El documento describe cómo Internet ha transformado las relaciones amorosas, permitiendo que las personas se conozcan y se enamoren a través de chats y páginas web. Muchos usan estas herramientas para sentirse más cómodos que en el mundo real. Aunque las relaciones virtuales pueden estimular emociones a través del correo electrónico, las autoras opinan que no pueden ser más que platónicas debido a la imposibilidad de materializar los sentimientos en persona.