El documento presenta la historia de un hombre que intenta repetidamente reunirse con su amigo recientemente nombrado como Ministro, pero el mozo, secretario y secretario del secretario constantemente le dan excusas de por qué el Ministro no puede recibirlo. Luego de meses de intentos fallidos y respuestas vagas, el hombre estalla diciendo que cree que los funcionarios asesinaron al Ministro para seguir cobrando su sueldo.
6. Ilustraciones y diseño por Eric List “”Pino” Asistencia editorial de
Nery Lòpez.
El secretario,
DEl secretario,
DEl secretario.
La Revista GOLEM presenta,
A Germán List Arzubide actuando y escribiendo:
9. Si para fundar mi
denuncia, la policía
requiere datos
sobre la persona
Klik Klik
10. Si para fundar mi
denuncia, la policía
requiere datos
sobre la persona
del primer
ministro, puedo
proporcionárselos
KlikKlik
Klik
11. Si para fundar mi
denuncia, la policía
requiere datos
sobre la persona
del primer
ministro, puedo
proporcionárselos
ampliamente…
Klik
Klik
Klik
Klik
12. Si para fundar mi
denuncia, la policía
requiere datos
sobre la persona
del primer
ministro, puedo
proporcionárselos
ampliamente…
Klik
Klik
Klik
Klik
Klik
Ding!
13. Puedo hacer una descripción completa de su persona,
dando altura aproximada, color de los ojos, del pelo, de la
piel, del rostro, sus señas particulares y hasta algunos
detalles que ocasionalmente obtuve en mis frecuentes
charlas con dicho señor, antes de que fuera designado
Ministro.
14. Lo conocí mucho. Lo traté
íntimamente y tuve
oportunidad, antes de que
ocupara el alto puesto de
Ministro –perdón por esta
insistencia, necesaria para
el fin que me propongo-,
de saber que era, o es, ya
no sé si existe, persona sin
enemigos, que no
frecuentaba cantinas,
cabarets, ni casas
innombrables y donde es
tan fácil ser herido a
mansalva.
Bla blabla
J
A
ja
ja
ja
Joy
joy
Ñaca Ñaca
¿!
¿
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15. Se trata de un hombre
sereno, correcto, fácil
a la charla y que de
pronto ha
desaparecido para sus
amigos y conocidos,
coincidiendo esta
desaparición con su
nombramiento, o
exaltación como dicen
los diarios, al alto
puesto de Ministro.
Pero, ¿Cómo ha sido
todo esto?
Bla bla bla
B
la
b
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b
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Blabe
r blaber
Huuuuuuu
yyy
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16. Bla blabla
J
A
ja
ja
ja
Joy
joy
Ñaca Ñaca
¿!
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La noticia de que mi amigo
–entiéndase bien, ¡mi
amigo!, porque yo no trato
de sorprender a nadie
haciéndome pasar como
amigo de una persona
porque ha sido designado
Ministro- ocuparía lugar tan
prominente, me llegó por el
conducto obligado de los
periódicos. Días antes había
estado conversando con él y
no sabía que fuera a ser
llamado a un cargo de tanta
confianza.
17. Bla bla bla
B
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Blabe
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Huuuuuuu
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Ese día acudí al
ministerio y me
recibió rodeado de
esos habituales a
toda recepción, que
saluda uno como
personas conocidas,
porque está seguro
de haberlas
encontrado ya en
otras fiestas de
recepción
ministerial.
18. Bla bla bla
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b
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J
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ja
ja
ja
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Ñaca Ñaca
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Nos cambiamos las frases de rigor y nos despedimos, seguros de volvernos a ver muy
pronto. Y aquí da principio mi denuncia. Jamás he vuelto a ver al señor Ministro, mi antiguo
y noble amigo.
19. A los diez días, de su exaltación, me presenté con el fin de tratarle algún asunto. Un
asunto sin importancia que era más bien un pretexto para conversar un rato con él.
En la antesala, un mozo de rostro taciturno y frío continente me indicó:
21. Me marché pensando que un Ministro tiene
siempre mil ocupaciones que atender y que
algunas veces no puede, aun cuando lo desee,
recibir ni siquiera a sus amigos. Volví días
después y el mismo mozo, con el mismo frío
talante me informó:
23. Esperé por espacio de media hora, llenando con mi impaciencia el
locutorio y haciendo la reflexión de que las horas que más envejecen a
los hombres son las de las antesalas, porque son las horas más inútiles.
Al fin, cuando comenzaron a desfilar los que esperaban, que habían
llegado antes que yo y tenían horas de tal suerte, me marché un tanto
apenado. Regresé a los pocos días y el mozo con terca voz dijo:
27. El señor ministro está en acuerdo y no recibe.
El señor ministro ha salido a una recepciòn.
28. El señor ministro está en acuerdo y no recibe.
El señor ministro ha salido a una recepciòn.
El señor ministro está enfermo.
29. El señor ministro está en acuerdo y no recibe.
El señor ministro está enfermo.
El señor ministro ha salido a una recepciòn.
El señor ministro está fuera de la ciudad.
30. El señor ministro está en acuerdo y no recibe.
El señor ministro está estudiando la ley número 5.·
El señor ministro está fuera de la ciudad.
El señor ministro está enfermo.
El señor ministro ha salido a una recepciòn.
31. ¿No era posible ver al señor Ministro? ¿A mi amigo el señor Ministro?
No era posible. Pasaron tres meses y yo ignoraba que sucedía con mi
amigo.
32. Al fin, cansado de tales respuestas me decidí a dar una paso
en firme y un día le grité al mozo:
-¿Pero no sabe
usted quién soy
yo?
33. El mozo no sabía quién era yo, pues me miró con sus fríos ojos de estatua y
no se dignó responderme.
-Soy un amigo del señor Ministro y necesito verlo.
El mozo se inclinó ceremoniosamente y me dijo:
34. El mozo no sabía quién era yo, pues me miró con sus fríos ojos de estatua y
no se dignó responderme.
-Soy un amigo del señor Ministro y necesito verlo.
El mozo se inclinó ceremoniosamente y me dijo:
Si usted quiere que le informe al
señor. Ramos…
35. Acepté y el mozo
me hizo pasar a
una sala enorme,
pero que se veía
estrecha por la
altura
desmesurada del
techo. Un hombre
pequeño, sentado
detrás de un
escritorio muy
grande, se puso de
pié al verme llegar.
36. -Quisiera saber con quién tengo el honor de
hablar-, dije cohibido por el silencio de muerte
que reinaba en la sala. Me miró con unos ojos
tan ausentes que me dio la impresión de que
eran ojos de ciego.
37. -Quisiera saber con quién tengo el honor de
hablar-, dije cohibido por el silencio de muerte
que reinaba en la sala. Me miró con unos ojos
tan ausentes que me dio la impresión de que
eran ojos de ciego.
Yo soy el secretario…
38. -Quisiera saber con quién tengo el honor de
hablar-, dije cohibido por el silencio de muerte
que reinaba en la sala. Me miró con unos ojos
tan ausentes que me dio la impresión de que
eran ojos de ciego.
Yo soy el secretario…
…del Secretario…
39. -Quisiera saber con quién tengo el honor de
hablar-, dije cohibido por el silencio de muerte
que reinaba en la sala. Me miró con unos ojos
tan ausentes que me dio la impresión de que
eran ojos de ciego.
Yo soy el secretario…
…del Secretario…
…del
SECRETARIO.
40. -Quisiera saber con quién tengo el honor de
hablar-, dije cohibido por el silencio de muerte
que reinaba en la sala. Me miró con unos ojos
tan ausentes que me dio la impresión de que
eran ojos de ciego.
Yo soy el secretario…
…del Secretario…
…del
SECRETARIO.
Me informó subiendo el tono de la voz a medida que designaba a
las personas. Me incliné confundido y por un momento no acerté
a decir nada, envuelto en la red de título tan extraordinario.
41. Al fin comprendí quién era, entonces
modulé con voz temblorosa mi
petición de ver al Ministro o al
SECRETARIO, como lo llamaba el
secretario del Secretario.
44. Su voz era igual a la del mozo, y parecía ser
el eco de otra voz que se iba repitiendo por
los salones del Ministerio.
Salí ahogándome de la angustia.
Tampoco allí encontraba
la respuesta.
46. El señor SECRETARIO o Ministro no recibe hoy.
El señor SECRETARIO o Ministro no recibe hoy.
47. El señor SECRETARIO o Ministro no recibe hoy.
El señor SECRETARIO o Ministro no recibe hoy.
El señor SECRETARIO o Ministro no recibe hoy.
48. El señor SECRETARIO o Ministro no recibe hoy.
El señor SECRETARIO o Ministro no recibe hoy.
El señor SECRETARIO o Ministro no recibe hoy.
El señor SECRETARIO o Ministro no recibe hoy.
49. Volví como un
autómata, como un
poseso, como un
demente que tiene
una idea fija y la
obedece muy a su
pesar. El mozo se
limitó a abrirme la
puerta y hacerme
pasar al salón del
secretario, del
Secretario, del
SECRETARIO, quien
antes de que pudiera
siquiera hablar me
dijo:
51. Y esta escena se
repitió tantas veces
cuantas acudí al
Ministerio, hasta que
desesperado,
violento, frenético, le
grité un día al
secretario, del
Secretario, del
SECRETARIO:
52. ¿Pero es que no llegaré a ver nunca al señor
Ministro o SECRETARIO?
Soy su amigo, ¿sabe usted?
Quiero verlo, saber como se
encuentra, oír su voz, sentir su
presencia.
Y esta escena se
repitió tantas veces
cuantas acudí al
Ministerio, hasta que
desesperado,
violento, frenético, le
grité un día al
secretario, del
Secretario, del
SECRETARIO:
54. ¿Si usted quiere
que le informe al
Secretario
del
SECRETARIO
?
El secretario, del
Secretario, del
SECRETARIO, se
inclinó y me
preguntó:
55. Yo acepté y El
secretario, del
Secretario, del
SECRETARIO, me
hizo pasar a una
sala más grande
aún, más desierta,
de paredes más
altas y donde el
silencio oprimía y
pesaba.
56. Detrás de un escritorio inmenso, un hombre más pequeño todavía
me miraba avanzar por la desolada alfombra. Me encaré con él y sin
preguntarle quién era, puesto que ya lo sabía, le grité furioso:
57. Quiero ver al Secretario o Ministro,
a mi amigo, al hombre que ya no se si existe o está muerto. Quiero verlo ahora mismo.
¡Ahora mismo! ¿Entiende usted?
58. Pero el Secretario, del SECRETARIO no entendía, porque con su voz
opaca, la voz que hacía eco en las otras salas y se estiraba hasta el
corredor donde el mozo guardaba la entrada, me respondió:
59. El SECRETARIO o Ministro, no recibe hoy.
Venga usted mañana.
62. ¿Mañana?
-grité-
¡Mañana! Para que diga usted que no
ha llegado, que está enfermo, que ha
salido, que está en acuerdo, que se halla
estudiando, que está de viaje… ¡Y tres
meses después todavía no logro verlo! No
señor. ¡Quiero verlo hoy mismo, hoy
mismo, en este momento!
63. El Secretario, del SECRTARIO, indiferente
a mi furia se limitó a repetir:
64. El SECRETARIO o Ministro, no recibe hoy.
Venga usted mañana.
66. …y le grite lo que era mi sospecha, lo que venía pensando hacía seis meses,
desde los primeros días de tan extraña conducta del mozo, del secretario del
Secretario del SECRETARIO y de él mismo:
67. Ustedes lo han asesinado.Mi noble amigo, elhombre que nos recibía
consu amable sonrisa yque gustaba de nuestra conversaciónya noexiste.
68. Entre usted y su secretario yel mozo lo han
ASESINADO. Hancortado su cuerpo enpedazos ypara seguir
cobrando elsueldo,
mientendiciendo que nopuede recibir a los que venimos a buscarlo.
Ustedes lo han asesinado.Mi noble amigo, elhombre que nos recibía
consu amable sonrisa yque gustaba de nuestra conversaciónya noexiste.
69. Entre usted y su secretario yel mozo lo han
ASESINADO. Hancortado su cuerpo enpedazos ypara seguir
cobrando elsueldo,
mientendiciendo que nopuede recibir a los que venimos a buscarlo.
Ustedes lo han asesinado.Mi noble amigo, elhombre que nos recibía
consu amable sonrisa yque gustaba de nuestra conversaciónya noexiste.
Miamigo ya no existe yustedessonunos asesinos…
71. aSESINO
Mis gritos hacían pedazos el silencio rebotando contra las paredes.
Subían hasta el techo altísimo y se dejaban caer sobre el hombre que se
iba empequeñeciendo azotado por ellos.
78. Intenté gritar, más la
mano del mozo cayó
sobre mi boca y
agarrotado por los dos,
fui arrastrado por la
alfombra a través de
los salones que habían
recobrado un silencio
cómplice y cobarde y
me arrojaron del
corredor a la calle,
desde la cual, ahora,
formulo mi denuncia.
79. Señores de la
policía:
mi amigo el señor
Ministro ha sido
asesinado. Ya sabeis
quienes son sus
victimarios.
81. NOTA BENE: Antes de entregar mi denuncia a la policía, la he leído a algunos amigos,
que me han manifestado sus sospecha en el sentido de que tal vez los hombres a
quienes yo acuso no sean culpables sino de haber ocultado la desaparición del
señor Ministro, el cual, en realidad se suicidó. ¿Será verdad? Tal cosa deberá ser
aclarada por la policía.
VALE.
82. En 1922 responde a la convocatoria de Manuel Maples Arce, el “ACTUAL No.1” y fundan
el Movimiento Estridentista. Este inicia como un grupo poético, pero rápidamente atrae a
sus filas a jóvenes con inquietudes vanguardistas de todas las disciplinas artísticas,
convirtiéndose en un movimiento multi e interdicipliario.
Germán List es autor de no menos de 60 Libros de poesía, novela, ensayo, histórico,
cuento, teoría pedagógica, teatro infantil, entre otros géneros.
Su permanente postura rebelde y opositora, siempre de lado de las clases oprimidas le
valió una campaña de años de silencio oficial. Poco a poco, sin embargo, la originalidad
de su obra ha ido conquistando el interés de los lectores inteligentes. El el año 1998,
cuando Germán cumplía 100 años, el clamor de múltiples sectores de la sociedad, sobre
todo de jóvenes creadores, logró al fin que se le otorgara el Premio Nacional de las Artes.
Pocos meses después de esto, murió.
Acerca de Germán List Arzubide
Es uno de los autores más prolíficos, rebeldes, originales e
incomprendidos de Latinoamérica.
Después de pelear en la Revolución mexicana al lado del
General Rojano, funda algunas de la primeras revistas
de literatura de vanguardia de México: la revista Vincit y
la revista Ser. Esta última estaba afiliada al movimiento
Ultraista español.
83. Esta revista que está ante tus ojos, pretende usar el espacio de las “cadenas en los e-mails” que
normalmente se dedican al esoterismo , la superación personal, las oraciones, las promesas de buena y las
amenazas de mala suerte, para transmitir algo de buena literatura. La idea es que, si te late, la mandes a tus
contactos. Con ello nadie ganará nada y nadie perderá nada. Solamente se distribuirá un esfuerzo cultural
aprovechando un medio y un lenguaje desperdiciado para fines creativos.
84. Algunos Testimonios:
Juan Pérez recibió esta cadena y se la mando a diez contactos en
el transcurso de tres días. A la mañana siguiente compró un
boleto de lotería y desde luego no se la ganó.
Josefina Ramírez, en cambio, recibió esta cadena y como no le latió, la borró de su
“inbox”. A los dos días se le perdió simplemente una moneda de a peso. Esperamos que
no nos eche la culpa.
La buena o la mala fortuna no tienen nada que ver con esta revista. Aseguramos, que,
como todo buen arte, no tiene ninguna utilidad práctica más allá de ser una buena
lectura y pretender expresar belleza.
Por favor reenvíala a tus amigos.
Atte. La redacción
Escribe a revistagolem@yahoo.com.mx