El Fauvismo fue un movimiento pictórico de principios del siglo XX caracterizado por el uso de colores puros y vibrantes aplicados en grandes manchas sobre la superficie. Artistas como Matisse, Derain y Vlaminck rechazaron el naturalismo e impresionismo en favor de un enfoque más expresivo y subjetivo del color que transmitiera emociones. El Fauvismo tuvo una corta duración, desde 1905 hasta 1908, pero supuso una ruptura radical con el pasado que influyó en el desarrollo del arte moderno.
2. El término Fauvismo tiene su
origen en la palabra fauves
(fieras), que el crítico Louis
Vauxcelles usó peyorativamente
en octubre de 1905 tras su visita al
Salón de Otoño.
Al contemplar un busto de
carácter clasicista rodeado por las
pinturas expuesta, el crítico dijo
haber tenido la impresión de
haber colocado a "Donatello en
una jaula de fieras“, en alusión a
la fiereza con que empleaban el
color en grandes manchas y
rompiendo con los
convencionalismos artísticos.
Matisse:
Ventana
abierta, 1905
3. La crítica acogió con espanto la obra de
estos pintores.
El fauvismo fue un movimiento fugaz en
la historia de las vanguardias, pues tan
sólo duró unos pocos años, hasta 1907/8.
No fue un movimiento conscientemente
definido (los artistas a quienes se llamó
fauvistas no formaban un grupo definido)
y careció de un manifiesto programático.
Aceptaron esa denominación por
encontrarla coherente con su actitud
violenta y subversiva frente a los
convencionalismos de la época,
rechazando las reglas y los cánones
establecidos, a la vez que una exaltación
de la búsqueda de un lenguaje personal
por parte del artista.
Matisse: Mujer
con sombrero,
1905
4. Reaccionan
contra el
Impresionismo
y contra la
importancia
que éstos
habían dado a
la luz a costa de
la pérdida del
color.
Las ideas sobre
el arte de estos
pintores eran
similares,
valorando la
utilización de
colores de gran
fuerza con la
finalidad de
expresar sus
sentimientos.
André Derain: L’Estaque, 1905
Se impone la visión subjetiva del artista sobre la realidad objetiva,
especialmente a través del uso libre y expresivo del color.
Rompen completamente (como había hecho anteriormente Gauguin o
Van Gogh) con la tradicional asociación del color con el objeto
representado.
5. En su intento por
realizar una pintura
más personal, de
pintar lo que se
sentía, y exaltar el
valor expresivo del
color, pintores como
Matisse, Derain, De
Vlaminck o
Marquet,
encontraron su
inspiración en el
pasado en pintores
como simbolistas,
en Gustave Moreau,
Gauguin, Van Gogh,
Cezanne y pintores
neoimpresionistas
como Seurat o
Signac, así como en
manifestaciones
artísticas exóticas o
primitivas.
G. Moreau: La aparición,
Salomé, 1876 Van Gogh: Café nocturno, 1888
Gauguin: El día del Señor,
1894
Signac: Cabo de Noli, 1898
6. Hacen un uso
totalmente subjetivo
del color.
Creen que a través de
los colores pueden
transmitir emociones
y sentimientos y
renuncian a la
representación
naturalista,
realzando el valor del
color en sí mismo.
Rechazan la paleta de
tonos naturalistas
empleada por los
impresionistas a favor
de los colores
violentos para crear
un mayor énfasis
expresivo.
Derain: Puente de Charing Cross, 1906
“Usaba el color como medio de expresión de mis emociones y no
como una transcripción de la naturaleza”. A. Derain
“El color debe ser pensado, soñado, imaginado” . Matisse
7. En su intento por realzar el valor
expresivo del color, lo aplican de
modo arbitrario, siendo
habituales las grandes manchas
de color, los colores planos,
desdeñando cualquier
referencia externa a su propia
visión artística.
El color se libera tanto de la
sujeción al naturalismo como a
la forma, empleándolo de
modo totalmente subjetivo.
Se utiliza de manera creativa,
instintiva, intuitiva y
apasionada, de un modo
emotivo, con el fin de transmitir
el sentimiento.
Matisse: Armonía en rojo, detalle, 1908
8. En su afán por subrayar el valor expresivo y la autonomía del color, suelen emplear una
pincelada espontánea, directa y vigorosa, con toques gruesos, sin mezclas, evitando
matizar los colores y el detallismo, acentuando la sensación de espontaneidad.
En algunos casos (Derain), se llegará a aplicar la pintura directamente del tubo en grandes
manchas de color.
Derain: Puente de Charing
Cross, Londres, 1906
9. Las composiciones suelen tener un aspecto plano, renunciando a los procedimientos
tradicionales de la perspectiva, del modelado y el volumen mediante el clarooscuro,
desapareciendo las sombras, probablemente por su afán de simplicidad e influencia de la
estampa japonesa Tienden a mostrar un plano único.
Matisse: Armonía en
rojo, 1908
Abundan las figuras
planas, con colores
planos y sin matices,
en ocasiones
remarcadas por
potentes líneas de
contorno.
10. También recuperan el uso de la
líneas, muchas veces de aspecto
simple, sinuoso, tratando de lograr
el mayor efecto expresivo posible y
simplificando las formas.
Matisse: La alegría de vivir, 1906
11. Esfuerzo de síntesis y de estilización y simplificación de las formas, eliminación de los
detalles accesorios, con el fin de dar el máximo protagonismo al color, puesto que lo que
interesa es lograr la mayor intensidad emocional posible con la máxima simplicidad.
Matisse: La Danza, 1909
« Los medios
más simples
son los que
mejor permiten
a un artista
expresarse. »
Henri Matisse
12. Otra característica es el gusto por
la estética de las estatuas y
máscaras africanas.
El arte de los pueblos primitivos no
es imitativo, sino que plantea un
evidente alejamiento de las formas
naturalistas para tender a la
esquematización:
Los fauvistas simplificarán los
rasgos esenciales, llegando incluso
a la deformación.
Se renuncia tanto a la tradición
pictórica como al naturalismo,
exaltando tan solo los propios
valores pictóricos a través de la
recreación personal del autor en
su obra de arte.
Afirman el principio de autonomía
de la obra de arte: nada puede
mediatizarla, ni las tradiciones ni
tan siquiera la realidad exterior.
Matisse: La Raya Verde, Mme. Matisse, 1905
13. Los temas que
escogen suelen ser
muy variados,
muchos de ellos
semejantes a los de
los pintores
impresionistas y
postimpresionistas:
paisajes, interiores,
bodegones,
retratos…
En general, de su
pintura se desprende
una especie de
interpretación lírica
de la realidad, una
sensación de
carácter amable,
optimista.
Raoul Dufy: Barcas
en Martigues, 1908
Henri Matisse: Lujo,
calma y voluptuosidad,
1904
15. El principal representante y
líder del grupo será Henri
Matisse, que continuará a lo
largo de toda su vida
desarrollando este tipo de
pintura, aunque con
influencias de otros
movimientos.
Empleará colores vibrantes,
en manchas planas, con
líneas sinuosas, casi
arabescos, con gran
simplificación formal, en
composiciones planas,
renunciando a la
perspectiva y el modelado.
Su pintura mostrará una
visión amable, serena,
apacible, exaltando la
alegría de vivir a través del
color.
Matisse: El estudio del pintor en Collioure, 1905
« Sueño con un arte de equilibrio, de pureza y serenidad, carente de objeto
perturbador o molesto ... una influencia calmante, tranquilizante en la
mente, algo así como un buen sillón que proporciona la relajación de la
fatiga física. »
16.
17. André Derain
comienza a
experimentar en el
uso del color con
Matisse.
Suele emplear colores
puros, muy vibrantes,
agresivos y
contrastados, sin
mezclar, muchas
veces directamente
del tubo, con
pinceladas rápidas,
impetuosas, muy
amplias y con grandes
manchas de color.
En algunos cuadros de
paisajes urbanos, su
técnica recuerda
lejanamente a la de
los pintores
neoimpresionistas.
André Derain: El
puerto de
Londres, 1906
André Derain:
Puente de
Waterloo,
Londres, 1906
18. Maurice de Vlaminck, muy influido
tanto por el colorismo como por el
uso expresivo del color de Van
Gogh.
Emplea pigmentos puros con
contrastes de colores muy intensos,
líneas vibrantes, onduladas…
Maurice de Vlaminck: Casas en Chatou , 1903
Maurice de
Vlaminck:
Restaurante de la
Machine, 1905
Maurice de Vlaminck: Árboles rojos, 1906
19. Albert Marquet: Ciudad de Burdeos, 1916 Raoul Dufy: Tres paraguas, 1906
Albert Marquet Raoul Dufy
20. El color de los “fauves” será el inicio de una renovación estética que marcará, junto con
el Cubismo, toda la pintura del siglo XX.
Ernst Ludwing Kirchner: Desnudo de mujer, 1909 Robert Delaunay: Homenaje a Bleriot, 1914