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Educación Especial en Puerto Rico
¿Qué es el Maltrato
Infantil?
MALTRATO INFANTIL
Hemos elegido la definición del Centro Internacional de la Infancia de
París, que considera que maltrato infantil es "cualquier acto por acción u
omisión realizado por individuos, por instituciones o por la sociedad en
su conjunto y todos los estados derivados de estos actos o de su
ausencia que priven a los niños de su libertad o de sus derechos
correspondientes y/o que dificulten su óptimo desarrollo".
Existen diferentes tipos de maltrato, definidos de múltiples formas,
nosotros hemos seleccionado las siguientes :
 Maltrato físico: Acción no accidental de algún adulto que
provoca daño físico o enfermedad en el niño, o que le coloca en
grave riesgo de padecerlocomo consecuencia de alguna
negligencia intencionada.
 Abandono físico: situación en que las necesidades físicas
básicas del menor, (alimentación, higiene, seguridad, atención
médica, vestido, educación, vigilancia...), no son atendidas
adecuadamente por ningún adulto del grupo que convive con él.
 Abuso sexual: Cualquier clase de placer sexual con un niño por
parte de un adulto desde una posición de poder o autoridad. No
es necesario que exista un contacto físico (en forma de
penetración o tocamientos) para considerar que existe abuso
sino que puede utilizarse al niño como objeto de estimulación
sexual, se incluye aquí el incesto, la violación, la vejación sexual
(tocamiento/manoseo a un niño con o sin ropa, alentar, forzar o
permitir a un niño que toque de manera inapropiada al adulto) y
el abuso sexual sin contacto físico (seducción verbal, solicitud
indecente, exposición de órganos sexuales a un niño para
obtener gratificación sexual, realización del acto sexual en
presencia de un menor, masturbación en presencia de un niño,
pornografía...)
 Maltrato emocional: Conductas de los padres/madres o
cuidadores tales como insultos, rechazos, amenazas,
humillaciones, desprecios, burlas, críticas, aislamiento,
atemorización que causen o puedan causar deterioro en el
desarrollo emocional, social o intelectual del niño.
 Abandono emocional: Situación en la que el niño no recibe el
afecto, la estimulación, el apoyo y protección necesarios en cada
estadio de su evolución y que inhibe su desarrollo óptimo. Existe
una falta de respuesta por parte de los padres/madres o
cuidadores a las expresiones emocionales del niño (llanto,
sonrisa,...) o a sus intentos de aproximación o interacción.
 Síndrome de Münchhausen por poderes: Los padres/madres
cuidadores someten al niño a continuas exploraciones médicas,
suministro de medicamentos o ingresos hospitalarios, alegando
síntomas ficticios o generados de manera activa por el adulto
(por ejemplo mediante la administración de sustancias al niño).
 Maltrato institucional: Se entiende por malos tratos
institucionales cualquier legislación, procedimiento, actuación u
omisión procedente de los poderes públicos o bien derivada de
la actuación individual del profesional que comporte abuso,
negligencia, detrimento de la salud, la seguridad, el estado
emocional, el bienestar físico, la correcta maduración o que viole
los derechos básicos del niño y/o la infancia.
Indicadores de Maltrato
Infantil
El niño no sabe defenderse ante las agresiones de los adultos, no pide
ayuda, esto lo sitúa en una posición vulnerable ante un adulto agresivo
y/o negligente. Los niños que sufren maltrato tienen múltiples problemas
en su desarrollo evolutivo, déficits emocionales, conductuales y socio-
cognitivos que le imposibilitan un desarrollo adecuado de su
personalidad. De ahí la importancia de detectar cuanto antes el maltrato
y buscar una respuesta adecuada que ayude al niño en su desarrollo
evolutivo.
Los problemas que tienen los niños maltratados se traducen en unas
manifestaciones que pueden ser conductuales, físicas y/o emocionales.
A estas señales de alarma o pilotos de atención es a lo que llamamos
indicadores, ya que nos pueden "indicar" una situación de riesgo o
maltrato.
A continuación exponemos una serie de indicadores que nos pueden
ayudar en nuestra observación, sin embargo hay que tener en cuenta
que éstos por sí solos no son suficientes para demostrar la existencia de
maltrato sino que además debemos considerar la frecuencia de las
manifestaciones, cómo, dónde y con quién se producen.
Por ello es importante saber interpretar estos indicadores y no quedarnos
ante ellos como observadores o jueces de una forma de ser ante la que
no podemos hacer nada. Estos indicadores no siempre presentan
evidencias físicas (v.gr.: algunas formas de abuso sexual, maltrato
psicológico... ) sino que pueden ser también conductas difíciles de
interpretar.
Algunos de los indicadores, entre otros, que se pueden dar son:
En el NIÑO:
 señales físicas repetidas ( morados, magulladuras,
quemaduras...)
 niños que van sucios, malolientes, con ropa inadecuada, etc.
 cansancio o apatía permanente (se suele dormir en el aula)
 cambio significativo en la conducta escolar sin motivo aparente
 conductas agresivas y/o rabietas severas y persistentes
 relaciones hostiles y distantes
 actitud hipervigilante (en estado de alerta, receloso,...)
 conducta sexual explícita, juego y conocimientos inapropiados
para su edad
 conducta de masturbación en público
 niño que evita ir a casa (permanece más tiempo de lo habitual
en el colegio, patio o alrededores)
 tiene pocos amigos en la escuela
 muestra poco interés y motivación por las tareas escolares
 después del fin de semana vuelve peor al colegio (triste, sucio,
etc..)
 presenta dolores frecuentes sin causa aparente
 problemas alimenticios (niño muy glotón o con pérdida de
apetito)
 falta a clase de forma reiterada sin justificación
 retrasos en el desarrollo físico, emocional e intelectual
 presenta conductas antisociales: fugas, vandalismo, pequeños
hurtos, etc.
 intento de suicidio y sintomatología depresiva
 regresiones conductuales (conductas muy infantiles para su
edad)
 relaciones entre niño y adulto secreta, reservada y excluyente
 falta de cuidados médicos básicos
En los PADRES y/o CUIDADORES:
 parecen no preocuparse por el niño
 no acuden nunca a las citas y reuniones del colegio
 desprecian y desvalorizan al niño en público
 sienten a su hijo como una "propiedad" ("puedo hacer con mi hijo
lo que quiero porque es mío")
 expresan dificultades en su matrimonio
 recogen y llevan al niño al colegio sin permitir contactos sociales
 los padres están siempre fuera de casa (nunca tienen tiempo
para...)
 compensan con bienes materiales la escasa relación personal
afectiva que mantiene con sus hijos
 abusan de substancias tóxicas (alcohol y/o drogas)
 trato desigual entre los hermanos
 no justifican las ausencias de clase de sus hijos
 justifican la disciplina rígida y autoritaria
 ven al niño como malvado
 ofrecen explicaciones ilógicas, contradictorias no convincentes o
bien no tienen explicación
 habitualmente utilizan una disciplina inapropiada para la edad
del niño
 son celosos y protegen desmesuradamente al niño
Estos indicadores pueden observarse en otros casos que no
necesariamente se dan en niños maltratados, la diferencia más notable
es que los padres maltratadores no suelen reconocer la existencia del
maltrato y rechazan cualquier tipo de ayuda, llegando a justificar con
argumentos muy variados este tipo de acciones; en cambio los padres
con dificultades suelen reconocerlas y admiten cualquier tipo de ayuda
que se les ofrezca.
Maltrato infantil
Nota descriptiva N.° 150
Enero de 2014
Datos y cifras
 Aproximadamente un 20% de las mujeres y un 5 a 10% de los hombres manifiestan
haber sufrido abusos sexuales en la infancia, mientras que un 23% de las personas
de ambos sexos refieren maltratos físicos cuando eran niños.
 Entre las consecuencias del maltrato infantil se encuentran problemas de salud física
y mental para toda la vida, y efectos sociales y laborales negativos que pueden
retrasar el desarrollo económico y social de los países.
 Es posible prevenir el maltrato infantil antes de que se produzca, y para ello es
necesario un enfoque multisectorial.
 Los programas preventivos eficaces prestan apoyo a los padres y les aportan
conocimientos y técnicas positivas para criar a sus hijos.
 La atención continua a los niños y a las familias puede reducir el riesgo de
repetición del maltrato y minimizar sus consecuencias.
El maltrato infantil se define como los abusos y la desatención de que son objeto los
menores de 18 años, e incluye todos los tipos de maltrato físico o psicológico, abuso
sexual, desatención, negligencia y explotación comercial o de otro tipo que causen o
puedan causar un daño a la salud, desarrollo o dignidad del niño, o poner en peligro su
supervivencia, en el contexto de una relación de responsabilidad, confianza o poder. La
exposición a la violencia de pareja también se incluye a veces entre las formas de maltrato
infantil.
Magnitud del problema
El maltrato infantil es un problema mundial con graves consecuencias que pueden durar
toda la vida. A pesar de las encuestas nacionales recientes en varios países de ingresos
bajos y medianos, faltan todavía datos acerca de la situación actual en muchos países.
El maltrato infantil es complejo y su estudio resulta difícil. Las estimaciones actuales son
muy variables, dependiendo del país y del método de investigación utilizado. Dichas
estimaciones dependen de:
 las definiciones de maltrato infantil utilizadas;
 el tipo de maltrato infantil estudiado;
 la cobertura y la calidad de las estadísticas oficiales;
 la cobertura y la calidad de las encuestas basadas en los informes de las propias
víctimas, los padres o los cuidadores.
De cualquier modo, los estudios internacionales revelan que aproximadamente un 20% de
las mujeres y un 5 a 10% de los hombres manifiestan haber sufrido abusos sexuales en la
infancia, mientras que un 23% de las personas de ambos sexos refieren maltratos físicos
cuando eran niños. Además, muchos niños son objeto de maltrato psicológico (también
llamado maltrato emocional) y víctimas de desatención.
Se calcula que cada año mueren por homicidio 34 000 menores de 15 años. Esta cifra
subestima la verdadera magnitud del problema, dado que una importante proporción de las
muertes debidas al maltrato infantil se atribuyen erróneamente a caídas, quemaduras,
ahogamientos y otras causas.
En situaciones de conflicto armado y entre los refugiados, las niñas son especialmente
vulnerables a la violencia, explotación y abusos sexuales por parte de los combatientes,
fuerzas de seguridad, miembros de su comunidad, trabajadores de la asistencia humanitaria
y otros.
Consecuencias del maltrato
El maltrato infantil es una causa de sufrimiento para los niños y las familias, y puede tener
consecuencias a largo plazo. El maltrato causa estrés y se asocia a trastornos del desarrollo
cerebral temprano. Los casos extremos de estrés pueden alterar el desarrollo de los sistemas
nervioso e inmunitario. En consecuencia, los adultos que han sufrido maltrato en la infancia
corren mayor riesgo de sufrir problemas conductuales, físicos y mentales, tales como:
 actos de violencia (como víctimas o perpetradores);
 depresión;
 consumo de tabaco;
 obesidad;
 comportamientos sexuales de alto riesgo;
 embarazos no deseados;
 consumo indebido de alcohol y drogas.
A través de estas consecuencias en la conducta y la salud mental, el maltrato puede
contribuir a las enfermedades del corazón, al cáncer, al suicidio y a las infecciones de
transmisión sexual.
Más allá de sus consecuencias sanitarias y sociales, el maltrato infantil tiene un impacto
económico que abarca los costos de la hospitalización, de los tratamientos por motivos de
salud mental, de los servicios sociales para la infancia y los costos sanitarios a largo plazo.
Factores de riesgo
Se han identificado varios factores de riesgo de maltrato infantil. Aunque no están presentes
en todos los contextos sociales y culturales, dan una visión general que permite comprender
las causas del maltrato infantil.
Factores del niño
No hay que olvidar que los niños son las víctimas y que nunca se les podrá culpar del
maltrato. No obstante, hay una serie de características del niño que pueden aumentar la
probabilidad de que sea maltratado:
 la edad inferior a 4 años y la adolescencia;
 el hecho de no ser deseados o de no cumplir las expectativas de los padres;
 el hecho de tener necesidades especiales, llorar mucho o tener rasgos físicos
anormales.
Factores de los padres o cuidadores
Hay varias características de los padres o cuidadores que pueden incrementar el riesgo de
maltrato infantil, entre ellas:
 las dificultades para establecer vínculos afectivos con el recién nacido;
 el hecho de no cuidar al niño;
 los antecedentes personales de maltrato infantil;
 la falta de conocimientos o las expectativas no realistas sobre el desarrollo infantil;
 el consumo indebido de alcohol o drogas, en especial durante la gestación;
 la participación en actividades delictivas;
 las dificultades económicas.
Factores relacionales
Hay diversas características de las relaciones familiares o de las relaciones con la pareja,
los amigos y los colegas que pueden aumentar el riesgo de maltrato infantil, entre ellas:
 los problemas físicos, mentales o de desarrollo de algún miembro de la familia;
 la ruptura de la familia o la violencia entre otros miembros de la familia;
 el aislamiento en la comunidad o la falta de una red de apoyos;
 la pérdida del apoyo de la familia extensa para criar al niño.
Factores sociales y comunitarios
Hay diversas características de las comunidades y las sociedades que pueden aumentar el
riesgo de maltrato infantil, entre ellas:
 las desigualdades sociales y de género;
 la falta de vivienda adecuada o de servicios de apoyo a las familias y las
instituciones;
 los niveles elevados de desempleo o pobreza;
 la disponibilidad fácil del alcohol y las drogas;
 las políticas y programas insuficientes de prevención del maltrato, la pornografía, la
prostitución y el trabajo infantiles;
 las normas sociales y culturales que debilitan el estatus del niño en las relaciones
con sus padres o fomentan la violencia hacia los demás, los castigos físicos o la
rigidez de los papeles asignados a cada sexo;
 las políticas sociales, económicas, sanitarias y educativas que generan malas
condiciones de vida o inestabilidad o desigualdades socioeconómicas.
Prevención
La prevención del maltrato infantil requiere un enfoque multisectorial. Los programas
eficaces son los que prestan apoyo a los padres y les aportan conocimientos y técnicas
positivas para criar a sus hijos. Entre ellos se encuentran:
 las visitas domiciliarias de enfermeras para ofrecer apoyo, formación e información;
 la formación de los padres, generalmente en grupos, para mejorar sus aptitudes para
criar a los hijos, mejorar sus conocimientos sobre el desarrollo infantil y alentarlos a
adoptar estrategias positivas en sus relaciones con los hijos, y
 las intervenciones con múltiples componentes, que generalmente incluyen el apoyo
a los padres y su formación, la educación preescolar y la atención al niño.
Otros programas preventivos prometedores son:
 los destinados a prevenir los traumatismos craneoencefálicos por maltrato.
Generalmente se trata de programas hospitalarios mediante los cuales se informa a
los nuevos padres de los peligros de zarandear a los niños pequeños y de cómo
afrontar el problema de los niños con llanto inconsolable.
 los destinados a prevenir los abusos sexuales en la infancia. Generalmente se
realizan en las escuelas y les enseñan a los niños:
o la propiedad de su cuerpo;
o las diferencias entre los contactos normales y los tocamientos impúdicos;
o cómo reconocer las situaciones de abuso;
o cómo decir "no";
o cómo revelar los abusos a un adulto en el que confíen.
Estos programas son eficaces para reforzar los factores de protección frente al abuso sexual
en la infancia (por ejemplo, el conocimiento del abuso sexual y los comportamientos
protectores), pero no hay pruebas de que reduzcan otros tipos de abusos.
Cuanto antes se producen estas intervenciones en la vida del niño mayores son los
beneficios que le pueden aportar a él (por ejemplo, desarrollo cognitivo, competencias
conductuales y sociales, logros educacionales) y a la sociedad (por ejemplo, reducción de la
delincuencia).
Además, el reconocimiento precoz de los casos y la asistencia continua a las víctimas y sus
familias pueden ayudar a reducir la recurrencia del maltrato y a paliar sus consecuencias.
Para maximizar los efectos de la prevención y la atención, la OMS recomienda que las
intervenciones se realicen en un marco de salud pública y en cuatro fases:
 definición del problemas;
 identificación de las causas y los factores de riesgo;
 creación y puesta a prueba de intervenciones destinadas a minimizar los factores de
riesgo, y
 difusión de información sobre la eficacia de las intervenciones y expansión de la
aplicación de las intervenciones de eficacia demostrada.
Dile NO al Maltrato Infantil Presentation Transcript
 1. Maltrato Infantil
 2. Es maltrato es todo daño físico, emocional, intelectual o moral que sufre un niño
por la acción u omisión de las personas a cuyo cuidado se encuentra . DEFINICIÓN
 3. A- ABUSO FÍSICO: Que causa daño físico o enfermedad, desde una leve
contusión hasta una lesión mortal.
o Los signos de abuso físico en un niño pueden ser los siguientes:
o Hematomas y contusiones inexplicables,
o un cierto número de cicatrice,
o marcas de quemaduras,
o fracturas inexplicables
o marcas de mordeduras de la medida de un adulto.
CLASIFICACIÓN
 4. B-ABUSO EMOCIONAL Bajo la forma de insultos, críticas, burlas, amenazas,
desprecio, descalificación, abandono y encierro. Es el tipo de abuso más difícil de
identificar y probar. Pueden provocar graves daños psicológicos en un niño. “ eres
una porquería ” “ eres un inútil ” “ No vales nada”
 5.
o C- ABUSO SEXUAL:
o Es todo acercamiento con claro contenido sexual de parte de una persona
mayor (adulto o adolescente) realizada de manera directa o indirecta,
incluida la violación o explotación hacia niñas, niños o adolescentes,
haciendo uso de su poder para lograr placer o beneficio sexual.
o El abuso sexual intrafamiliar
o El abuso sexual extrafamiliar.
 6.
o Pasivo:
o Comprende el abandono físico y abandono emocional.
o 2) Activo:
o Comprende el abuso físico, abuso sexual y abuso emocional
TIPOS DE MALTRATO INFANTIL
 7. QUIEN TE QUIERE NO TE HIERE DILE NO AL MALTRATO INFANTIL
Maltrato infantil
Se denomina maltrato infantil o abuso infantil1 a cualquier acción (física, sexual o
emocional) u omisión no accidental en el trato hacia un menor, por parte de sus padres o
cuidadores, que le ocasiona daño físico o psicológico y que amenaza su desarrollo tanto
físico como psicológico.2
Se distinguen seis tipos básicos de maltrato infantil:3
 el abuso físico,
 el abuso sexual,
 el maltrato emocional,
 el abandono físico,
 el abandono emocional,
 maltrato institucional.
Índice
 1 Concepto
o 1.1 Factores que promueven el maltrato
 2 El maltrato o abuso físico
 3 El abandono o negligencia física y cognitiva
 4 Impacto
 5 Aspectos históricos
o 5.1 Consideraciones bíblicas
o 5.2 Desarrollo histórico
 6 Referencias
o 6.1 Notas
o 6.2 Bibliografía
Concepto
La definición de maltrato implica una valoración social en relación a lo que es peligroso o
inadecuado para el niño. Y aquí reside precisamente la gran dificultad para definirlo, ya que
hay una falta de consenso social respecto a lo que constituyen formas de crianza peligrosas
e inaceptables. Resulta difícil establecer la raya de separación entre lo que es un maltrato y
lo que no lo es (...)4
La definición de «maltrato» debe, además, tomar en cuenta, al menos, tres criterios: en
primer lugar, la consideración de una acción u omisión como «maltrato» depende, en
muchos casos, de la edad del niño; en segundo lugar, la situación psico-fisiológica del
menor puede condicionar las consecuencias de la acción u omisión ejercidas sobre él, lo
que puede conllevar una relativización de su consideración como maltrato; y, en tercer
lugar, hay que tener también en cuenta que no necesariamente todos los actos de maltrato
tienen por qué dejar secuelas inmediatas y visibles en el menor; esto es especialmente
relevante por cuanto las consecuencias importantes de los casos de maltrato infantil no
suelen ser las físicas, sino las que afectan al desarrollo del menor a medio y largo plazo.
El abuso infantil ha sido un conflicto que ha persistido desde los pueblos y civilizaciones de
la antigüedad donde utilizaban a los niños para realizar sacrificios y rituales. Sin embargo,
según este texto, no hace tanto tiempo que la sociedad obtuvo control sobre el abuso en los
menores de edad. En los Estados Unidos se creó una organización la cual, se dedicó ayudar
a niños desamparados y la misma fue conocida como “Child Welfare
Movement”(Movimiento Bienestar de la Infancia). Además surgieron otras organizaciones
contra el maltrato infantil tal como la Sociedad Neoyorquina para la Reforma de los
Delincuentes Juveniles en 1825, cuyo propósitos fue ayudar a niños maltratados y
abandonados por sus padres o familiares. Años más tarde se fundó en el estado de Nueva
York la “Society for Prevention of Cruelty of Children” la cual, surgió como fuente de
inspiración para desarrollar otras organizaciones contra el abuso infantil en los Estados
Unidos y Europa. Aunque, según el texto, en 1874 fue la primera vez que se ganó un caso
referido al abuso o maltrato de infantil cuando una menor de nueve años nativa del estado
de Nueva York fue sometida a abuso físico. Una trabajadora de caridad ayudó a la criatura
y la misma se acudió a la Sociedad Americana para la Prevención de crueldad de los
animales donde la trabajadora, encargada del caso de la menor expresó lo siguiente: “la
menor merecía tanta protección como a un perro común” y con estos testimonios pudieron
ganar el caso.5
Con todo, se considera que, en general, los criterios para calibrar una determinada situación
como «maltrato» deben fundamentarse en las consecuencias en el menor, tanto en los daños
producidos como en las necesidades no atendidas de este. Este se define como los abusos y
la desatención de que son objeto los menores de 18 años,e incluye todos los tipos de
maltrato físico o psicológico,abuso sexual,desatención,negligencia y explotación comercial
o de otro tipo que causen o puedan causar daño a la salud, desarrollo o dignidad del niño.
Factores que promueven el maltrato
David Solá6 identifica como factores que promueven al maltrato:
 Modelo autoritario en el que se entiende al respeto en una sola dirección
 Tratamiento de los hijos como propiedad privada
 Notable verticalidad y rigidez en la estructura familiar
 Uso de castigos físicos como método educativo
 Ausencia de recursos alternativos para promover conductas positivas
 Carente autocontrol en los padres en respuesta a los conflictos
El maltrato o abuso físico
Se define como «cualquier acción no accidental por parte de los padres o cuidadores que
provoque daño físico o enfermedad en el niño o le coloque en grave riesgo de padecerlo».7
Los indicadores típicos del abuso físico en un menor son las magulladuras o moretones en
diferentes fases de cicatrización y de forma extendida en diferentes partes del cuerpo; las
quemaduras con formas definidas; las fracturas de nariz o mandíbula, o en espiral de los
huesos largos; las torceduras o dislocaciones; las heridas o raspaduras en la cara y la parte
posterior de las extremidades y torso; señales de mordeduras humanas; cortes o pinchazos;
lesiones internas (en el cráneo o cerebro, síntomas de asfixia...).
El abuso de menores consisten en varios elementos y se enfatizan en dos ideas principales
la cuales son: la asimetría de edad y el abuso de poder. La asimetría en edad se refiere en la
diferencia de edad que hay entre el agresor y la víctima mientras que el abuso de poder es
un factor necesario para el abuso infantil; ya que el mismo implica miedo y obtiene un rol
dominante en el ámbito social. El abuso al poder se obtiene por medio de las experiencias y
la madurez del agresor. Por esta razón la asimetría de edad se convierte en un factor en el
maltrato infantil ; ya que por medio de la edad se pueden descifrar los niveles de
experiencia, madurez y sobre todo de malicia del agresor.8
El abandono o negligencia física y cognitiva
La negligencia se identifica como la falta de proveer las necesidades básicas de un niño por
parte de sus padres o personas encargadas.
Se define como aquella situación donde las necesidades físicas (alimentación, vestido,
higiene, protección y vigilancia en las situaciones potencialmente peligrosas, educación y/o
cuidados médicos) y cognitivas básicas del menor no son atendidas temporal o
permanentemente por ningún miembro del grupo que convive con el niño.9
La negligencia puede ser:
 Física (ej., falta de proporcionar comida o resguardo necesario, o ausencia de
supervisión adecuada);
 Médica (ej., falta de proporcionar tratamiento médico o para la salud mental);
 Educativa (ej., falta de atención a las necesidades emocionales de un niño, falta de
proporcionar cuidado psicológico o permitiendo que el niño use alcohol o drogas).
Estas situaciones no siempre quieren decir que un niño es descuidado. Algunas veces los
valores culturales, los estándares de cuidado en la comunidad, y la pobreza pueden ser
factores que contribuyen, indicando que la familia necesita información o asistencia.
Cuando una familia falla en el uso de información y recursos, y la salud o seguridad del
niño está en riesgo,desde entonces la intervención de la institución de protección y
bienestar del niño podría ser requerida.10
El maltrato de menores en el seno de las familias es una de las causas contribuyentes a la
problemática social que hoy en día se vive, cuyo producto último es el aumento en la
incidencia criminal por parte de la juventud. El maltrato destruye el núcleo familiar, al
romper los lazos de confianza y amor que son fundamento mismo de ella. El uso de la
violencia por parte de sus padres y/o cuidadores la pone en tela de juicio la realidad de
amor de los padres hacia los hijos.11
-El maltrato institucional-
Se entiende por maltrato institucional a cualquier legislación, procedimiento, actuación u
omisión procedente de los poderes públicos o bien derivada de la actuación individual de
los profesionales que comporte abuso, negligencia,detrimento de la salud, la seguridad, el
estado emocional, el bienestar físico,la correcta maduración o que viole los derechos
básicos del niño y/o la infancia. (Martínez Roig, 1989) Al hablar del maltrato institucional,
nos referimos a las inadecuadas o insuficientes prácticas llevadas a cabo por los siguientes
sectores: ámbito sanitario, justicia, educación, servicios sociales, asociaciones para la
prevención del maltrato infantil y ONGs. Incluye tanto las formas más conocidas de malos
tratos llevadas a cabo extra-familiarmente -físico, negligencia,emocional, sexual- como de
los programas -educación, salud, nutrición- y de los sistemas políticos, públicos y/o
sociales inadecuados. 12
El abuso infantil se puede detectar de diversas formas especialmente cuando los encargados
legales del menor dejan de tomar responsabilidades sobre el mismo. Según este artículo,
han habido casos severos donde menores de 10 años tienden a cocinarse a ellos mismos
porque los padres no han podido traer comida a la casa e incluso han ocurrido situaciones
donde el menor permanecen más de 24 horas sin comer. Según esta revista, existen varios
tipos de maltrato infantiles tales como, el abuso sexual (donde hay un contacto directo entre
el agresor y la víctima), maltrato físico (donde ocurren lesiones y agresiones físicas en
contra la víctima, no necesariamente hay abuso sexual), negligencia infantil (donde los
padres o encargados legales descartan responsabilidades sobre el niño y al mismo lo
abandonan) y el maltrato emocional (donde el agresor cosecha el miedo y la angustia sobre
la víctima).13
Un ejemplo de discriminación contra personas con discapacidad fue Cighid, un centro
asemejado a un campo de concentración donde niños con discapacidad considerados como
"irrecuperables" (en rumano: irecuperabili) murieron por el abandono al que eran
sometidos.
Impacto
Las situaciones de maltrato lo que revelan es una grave disfunción relacional que por lo
tanto afectará al normal desenvolvimiento del cumplimiento de tareas del menor. Este
fracaso en la ejecución de las metas del menor sería, en sentido amplio, el impacto del
maltrato y es lo que se viene a significar cuando en las definiciones de maltrato se señala
que éste amenaza el desarrollo de la competencia del niño o el desarrollo físico, psicológico
y emocional considerado como normal para el niño.14
El impacto del maltrato o abuso, al ser un fenómeno contextualizado, puede verse
amortiguado, según múltiples variables: no sólo las más obvias, relacionadas con el tipo,
duración o intensidad del maltrato, sino también con las características de la víctima, los
recursos y apoyos que tenga, y las propias situaciones de su evolución vital. Según el
artículo (2003). "Basta de indiferencia: maltrato infantil", el abuso infantil es un conflicto
del cual, hay muchas polémicas con respecto al niño; ya que el mismo puede tener muchos
problemas durante su desarrollo personal.15
Independientemente de las secuelas físicas que desencadena directamente la agresión
producida por el abuso físico o sexual, todos los tipos de maltrato infantil dan lugar a
trastornos conductuales, emocionales y sociales. La importancia, severidad y cronicidad de
estas secuelas depende de:
 Intensidad y frecuencia del maltrato.
 Características del niño (edad, sexo, susceptibilidad, temperamento, habilidades
sociales, etc).
 El uso o no de la violencia física.
 Relación del niño con el agresor.
 Apoyo intra-familiar a la víctima infantil.
 Acceso y competencia de los servicios de ayuda médica, psicológica y social.
En los primeros momentos del desarrollo evolutivo se observan repercusiones negativas en
las capacidades relacionales de apego y en la autoestima del niño. Así como pesadillas y
problemas del sueño, cambios de hábitos de comida, pérdidas del control de esfínteres,
deficiencias psicomotoras, trastornos psicosomáticos.
En escolares y adolescentes encontramos: fugas del hogar, conductas autolesivas,
hiperactividad o aislamiento, bajo rendimiento académico, deficiencias intelectuales,
fracaso escolar, trastorno disociativo de identidad, delincuencia juvenil, consumo de drogas
y alcohol, miedo generalizado, depresión, rechazo al propio cuerpo, culpa y vergüenza,
agresividad, problemas de relación interpersonal.
Diversos estudios señalan que el maltrato continúa de una generación a la siguiente. De
forma que un niño maltratado tiene alto riesgo de ser perpetuador de maltrato en la etapa
adulta.
Aspectos históricos
Consideraciones bíblicas
En el libro Proverbios se identifican ideas que desarrollan conceptos ligados a los recursos
de crianza y enseñanza y se evidencia su clara inclinación hacia la práctica del maltrato con
la finalidad de producir cambios conductuales:
La necedad es parte del corazón juvenil, pero la vara de la disciplina lo corrige.16
El látigo es para los caballos, el freno para los asnos, y el garrote para la espalda del
necio.17
Los golpes y las heridas curan la maldad; los azotes purgan lo más íntimo del ser.18
Solá expresa que una mirada a la historia de la Biblia desvela que estos métodos por sí
mismos no hicieron nunca una sociedad mejor y más ajustada a la voluntad de Dios. Más
adelante, en el Nuevo Testamento se manifiesta un cambio de actitud respecto a las
relaciones humanas:
Así que en todo traten ustedes a los demás tal y como quieren que ellos los traten a ustedes.
De hecho esto es la ley y los profetas.19
Desarrollo histórico
A lo largo de la historia de la humanidad y en la actualidad, tomando a la humanidad como
un todo, puede decirse que lo normal, en el sentido de frecuente, es que los niños no reciban
lo que entendemos por «buen trato». La mayoría de los datos históricos que poseemos
sobre el respeto de los derechos de los niños por parte de muchas culturas de la antigüedad
corroboran esta afirmación.20
La atención jurídica y médica de los menores maltratados empezó a desarrollarse en la
segunda mitad del siglo XIX. De manera individual, el médico francés A. Tardieu publicó
en 1860 la primera monografía sobre el tema y el también médico estadounidense
Silverman demostró con estudios radiológicos las consecuencias no visibles de los
maltratos.
El primer proceso judicial que defendió a un menor (una niña) por los malos tratos
recibidos por adultos (en su caso, su propia madre), tuvo lugar en 1874 en Estados Unidos.
La acusación fue realizada por la Sociedad Protectora de Animales, por cuanto no existía
ley alguna que amparase a los menores, aunque sí a los animales en general.
Estas labores pioneras dieron como resultado que antes de que acabase el siglo se creasen
dos sociedades pro derechos de los niños: The Society for the Preventión of Cruelty to
Children, en Nueva York, y The National Society for the Prevention of Cruelty to Children,
en Londres.
La atención a los derechos de los menores es característica de la segunda mitad del siglo
20, que es cuando se les reconoce como sujetos de derechos. En 1959, la Asamblea General
de las Naciones Unidas aprobó la Declaración de los Derechos del Niño; y, más tarde, en
1989, esa misma Asamblea adoptó la Convención sobre los Derechos del Niño.
Paralelamente a este interés en el estatus legal, se fue desarrollando la correspondiente
atención a la comprensión y prevención del fenómeno.
En 1962 se publicó en Estados Unidos un trabajo científico titulado «Síndrome del niño
apaleado» que incentivó de manera definitiva la atención a las víctimas de los malos tratos
infantiles, incluyendo con ellos la reformulación de las medidas legislativas y la
sensibilización de la opinión pública respecto del problema. En los países europeos más
desarrollados, se produjo un fenómenos similar en los años siguientes.
Habiéndose registrado una alta incidencia de querellas de maltrato de niños y un esfuerzo
único por este mal fue aprobada en varios estados de Estados Unidos la Ley Número 75 el
28 de mayo de 1980, en la cual se establecía que un menor era víctima de "maltrato o
negligencia" cuando sufría daño o perjuicio, o se encontraba en riesgo de sufrir daño o
perjuicio en su salud física, mental emocional, o en su bienestar, por las acciones y
omisiones no accidentales de sus padres o de otras personas o instituciones responsables de
su cuidado. En esta ley se estableció la política pública de protección a menores.21
La atención de los expertos ha ido desde la casi concentración en los malos tratos de tipo
físico a la apertura hacia, por un lado, la comprensión de los conceptos de negligencia y de
maltrato emocional, y, por otro, el problema de los abusos sexuales. También, ha habido
cambios en lo que se refiere a la percepción de los maltratadores (en principio,
identificados con personas con problemas psíquicos y/o pertenecientes a contextos socio-
económicos muy atrasados; después, asumiendo el perfil variopinto del maltratador
infantil) y en la forma de abordar los problemas (en principio, la separación del maltratado
de su entorno; después, el intento de rehabilitar ese entorno).
Otro tipo de maltrato infantil, muy poco conocido es el llamado Síndrome de Münchausen
por poderes, consiste en inventar una enfermedad en el niño o producirla por la
administración de sustancias y medicamentos no prescritos. Generalmente se trata de un
niño en la edad de lactante-preescolar (edad media de 3 años). Los signos y síntomas
aparecen solamente en presencia de la madre (habitualmente el perpetrador del abuso), son
de causa inexplicable y los exámenes complementarios no aclaran el diagnóstico. Este
síndrome presenta una mortalidad entre 10-20%, y su impacto a largo plazo puede dar lugar
a desórdenes psicológicos, emocionales y conductuales.
Referencias
Notas
1. Existe una preferencia cada vez mayor por el término «maltrato infantil» frente al
de «abuso infantil», por cuanto el primero resulta más inclusivo respecto de las
distintas condiciones que puede presentar y porque reduce el impacto emocional del
término «abuso»; cf. Enrique Gracia Fuster y Gonzalo Musitu Ochoa, El maltrato
infantil..., pág. 29.
2. Cf. Enrique Gracia Fuster y Gonzalo Musitu Ochoa, El maltrato infantil..., pág. 35.
3. Cf. Mª Ignacia Arruabarrena y Joaquín de Paúl, Maltrato a los niños..., pág. 26.
4. Miguel Costa Cabanillas, «Prólogo» a Mª Ignacia Arruabarrena y Joaquín de Paúl,
Maltrato a los niños..., pág. 15.
5. Gomez de Terrenos, I. (1995). Los profesionales de la salud ante el maltrato
infantil: Comares (Ed). (Pag.15-50). Granada.
6. Solá, David. Educar sin maltratar (2008). Ediciones Noufront
7. Mª Ignacia Arruabarrena y Joaquín de Paúl, Maltrato a los niños..., pág. 27.
8. Maria, J. & Sumalla, T. (2002). La protección penal del menor frente al abuso y
explotación sexual: análisis de las reformas penales en materia de abusos sexuales,
prostitución y pornografía de menores: Editorial Aranzadi (Ed).(Pag 17-31).
Navarra.
9. Mª Ignacia Arruabarrena y Joaquín de Paúl, Maltrato a los niños..., pág. 29.
10. Fernandez, E. (2008), "De los malos tratos en la niñez y otras crueldades", Buenos
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11. Vales, P., García, V., Flores, D. (1993), "Justicia juvenil y el maltrato de menores
en Puerto Rico", San Juan, Puerto Rico: Jay-Ce
12. "Bringiotti, Comín (2000) Manual de intervención en maltrato" infantil"
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maltrato infantil. Anales de psicología; España. 10 de marzo de 2011,
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14. Cerezo, María A. (1995), El impacto psicológico del maltrato: Primera infancia y
edad escolar Nº 71, pags. 135-158. Recuperado el 12 de marzo de 2011 de
http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=48496
15. Perdomo Cueto, G. (2003). Basta de indiferencia: maltrato infantil. Siempre;
México (Pag.1) 10 de marzo de 2011;
http://biblioteca.uprrp.edu:2113/Universitas/welcome.do?login=uprrpiedras&prd=6
&at=IP
16. Proverbios 22:15
17. Proverbios 26:3
18. Proverbios 20:30
19. Evangelio de Mateo 7:12
20. Mª Ignacia Arruabarrena y Joaquín de Paúl, Maltrato a los niños..., página 19.
21. Teodoro, O. (1984), "La internación de menores y sus problemas sociales",
Argentina: Depalma
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 Bringiotti, Comín (2000) Manual de intervención en Maltrato Infantil
Causas del maltrato infantil
Enviado por soli_martinez
Indice
1. Definición de maltrato infantil
2. Tipos de maltrato infantil.
4. Antecedentes históricos del problema del maltrato infantil
5. Causas del maltrato infantil
6. Formas o prácticas de crianza
7. Consecuencias del maltrato infantil
8. Consecuencias durante la edad escolar y la adolescencia
9. Panorama del maltrato infantil a modo de conclusión
1. Definición de maltrato infantil
Desde hace varios años, diversos autores han tratado de definir desde diferentes puntos de
vista y diferentes perspectivas al maltrato infantil con el fin de buscar una solución al
problema y la definición más aceptada hasta ahora ha sido la de Musito y García (1996) en
la que se menciona que el maltrato es cualquier daño físico o psicológico no accidental a un
menor, ocasionado por sus padres o cuidadores, que ocurre como resultado de acciones
físicas, sexuales o emocionales o de negligencia, omisión o comisión, que amenazan al
desarrollo normal tanto físico como psicológico del niño"
2. Tipos de maltrato infantil.
El maltrato infantil se subdivide en dos grupos:
1) Pasivo: Comprende el abandono físico, que ocurre cuando las necesidades físicas básicas
del menor no son atendidas por ningún miembro del grupo que convive con él. También
comprende el abandono emocional que consiste en la falta de respuesta a las necesidades de
contacto físico y caricias y la indiferencia frente a los estados anímicos del menor.
2) Activo: Comprende el abuso físico que consiste en cualquier acción no accidental por los
padres o cuidadores que provoquen daño físico o enfermedad al menor. La intensidad
puede variar desde una contusión leve hasta una lesión mortal. También comprende el
abuso sexual, que consiste en cualquier tipo de contacto sexual con un menor por parte de
un familiar, tutor o cualquier otro adulto. La intensidad del abuso puede ir desde el
exhibicionismo hasta la violación. El abuso emocional también entra en esta categoría de
abuso activo y se presenta bajo la forma de hostilidad verbal, crónica (insultos, burlas,
desprecios, críticas, amenazas de abandono, etc.) y el bloqueo constante de las iniciativas
infantiles (puede llegar hasta el encierro o confinamiento) por parte de cualquier miembro
adulto del grupo familiar.
Otra forma de maltrato infantil es el caso de los niños testigos de violencia, "cuando los
niños presencian situaciones crónicas de violencia entre sus padres. Los estudios
comparativos muestran que estos niños presentan trastornos muy similares a los que
caracterizan a quienes son víctimas de abuso (Corsi, 1994).
Respecto a lo que se refiere a las agresiones psíquicas o psicológicas, que están dirigidas a
dañar la integridad emocional del niño comprenden todo tipo de manifestaciones verbales y
gestuales, así como actitudes que los humillan y degradan pero esto no es lo más grave,
pues las heridas del cuerpo duelen pero tienden a cicatrizar pero las heridas del alma –que
no dejan evidencia física- tardan mucho más en sanar si es que sanan antes de que se le
acumule otra herida más, estas generan sentimientos de desvalorización, baja estima e
inseguridad personal, los cuales más tarde pueden manifestarse en violencia social.
3. Actitudes y creencias hacia el maltrato infantil
Papalia y Olds (1998) señalan que "Los niños se ven afectados tanto por lo que sus padres
hacen como por lo que piensan", es decir por las actitudes y creencias de los mismos, según
este autor señala que "Podemos definir una actitud como una predisposición para responder
a un estímulo en particular de una manera particular. Una actitud representa una mayor
probabilidad de que una persona reaccione frente a una experiencia o comunicación dadas
de una forma en particular en vez de hacerlo en otra forma"(Manheim, 1983).
La actitud según Morales (1994), tiene tres componentes y son los que siguen:
1. Cognitivo: Consta de las percepciones de la persona sobre el objeto de la actitud y
de la información que posee sobre él.
2.
3. Afectivo: Si la evaluación surge más bien de experiencias intensas, de carácter
positivo o negativo, con el objeto de la actitud, el proceso es afectivo. Éste está
compuesto por los sentimientos que dicho objeto despierta.
4. Cognitivo-conductual: El tercero incluye las tendencias, disposiciones e intenciones
hacia el objeto, así como las acciones dirigidas hacia él. Y finalmente es conductual
si la evaluación surge de manera gradual de la implicación conductual de la persona
con el objeto.
A las actitudes a veces se les suele llamar creencias pues según Manheim (1983) menciona
que las creencias son observaciones de hechos o realidades, no son lo mismo que la
realidad sino que representan la forma en que el individuo mira la realidad, la descripción
de sí mismo, de su medio ambiente físico y social, la forma en que percibe su contexto, el
medio dentro del cuál vive y acerca del cual se forma juicios y valores.
Con respecto a lo anterior, cabe señalar que no todas las creencias están sujetas a prueba y
para ello se señalará a continuación las dos clases de creencias.
Pueden existir al menos dos clases de creencias según menciona Manheim (1983) y son las
siguientes:
La primera es una creencia en algo, la segunda una creencia acerca de algo. La diferencia
entre las dos consiste en que la creencia en algo no se puede comprobar ni impugnar por
observación, por lo menos no brevemente. Tampoco existe una manera física de medirla,
aunque mucha gente cree que este tipo de creencias existe y esto influye en su conducta.
Por otro lado, las creencias acerca de algo son constantemente sujetas a pruebas. Cada una
de estas creencias pueden ser comprobadas. Cada creencia de este tipo puede ser juzgada a
través de hechos observables y se pueden evaluar sus méritos empíricamente por tanto, este
tipo de creencias son las que se evaluarán en el presente estudio.
Las creencias paternas, que son las que aquí interesan según Papalia y Olds (1998) tienen
origen en la cultura pues se encontró que un estudio realizado en California relacionó
creencias de los padres sobre crianza, inteligencia y educación, con el desempeño escolar
de sus hijos (Okagaki y Steinberg, 1993). La identificación de este estudio de diferencias
culturales en las creencias de los padres puede ayudar a los profesores y a los mismos
padres a entender un poco más a los niños, a desarrollar una forma de vida diferente a las
de ellos y darse cuenta de su propia situación.
4. Antecedentes históricos del problema del maltrato infantil
Según varios autores, que aquí se abordarán, este fenómeno del maltrato infantil ocurre
desde los inicios de la humanidad; "la historia de maltrato a menores ocurre desde que el
ser humano se encuentra en la faz de la tierra. Por lo tanto, debe entenderse y aceptarse que
éste es un fenómeno tan antiguo como la humanidad misma y no una característica peculiar
de la sociedad moderna"(Loredo 199 ), diversas culturas a lo largo de la historia de todo el
mundo lo han utilizado como una forma de educación y crianza para los hijos.
El maltrato infantil aparece como una forma de interacción humana muy difundida. Hoy en
día la violencia hacia los niños reviste formas más sutiles, se ejerce de manera silenciosa en
el hogar, la calle o la escuela, y se ha convertido en una práctica común y socialmente
aceptada.
Sin embargo, hasta hace muy poco se le ha puesto el interés debido al problema, se le ha
clasificado y considerado como tal y ha incrementado la atención en éste, como lo
menciona "El fenómeno de la violencia y el maltrato dentro del ámbito familiar no es un
problema reciente. Los análisis históricos revelan que ha sido una característica de la vida
familiar tolerada, aceptada desde tiempos remotos. Sin embargo, algunas décadas atrás,
expresiones tales como niños maltratados, mujeres golpeadas o abuso sexual tal vez habían
sido comprendidos pero no consideradas como sinónimo de graves problemas sociales"
Corsi (1994), según este autor, la violencia familiar comenzó a abordarse como problema
social grave a comienzos de los 60, cuando algunos autores describieron el "síndrome del
niño golpeado", redefiniendo los malos tratos hacia los niños; también el abordaje
periodístico de estos casos, contribuyó a generar un incremento de la conciencia pública
sobre el problema. También Cortés y Cantón (1997) mencionan que el abuso infantil ha
existido siempre aunque ha sido durante los últimos 150 años cuando ha ido emergiendo
como un problema social y una considerable cantidad de instituciones sociales y legales se
han ocupado de él y que en un principio, este fenómeno no recibió atención como tal, sino
que dentro del esfuerzo por acabar con el problema de los niños vagabundos e indigentes se
encontraron diversos casos de maltrato infantil.
Berk (1999) señala un aspecto muy importante y decisivo en la aceptación del problema del
maltrato infantil como tal y señala que este problema es tan viejo como la historia humana,
pero solo recientemente ha habido aceptación amplia de que el problema existe,
investigación centrada en entenderlo, y programas dirigidos a ayudar al niño maltratado y a
las familias y quizá este aumento de interés público y profesional es debido al hecho de que
el maltrato infantil es muy común en grandes naciones industrializadas o desarrolladas
como las no desarrolladas y en vías de desarrollo, es decir que la incidencia de este
problema se ha incrementado tanto mundialmente que se ha salido del control social. Esto
resaltó claramente cuando Marcovich(1981) señaló que cada minuto un niño sufría maltrato
físico o verbal por parte de alguno de sus padres.
Por otro lado, "tanto el maltrato infantil como la violencia intrafamiliar son fenómenos
sociales que han gozado de aceptación en nuestra cultura, a pesar de que en los últimos
tiempos estas conductas han sido condenadas por constituir algunas de las formas de
violencia más comunes penetrantes en nuestra sociedad todavía miles de niños y mujeres
sufren de manera permanente actos de maltrato físico, psicológico y sexual en su propio
hogar. Hasta ahora ha habido una separación histórica entre la violencia doméstica y el
maltrato infantil, la primera salió a la luz pública debido al trabajo de las organizaciones de
protección a las mujeres".
La revista Boletín (1996) en el artículo llamado el castigo corporal en la niñez: ¿endemia o
epidemia?, afirma que los años sesenta marcan un hito en la historia referente a la violencia
contra los niños, ya que durante este ese periodo se describió el síndrome del niño
maltratado y se le acuño este nombre y desde entonces se han multiplicado los trabajos
sobre el tema pero a pesar de las investigaciones realizadas, aún queda mucho por aclarar
sobre la epidemiología de la violencia contra los niños, sus causas y sus mecanismos y las
medidas más eficaces para prevenirla. Sin embargo, los conocimientos acumulados hasta
ahora constituyen suficientes bases para la acción y justifican la formulación de programas
de intervención sobre las bases científicas.
Por tanto, cabe aclarar que este tema en la actualidad ha cobrado interés pero no el
necesario para actuar de manera participativa, es decir, para implementar nuevos programas
de prevención y ayuda psicológica para padres así como poner en marcha los ya existentes.
5. Causas del maltrato infantil
Las fuentes revisadas concuerdan en que el maltrato infantil es un problema multi factorial,
es decir multi causal y multi disciplinario y de todos ellos, los que aborda el tema
exhaustivamente y de manera más acertada son el II Congreso sobre Maltrato Infantil
(1998) y Cantón y Cortés (1997) quienes determinan lo siguiente.
Entre las causas principales que generan el maltrato a menores, se pueden mencionar las
siguientes:
a. Personalidad o modelo psiquiátrico/psicológico (Cantón y Cortés, 1997) postulaba
una relación entre el abuso/abandono infantil y la presencia de enfermedades
mentales o de algún síndrome o desorden psicológico específico, en la actualidad
varios autores admiten que solo entre un 10 y un 15% de los de los padres abusivos
ha sido diagnosticado con un síntoma psiquiátrico específico. Estudios que se han
hecho, indican que los padres abusivos tienen dificultades para controlar sus
impulsos, presentan una baja autoestima, escasa capacidad de empatía, así mismo,
se ha encontrado que el abuso infantil se relaciona con la depresión y con la
ansiedad de los padres, entre otras características y rasgos de personalidad como el
alcoholismo y la drogadicción.
b.
c. Económicas. Esto es a partir de la crisis que prevalece en nuestra entidad federativa
y el desempleo que trae consigo que los padres que se encuentran en esta situación
desquiten sus frustraciones con los hijos y los maltraten ya sea física o
psicológicamente, el maltrato infantil se presenta en mayor medida en los estratos
de menores ingresos, aunque se ha encontrado en diversas investigaciones que esta
conducta no es propia de determinada clase social y se suele dar en todos los grupos
socioeconómicos, estas características se encuentran dentro del modelo sociológico
mencionado por Cantón y Cortés (1997).
d. Culturales. En este rubro se incluye a las familias donde los responsables de ejercer
la custodia o tutela de los menores no cuenta con orientación y educación acerca de
la responsabilidad y la importancia de la paternidad y consideran que los hijos son
objetos de su propiedad. A estos tutores les falta criterio para educar a sus hijos. La
sociedad ha desarrollado una cultura del castigo, en la cual al padre se le considera
la máxima autoridad en la familia, con la facultad de normar y sancionar al resto de
los miembros, en esta concepción, el castigo se impone como una medida de
corrección a quien transgrede las reglas, además no se prevén otros medios de
disciplina y educación de los hijos, además de que la información existente acerca
de este problema social no se hace llegar a los padres de familia ni se promueven los
programas de ayuda para éstos y así, estos a su vez son ignorantes pues carecen de
información, orientación y educación al respecto (modelo sociológico).
e. Sociales. Cuando entre los padres se produce una inadecuada comunicación entre
ellos y sus hijos, se da pie a la desintegración familiar (modelo
psiquiátrico/psicológico). En la mayoría de los casos, esta causa va paralela al nivel
socioeconómico de los padres y el ambiente que rodea a la familia. Así mismo, es
inducida por la frustración o la desesperación ante el desempleo, los bajos ingresos
familiares y la responsabilidad de la crianza de los hijos. El estrés producido por
estas situaciones adversas provoca otras crisis de igual o mayor magnitud (modelo
sociológico). Por otro lado, los conflictos que son ocasionados por el nacimiento de
los hijos no deseados o cuando la madre se dedica a la prostitución y deja en la
orfandad a sus hijos. En consecuencia el maltrato que se genera en estos casos
provoca un daño irreversible por la carencia de afecto durante esta etapa de la vida
del individuo(modelo psiquiátrico/psicológico).
f. Emocionales. La incapacidad de los padres para enfrentar los problemas, su
inmadurez emocional, su baja autoestima, su falta de expectativas y su inseguridad
extrema motivan que desquiten su frustración en los hijos y no les proporcionen los
requerimientos básicos para su formación y pleno desarrollo. Los estilos negativos
de interacción que generan la violencia doméstica; se ha comprobado que en los
lugares donde existe agresión y violencia entre el padre y la madre suele haber
también maltrato infantil y esto produce a su vez incapacidad de socialización en los
padres con el medio en que se desenvuelven. No hay que olvidar que a través de la
familia se transmiten las reglas y costumbres establecidas por la sociedad (modelo
psiquiátrico/psicológico).
g. La historia del maltrato de los padres. De acuerdo con múltiples estudios, es muy
alto el promedio de padres agresores que sufrieron maltrato en su infancia. Además,
en la mayoría de estos casos, los progenitores no reciben instrucción alguna acerca
de la forma de tratar a sus hijos y aunque la recibieran, sin una intervención
psicológica adecuada caerían de nuevo en la misma forma de tratar a sus hijos; a
esto se le llama transmisión intergeneracional, malas experiencias en la niñez, etc.
(modelo psiquiátrico/psicológico).
h. Biológicas. Se trata del daño causado a los menores que tienen limitaciones físicas,
trastornos neurológicos o malformaciones. Por sus mismas limitaciones, estos niños
son rechazados por la sociedad y por consiguiente sus padres o tutores los relegan o
aceptan con lástima. En estas circunstancias, el daño que se ocasiona a los menores
con discapacidad es mayor, pues agrede a un ser indefenso que no puede responder
en forma alguna (modelo centrado en el niño, Cortés y Cantón, 1997).
6. Formas o prácticas de crianza
El maltrato infantil está relacionado con el valor social que se otorga a los niños, las
expectativas culturales de su desarrollo y la importancia que se da al cuidado de los niños
en la familia o en la sociedad (Saucedo, 1995 citado en González, R.V. y Araiza, G.C.
1998) y esto a su vez se relaciona con las pautas o formas de crianza y los mitos, creencias
y actitudes que los padres albergan en éstas, entre ellas están las creencias acerca de la
necesidad de inculcar la disciplina mediante medidas de corrección físicas o verbales
inadecuadas, pues desde tiempos inmemorables se ha aplicado la cultura del castigo y el
miedo para educar a los hijos y así desarrollar "hombres cabales y de provecho, también
existe la idea de que los hijos son propiedad de los padres. Gracias a este mito que data de
la época romana, los progenitores creen que gozan de poder absoluto sobre sus hijos.
Papalia y Olds (1998), señalan que cuando los niños son conscientes de su propia persona,
su educación puede ser un reto desconcertante y complejo; los padres de hoy educan a sus
hijos repitiendo los patrones que sus padres les aplicaron y otros adoptan prácticas muy
diferentes a las que utilizaron con ellos y para ello, estos autores describen tres clases de
estilos de paternidad basándose en Baumrind, (1971); Baumrind y Black, (1967) y son los
siguientes:
a. Los padres autoritarios cuyos valores primarios en la crianza de sus hijos se basan
en el control y la obediencia incuestionables.
b.
c. Los padres permisivos cuyos valores primarios en la crianza de sus hijos son la
autoexpresión y la autorregulación.
d. Padres democráticos cuyos valores primarios en la crianza de sus hijos mezclan el
respeto por la individualidad del niño con un deseo de transmitir valores sociales en
él.
Según Baumrind, citado por Papalia y Olds (1998) el mejor de estos tres estilos de
paternidad, en niños de preescolar es el de padres democráticos pues dirigen las actividades
de sus hijos en forma racional, prestan atención antes que al miedo del niño al castigo o a la
pérdida de amor. Aunque confían en su capacidad para guiar a sus hijos respetan los
intereses, las opiniones y la personalidad de los niños. Son amorosos, consecuentes,
exigentes y respetuosos de las decisiones independientes de sus hijos, pero firmes en
mantener los estándares y la voluntad para imponer castigos limitados. Explican las razones
que sustentan las posiciones que adoptan y favorecen el intercambio de opiniones. Sus
hijos, evidentemente se sienten seguros al saber que los aman y que esperan de ellos. Estos
niños de preescolar tienden a confiar más en sí mismos y a controlarse, manifiestan interés
por explorar y se muestran satisfechos. Una investigación reciente también relaciona la
paternidad democrática con el aprendizaje. Estudios de andamiaje encontraron que los
padres democráticos son más sensibles para saber cuando cambiar el nivel de ayuda, y que
sus niños lograron más éxito en diferentes tareas (Pratt, Kerig, Cowan y Cowan, 1988
citados por Papalia y Olds, 1996).
Alice Miller (1997), psicóloga suiza, afirma que la mayor parte de la violencia y el dolor
psicológico que se ve en la actualidad surge de la privación psicológica que experimentan
los niños. Miller concluyó en su ensayo titulado Por tu propio bien, que existe la pedagogía
negra y que la utilizan gran cantidad de padres para educar a sus hijos inconscientemente,
como una reacción al daño emocional que ellos sufrieron en su infancia y concientemente,
al creer que ayudan a sus hijos a ser más competentes y autosuficientes pero al contrario,
esto debilita el auto confianza y la curiosidad del niño, lo ridiculiza por su falta de
competencia y suprime la expresión de sus sentimientos. Solo al romper la transmisión de
generación en generación de la pedagogía negra, afirma, los adultos pueden ayudar a los
niños a crecer física y psicológicamente saludables.
Alice Milller (1997), nos hace referencia de los problemas principales que lleva implícitos
la educación y que de manera aberrante están justificados y permitidos tanto por las
instituciones como por los padres de familia, a esto le llama la pedagogía negra.
Esta pedagogía esta llena de creencias y actitudes que Miller (1997) enumera en el
siguiente listado:
1. Los adultos son amos ( y no servidores) del niño dependiente.
2.
3. Que dicen como dioses qué es lo justo y lo injusto.
4. Que su ira proviene de sus propios conflictos.
5. Que el niño es responsable de ella.
6. Que a los padres siempre hay que respetarlos.
7. Que los sentimientos vivos del niño suponen un peligro para el adulto dominante.
8. Que al niño hay que quitarle su voluntad lo antes posible.
9. Que todo hay que hacerlo a una edad temprana para que el niño no advierta nada y
no pueda traicionar al adulto.
Los métodos en que se ha trasmitido esta educación han sido de generación en generación,
tratando desde tiempos muy remotos al niño como adulto chiquito, reprimiendo la
espontaneidad vital, construyendo una base de informaciones e ideas falsas, que darán
sustento a sus posteriores creencias y actitudes.
Las principales informaciones e ideas falsas son:
1. Que el sentimiento del deber engendra amor.
2.
3. Que se puede acabar con el odio mediante prohibiciones.
4. Que los padres merecen respeto a priori por ser padres.
5. Que los niños a priori no merecen respeto alguno.
6. Que la obediencia robustece.
7. Que un alto grado de auto estima es perjudicial.
8. Que una escasa auto estima conduce al altruismo.
9. Que la ternura es perjudicial (amor ciego).
10. Que atender las necesidades del niño es malo.
11. Que la severidad y la frialdad constituyen una buena preparación para la vida.
12. Que la gratitud fingida es mejor que la ingratitud honesta.
13. Que la manera de ser es más importante que el ser.
14. Que ni los padres ni dios sobrevivirán a una afrenta.
15. Que el cuerpo es algo sucio y repugnante.
16. Que la intensidad de los sentimientos es perjudicial.
17. Que los padres son seres inocentes y libres de instintos.
18. Que los padres siempre tienen la razón.
7. Consecuencias del maltrato infantil
El maltrato infantil trae serias consecuencias tanto en el individuo como en la como en la
sociedad en general, pero desgraciadamente existen muy pocas investigaciones acerca de
este tema y no obstante, poco o nada se hace en términos de promoción de la salud mental y
de la detección y la prevención, tratamiento y rehabilitación de los trastornos emocionales.
Únicamente se atienden las necesidades físicas de los menores, así mismo, al agresor
tampoco se les da un tratamiento y en este caso sería indispensable llevarlo a cabo a manera
de prevención y de tratamiento más sin embargo las autoridades de salud públicas pasan de
largo sin reconocerlos como individuos bio-psico-sociales. Por tanto, la reintegración y
adaptación de estas personas nuevamente a la sociedad la llevan a cabo solos y, la forma en
la que lo hacen no siempre es la más adecuada.
Por consecuencias entendemos toda serie de alteraciones en el funcionamiento individual,
familiar y social de las víctimas de maltrato, siendo los aspectos más conocidos la
reproducción del mismo y las alteraciones en el rendimiento académico, en el ajuste
psíquico individual y en el tipo de relaciones en las que el sujeto participa (Friederich y
Wheeler, 1982; Lamphear, 1986 citado en Pino y Herruzo, 2000).
Los malos tratos que se llevan a cabo sobre los niños pueden provocar daño o
consecuencias negativas a dos niveles: somático y psicológico (Martínez, Roig y De Paúl,
1993; Querol, 1991 cit. en Pino y Herruzo, 2000).
Consecuencias somáticas.
a. Abandono físico: retraso pondoestatural, cronificación de problemas por falta de
tratamiento físico, vitaminopatías, eritemas de pañal, aplanamiento del occipucio,
aparición de ciertas enfermedades prevenibles mediante vacunación y producción
de quemaduras y otras lesiones por accidentes familiares debidas a una falta de
supervisión.
b. Maltrato físico: lesiones cutáneas, quemaduras, lesiones bucales (que pueden afectar
a la posición de los dientes), lesiones óseas (que pueden afectar el crecimiento y la
movilidad articular), lesiones internas (traumatismos craneales y oculares) entre las
que destacan aquellas que producen edemas cerebrales puesto que pueden tener
secuelas neurológicas.
En cuanto a las anteriores consecuencias, sin restar importancia, no nos compete abordarlas
ampliamente, pues la mayoría de este tipo de casos caen en manos del médico, entonces en
este caso, interesa abordar las consecuencias psicológicas.
Según Pino y Herruzo (2000), al hablar de consecuencias psicológicas se refieren a la
variedad de comportamientos que pueden aparecer, sean alterados o como ellos los llaman
"excesos conductuales" y también los retrasos o "déficits" en ciertos repertorios que se
esperarían en los niños en función de sus edades respectivas. Estas consecuencias pueden
manifestarse a corto, a mediano y largo plazo, es decir, en la infancia, adolescencia y edad
adulta. Las consecuencias que estos autores plantean serían las siguientes:
Consecuencias durante la infancia.
A corto plazo: Incluye los efectos que estos pueden tener sobre el desarrollo físico del niño
en el periodo comprendido entre los cero y los ocho años de edad, esto debido a que, según
el autor este es el periodo en donde los cambios más rápidos y drásticos se producen en el
periodo de cero a seis/ocho años.
La principal y secuela que los malos tratos producen en el desarrollo de los niños es
precisamente su retraso que se nota alrededor de la edad de un año, y ya es muy claro a los
veinticuatro meses.
Las áreas comportamentales que se encuentran más afectadas en este periodo son las
siguientes:
a. Area cognitiva: presentan un menor desarrollo cognitivo, se muestran más
impulsivos, menos creativos, más distraibles y su persistencia en las tareas de
enseñanza aprendizaje es menor. Son menos habilidosos resolviendo problemas y
cuando llegan a la edad escolar muestran peores resultados en las pruebas de CI y
tienen malas ejecuciones académicas. Los niños maltratados funcionan
cognitivamente por debajo del nivel esperado para su edad, ya que sus puntuaciones
en escalas de desarrollo y tests de inteligencia son menores que en los niños no
maltratados, sus habilidades de resolución de problemas son menores y hay déficit
de atención que comprometen el rendimiento en las tareas académicas.
b.
c. Area social: Pino y Herruzo (2000) mencionan que estos niños, a los 18 y 24 meses
sufren un apego ansioso y presentan más rabia, frustración y conductas agresivas
ante las dificultades que los niños no maltratados. Entre los 3 y 6 años tienen
mayores problemas expresando y reconociendo afectos que los controles. También
expresan más emociones negativas y no saben animarse unos a otros a vencer las
dificultades que se presentan en una tarea. Por último, presentan patrones
distorsionados de interacción tanto con sus cuidadores como con sus compañeros.
Según Gaensbauer et al. (1979; 1980) citados por Pino y Herruzo (2000)
identificaron seis patrones distorsionados de comunicación afectiva entre los niños
maltratados y sus cuidadores: eran retraídos o distantes afectivamente, mostraban
falta de placer o bienestar, eran inconsistentes en la interacción, presentaban
ambigüedad, frivolidad y una comunicación afectiva negativa. Estos niños se
acercan menos a los cuidadores, evitan más a los adultos y a los compañeros y son
más agresivos con los adultos. También otros autores como Hoffman-Plotkin y
Twentyman (1984) citados por pino y Herruzo (2000), descubrieron que los niños
maltratados físicamente eran más agresivos que los controles y que los que padecían
abandono interaccionaban menos de lo normal estos mismos autores, pero en el año
de 1988 indican que los niños maltratados han mostrado falta de empatía. Son niños
que entre 1-3 años de edad no mostraban interés por escapar a las situaciones
molestas de la guardería y cuando lo hacían eran violentos, reaccionaban con
ataques físicos, cólera o miedo (Main y Georges, 1985) citados por Pino y Herruzo
(2000), también se ha visto que los niños maltratados son menos recíprocos en las
interacciones con sus iguales y Elmer y Martin (1987) citados Pino y Herruzo
(2000) mencionan que estas dificultades en habilidades de empatía perduran hasta la
edad adulta.
d. Área del lenguaje: Pino y Herruzo (2000) ha revisado varios estudios al respecto y
ha encontrado lo siguiente. Beeghly, Carlon y Cicchetti (1986) descubrieron que los
niños que padecen de maltrato físico, a los 30 meses, no se diferencian de los niños
control en cuanto a lenguaje comprensivo pero si en el productivo, en lo que se
refiere a sensaciones, sentimientos y necesidades y los niños que padecen abandono
y maltrato físico presentan un déficit en la expresión de este tipo de verbalizaciones
referentes a estados internos. Coster, Gersten, Beeghl y Cicchetti (1989) estudiaron
la interacción verbal madre e hijo en niños de 31 meses. Observaron que los niños
maltratados físicamente utilizan un lenguaje menos complejo sintácticamente,
tienen menos vocabulario expresivo y conocen menos palabras que los normales.
Burguess y Conger (1978), observaron que las madres de los niños que padecen
abandono y maltrato físico hablan menos con sus hijos que las controles, en los
casos de abandono físico las madres dan menos recompensas verbales y aprobación
a sus hijos, y se muestran más propensas a criticarlos. En los casos de maltrato
físico se ha visto que utilizan menos instrucciones verbales para ayudar a sus hijos a
superar las dificultades normales de su ambiente. Inician menos interacciones de
juego e ignoran más a sus hijos. Estas dificultades de lenguaje no desaparecen a lo
largo del tiempo, sino que perduran hasta la edad escolar. Los niños maltratados, tal
como lo señala Blager y Mártin (1976), los niños maltratados presentan dificultades
de comunicación y de habilidades de expresión.
e. Área de autonomía funcional. Pino y Herruzo (2000) señalan que por un lado, puede
haber conductas de cuidado personal (aseo, vestido, nutrición, etc.) que en
condiciones normales deben ser aprendidas en el seno familiar y, por otro lado,
están las habilidades de la vida en comunidad, es decir, la capacidad que el sujeto
tiene de funcionar de forma independiente a sus progenitores o cuidadores y señalan
que los resultados de Egeland et al. (1981, 1983) muestran que los niños que
padecían diferentes formas de maltrato presentaban un apego ansioso, en especial
los que sufrían abandono emocional. Estos niños tendían a ser menos obedientes a
sus padres y educadores que los controles y presentaban menor repertorio de
autocontrol. El grupo de abandono físico resultó especialmente dependiente del
educador para aquellas tareas propias de la nutrición que se llevan a cabo en el
colegio. Sin embargo en cuanto a los comportamientos de funcionamiento
independiente con respecto a los padres en su medio, estos niños llegan a estar al
nivel o por encima de los controles (Pino, 1995). Esto podría ser consecuencia
directa del número de horas que estos pasan solos, muchas veces en la calle, desde
edades muy tempranas.
f. Área Motora. Pino y Herruzo (2000) ha encontrado diversas investigaciones al
respecto y varias de ellas son las siguientes. Esta es el área que se encuentra menos
afectada (Pino, 1995). En el estudio de Egeland et al. (1981, 1983) los niños
maltratados se mostraron menos hábiles que los controles, en el uso de herramientas
a los 24 meses de edad. En Pino y Herruzo (1993) los niños que padecían abandono
físico se mostraban más tardíos en adquirir la locomoción y se apreciaban también
déficits en motricidad fina.
g. Problemas de Conducta. Se refiere a los problemas de comportamiento en general
(conductas agresivas, hiperactivas y disruptivas). Como ya se ha mencionado, los
problemas de conducta agresiva se presentan principalmente en los niños
maltratados físicamente. Kazdin, Moser, Colbus y Bell (1985) y Allen y Tarnowski
(1989) citados en Pino y Herruzo (2000) hallaron en estos niños más síntomas
depresivos (mayor externalidad en la atribución de control, más baja autoestima y
desesperanza en cuanto al futuro). Pino y Herruzo (1993) observaron una inusual
aparición de comportamientos sexuales precoces (frotis, masturbaciones con una
alta frecuencia, en presencia de otros niños) en niños que padecían abandono (Pino
y Herruzo, 2000).
8. Consecuencias durante la edad escolar y la adolescencia.
Pino y Herruzo (2000) han revisado varias investigaciones y deducen lo siguiente de cada
uno de los siquientes autores.
Cichetti y Olsten (1990) afirman que el maltrato infantil tiene una serie de efectos en todas
las áreas del desarrollo del niño, lo que le coloca en una situación de alto riesgo para
desarrollar problemas de conducta y posteriores psicopatologías. Son diversas las
alteraciones conductuales que se engloban bajo la etiqueta general de conducta antisocial
las más relacionadas con el fenómeno de los malos tratos. Azar, Barnes y Twentiman
(1982) han encontrado altos niveles de conducta violenta y delitos con uso de violencia
entre delincuentes y jóvenes con alteraciones psiquiátricas que habían padecido malos
tratos. Engfer y Schnewind (1982) mencionan que el maltrato físico está relacionado con la
aparición de ansiedad e indefensión y estas reacciones se deben principalmente a las
situaciones de rechazo (maltrato emocional/abandono emocional), estos niños presentan un
comportamiento agresivo tal vez debido al mismo maltrato, lo cual crea un círculo vicioso
en la relación padres-hijo. Mc Cord (1983) en un estudio retrospectivo encontró que el 20%
de los niños que habían padecido abandono o maltrato físico, cuando llegaron a
adolescentes cometieron delitos graves y una vez que estos cometen delitos ésta conducta
suele cronificarse hasta la edad adulta. También se ha estudiado el Coeficiente Intelectual y
su relación con los malos tratos y los niños con abandono aparecen con un CI inferior al
normal y las niñas tienen CI infranormal ya sea que sufran maltrato físico o abandono. Otra
consecuencia de los malos tratos es que los niños acaban adoptando una visión
distorsionada de la realidad, los adolescentes maltratados tienen una idea distorsionada de
la relación padre-hijo y ven a su padre como perfecto al lado del hijo despreciable, también
suelen tener expectativas poco realistas sobre la conducta de otros niños y piensan que los
niños deben saber hacer cosas que son poco adecuadas para la edad de estos.
9. Panorama del maltrato infantil a modo de conclusión
Vivimos en un mundo en el que predomina la violencia. Y no debería extrañarnos que su
dominio se inicie en la familia, pues es ahí donde empieza a manifestarse. La mayor parte
de las agresiones graves a los niños se da precisamente en el hogar y esto da lugar a que
dicho problema del maltrato a los niños se encuentre en personas y circunstancias casi o
totalmente fuera de control, este tema se relaciona con el malinterpretado derecho de
corrección y de una u otra manera todos debemos hacernos responsables para no seguir
incubando en la sociedad ese fenómeno tan desastroso y responsable de diversas anomalías
en la misma; pues tanto el maltrato infantil como la violencia intrafamiliar son fenómenos
sociales que han gozado de aceptación en nuestra cultura. A pesar de que en los últimos
tiempos estas conductas han sido condenadas por constituir algunas de las formas de
violencia más comunes y penetrantes en nuestra sociedad, todavía miles de niños sufren
maltrato físico, psicológico y sexual en su propio hogar. La familia es y debería
considerarse como la institución más compleja y la más importante para nuestra sociedad,
más sin embargo lo que sucede dentro de ella puede tener efectos tanto positivos como
negativos en cada uno de los individuos que la integran y por tanto un ajuste o desajuste en
las relaciones intrafamiliares. Diversos estudios en el tema han demostrado que los padres
son los principales autores del maltrato infantil y a pesar de las graves consecuencias que
este fenómeno desencadena no se debe calificar a estas personas como pervertidas o
anormales, ya que sufren al igual que el niño o la niña agredidos ya que en la mayor parte
de los casos éstos desahogan sus propias frustraciones que sus padres les hicieron sufrir de
niños en sus hijos y sin darse cuenta de que así es, es decir, es un proceso inconsciente que
se convierte en un círculo vicioso y que coincide con la teoría de frustración-agresión. Toda
sociedad encuentra los más hondos y sólidos cimientos de su futuro en las generaciones
jóvenes, que instruidas en forma adecuada y educadas de manera integral, serán el sustento
de una nueva conciencia social y humana que es el único camino hacia el desarrollo y la
paz social en México y en todo el mundo.
Leer más: http://www.monografias.com/trabajos10/malin/malin.shtml#ixzz3FgWsTnYD
Maltrato infantil

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  • 1. Educación Especial en Puerto Rico ¿Qué es el Maltrato Infantil? MALTRATO INFANTIL Hemos elegido la definición del Centro Internacional de la Infancia de París, que considera que maltrato infantil es "cualquier acto por acción u omisión realizado por individuos, por instituciones o por la sociedad en su conjunto y todos los estados derivados de estos actos o de su ausencia que priven a los niños de su libertad o de sus derechos correspondientes y/o que dificulten su óptimo desarrollo". Existen diferentes tipos de maltrato, definidos de múltiples formas, nosotros hemos seleccionado las siguientes :  Maltrato físico: Acción no accidental de algún adulto que provoca daño físico o enfermedad en el niño, o que le coloca en grave riesgo de padecerlocomo consecuencia de alguna negligencia intencionada.  Abandono físico: situación en que las necesidades físicas básicas del menor, (alimentación, higiene, seguridad, atención médica, vestido, educación, vigilancia...), no son atendidas adecuadamente por ningún adulto del grupo que convive con él.  Abuso sexual: Cualquier clase de placer sexual con un niño por parte de un adulto desde una posición de poder o autoridad. No es necesario que exista un contacto físico (en forma de penetración o tocamientos) para considerar que existe abuso sino que puede utilizarse al niño como objeto de estimulación sexual, se incluye aquí el incesto, la violación, la vejación sexual (tocamiento/manoseo a un niño con o sin ropa, alentar, forzar o permitir a un niño que toque de manera inapropiada al adulto) y el abuso sexual sin contacto físico (seducción verbal, solicitud indecente, exposición de órganos sexuales a un niño para obtener gratificación sexual, realización del acto sexual en presencia de un menor, masturbación en presencia de un niño, pornografía...)  Maltrato emocional: Conductas de los padres/madres o cuidadores tales como insultos, rechazos, amenazas, humillaciones, desprecios, burlas, críticas, aislamiento, atemorización que causen o puedan causar deterioro en el desarrollo emocional, social o intelectual del niño.  Abandono emocional: Situación en la que el niño no recibe el afecto, la estimulación, el apoyo y protección necesarios en cada
  • 2. estadio de su evolución y que inhibe su desarrollo óptimo. Existe una falta de respuesta por parte de los padres/madres o cuidadores a las expresiones emocionales del niño (llanto, sonrisa,...) o a sus intentos de aproximación o interacción.  Síndrome de Münchhausen por poderes: Los padres/madres cuidadores someten al niño a continuas exploraciones médicas, suministro de medicamentos o ingresos hospitalarios, alegando síntomas ficticios o generados de manera activa por el adulto (por ejemplo mediante la administración de sustancias al niño).  Maltrato institucional: Se entiende por malos tratos institucionales cualquier legislación, procedimiento, actuación u omisión procedente de los poderes públicos o bien derivada de la actuación individual del profesional que comporte abuso, negligencia, detrimento de la salud, la seguridad, el estado emocional, el bienestar físico, la correcta maduración o que viole los derechos básicos del niño y/o la infancia. Indicadores de Maltrato Infantil El niño no sabe defenderse ante las agresiones de los adultos, no pide ayuda, esto lo sitúa en una posición vulnerable ante un adulto agresivo y/o negligente. Los niños que sufren maltrato tienen múltiples problemas en su desarrollo evolutivo, déficits emocionales, conductuales y socio- cognitivos que le imposibilitan un desarrollo adecuado de su
  • 3. personalidad. De ahí la importancia de detectar cuanto antes el maltrato y buscar una respuesta adecuada que ayude al niño en su desarrollo evolutivo. Los problemas que tienen los niños maltratados se traducen en unas manifestaciones que pueden ser conductuales, físicas y/o emocionales. A estas señales de alarma o pilotos de atención es a lo que llamamos indicadores, ya que nos pueden "indicar" una situación de riesgo o maltrato. A continuación exponemos una serie de indicadores que nos pueden ayudar en nuestra observación, sin embargo hay que tener en cuenta que éstos por sí solos no son suficientes para demostrar la existencia de maltrato sino que además debemos considerar la frecuencia de las manifestaciones, cómo, dónde y con quién se producen. Por ello es importante saber interpretar estos indicadores y no quedarnos ante ellos como observadores o jueces de una forma de ser ante la que no podemos hacer nada. Estos indicadores no siempre presentan evidencias físicas (v.gr.: algunas formas de abuso sexual, maltrato psicológico... ) sino que pueden ser también conductas difíciles de interpretar. Algunos de los indicadores, entre otros, que se pueden dar son: En el NIÑO:  señales físicas repetidas ( morados, magulladuras, quemaduras...)  niños que van sucios, malolientes, con ropa inadecuada, etc.  cansancio o apatía permanente (se suele dormir en el aula)  cambio significativo en la conducta escolar sin motivo aparente  conductas agresivas y/o rabietas severas y persistentes  relaciones hostiles y distantes  actitud hipervigilante (en estado de alerta, receloso,...)  conducta sexual explícita, juego y conocimientos inapropiados para su edad  conducta de masturbación en público  niño que evita ir a casa (permanece más tiempo de lo habitual en el colegio, patio o alrededores)  tiene pocos amigos en la escuela  muestra poco interés y motivación por las tareas escolares  después del fin de semana vuelve peor al colegio (triste, sucio, etc..)  presenta dolores frecuentes sin causa aparente  problemas alimenticios (niño muy glotón o con pérdida de apetito)  falta a clase de forma reiterada sin justificación  retrasos en el desarrollo físico, emocional e intelectual  presenta conductas antisociales: fugas, vandalismo, pequeños hurtos, etc.  intento de suicidio y sintomatología depresiva
  • 4.  regresiones conductuales (conductas muy infantiles para su edad)  relaciones entre niño y adulto secreta, reservada y excluyente  falta de cuidados médicos básicos En los PADRES y/o CUIDADORES:  parecen no preocuparse por el niño  no acuden nunca a las citas y reuniones del colegio  desprecian y desvalorizan al niño en público  sienten a su hijo como una "propiedad" ("puedo hacer con mi hijo lo que quiero porque es mío")  expresan dificultades en su matrimonio  recogen y llevan al niño al colegio sin permitir contactos sociales  los padres están siempre fuera de casa (nunca tienen tiempo para...)  compensan con bienes materiales la escasa relación personal afectiva que mantiene con sus hijos  abusan de substancias tóxicas (alcohol y/o drogas)  trato desigual entre los hermanos  no justifican las ausencias de clase de sus hijos  justifican la disciplina rígida y autoritaria  ven al niño como malvado  ofrecen explicaciones ilógicas, contradictorias no convincentes o bien no tienen explicación  habitualmente utilizan una disciplina inapropiada para la edad del niño  son celosos y protegen desmesuradamente al niño Estos indicadores pueden observarse en otros casos que no necesariamente se dan en niños maltratados, la diferencia más notable es que los padres maltratadores no suelen reconocer la existencia del maltrato y rechazan cualquier tipo de ayuda, llegando a justificar con argumentos muy variados este tipo de acciones; en cambio los padres con dificultades suelen reconocerlas y admiten cualquier tipo de ayuda que se les ofrezca. Maltrato infantil Nota descriptiva N.° 150 Enero de 2014
  • 5. Datos y cifras  Aproximadamente un 20% de las mujeres y un 5 a 10% de los hombres manifiestan haber sufrido abusos sexuales en la infancia, mientras que un 23% de las personas de ambos sexos refieren maltratos físicos cuando eran niños.  Entre las consecuencias del maltrato infantil se encuentran problemas de salud física y mental para toda la vida, y efectos sociales y laborales negativos que pueden retrasar el desarrollo económico y social de los países.  Es posible prevenir el maltrato infantil antes de que se produzca, y para ello es necesario un enfoque multisectorial.  Los programas preventivos eficaces prestan apoyo a los padres y les aportan conocimientos y técnicas positivas para criar a sus hijos.  La atención continua a los niños y a las familias puede reducir el riesgo de repetición del maltrato y minimizar sus consecuencias. El maltrato infantil se define como los abusos y la desatención de que son objeto los menores de 18 años, e incluye todos los tipos de maltrato físico o psicológico, abuso sexual, desatención, negligencia y explotación comercial o de otro tipo que causen o puedan causar un daño a la salud, desarrollo o dignidad del niño, o poner en peligro su supervivencia, en el contexto de una relación de responsabilidad, confianza o poder. La exposición a la violencia de pareja también se incluye a veces entre las formas de maltrato infantil. Magnitud del problema El maltrato infantil es un problema mundial con graves consecuencias que pueden durar toda la vida. A pesar de las encuestas nacionales recientes en varios países de ingresos bajos y medianos, faltan todavía datos acerca de la situación actual en muchos países. El maltrato infantil es complejo y su estudio resulta difícil. Las estimaciones actuales son muy variables, dependiendo del país y del método de investigación utilizado. Dichas estimaciones dependen de:  las definiciones de maltrato infantil utilizadas;  el tipo de maltrato infantil estudiado;  la cobertura y la calidad de las estadísticas oficiales;  la cobertura y la calidad de las encuestas basadas en los informes de las propias víctimas, los padres o los cuidadores. De cualquier modo, los estudios internacionales revelan que aproximadamente un 20% de las mujeres y un 5 a 10% de los hombres manifiestan haber sufrido abusos sexuales en la infancia, mientras que un 23% de las personas de ambos sexos refieren maltratos físicos cuando eran niños. Además, muchos niños son objeto de maltrato psicológico (también llamado maltrato emocional) y víctimas de desatención.
  • 6. Se calcula que cada año mueren por homicidio 34 000 menores de 15 años. Esta cifra subestima la verdadera magnitud del problema, dado que una importante proporción de las muertes debidas al maltrato infantil se atribuyen erróneamente a caídas, quemaduras, ahogamientos y otras causas. En situaciones de conflicto armado y entre los refugiados, las niñas son especialmente vulnerables a la violencia, explotación y abusos sexuales por parte de los combatientes, fuerzas de seguridad, miembros de su comunidad, trabajadores de la asistencia humanitaria y otros. Consecuencias del maltrato El maltrato infantil es una causa de sufrimiento para los niños y las familias, y puede tener consecuencias a largo plazo. El maltrato causa estrés y se asocia a trastornos del desarrollo cerebral temprano. Los casos extremos de estrés pueden alterar el desarrollo de los sistemas nervioso e inmunitario. En consecuencia, los adultos que han sufrido maltrato en la infancia corren mayor riesgo de sufrir problemas conductuales, físicos y mentales, tales como:  actos de violencia (como víctimas o perpetradores);  depresión;  consumo de tabaco;  obesidad;  comportamientos sexuales de alto riesgo;  embarazos no deseados;  consumo indebido de alcohol y drogas. A través de estas consecuencias en la conducta y la salud mental, el maltrato puede contribuir a las enfermedades del corazón, al cáncer, al suicidio y a las infecciones de transmisión sexual. Más allá de sus consecuencias sanitarias y sociales, el maltrato infantil tiene un impacto económico que abarca los costos de la hospitalización, de los tratamientos por motivos de salud mental, de los servicios sociales para la infancia y los costos sanitarios a largo plazo. Factores de riesgo Se han identificado varios factores de riesgo de maltrato infantil. Aunque no están presentes en todos los contextos sociales y culturales, dan una visión general que permite comprender las causas del maltrato infantil. Factores del niño No hay que olvidar que los niños son las víctimas y que nunca se les podrá culpar del maltrato. No obstante, hay una serie de características del niño que pueden aumentar la probabilidad de que sea maltratado:  la edad inferior a 4 años y la adolescencia;
  • 7.  el hecho de no ser deseados o de no cumplir las expectativas de los padres;  el hecho de tener necesidades especiales, llorar mucho o tener rasgos físicos anormales. Factores de los padres o cuidadores Hay varias características de los padres o cuidadores que pueden incrementar el riesgo de maltrato infantil, entre ellas:  las dificultades para establecer vínculos afectivos con el recién nacido;  el hecho de no cuidar al niño;  los antecedentes personales de maltrato infantil;  la falta de conocimientos o las expectativas no realistas sobre el desarrollo infantil;  el consumo indebido de alcohol o drogas, en especial durante la gestación;  la participación en actividades delictivas;  las dificultades económicas. Factores relacionales Hay diversas características de las relaciones familiares o de las relaciones con la pareja, los amigos y los colegas que pueden aumentar el riesgo de maltrato infantil, entre ellas:  los problemas físicos, mentales o de desarrollo de algún miembro de la familia;  la ruptura de la familia o la violencia entre otros miembros de la familia;  el aislamiento en la comunidad o la falta de una red de apoyos;  la pérdida del apoyo de la familia extensa para criar al niño. Factores sociales y comunitarios Hay diversas características de las comunidades y las sociedades que pueden aumentar el riesgo de maltrato infantil, entre ellas:  las desigualdades sociales y de género;  la falta de vivienda adecuada o de servicios de apoyo a las familias y las instituciones;  los niveles elevados de desempleo o pobreza;  la disponibilidad fácil del alcohol y las drogas;  las políticas y programas insuficientes de prevención del maltrato, la pornografía, la prostitución y el trabajo infantiles;  las normas sociales y culturales que debilitan el estatus del niño en las relaciones con sus padres o fomentan la violencia hacia los demás, los castigos físicos o la rigidez de los papeles asignados a cada sexo;  las políticas sociales, económicas, sanitarias y educativas que generan malas condiciones de vida o inestabilidad o desigualdades socioeconómicas. Prevención
  • 8. La prevención del maltrato infantil requiere un enfoque multisectorial. Los programas eficaces son los que prestan apoyo a los padres y les aportan conocimientos y técnicas positivas para criar a sus hijos. Entre ellos se encuentran:  las visitas domiciliarias de enfermeras para ofrecer apoyo, formación e información;  la formación de los padres, generalmente en grupos, para mejorar sus aptitudes para criar a los hijos, mejorar sus conocimientos sobre el desarrollo infantil y alentarlos a adoptar estrategias positivas en sus relaciones con los hijos, y  las intervenciones con múltiples componentes, que generalmente incluyen el apoyo a los padres y su formación, la educación preescolar y la atención al niño. Otros programas preventivos prometedores son:  los destinados a prevenir los traumatismos craneoencefálicos por maltrato. Generalmente se trata de programas hospitalarios mediante los cuales se informa a los nuevos padres de los peligros de zarandear a los niños pequeños y de cómo afrontar el problema de los niños con llanto inconsolable.  los destinados a prevenir los abusos sexuales en la infancia. Generalmente se realizan en las escuelas y les enseñan a los niños: o la propiedad de su cuerpo; o las diferencias entre los contactos normales y los tocamientos impúdicos; o cómo reconocer las situaciones de abuso; o cómo decir "no"; o cómo revelar los abusos a un adulto en el que confíen. Estos programas son eficaces para reforzar los factores de protección frente al abuso sexual en la infancia (por ejemplo, el conocimiento del abuso sexual y los comportamientos protectores), pero no hay pruebas de que reduzcan otros tipos de abusos. Cuanto antes se producen estas intervenciones en la vida del niño mayores son los beneficios que le pueden aportar a él (por ejemplo, desarrollo cognitivo, competencias conductuales y sociales, logros educacionales) y a la sociedad (por ejemplo, reducción de la delincuencia). Además, el reconocimiento precoz de los casos y la asistencia continua a las víctimas y sus familias pueden ayudar a reducir la recurrencia del maltrato y a paliar sus consecuencias. Para maximizar los efectos de la prevención y la atención, la OMS recomienda que las intervenciones se realicen en un marco de salud pública y en cuatro fases:  definición del problemas;  identificación de las causas y los factores de riesgo;  creación y puesta a prueba de intervenciones destinadas a minimizar los factores de riesgo, y  difusión de información sobre la eficacia de las intervenciones y expansión de la aplicación de las intervenciones de eficacia demostrada.
  • 9. Dile NO al Maltrato Infantil Presentation Transcript  1. Maltrato Infantil  2. Es maltrato es todo daño físico, emocional, intelectual o moral que sufre un niño por la acción u omisión de las personas a cuyo cuidado se encuentra . DEFINICIÓN  3. A- ABUSO FÍSICO: Que causa daño físico o enfermedad, desde una leve contusión hasta una lesión mortal. o Los signos de abuso físico en un niño pueden ser los siguientes: o Hematomas y contusiones inexplicables, o un cierto número de cicatrice, o marcas de quemaduras, o fracturas inexplicables o marcas de mordeduras de la medida de un adulto. CLASIFICACIÓN  4. B-ABUSO EMOCIONAL Bajo la forma de insultos, críticas, burlas, amenazas, desprecio, descalificación, abandono y encierro. Es el tipo de abuso más difícil de identificar y probar. Pueden provocar graves daños psicológicos en un niño. “ eres una porquería ” “ eres un inútil ” “ No vales nada”  5. o C- ABUSO SEXUAL: o Es todo acercamiento con claro contenido sexual de parte de una persona mayor (adulto o adolescente) realizada de manera directa o indirecta, incluida la violación o explotación hacia niñas, niños o adolescentes, haciendo uso de su poder para lograr placer o beneficio sexual. o El abuso sexual intrafamiliar o El abuso sexual extrafamiliar.  6. o Pasivo: o Comprende el abandono físico y abandono emocional. o 2) Activo: o Comprende el abuso físico, abuso sexual y abuso emocional TIPOS DE MALTRATO INFANTIL  7. QUIEN TE QUIERE NO TE HIERE DILE NO AL MALTRATO INFANTIL Maltrato infantil Se denomina maltrato infantil o abuso infantil1 a cualquier acción (física, sexual o emocional) u omisión no accidental en el trato hacia un menor, por parte de sus padres o cuidadores, que le ocasiona daño físico o psicológico y que amenaza su desarrollo tanto físico como psicológico.2
  • 10. Se distinguen seis tipos básicos de maltrato infantil:3  el abuso físico,  el abuso sexual,  el maltrato emocional,  el abandono físico,  el abandono emocional,  maltrato institucional. Índice  1 Concepto o 1.1 Factores que promueven el maltrato  2 El maltrato o abuso físico  3 El abandono o negligencia física y cognitiva  4 Impacto  5 Aspectos históricos o 5.1 Consideraciones bíblicas o 5.2 Desarrollo histórico  6 Referencias o 6.1 Notas o 6.2 Bibliografía Concepto La definición de maltrato implica una valoración social en relación a lo que es peligroso o inadecuado para el niño. Y aquí reside precisamente la gran dificultad para definirlo, ya que hay una falta de consenso social respecto a lo que constituyen formas de crianza peligrosas e inaceptables. Resulta difícil establecer la raya de separación entre lo que es un maltrato y lo que no lo es (...)4 La definición de «maltrato» debe, además, tomar en cuenta, al menos, tres criterios: en primer lugar, la consideración de una acción u omisión como «maltrato» depende, en muchos casos, de la edad del niño; en segundo lugar, la situación psico-fisiológica del menor puede condicionar las consecuencias de la acción u omisión ejercidas sobre él, lo que puede conllevar una relativización de su consideración como maltrato; y, en tercer lugar, hay que tener también en cuenta que no necesariamente todos los actos de maltrato tienen por qué dejar secuelas inmediatas y visibles en el menor; esto es especialmente relevante por cuanto las consecuencias importantes de los casos de maltrato infantil no suelen ser las físicas, sino las que afectan al desarrollo del menor a medio y largo plazo. El abuso infantil ha sido un conflicto que ha persistido desde los pueblos y civilizaciones de la antigüedad donde utilizaban a los niños para realizar sacrificios y rituales. Sin embargo, según este texto, no hace tanto tiempo que la sociedad obtuvo control sobre el abuso en los menores de edad. En los Estados Unidos se creó una organización la cual, se dedicó ayudar a niños desamparados y la misma fue conocida como “Child Welfare
  • 11. Movement”(Movimiento Bienestar de la Infancia). Además surgieron otras organizaciones contra el maltrato infantil tal como la Sociedad Neoyorquina para la Reforma de los Delincuentes Juveniles en 1825, cuyo propósitos fue ayudar a niños maltratados y abandonados por sus padres o familiares. Años más tarde se fundó en el estado de Nueva York la “Society for Prevention of Cruelty of Children” la cual, surgió como fuente de inspiración para desarrollar otras organizaciones contra el abuso infantil en los Estados Unidos y Europa. Aunque, según el texto, en 1874 fue la primera vez que se ganó un caso referido al abuso o maltrato de infantil cuando una menor de nueve años nativa del estado de Nueva York fue sometida a abuso físico. Una trabajadora de caridad ayudó a la criatura y la misma se acudió a la Sociedad Americana para la Prevención de crueldad de los animales donde la trabajadora, encargada del caso de la menor expresó lo siguiente: “la menor merecía tanta protección como a un perro común” y con estos testimonios pudieron ganar el caso.5 Con todo, se considera que, en general, los criterios para calibrar una determinada situación como «maltrato» deben fundamentarse en las consecuencias en el menor, tanto en los daños producidos como en las necesidades no atendidas de este. Este se define como los abusos y la desatención de que son objeto los menores de 18 años,e incluye todos los tipos de maltrato físico o psicológico,abuso sexual,desatención,negligencia y explotación comercial o de otro tipo que causen o puedan causar daño a la salud, desarrollo o dignidad del niño. Factores que promueven el maltrato David Solá6 identifica como factores que promueven al maltrato:  Modelo autoritario en el que se entiende al respeto en una sola dirección  Tratamiento de los hijos como propiedad privada  Notable verticalidad y rigidez en la estructura familiar  Uso de castigos físicos como método educativo  Ausencia de recursos alternativos para promover conductas positivas  Carente autocontrol en los padres en respuesta a los conflictos El maltrato o abuso físico Se define como «cualquier acción no accidental por parte de los padres o cuidadores que provoque daño físico o enfermedad en el niño o le coloque en grave riesgo de padecerlo».7 Los indicadores típicos del abuso físico en un menor son las magulladuras o moretones en diferentes fases de cicatrización y de forma extendida en diferentes partes del cuerpo; las quemaduras con formas definidas; las fracturas de nariz o mandíbula, o en espiral de los huesos largos; las torceduras o dislocaciones; las heridas o raspaduras en la cara y la parte posterior de las extremidades y torso; señales de mordeduras humanas; cortes o pinchazos; lesiones internas (en el cráneo o cerebro, síntomas de asfixia...). El abuso de menores consisten en varios elementos y se enfatizan en dos ideas principales la cuales son: la asimetría de edad y el abuso de poder. La asimetría en edad se refiere en la
  • 12. diferencia de edad que hay entre el agresor y la víctima mientras que el abuso de poder es un factor necesario para el abuso infantil; ya que el mismo implica miedo y obtiene un rol dominante en el ámbito social. El abuso al poder se obtiene por medio de las experiencias y la madurez del agresor. Por esta razón la asimetría de edad se convierte en un factor en el maltrato infantil ; ya que por medio de la edad se pueden descifrar los niveles de experiencia, madurez y sobre todo de malicia del agresor.8 El abandono o negligencia física y cognitiva La negligencia se identifica como la falta de proveer las necesidades básicas de un niño por parte de sus padres o personas encargadas. Se define como aquella situación donde las necesidades físicas (alimentación, vestido, higiene, protección y vigilancia en las situaciones potencialmente peligrosas, educación y/o cuidados médicos) y cognitivas básicas del menor no son atendidas temporal o permanentemente por ningún miembro del grupo que convive con el niño.9 La negligencia puede ser:  Física (ej., falta de proporcionar comida o resguardo necesario, o ausencia de supervisión adecuada);  Médica (ej., falta de proporcionar tratamiento médico o para la salud mental);  Educativa (ej., falta de atención a las necesidades emocionales de un niño, falta de proporcionar cuidado psicológico o permitiendo que el niño use alcohol o drogas). Estas situaciones no siempre quieren decir que un niño es descuidado. Algunas veces los valores culturales, los estándares de cuidado en la comunidad, y la pobreza pueden ser factores que contribuyen, indicando que la familia necesita información o asistencia. Cuando una familia falla en el uso de información y recursos, y la salud o seguridad del niño está en riesgo,desde entonces la intervención de la institución de protección y bienestar del niño podría ser requerida.10 El maltrato de menores en el seno de las familias es una de las causas contribuyentes a la problemática social que hoy en día se vive, cuyo producto último es el aumento en la incidencia criminal por parte de la juventud. El maltrato destruye el núcleo familiar, al romper los lazos de confianza y amor que son fundamento mismo de ella. El uso de la violencia por parte de sus padres y/o cuidadores la pone en tela de juicio la realidad de amor de los padres hacia los hijos.11 -El maltrato institucional- Se entiende por maltrato institucional a cualquier legislación, procedimiento, actuación u omisión procedente de los poderes públicos o bien derivada de la actuación individual de los profesionales que comporte abuso, negligencia,detrimento de la salud, la seguridad, el estado emocional, el bienestar físico,la correcta maduración o que viole los derechos básicos del niño y/o la infancia. (Martínez Roig, 1989) Al hablar del maltrato institucional,
  • 13. nos referimos a las inadecuadas o insuficientes prácticas llevadas a cabo por los siguientes sectores: ámbito sanitario, justicia, educación, servicios sociales, asociaciones para la prevención del maltrato infantil y ONGs. Incluye tanto las formas más conocidas de malos tratos llevadas a cabo extra-familiarmente -físico, negligencia,emocional, sexual- como de los programas -educación, salud, nutrición- y de los sistemas políticos, públicos y/o sociales inadecuados. 12 El abuso infantil se puede detectar de diversas formas especialmente cuando los encargados legales del menor dejan de tomar responsabilidades sobre el mismo. Según este artículo, han habido casos severos donde menores de 10 años tienden a cocinarse a ellos mismos porque los padres no han podido traer comida a la casa e incluso han ocurrido situaciones donde el menor permanecen más de 24 horas sin comer. Según esta revista, existen varios tipos de maltrato infantiles tales como, el abuso sexual (donde hay un contacto directo entre el agresor y la víctima), maltrato físico (donde ocurren lesiones y agresiones físicas en contra la víctima, no necesariamente hay abuso sexual), negligencia infantil (donde los padres o encargados legales descartan responsabilidades sobre el niño y al mismo lo abandonan) y el maltrato emocional (donde el agresor cosecha el miedo y la angustia sobre la víctima).13 Un ejemplo de discriminación contra personas con discapacidad fue Cighid, un centro asemejado a un campo de concentración donde niños con discapacidad considerados como "irrecuperables" (en rumano: irecuperabili) murieron por el abandono al que eran sometidos. Impacto Las situaciones de maltrato lo que revelan es una grave disfunción relacional que por lo tanto afectará al normal desenvolvimiento del cumplimiento de tareas del menor. Este fracaso en la ejecución de las metas del menor sería, en sentido amplio, el impacto del maltrato y es lo que se viene a significar cuando en las definiciones de maltrato se señala que éste amenaza el desarrollo de la competencia del niño o el desarrollo físico, psicológico y emocional considerado como normal para el niño.14 El impacto del maltrato o abuso, al ser un fenómeno contextualizado, puede verse amortiguado, según múltiples variables: no sólo las más obvias, relacionadas con el tipo, duración o intensidad del maltrato, sino también con las características de la víctima, los recursos y apoyos que tenga, y las propias situaciones de su evolución vital. Según el artículo (2003). "Basta de indiferencia: maltrato infantil", el abuso infantil es un conflicto del cual, hay muchas polémicas con respecto al niño; ya que el mismo puede tener muchos problemas durante su desarrollo personal.15 Independientemente de las secuelas físicas que desencadena directamente la agresión producida por el abuso físico o sexual, todos los tipos de maltrato infantil dan lugar a trastornos conductuales, emocionales y sociales. La importancia, severidad y cronicidad de estas secuelas depende de:
  • 14.  Intensidad y frecuencia del maltrato.  Características del niño (edad, sexo, susceptibilidad, temperamento, habilidades sociales, etc).  El uso o no de la violencia física.  Relación del niño con el agresor.  Apoyo intra-familiar a la víctima infantil.  Acceso y competencia de los servicios de ayuda médica, psicológica y social. En los primeros momentos del desarrollo evolutivo se observan repercusiones negativas en las capacidades relacionales de apego y en la autoestima del niño. Así como pesadillas y problemas del sueño, cambios de hábitos de comida, pérdidas del control de esfínteres, deficiencias psicomotoras, trastornos psicosomáticos. En escolares y adolescentes encontramos: fugas del hogar, conductas autolesivas, hiperactividad o aislamiento, bajo rendimiento académico, deficiencias intelectuales, fracaso escolar, trastorno disociativo de identidad, delincuencia juvenil, consumo de drogas y alcohol, miedo generalizado, depresión, rechazo al propio cuerpo, culpa y vergüenza, agresividad, problemas de relación interpersonal. Diversos estudios señalan que el maltrato continúa de una generación a la siguiente. De forma que un niño maltratado tiene alto riesgo de ser perpetuador de maltrato en la etapa adulta. Aspectos históricos Consideraciones bíblicas En el libro Proverbios se identifican ideas que desarrollan conceptos ligados a los recursos de crianza y enseñanza y se evidencia su clara inclinación hacia la práctica del maltrato con la finalidad de producir cambios conductuales: La necedad es parte del corazón juvenil, pero la vara de la disciplina lo corrige.16 El látigo es para los caballos, el freno para los asnos, y el garrote para la espalda del necio.17 Los golpes y las heridas curan la maldad; los azotes purgan lo más íntimo del ser.18 Solá expresa que una mirada a la historia de la Biblia desvela que estos métodos por sí mismos no hicieron nunca una sociedad mejor y más ajustada a la voluntad de Dios. Más adelante, en el Nuevo Testamento se manifiesta un cambio de actitud respecto a las relaciones humanas: Así que en todo traten ustedes a los demás tal y como quieren que ellos los traten a ustedes. De hecho esto es la ley y los profetas.19
  • 15. Desarrollo histórico A lo largo de la historia de la humanidad y en la actualidad, tomando a la humanidad como un todo, puede decirse que lo normal, en el sentido de frecuente, es que los niños no reciban lo que entendemos por «buen trato». La mayoría de los datos históricos que poseemos sobre el respeto de los derechos de los niños por parte de muchas culturas de la antigüedad corroboran esta afirmación.20 La atención jurídica y médica de los menores maltratados empezó a desarrollarse en la segunda mitad del siglo XIX. De manera individual, el médico francés A. Tardieu publicó en 1860 la primera monografía sobre el tema y el también médico estadounidense Silverman demostró con estudios radiológicos las consecuencias no visibles de los maltratos. El primer proceso judicial que defendió a un menor (una niña) por los malos tratos recibidos por adultos (en su caso, su propia madre), tuvo lugar en 1874 en Estados Unidos. La acusación fue realizada por la Sociedad Protectora de Animales, por cuanto no existía ley alguna que amparase a los menores, aunque sí a los animales en general. Estas labores pioneras dieron como resultado que antes de que acabase el siglo se creasen dos sociedades pro derechos de los niños: The Society for the Preventión of Cruelty to Children, en Nueva York, y The National Society for the Prevention of Cruelty to Children, en Londres. La atención a los derechos de los menores es característica de la segunda mitad del siglo 20, que es cuando se les reconoce como sujetos de derechos. En 1959, la Asamblea General de las Naciones Unidas aprobó la Declaración de los Derechos del Niño; y, más tarde, en 1989, esa misma Asamblea adoptó la Convención sobre los Derechos del Niño. Paralelamente a este interés en el estatus legal, se fue desarrollando la correspondiente atención a la comprensión y prevención del fenómeno. En 1962 se publicó en Estados Unidos un trabajo científico titulado «Síndrome del niño apaleado» que incentivó de manera definitiva la atención a las víctimas de los malos tratos infantiles, incluyendo con ellos la reformulación de las medidas legislativas y la sensibilización de la opinión pública respecto del problema. En los países europeos más desarrollados, se produjo un fenómenos similar en los años siguientes. Habiéndose registrado una alta incidencia de querellas de maltrato de niños y un esfuerzo único por este mal fue aprobada en varios estados de Estados Unidos la Ley Número 75 el 28 de mayo de 1980, en la cual se establecía que un menor era víctima de "maltrato o negligencia" cuando sufría daño o perjuicio, o se encontraba en riesgo de sufrir daño o perjuicio en su salud física, mental emocional, o en su bienestar, por las acciones y omisiones no accidentales de sus padres o de otras personas o instituciones responsables de su cuidado. En esta ley se estableció la política pública de protección a menores.21
  • 16. La atención de los expertos ha ido desde la casi concentración en los malos tratos de tipo físico a la apertura hacia, por un lado, la comprensión de los conceptos de negligencia y de maltrato emocional, y, por otro, el problema de los abusos sexuales. También, ha habido cambios en lo que se refiere a la percepción de los maltratadores (en principio, identificados con personas con problemas psíquicos y/o pertenecientes a contextos socio- económicos muy atrasados; después, asumiendo el perfil variopinto del maltratador infantil) y en la forma de abordar los problemas (en principio, la separación del maltratado de su entorno; después, el intento de rehabilitar ese entorno). Otro tipo de maltrato infantil, muy poco conocido es el llamado Síndrome de Münchausen por poderes, consiste en inventar una enfermedad en el niño o producirla por la administración de sustancias y medicamentos no prescritos. Generalmente se trata de un niño en la edad de lactante-preescolar (edad media de 3 años). Los signos y síntomas aparecen solamente en presencia de la madre (habitualmente el perpetrador del abuso), son de causa inexplicable y los exámenes complementarios no aclaran el diagnóstico. Este síndrome presenta una mortalidad entre 10-20%, y su impacto a largo plazo puede dar lugar a desórdenes psicológicos, emocionales y conductuales. Referencias Notas 1. Existe una preferencia cada vez mayor por el término «maltrato infantil» frente al de «abuso infantil», por cuanto el primero resulta más inclusivo respecto de las distintas condiciones que puede presentar y porque reduce el impacto emocional del término «abuso»; cf. Enrique Gracia Fuster y Gonzalo Musitu Ochoa, El maltrato infantil..., pág. 29. 2. Cf. Enrique Gracia Fuster y Gonzalo Musitu Ochoa, El maltrato infantil..., pág. 35. 3. Cf. Mª Ignacia Arruabarrena y Joaquín de Paúl, Maltrato a los niños..., pág. 26. 4. Miguel Costa Cabanillas, «Prólogo» a Mª Ignacia Arruabarrena y Joaquín de Paúl, Maltrato a los niños..., pág. 15. 5. Gomez de Terrenos, I. (1995). Los profesionales de la salud ante el maltrato infantil: Comares (Ed). (Pag.15-50). Granada. 6. Solá, David. Educar sin maltratar (2008). Ediciones Noufront 7. Mª Ignacia Arruabarrena y Joaquín de Paúl, Maltrato a los niños..., pág. 27. 8. Maria, J. & Sumalla, T. (2002). La protección penal del menor frente al abuso y explotación sexual: análisis de las reformas penales en materia de abusos sexuales, prostitución y pornografía de menores: Editorial Aranzadi (Ed).(Pag 17-31). Navarra. 9. Mª Ignacia Arruabarrena y Joaquín de Paúl, Maltrato a los niños..., pág. 29. 10. Fernandez, E. (2008), "De los malos tratos en la niñez y otras crueldades", Buenos Aires: Lumen-Humanitas 11. Vales, P., García, V., Flores, D. (1993), "Justicia juvenil y el maltrato de menores en Puerto Rico", San Juan, Puerto Rico: Jay-Ce 12. "Bringiotti, Comín (2000) Manual de intervención en maltrato" infantil"
  • 17. 13. Muela Aparicio, A. (2008). Hacia un sistema de clasificación nosológico de maltrato infantil. Anales de psicología; España. 10 de marzo de 2011, http://biblioteca.uprrp.edu:2113/Universitas/welcome.do?login=uprrpiedras&prd=6 &at=IP 14. Cerezo, María A. (1995), El impacto psicológico del maltrato: Primera infancia y edad escolar Nº 71, pags. 135-158. Recuperado el 12 de marzo de 2011 de http://dialnet.unirioja.es/servlet/articulo?codigo=48496 15. Perdomo Cueto, G. (2003). Basta de indiferencia: maltrato infantil. Siempre; México (Pag.1) 10 de marzo de 2011; http://biblioteca.uprrp.edu:2113/Universitas/welcome.do?login=uprrpiedras&prd=6 &at=IP 16. Proverbios 22:15 17. Proverbios 26:3 18. Proverbios 20:30 19. Evangelio de Mateo 7:12 20. Mª Ignacia Arruabarrena y Joaquín de Paúl, Maltrato a los niños..., página 19. 21. Teodoro, O. (1984), "La internación de menores y sus problemas sociales", Argentina: Depalma Bibliografía  Arruabarrena, Mª Ignacia y Joaquín de Paúl, Maltrato a los niños en la familia. Evaluación y tratamiento, Ediciones Pirámide, Madrid, 2005. ISBN 978-84-368- 1388-3  Gracia Fuster, Enrique,Marcelo y Gonzalo Musitu Ochoa, El maltrato infantil. Un análisis ecológico de los factores de riesgo, Ministerio de Asuntos Sociales de España, Madrid, 1993. ISBN 84-7850-046-4  Maldonado Santiago, Noel, «El maltrato de menores: una problema de consciencia», Revista Griot, vol. 1, n. 2, 2007, págs. 10-31.  Soriano Faura, Francisco Javier, «Promoción del buen trato y prevención del maltrato en el ámbito de la atención primaria de la salud», PrevInfad (AEPap)/PAPPS infancia y adolescencia, abril de 2005.  Suárez Saavedra, S. y J. Rodríguez Suárez, «Maltrato infantil», Boletín de Pediatría, 46 (Supl. 1), 2006, págs. 119-124.  World Health Organization and International Society for Prevention of Child Abuse and Neglect, Preventing Child Maltreatment: a guide to taking action and generating evidence.  Gómez de Terrenos, I. (1995). Los profesionales de la salud ante el maltrato infantil: Comares (Ed). (Pag.15-50). Granada.  Maria, J. & Sumalla, T. (2002). La protección penal del menor frente al abuso y explotación sexual: análisis de las reformas penales en materia de abusos sexuales, prostitución y pornografía de menores: Editorial Aranzadi (Ed).(Pag 17-31). Navarra.  Perdomo Cueto, G. (2003). Basta de indiferencia: maltrato infantil. Siempre; México (Pag.1) 10 de marzo de 2011;
  • 18. http://biblioteca.uprrp.edu:2113/Universitas/welcome.do?login=uprrpiedras&prd=6 &at=IP  Muela Aparicio, A. (2008). Hacia un sistema de clasificación nosológico de maltrato infantil. Anales de psicología; España. 10 de marzo de 2011, http://biblioteca.uprrp.edu:2113/Universitas/welcome.do?login=uprrpiedras&prd=6 &at=IP  Bringiotti, Comín (2000) Manual de intervención en Maltrato Infantil Causas del maltrato infantil Enviado por soli_martinez Indice 1. Definición de maltrato infantil 2. Tipos de maltrato infantil. 4. Antecedentes históricos del problema del maltrato infantil 5. Causas del maltrato infantil 6. Formas o prácticas de crianza 7. Consecuencias del maltrato infantil 8. Consecuencias durante la edad escolar y la adolescencia 9. Panorama del maltrato infantil a modo de conclusión 1. Definición de maltrato infantil Desde hace varios años, diversos autores han tratado de definir desde diferentes puntos de vista y diferentes perspectivas al maltrato infantil con el fin de buscar una solución al problema y la definición más aceptada hasta ahora ha sido la de Musito y García (1996) en la que se menciona que el maltrato es cualquier daño físico o psicológico no accidental a un menor, ocasionado por sus padres o cuidadores, que ocurre como resultado de acciones físicas, sexuales o emocionales o de negligencia, omisión o comisión, que amenazan al desarrollo normal tanto físico como psicológico del niño" 2. Tipos de maltrato infantil. El maltrato infantil se subdivide en dos grupos: 1) Pasivo: Comprende el abandono físico, que ocurre cuando las necesidades físicas básicas del menor no son atendidas por ningún miembro del grupo que convive con él. También comprende el abandono emocional que consiste en la falta de respuesta a las necesidades de contacto físico y caricias y la indiferencia frente a los estados anímicos del menor. 2) Activo: Comprende el abuso físico que consiste en cualquier acción no accidental por los
  • 19. padres o cuidadores que provoquen daño físico o enfermedad al menor. La intensidad puede variar desde una contusión leve hasta una lesión mortal. También comprende el abuso sexual, que consiste en cualquier tipo de contacto sexual con un menor por parte de un familiar, tutor o cualquier otro adulto. La intensidad del abuso puede ir desde el exhibicionismo hasta la violación. El abuso emocional también entra en esta categoría de abuso activo y se presenta bajo la forma de hostilidad verbal, crónica (insultos, burlas, desprecios, críticas, amenazas de abandono, etc.) y el bloqueo constante de las iniciativas infantiles (puede llegar hasta el encierro o confinamiento) por parte de cualquier miembro adulto del grupo familiar. Otra forma de maltrato infantil es el caso de los niños testigos de violencia, "cuando los niños presencian situaciones crónicas de violencia entre sus padres. Los estudios comparativos muestran que estos niños presentan trastornos muy similares a los que caracterizan a quienes son víctimas de abuso (Corsi, 1994). Respecto a lo que se refiere a las agresiones psíquicas o psicológicas, que están dirigidas a dañar la integridad emocional del niño comprenden todo tipo de manifestaciones verbales y gestuales, así como actitudes que los humillan y degradan pero esto no es lo más grave, pues las heridas del cuerpo duelen pero tienden a cicatrizar pero las heridas del alma –que no dejan evidencia física- tardan mucho más en sanar si es que sanan antes de que se le acumule otra herida más, estas generan sentimientos de desvalorización, baja estima e inseguridad personal, los cuales más tarde pueden manifestarse en violencia social. 3. Actitudes y creencias hacia el maltrato infantil Papalia y Olds (1998) señalan que "Los niños se ven afectados tanto por lo que sus padres hacen como por lo que piensan", es decir por las actitudes y creencias de los mismos, según este autor señala que "Podemos definir una actitud como una predisposición para responder a un estímulo en particular de una manera particular. Una actitud representa una mayor probabilidad de que una persona reaccione frente a una experiencia o comunicación dadas de una forma en particular en vez de hacerlo en otra forma"(Manheim, 1983). La actitud según Morales (1994), tiene tres componentes y son los que siguen: 1. Cognitivo: Consta de las percepciones de la persona sobre el objeto de la actitud y de la información que posee sobre él. 2. 3. Afectivo: Si la evaluación surge más bien de experiencias intensas, de carácter positivo o negativo, con el objeto de la actitud, el proceso es afectivo. Éste está compuesto por los sentimientos que dicho objeto despierta. 4. Cognitivo-conductual: El tercero incluye las tendencias, disposiciones e intenciones hacia el objeto, así como las acciones dirigidas hacia él. Y finalmente es conductual si la evaluación surge de manera gradual de la implicación conductual de la persona con el objeto. A las actitudes a veces se les suele llamar creencias pues según Manheim (1983) menciona que las creencias son observaciones de hechos o realidades, no son lo mismo que la realidad sino que representan la forma en que el individuo mira la realidad, la descripción de sí mismo, de su medio ambiente físico y social, la forma en que percibe su contexto, el medio dentro del cuál vive y acerca del cual se forma juicios y valores.
  • 20. Con respecto a lo anterior, cabe señalar que no todas las creencias están sujetas a prueba y para ello se señalará a continuación las dos clases de creencias. Pueden existir al menos dos clases de creencias según menciona Manheim (1983) y son las siguientes: La primera es una creencia en algo, la segunda una creencia acerca de algo. La diferencia entre las dos consiste en que la creencia en algo no se puede comprobar ni impugnar por observación, por lo menos no brevemente. Tampoco existe una manera física de medirla, aunque mucha gente cree que este tipo de creencias existe y esto influye en su conducta. Por otro lado, las creencias acerca de algo son constantemente sujetas a pruebas. Cada una de estas creencias pueden ser comprobadas. Cada creencia de este tipo puede ser juzgada a través de hechos observables y se pueden evaluar sus méritos empíricamente por tanto, este tipo de creencias son las que se evaluarán en el presente estudio. Las creencias paternas, que son las que aquí interesan según Papalia y Olds (1998) tienen origen en la cultura pues se encontró que un estudio realizado en California relacionó creencias de los padres sobre crianza, inteligencia y educación, con el desempeño escolar de sus hijos (Okagaki y Steinberg, 1993). La identificación de este estudio de diferencias culturales en las creencias de los padres puede ayudar a los profesores y a los mismos padres a entender un poco más a los niños, a desarrollar una forma de vida diferente a las de ellos y darse cuenta de su propia situación. 4. Antecedentes históricos del problema del maltrato infantil Según varios autores, que aquí se abordarán, este fenómeno del maltrato infantil ocurre desde los inicios de la humanidad; "la historia de maltrato a menores ocurre desde que el ser humano se encuentra en la faz de la tierra. Por lo tanto, debe entenderse y aceptarse que éste es un fenómeno tan antiguo como la humanidad misma y no una característica peculiar de la sociedad moderna"(Loredo 199 ), diversas culturas a lo largo de la historia de todo el mundo lo han utilizado como una forma de educación y crianza para los hijos. El maltrato infantil aparece como una forma de interacción humana muy difundida. Hoy en día la violencia hacia los niños reviste formas más sutiles, se ejerce de manera silenciosa en el hogar, la calle o la escuela, y se ha convertido en una práctica común y socialmente aceptada. Sin embargo, hasta hace muy poco se le ha puesto el interés debido al problema, se le ha clasificado y considerado como tal y ha incrementado la atención en éste, como lo menciona "El fenómeno de la violencia y el maltrato dentro del ámbito familiar no es un problema reciente. Los análisis históricos revelan que ha sido una característica de la vida familiar tolerada, aceptada desde tiempos remotos. Sin embargo, algunas décadas atrás, expresiones tales como niños maltratados, mujeres golpeadas o abuso sexual tal vez habían sido comprendidos pero no consideradas como sinónimo de graves problemas sociales" Corsi (1994), según este autor, la violencia familiar comenzó a abordarse como problema social grave a comienzos de los 60, cuando algunos autores describieron el "síndrome del niño golpeado", redefiniendo los malos tratos hacia los niños; también el abordaje periodístico de estos casos, contribuyó a generar un incremento de la conciencia pública sobre el problema. También Cortés y Cantón (1997) mencionan que el abuso infantil ha existido siempre aunque ha sido durante los últimos 150 años cuando ha ido emergiendo como un problema social y una considerable cantidad de instituciones sociales y legales se han ocupado de él y que en un principio, este fenómeno no recibió atención como tal, sino
  • 21. que dentro del esfuerzo por acabar con el problema de los niños vagabundos e indigentes se encontraron diversos casos de maltrato infantil. Berk (1999) señala un aspecto muy importante y decisivo en la aceptación del problema del maltrato infantil como tal y señala que este problema es tan viejo como la historia humana, pero solo recientemente ha habido aceptación amplia de que el problema existe, investigación centrada en entenderlo, y programas dirigidos a ayudar al niño maltratado y a las familias y quizá este aumento de interés público y profesional es debido al hecho de que el maltrato infantil es muy común en grandes naciones industrializadas o desarrolladas como las no desarrolladas y en vías de desarrollo, es decir que la incidencia de este problema se ha incrementado tanto mundialmente que se ha salido del control social. Esto resaltó claramente cuando Marcovich(1981) señaló que cada minuto un niño sufría maltrato físico o verbal por parte de alguno de sus padres. Por otro lado, "tanto el maltrato infantil como la violencia intrafamiliar son fenómenos sociales que han gozado de aceptación en nuestra cultura, a pesar de que en los últimos tiempos estas conductas han sido condenadas por constituir algunas de las formas de violencia más comunes penetrantes en nuestra sociedad todavía miles de niños y mujeres sufren de manera permanente actos de maltrato físico, psicológico y sexual en su propio hogar. Hasta ahora ha habido una separación histórica entre la violencia doméstica y el maltrato infantil, la primera salió a la luz pública debido al trabajo de las organizaciones de protección a las mujeres". La revista Boletín (1996) en el artículo llamado el castigo corporal en la niñez: ¿endemia o epidemia?, afirma que los años sesenta marcan un hito en la historia referente a la violencia contra los niños, ya que durante este ese periodo se describió el síndrome del niño maltratado y se le acuño este nombre y desde entonces se han multiplicado los trabajos sobre el tema pero a pesar de las investigaciones realizadas, aún queda mucho por aclarar sobre la epidemiología de la violencia contra los niños, sus causas y sus mecanismos y las medidas más eficaces para prevenirla. Sin embargo, los conocimientos acumulados hasta ahora constituyen suficientes bases para la acción y justifican la formulación de programas de intervención sobre las bases científicas. Por tanto, cabe aclarar que este tema en la actualidad ha cobrado interés pero no el necesario para actuar de manera participativa, es decir, para implementar nuevos programas de prevención y ayuda psicológica para padres así como poner en marcha los ya existentes. 5. Causas del maltrato infantil Las fuentes revisadas concuerdan en que el maltrato infantil es un problema multi factorial, es decir multi causal y multi disciplinario y de todos ellos, los que aborda el tema exhaustivamente y de manera más acertada son el II Congreso sobre Maltrato Infantil (1998) y Cantón y Cortés (1997) quienes determinan lo siguiente. Entre las causas principales que generan el maltrato a menores, se pueden mencionar las siguientes: a. Personalidad o modelo psiquiátrico/psicológico (Cantón y Cortés, 1997) postulaba una relación entre el abuso/abandono infantil y la presencia de enfermedades mentales o de algún síndrome o desorden psicológico específico, en la actualidad varios autores admiten que solo entre un 10 y un 15% de los de los padres abusivos ha sido diagnosticado con un síntoma psiquiátrico específico. Estudios que se han
  • 22. hecho, indican que los padres abusivos tienen dificultades para controlar sus impulsos, presentan una baja autoestima, escasa capacidad de empatía, así mismo, se ha encontrado que el abuso infantil se relaciona con la depresión y con la ansiedad de los padres, entre otras características y rasgos de personalidad como el alcoholismo y la drogadicción. b. c. Económicas. Esto es a partir de la crisis que prevalece en nuestra entidad federativa y el desempleo que trae consigo que los padres que se encuentran en esta situación desquiten sus frustraciones con los hijos y los maltraten ya sea física o psicológicamente, el maltrato infantil se presenta en mayor medida en los estratos de menores ingresos, aunque se ha encontrado en diversas investigaciones que esta conducta no es propia de determinada clase social y se suele dar en todos los grupos socioeconómicos, estas características se encuentran dentro del modelo sociológico mencionado por Cantón y Cortés (1997). d. Culturales. En este rubro se incluye a las familias donde los responsables de ejercer la custodia o tutela de los menores no cuenta con orientación y educación acerca de la responsabilidad y la importancia de la paternidad y consideran que los hijos son objetos de su propiedad. A estos tutores les falta criterio para educar a sus hijos. La sociedad ha desarrollado una cultura del castigo, en la cual al padre se le considera la máxima autoridad en la familia, con la facultad de normar y sancionar al resto de los miembros, en esta concepción, el castigo se impone como una medida de corrección a quien transgrede las reglas, además no se prevén otros medios de disciplina y educación de los hijos, además de que la información existente acerca de este problema social no se hace llegar a los padres de familia ni se promueven los programas de ayuda para éstos y así, estos a su vez son ignorantes pues carecen de información, orientación y educación al respecto (modelo sociológico). e. Sociales. Cuando entre los padres se produce una inadecuada comunicación entre ellos y sus hijos, se da pie a la desintegración familiar (modelo psiquiátrico/psicológico). En la mayoría de los casos, esta causa va paralela al nivel socioeconómico de los padres y el ambiente que rodea a la familia. Así mismo, es inducida por la frustración o la desesperación ante el desempleo, los bajos ingresos familiares y la responsabilidad de la crianza de los hijos. El estrés producido por estas situaciones adversas provoca otras crisis de igual o mayor magnitud (modelo sociológico). Por otro lado, los conflictos que son ocasionados por el nacimiento de los hijos no deseados o cuando la madre se dedica a la prostitución y deja en la orfandad a sus hijos. En consecuencia el maltrato que se genera en estos casos provoca un daño irreversible por la carencia de afecto durante esta etapa de la vida del individuo(modelo psiquiátrico/psicológico). f. Emocionales. La incapacidad de los padres para enfrentar los problemas, su inmadurez emocional, su baja autoestima, su falta de expectativas y su inseguridad extrema motivan que desquiten su frustración en los hijos y no les proporcionen los requerimientos básicos para su formación y pleno desarrollo. Los estilos negativos de interacción que generan la violencia doméstica; se ha comprobado que en los lugares donde existe agresión y violencia entre el padre y la madre suele haber también maltrato infantil y esto produce a su vez incapacidad de socialización en los padres con el medio en que se desenvuelven. No hay que olvidar que a través de la
  • 23. familia se transmiten las reglas y costumbres establecidas por la sociedad (modelo psiquiátrico/psicológico). g. La historia del maltrato de los padres. De acuerdo con múltiples estudios, es muy alto el promedio de padres agresores que sufrieron maltrato en su infancia. Además, en la mayoría de estos casos, los progenitores no reciben instrucción alguna acerca de la forma de tratar a sus hijos y aunque la recibieran, sin una intervención psicológica adecuada caerían de nuevo en la misma forma de tratar a sus hijos; a esto se le llama transmisión intergeneracional, malas experiencias en la niñez, etc. (modelo psiquiátrico/psicológico). h. Biológicas. Se trata del daño causado a los menores que tienen limitaciones físicas, trastornos neurológicos o malformaciones. Por sus mismas limitaciones, estos niños son rechazados por la sociedad y por consiguiente sus padres o tutores los relegan o aceptan con lástima. En estas circunstancias, el daño que se ocasiona a los menores con discapacidad es mayor, pues agrede a un ser indefenso que no puede responder en forma alguna (modelo centrado en el niño, Cortés y Cantón, 1997). 6. Formas o prácticas de crianza El maltrato infantil está relacionado con el valor social que se otorga a los niños, las expectativas culturales de su desarrollo y la importancia que se da al cuidado de los niños en la familia o en la sociedad (Saucedo, 1995 citado en González, R.V. y Araiza, G.C. 1998) y esto a su vez se relaciona con las pautas o formas de crianza y los mitos, creencias y actitudes que los padres albergan en éstas, entre ellas están las creencias acerca de la necesidad de inculcar la disciplina mediante medidas de corrección físicas o verbales inadecuadas, pues desde tiempos inmemorables se ha aplicado la cultura del castigo y el miedo para educar a los hijos y así desarrollar "hombres cabales y de provecho, también existe la idea de que los hijos son propiedad de los padres. Gracias a este mito que data de la época romana, los progenitores creen que gozan de poder absoluto sobre sus hijos. Papalia y Olds (1998), señalan que cuando los niños son conscientes de su propia persona, su educación puede ser un reto desconcertante y complejo; los padres de hoy educan a sus hijos repitiendo los patrones que sus padres les aplicaron y otros adoptan prácticas muy diferentes a las que utilizaron con ellos y para ello, estos autores describen tres clases de estilos de paternidad basándose en Baumrind, (1971); Baumrind y Black, (1967) y son los siguientes: a. Los padres autoritarios cuyos valores primarios en la crianza de sus hijos se basan en el control y la obediencia incuestionables. b. c. Los padres permisivos cuyos valores primarios en la crianza de sus hijos son la autoexpresión y la autorregulación. d. Padres democráticos cuyos valores primarios en la crianza de sus hijos mezclan el respeto por la individualidad del niño con un deseo de transmitir valores sociales en él. Según Baumrind, citado por Papalia y Olds (1998) el mejor de estos tres estilos de paternidad, en niños de preescolar es el de padres democráticos pues dirigen las actividades de sus hijos en forma racional, prestan atención antes que al miedo del niño al castigo o a la
  • 24. pérdida de amor. Aunque confían en su capacidad para guiar a sus hijos respetan los intereses, las opiniones y la personalidad de los niños. Son amorosos, consecuentes, exigentes y respetuosos de las decisiones independientes de sus hijos, pero firmes en mantener los estándares y la voluntad para imponer castigos limitados. Explican las razones que sustentan las posiciones que adoptan y favorecen el intercambio de opiniones. Sus hijos, evidentemente se sienten seguros al saber que los aman y que esperan de ellos. Estos niños de preescolar tienden a confiar más en sí mismos y a controlarse, manifiestan interés por explorar y se muestran satisfechos. Una investigación reciente también relaciona la paternidad democrática con el aprendizaje. Estudios de andamiaje encontraron que los padres democráticos son más sensibles para saber cuando cambiar el nivel de ayuda, y que sus niños lograron más éxito en diferentes tareas (Pratt, Kerig, Cowan y Cowan, 1988 citados por Papalia y Olds, 1996). Alice Miller (1997), psicóloga suiza, afirma que la mayor parte de la violencia y el dolor psicológico que se ve en la actualidad surge de la privación psicológica que experimentan los niños. Miller concluyó en su ensayo titulado Por tu propio bien, que existe la pedagogía negra y que la utilizan gran cantidad de padres para educar a sus hijos inconscientemente, como una reacción al daño emocional que ellos sufrieron en su infancia y concientemente, al creer que ayudan a sus hijos a ser más competentes y autosuficientes pero al contrario, esto debilita el auto confianza y la curiosidad del niño, lo ridiculiza por su falta de competencia y suprime la expresión de sus sentimientos. Solo al romper la transmisión de generación en generación de la pedagogía negra, afirma, los adultos pueden ayudar a los niños a crecer física y psicológicamente saludables. Alice Milller (1997), nos hace referencia de los problemas principales que lleva implícitos la educación y que de manera aberrante están justificados y permitidos tanto por las instituciones como por los padres de familia, a esto le llama la pedagogía negra. Esta pedagogía esta llena de creencias y actitudes que Miller (1997) enumera en el siguiente listado: 1. Los adultos son amos ( y no servidores) del niño dependiente. 2. 3. Que dicen como dioses qué es lo justo y lo injusto. 4. Que su ira proviene de sus propios conflictos. 5. Que el niño es responsable de ella. 6. Que a los padres siempre hay que respetarlos. 7. Que los sentimientos vivos del niño suponen un peligro para el adulto dominante. 8. Que al niño hay que quitarle su voluntad lo antes posible. 9. Que todo hay que hacerlo a una edad temprana para que el niño no advierta nada y no pueda traicionar al adulto. Los métodos en que se ha trasmitido esta educación han sido de generación en generación, tratando desde tiempos muy remotos al niño como adulto chiquito, reprimiendo la espontaneidad vital, construyendo una base de informaciones e ideas falsas, que darán sustento a sus posteriores creencias y actitudes. Las principales informaciones e ideas falsas son: 1. Que el sentimiento del deber engendra amor. 2.
  • 25. 3. Que se puede acabar con el odio mediante prohibiciones. 4. Que los padres merecen respeto a priori por ser padres. 5. Que los niños a priori no merecen respeto alguno. 6. Que la obediencia robustece. 7. Que un alto grado de auto estima es perjudicial. 8. Que una escasa auto estima conduce al altruismo. 9. Que la ternura es perjudicial (amor ciego). 10. Que atender las necesidades del niño es malo. 11. Que la severidad y la frialdad constituyen una buena preparación para la vida. 12. Que la gratitud fingida es mejor que la ingratitud honesta. 13. Que la manera de ser es más importante que el ser. 14. Que ni los padres ni dios sobrevivirán a una afrenta. 15. Que el cuerpo es algo sucio y repugnante. 16. Que la intensidad de los sentimientos es perjudicial. 17. Que los padres son seres inocentes y libres de instintos. 18. Que los padres siempre tienen la razón. 7. Consecuencias del maltrato infantil El maltrato infantil trae serias consecuencias tanto en el individuo como en la como en la sociedad en general, pero desgraciadamente existen muy pocas investigaciones acerca de este tema y no obstante, poco o nada se hace en términos de promoción de la salud mental y de la detección y la prevención, tratamiento y rehabilitación de los trastornos emocionales. Únicamente se atienden las necesidades físicas de los menores, así mismo, al agresor tampoco se les da un tratamiento y en este caso sería indispensable llevarlo a cabo a manera de prevención y de tratamiento más sin embargo las autoridades de salud públicas pasan de largo sin reconocerlos como individuos bio-psico-sociales. Por tanto, la reintegración y adaptación de estas personas nuevamente a la sociedad la llevan a cabo solos y, la forma en la que lo hacen no siempre es la más adecuada. Por consecuencias entendemos toda serie de alteraciones en el funcionamiento individual, familiar y social de las víctimas de maltrato, siendo los aspectos más conocidos la reproducción del mismo y las alteraciones en el rendimiento académico, en el ajuste psíquico individual y en el tipo de relaciones en las que el sujeto participa (Friederich y Wheeler, 1982; Lamphear, 1986 citado en Pino y Herruzo, 2000). Los malos tratos que se llevan a cabo sobre los niños pueden provocar daño o consecuencias negativas a dos niveles: somático y psicológico (Martínez, Roig y De Paúl, 1993; Querol, 1991 cit. en Pino y Herruzo, 2000). Consecuencias somáticas. a. Abandono físico: retraso pondoestatural, cronificación de problemas por falta de tratamiento físico, vitaminopatías, eritemas de pañal, aplanamiento del occipucio, aparición de ciertas enfermedades prevenibles mediante vacunación y producción de quemaduras y otras lesiones por accidentes familiares debidas a una falta de supervisión. b. Maltrato físico: lesiones cutáneas, quemaduras, lesiones bucales (que pueden afectar a la posición de los dientes), lesiones óseas (que pueden afectar el crecimiento y la movilidad articular), lesiones internas (traumatismos craneales y oculares) entre las
  • 26. que destacan aquellas que producen edemas cerebrales puesto que pueden tener secuelas neurológicas. En cuanto a las anteriores consecuencias, sin restar importancia, no nos compete abordarlas ampliamente, pues la mayoría de este tipo de casos caen en manos del médico, entonces en este caso, interesa abordar las consecuencias psicológicas. Según Pino y Herruzo (2000), al hablar de consecuencias psicológicas se refieren a la variedad de comportamientos que pueden aparecer, sean alterados o como ellos los llaman "excesos conductuales" y también los retrasos o "déficits" en ciertos repertorios que se esperarían en los niños en función de sus edades respectivas. Estas consecuencias pueden manifestarse a corto, a mediano y largo plazo, es decir, en la infancia, adolescencia y edad adulta. Las consecuencias que estos autores plantean serían las siguientes: Consecuencias durante la infancia. A corto plazo: Incluye los efectos que estos pueden tener sobre el desarrollo físico del niño en el periodo comprendido entre los cero y los ocho años de edad, esto debido a que, según el autor este es el periodo en donde los cambios más rápidos y drásticos se producen en el periodo de cero a seis/ocho años. La principal y secuela que los malos tratos producen en el desarrollo de los niños es precisamente su retraso que se nota alrededor de la edad de un año, y ya es muy claro a los veinticuatro meses. Las áreas comportamentales que se encuentran más afectadas en este periodo son las siguientes: a. Area cognitiva: presentan un menor desarrollo cognitivo, se muestran más impulsivos, menos creativos, más distraibles y su persistencia en las tareas de enseñanza aprendizaje es menor. Son menos habilidosos resolviendo problemas y cuando llegan a la edad escolar muestran peores resultados en las pruebas de CI y tienen malas ejecuciones académicas. Los niños maltratados funcionan cognitivamente por debajo del nivel esperado para su edad, ya que sus puntuaciones en escalas de desarrollo y tests de inteligencia son menores que en los niños no maltratados, sus habilidades de resolución de problemas son menores y hay déficit de atención que comprometen el rendimiento en las tareas académicas. b. c. Area social: Pino y Herruzo (2000) mencionan que estos niños, a los 18 y 24 meses sufren un apego ansioso y presentan más rabia, frustración y conductas agresivas ante las dificultades que los niños no maltratados. Entre los 3 y 6 años tienen mayores problemas expresando y reconociendo afectos que los controles. También expresan más emociones negativas y no saben animarse unos a otros a vencer las dificultades que se presentan en una tarea. Por último, presentan patrones distorsionados de interacción tanto con sus cuidadores como con sus compañeros. Según Gaensbauer et al. (1979; 1980) citados por Pino y Herruzo (2000) identificaron seis patrones distorsionados de comunicación afectiva entre los niños maltratados y sus cuidadores: eran retraídos o distantes afectivamente, mostraban falta de placer o bienestar, eran inconsistentes en la interacción, presentaban ambigüedad, frivolidad y una comunicación afectiva negativa. Estos niños se acercan menos a los cuidadores, evitan más a los adultos y a los compañeros y son
  • 27. más agresivos con los adultos. También otros autores como Hoffman-Plotkin y Twentyman (1984) citados por pino y Herruzo (2000), descubrieron que los niños maltratados físicamente eran más agresivos que los controles y que los que padecían abandono interaccionaban menos de lo normal estos mismos autores, pero en el año de 1988 indican que los niños maltratados han mostrado falta de empatía. Son niños que entre 1-3 años de edad no mostraban interés por escapar a las situaciones molestas de la guardería y cuando lo hacían eran violentos, reaccionaban con ataques físicos, cólera o miedo (Main y Georges, 1985) citados por Pino y Herruzo (2000), también se ha visto que los niños maltratados son menos recíprocos en las interacciones con sus iguales y Elmer y Martin (1987) citados Pino y Herruzo (2000) mencionan que estas dificultades en habilidades de empatía perduran hasta la edad adulta. d. Área del lenguaje: Pino y Herruzo (2000) ha revisado varios estudios al respecto y ha encontrado lo siguiente. Beeghly, Carlon y Cicchetti (1986) descubrieron que los niños que padecen de maltrato físico, a los 30 meses, no se diferencian de los niños control en cuanto a lenguaje comprensivo pero si en el productivo, en lo que se refiere a sensaciones, sentimientos y necesidades y los niños que padecen abandono y maltrato físico presentan un déficit en la expresión de este tipo de verbalizaciones referentes a estados internos. Coster, Gersten, Beeghl y Cicchetti (1989) estudiaron la interacción verbal madre e hijo en niños de 31 meses. Observaron que los niños maltratados físicamente utilizan un lenguaje menos complejo sintácticamente, tienen menos vocabulario expresivo y conocen menos palabras que los normales. Burguess y Conger (1978), observaron que las madres de los niños que padecen abandono y maltrato físico hablan menos con sus hijos que las controles, en los casos de abandono físico las madres dan menos recompensas verbales y aprobación a sus hijos, y se muestran más propensas a criticarlos. En los casos de maltrato físico se ha visto que utilizan menos instrucciones verbales para ayudar a sus hijos a superar las dificultades normales de su ambiente. Inician menos interacciones de juego e ignoran más a sus hijos. Estas dificultades de lenguaje no desaparecen a lo largo del tiempo, sino que perduran hasta la edad escolar. Los niños maltratados, tal como lo señala Blager y Mártin (1976), los niños maltratados presentan dificultades de comunicación y de habilidades de expresión. e. Área de autonomía funcional. Pino y Herruzo (2000) señalan que por un lado, puede haber conductas de cuidado personal (aseo, vestido, nutrición, etc.) que en condiciones normales deben ser aprendidas en el seno familiar y, por otro lado, están las habilidades de la vida en comunidad, es decir, la capacidad que el sujeto tiene de funcionar de forma independiente a sus progenitores o cuidadores y señalan que los resultados de Egeland et al. (1981, 1983) muestran que los niños que padecían diferentes formas de maltrato presentaban un apego ansioso, en especial los que sufrían abandono emocional. Estos niños tendían a ser menos obedientes a sus padres y educadores que los controles y presentaban menor repertorio de autocontrol. El grupo de abandono físico resultó especialmente dependiente del educador para aquellas tareas propias de la nutrición que se llevan a cabo en el colegio. Sin embargo en cuanto a los comportamientos de funcionamiento independiente con respecto a los padres en su medio, estos niños llegan a estar al nivel o por encima de los controles (Pino, 1995). Esto podría ser consecuencia
  • 28. directa del número de horas que estos pasan solos, muchas veces en la calle, desde edades muy tempranas. f. Área Motora. Pino y Herruzo (2000) ha encontrado diversas investigaciones al respecto y varias de ellas son las siguientes. Esta es el área que se encuentra menos afectada (Pino, 1995). En el estudio de Egeland et al. (1981, 1983) los niños maltratados se mostraron menos hábiles que los controles, en el uso de herramientas a los 24 meses de edad. En Pino y Herruzo (1993) los niños que padecían abandono físico se mostraban más tardíos en adquirir la locomoción y se apreciaban también déficits en motricidad fina. g. Problemas de Conducta. Se refiere a los problemas de comportamiento en general (conductas agresivas, hiperactivas y disruptivas). Como ya se ha mencionado, los problemas de conducta agresiva se presentan principalmente en los niños maltratados físicamente. Kazdin, Moser, Colbus y Bell (1985) y Allen y Tarnowski (1989) citados en Pino y Herruzo (2000) hallaron en estos niños más síntomas depresivos (mayor externalidad en la atribución de control, más baja autoestima y desesperanza en cuanto al futuro). Pino y Herruzo (1993) observaron una inusual aparición de comportamientos sexuales precoces (frotis, masturbaciones con una alta frecuencia, en presencia de otros niños) en niños que padecían abandono (Pino y Herruzo, 2000). 8. Consecuencias durante la edad escolar y la adolescencia. Pino y Herruzo (2000) han revisado varias investigaciones y deducen lo siguiente de cada uno de los siquientes autores. Cichetti y Olsten (1990) afirman que el maltrato infantil tiene una serie de efectos en todas las áreas del desarrollo del niño, lo que le coloca en una situación de alto riesgo para desarrollar problemas de conducta y posteriores psicopatologías. Son diversas las alteraciones conductuales que se engloban bajo la etiqueta general de conducta antisocial las más relacionadas con el fenómeno de los malos tratos. Azar, Barnes y Twentiman (1982) han encontrado altos niveles de conducta violenta y delitos con uso de violencia entre delincuentes y jóvenes con alteraciones psiquiátricas que habían padecido malos tratos. Engfer y Schnewind (1982) mencionan que el maltrato físico está relacionado con la aparición de ansiedad e indefensión y estas reacciones se deben principalmente a las situaciones de rechazo (maltrato emocional/abandono emocional), estos niños presentan un comportamiento agresivo tal vez debido al mismo maltrato, lo cual crea un círculo vicioso en la relación padres-hijo. Mc Cord (1983) en un estudio retrospectivo encontró que el 20% de los niños que habían padecido abandono o maltrato físico, cuando llegaron a adolescentes cometieron delitos graves y una vez que estos cometen delitos ésta conducta suele cronificarse hasta la edad adulta. También se ha estudiado el Coeficiente Intelectual y su relación con los malos tratos y los niños con abandono aparecen con un CI inferior al normal y las niñas tienen CI infranormal ya sea que sufran maltrato físico o abandono. Otra consecuencia de los malos tratos es que los niños acaban adoptando una visión distorsionada de la realidad, los adolescentes maltratados tienen una idea distorsionada de la relación padre-hijo y ven a su padre como perfecto al lado del hijo despreciable, también suelen tener expectativas poco realistas sobre la conducta de otros niños y piensan que los niños deben saber hacer cosas que son poco adecuadas para la edad de estos.
  • 29. 9. Panorama del maltrato infantil a modo de conclusión Vivimos en un mundo en el que predomina la violencia. Y no debería extrañarnos que su dominio se inicie en la familia, pues es ahí donde empieza a manifestarse. La mayor parte de las agresiones graves a los niños se da precisamente en el hogar y esto da lugar a que dicho problema del maltrato a los niños se encuentre en personas y circunstancias casi o totalmente fuera de control, este tema se relaciona con el malinterpretado derecho de corrección y de una u otra manera todos debemos hacernos responsables para no seguir incubando en la sociedad ese fenómeno tan desastroso y responsable de diversas anomalías en la misma; pues tanto el maltrato infantil como la violencia intrafamiliar son fenómenos sociales que han gozado de aceptación en nuestra cultura. A pesar de que en los últimos tiempos estas conductas han sido condenadas por constituir algunas de las formas de violencia más comunes y penetrantes en nuestra sociedad, todavía miles de niños sufren maltrato físico, psicológico y sexual en su propio hogar. La familia es y debería considerarse como la institución más compleja y la más importante para nuestra sociedad, más sin embargo lo que sucede dentro de ella puede tener efectos tanto positivos como negativos en cada uno de los individuos que la integran y por tanto un ajuste o desajuste en las relaciones intrafamiliares. Diversos estudios en el tema han demostrado que los padres son los principales autores del maltrato infantil y a pesar de las graves consecuencias que este fenómeno desencadena no se debe calificar a estas personas como pervertidas o anormales, ya que sufren al igual que el niño o la niña agredidos ya que en la mayor parte de los casos éstos desahogan sus propias frustraciones que sus padres les hicieron sufrir de niños en sus hijos y sin darse cuenta de que así es, es decir, es un proceso inconsciente que se convierte en un círculo vicioso y que coincide con la teoría de frustración-agresión. Toda sociedad encuentra los más hondos y sólidos cimientos de su futuro en las generaciones jóvenes, que instruidas en forma adecuada y educadas de manera integral, serán el sustento de una nueva conciencia social y humana que es el único camino hacia el desarrollo y la paz social en México y en todo el mundo. Leer más: http://www.monografias.com/trabajos10/malin/malin.shtml#ixzz3FgWsTnYD