, dale un trozo pequeño y vuelve a repetir la
acción para que lo siga pidiendo.
2. Activa un juguete de cuerda durante unos segundos, deja que se pare, aprovecha
cualquier reacción sobre el juguete y vuelve a darle cuerda.
3. Dale cuatro piezas para meter en una caja, de una en una o utiliza alguna otra acción
que pueda repetir (como poner un bloque encima de otro, o sacarlos de una caja) y
después, da inmediatamente una miniatura de un animal o cualquier objeto con el que
no se pueda realizar el juego. Espera su reacción y comenta lo que ha pasado de forma
exagerada.
4. Inicia un juego de interacción (caballito, cosquillas...) después de un rato congela la
acción a la mitad y espera algún indicador para que el juego continúe (como la
continuación del movimiento) e inícialo de nuevo.
5. Abre un recipiente de pompas, sopla, ciérralo fuerte y entrégaselo o bien sujétalo
delante de él o ella, para incitarle a que pida una nueva repetición.
6. Infla un globo y suéltalo para que salga volando. Pon el globo desinflado en su mano o
déjalo en tu boca y espera alguna acción suya para repetirlo.
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Maestra de Audición y Lenguaje (MÁLAGA)
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7. Pon un juguete o comida que le guste en un lugar al que no tenga acceso pero que lo
vea, un estante alto, un contenedor transparente (pero que no se pueda abrir con
facilidad), etc. Háblale de él, señálaselo... y espera.
8. Lánzale una pelota varias veces hasta que enganche con el juego, a continuación da el
“cambiazo” y lánzale otro objeto, como un muñeco de peluche. Aprovecha su
sorpresa para establecer comunicación.
9. Pon a su alcance materiales para una actividad que le guste, pero que necesite de
otros elementos para completarse: por ejemplo, un yogur sin la cuchara, un puzle
familiar al que le falte una pieza, cuando se dé cuenta comenta lo que falta y
proporciónaselo.
10. Canta canciones que le gusten y le resulten familiares; para en mitad de la canción,
espera una acción para continuar.
4. Isabel Mª López Gutiérrez CEIP FUENTE ALEGRE
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ACTIVIDADES DE ESTIMULACIÓN LINGÜÍSTICA
Las posibilidades de comunicación y estimulación del habla desde casa son innumerables.
Debemos aprovechar las interacciones cotidianas y los usos del lenguaje del entorno natural.
Comentamos algunas pautas:
Háblale despacio, con tranquilidad y vocalizando, aunque sin exagerar.
No refuerces el lenguaje infantilizado utilizando sus propias expresiones (qué potito
qué bonito). En vez de ello, debemos ofrecerle el modelo correcto.
Sigue su foco de atención, céntrate en lo que está viendo el niño/a y aprovecha para
hablar sobre ello (aportando datos, experiencias, comentarios sobre lo que sucede…). En
un principio somos nosotros quienes debemos adaptarnos a su centro de interés, lo que
le motiva y aprovecharlo para hablar de ello y comenzar así una interacción comunicativa.
En ocasiones podemos creer que cierta actividad, que a nosotros nos puede resultar muy
divertida, a él no le llame en absoluto la atención y siga distraído o esté pendiente de otra
cosa. Debemos utilizar sus intereses como puente de interacción comunicativa: una vez
que ya te preste atención, podremos introducirle otra actividad.
Procura que disfrute escuchando: con objetos sonoros, buscando de dónde proceden los
sonidos del medio (camión que pase, onomatopeyas…) cántale canciones infantiles,
cuentos sencillos…
Juega con él y utiliza el lenguaje en las situaciones de juego. Haz frases sencillas pero
correctas gramaticalmente. Comenta en voz alta lo que está haciendo o crees que está
pensando; buscando signos de aprobación, reprobación, alegría, sorpresa... en la
expresión o la conducta del niño. Y utiliza un lenguaje asequible a su nivel, pues si
presentamos un modelo demasiado elaborado o complejo le será más difícil adquirirlo.
Evita hacerle demasiadas preguntas cuando aún no habla; no debemos ordenarle que
hable, porque entonces se sentirá presionado e incómodo. En vez de ello, puedes hacerle
sugerencias, comentarios en su juego para enriquecer su juego de simulación. También
podemos comenzar hablando sobre nosotros mismos, lo que hemos hecho en el trabajo,
en la casa, algún suceso gracioso, y él o ella hará comentarios o preguntas para saber más
información. Se trata de darle modelos correctos, que él o ella irá asimilando hasta que
los inicie de forma espontánea.
Ayuda a que intente expresar sus pensamientos y sus deseos mediante el lenguaje.
Hacer comentarios sobre lo que sentimos y explicarlo de forma natural. Si aún no sabe,
verbalizarlo por él. Por ejemplo, si se pone penoso porque está cansado, decir “Estás
cansado, ¿verdad hijo? Yo también estoy cansada, hoy hemos caminado mucho. Pero no
te preocupes, ya mismo llegamos en casa y podremos descansar”. Este tipo de
comentarios le hace ver que lo escuchamos, lo atendemos, entendemos y animamos.
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Si no sabe pedir o expresar lo que quiere con lenguaje oral, nosotros lo verbalizaremos
por él expresando las frases de forma sencilla, pero bien formada. Debemos prestar
atención a su conducta, sus deseos; muchas de las conductas disruptivas y/o rabietas que
pueda hacer se deben porque no sabe expresar aún con palabras lo que quiere.
Deja que el niño intente diga las cosas por sí mismo: dale tiempo para preparar sus
emisiones lingüísticas cuando le hacemos alguna pregunta. Si vemos que aún no sabe
decir la respuesta, verbalizarla nosotros por él. Debemos ser pacientes y no
impacientarnos por una respuesta rápida.
Puedes acompañar algunas emisiones con lenguaje corporal facilitador, gestos faciales,
asentimientos… para facilitar su comprensión.
Si dice una palabra con errores, no decirle que está mal dicho, ni que “pronuncie bien”;
nosotros utilizaremos la palabra en varias frases para que escuche la palabra bien dicha.
Por ejemplo, si el niño dice “Ero agua”, podemos responder: “¡ah! ¿Quieres agua?, yo
también quiero, tengo mucha sed”. En un principio debemos prestar más atención a “lo
que dice” y no a “cómo lo dice”. Cuando su musculatura fono articulatoria esté
preparada, ya lo emitirá correctamente.
Evita en la medida de lo posible hacer correcciones negativas sobre su comportamiento;
es mejor distraerlo con otra actividad, reconducir la actividad y/o plantearle una
actividad alternativa antes que regañarle.
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Maestra de Audición y Lenguaje (MÁLAGA)
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UN POQUITO DE INFORMACIÓN SOBRE LAS ETAPAS DEL JUEGO SIMBÓLICO…
Niños de 2 a 3 años
Juegan de forma individual y poco a poco lo hacen al lado de otro niño pero sin interactuar.
Tampoco es un juego organizado ni socializado. Suelen siempre adoptar los mismos papeles
pero sus juegos no suelen tener ni coherencia ni sucesión lógica. Actúan sólo por jugar, da
igual el resultado. A medida que el niño se va desarrollando el juego evolucionará favorecido
por sus pensamientos y aumentará su nivel de socialización.
Niños de 3 a 4 años
Con esta edad ya aceptan el juego simbólico de otros y lo comparten. Ya imitan de forma más
cercana a la realidad y ejercen papeles más variados y se socializa más. Además van haciendo
un juego más coherente y ordenado, y ya comienzan a tener intención de juego. Es necesario
que los padres y maestros favorezcan el juego y estimulen el juego simbólico orientándolo y
favoreciendo la estructuración de ese juego y la coherencia.
A partir de los 4 años
En esta etapa ya supera su egocentrismo y se adapta a la realidad social y física. Comienzan a
desaparecer las transiciones simbólicas y el niño muestra más interés por el mundo real por lo
que el juego se convierte en representación de esta realidad. El juego es más constructivo, y
se manifiesta en el dibujo, el modelado, ensamblaje de piezas diferentes.
A los 4 años el juego se distingue por la preocupación de la realidad exacta, valora lo que ha
obtenido con su actividad. También el juego es ordenado y más colectivo. Se diversifican los
roles cada vez más, que es cuando aparecen las profesiones y demás oficios como bomberos,
estilistas, cocineros, etc.
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OTRAS ACTIVIDADES DE INTERACCIÓN QUE FAVORECEN EL USO DEL LENGUAJE:
El Modelado del Juego Simbólico.
El juego simbólico o imaginario les da a los niños la posibilidad de representar lo que viven de
forma supuesta. A través del juego imitan lo que ven en el mundo exterior y es una base muy
importante para la creatividad porque les abre a un mundo imaginario y fantástico creando un
puente entre lo irreal y lo real.
También es una herramienta fundamental para la socialización del niño. Para facilitar su uso,
jugaremos con ellos ofreciendo un modelo de juego, que él imitará más adelante. Poco a poco,
introduciremos un juego más elaborado que sirva de trampolín a los intereses del niño.
Podemos comenzar con imitaciones de acciones diarias como hacer juegos con un muñeco:
darle de comer, bañarlo, vestirlo, dormirlo…; juegos de hablar por teléfono, juegos con
animales de juguetes, vehículos, a los médicos… Procurando hacer una actividad interactiva,
usar un lenguaje sencillo y cotidiano, anticipando las acciones que vamos a realizar a través
del lenguaje oral y convirtiendo al objeto en otro compañero más de juego, que interviene
también en la conversación.
Ej. - Hola muñeca, ¿cómo estás? -Muy bien. ¿y tú? -Yo bien, pero tengo hambre. ¿Tú
tienes hambre? -¡Sí! Tengo mucha hambre, ¿vamos a comer? –Sí, ahora mismo
preparamos la comida.
La escucha de Cuentos.
Podemos introducir preguntas dinámicas sobre los dibujos del cuento o sobre el contenido
del mismo. Procuraremos que los cuentos sean cortitos, de sus intereses y sencillos para
conseguir la colaboración y disfrute del niño. Intentando mantener su motivación, por lo que
si vemos que puede estar cansado, dejarlo para otro momento y comentárselo (“si estás
cansado, terminamos mañana”). Se trata de realizar actividades de disfrute.
Los Títeres y Marionetas.
Jugar a interpretar cuentos y atribuir personajes. Podemos introducir variaciones de voz y
entonación según los personajes. Realizar improvisaciones o giros inesperados en el desarrollo
del cuento. o Por ejemplo: Entonces Caperucita se encontró con lobo y le regaló un bote de
miel. “Toma lobo, un poquito de miel y lo invitó a merendar…”
Aprender y cantar Canciones y Poesías.
Infantiles, tradicionales y de moda, para desinhibir al niño/a y desarrollar su memoria. Las
canciones le ayudan también al desarrollo de los aspectos melódicos del lenguaje y la
prosodia.
Diseño de Experiencias planificadas.
Como salidas al parque, al supermercado, al zoo, de excursión… Anticiparemos las actividades
a realizar y lo haremos partícipe preguntando sobre las cosas u objetos que van a necesitar.
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Por ejemplo, si vais al supermercado: podéis hacer la lista de la compra juntos, mirar en la
nevera lo que hay, lo que falta (si el niño aún no sabe, lo verbalizaremos por él); también
aprovecharemos para preguntar sobre sus gustos, o lo que ha hecho: si desayunó un
bizcocho, preguntarle si quedan bizcochos, hacerlo partícipe. Que su conversación, lo que
aporta, que vea que lo valoramos y nos ayuda a hacer la “tarea de la lista de la compra”.
Juegos de esconder y buscar juguetes.
Como el escondite, pero escondiendo por ejemplo una muñeca, un coche, o una pelota sin que
el niño lo vea; y luego hacer preguntas sobre dónde está.
En este sentido, podemos trabajar muchos conceptos básicos, como dentro-fuera; encima-
debajo; delante-detrás…
Debemos procurar adaptarnos al vocabulario y al nivel del niño, utilizando al principio
conceptos que ya conozca. Más adelante, por imitación, podemos ir introduciendo algunos
más.
Es útil que primero el niño participe con otra persona que sepa jugar, que haga como cómplice
o compañero/a de juego; para que así entienda mejor el funcionamiento del mismo. Y más
adelante, ya pueda jugar él solo con otro compañero de juego.
Ej. ¿Está en el armario?... (No, noo); ¿Está debajo de la cama?... (No, nooo); ¿Está dentro
de un cajón? (Síii)
Al principio, podemos utilizar una forma más básica de juego para encontrar el objeto
escondido, como es el típico “frío-frío” o “caliente-caliente”… Con sus variables de: “Frío-
frío”, “muy frío”, “congelado”, “super-congelado”, “cubito de hielo”; O por el otro
extremo: “Caliente-caliente”, “muy caliente”, “te achicharas”, “que te quemas”, “te
quemaste”.
Juegos de seguimiento de instrucciones.
Como el típico juego de “Simón dice…”, del que se pueden incluir las variables que se quieran.
Ej. “Simón dice… trae el coche azul y ponlo encima de la mesa”.
Poco a poco, a medida que vaya adquiriendo destrezas, le introduciremos órdenes o
instrucciones cada vez más complejas…
Ej. “Simón dice... ve a tu dormitorio, coge el cojín que hay encima de tu cama, tráelo al
salón y ponlo encima del sillón. Cuando termines tienes que decir en voz alta “¡Hecho!” (*)
Es muy importante, que nos adaptemos al nivel del niño, de modo que no le indiquemos una
instrucción que sabemos que aún no va a realizar y provoque frustración en él. Tiene que
realizarse en un ambiente lúdico, de disfrute, diversión, complicidad…