Este poema alaba la divina proporción como una ley divina y armoniosa que rige la belleza en el universo. Se refiere a la divina proporción como una cárcel feliz para la retina, una sección áurea y cuadratura celeste que origina el universo armónico. Finalmente, el poema describe a la divina proporción como un mar de sueños angulares y una flor de las cinco formas regulares que brilla con un compás ardiente como una esfera transparente.