El devocional habla sobre la importancia de alabar a Dios continuamente como lo hacían David y su iglesia en Israel. También menciona a Alexander Akimites, quien fundó la orden religiosa "Los Desvelados" dedicada a alabar a Dios las 24 horas del día, siguiendo el ejemplo del cielo. El devocional concluye orando para que Dios nos dé la capacidad de alabar su nombre en todo momento.