Santa Monica,Patrona:
víctimas de abusos, alcohólicos, matrimonios con problemas, hijos rebeldes, amas de casa, mujeres casadas, madres, víctimas de adulterio, infelices, víctimas de abusos verbales, viudas, esposas. Festividad: 27 de agosto.
1. Festividad: 27 de agosto.
Patrona:
víctimas de
abusos, alcohólicos, matrimonios con
problemas, hijos rebeldes, amas de
casa, mujeres casadas, madres, víctimas
de adulterio, infelices, víctimas de
abusos verbales, viudas, esposas.
2.
3. GloriosaSanta Mónica, modelo de madres. Tu
vida la admiramos en los vaivenes de tu
hogar y sobre todo, siguiendo a tu hijo
Agustín. Supiste atraer a tu esposo hacia Dios
e igualmente a aquel hijo que había perdido
la fe. Le seguías
llamándole, orando, llorando... Consíguenos
que comprendamos el papel sagrado de las
madres y su influencia en el hogar.
Confiamos nuestra familia a tu protección.
4. Querida Santa Mónica, esposa y madre
preocupada, muchas tristezas se clavaron en tu
corazón durante tu vida. Sin embargo, nunca te
desesperaste o perdiste la fe. Con
confianza, persistencia y profunda fe rezaste
diariamente por la conversión de tu amado
esposo, Patricio, y tu amado hijo, Agustín.
Concédeme la misma fortaleza, paciencia y confianza
en el Señor. Intercede por mi, querida Santa
Mónica, para que Dios pueda escuchar
favorablemente mi súplica (mencione aquí su
petición) y me conceda la gracia de aceptar su
voluntad en todas las cosas, por medio de
Jesucristo, nuestro Señor, en la unidad del Espíritu
Santo, un solo Dios por los siglos de los siglos. Amén.
5. A ti recurro por ayuda e
instrucciones, Santa Mónica, maravillosa
ejemplo de firme oración por los niños.
En tus amorosos brazos yo deposito mi
hijo(a) (mencionar aquí los
nombres), para que por medio de tu
poderosa intercesión puedan alcanzar
una genuina conversión a Cristo Nuestro
Señor. A ti también apelo, madre de las
madres, para que pidas a nuestro Señor
me conceda el mismo espíritu de oración
incesante que a ti te concedió. Todo esto
te lo pido por medio del mismo Cristo
Nuestro Señor. Amén.
6. Oh santa Mónica, que por medio de
tu paciencia y plegarias obtuviste
de Dios la conversión de tu marido
y la gracia de vivir en paz con él;
obtén para nosotros, te
suplicamos, la bendición de Dios
omnipotente, para que la
verdadera armonía y paz reinen en
nuestras casas, y que todos los
miembros de nuestras familias
puedan alcanzar la vida eterna.
Amén.
7. Madre ejemplar del gran
Agustín, durante 30 años perseguiste de
modo perseverante a tu hijo rebelde con
amor, afección, perdón, consejo y rezos
que clamaban al cielo. Intercede por
todas las madres en este nuestro día
para que puedan aprender a conducir a
sus hijos a Dios y su Santa Iglesia.
Enséñalas cómo permanecer cerca de
sus hijos, incluso de aquellos hijos e
hijas pródigos que tristemente se han
extraviado. Amén
8. Oh Dios, que observaste las devotas lágrimas y ruegos
de Santa Mónica y le concediste por escuchar sus
rezos la conversión de su marido y el regreso
penitente de su hijo, Agustín, concédenos la gracia
de implorarte también con verdadero celo, para que
así podamos obtener como ella, la salvación de
nuestra alma y las almas de nuestros allegados. Por
Cristo Nuestro Señor. Amén.
9.
10. Por la señal de la santa cruz, de nuestros enemigos líbranos señor Dios nuestro
Acto de contrición
Señor mío Jesucristo, divino Redentor y Salvador de las
almas, que por las piadosas lágrimas de vuestra sierva Mónica os
dignasteis convertir enteramente a Vos el corazón de su hijo
Agustín, y desde el día de su total y dichosa conversión le
inspirasteis que hiciera siempre frutos de verdadera penitencia;
por las lágrimas benditas de aquella madre y por la sincerísima
conversión de aquel bienaventurado
hijo, conceded, misericordioso, a nuestras almas aquel dolor de
verdadera contrición que alcanza con seguridad el perdón de
toda culpa; aquel llanto de sincero arrepentimiento que borra
toda inquietud y toda mancha, y el hacer tales frutos de
penitencia que devuelvan la justificación y la paz a nuestro
espíritu contrito y humillado que de veras se convierte a Vos y
desea veros desenojado para siempre. Amén.
11. Oración preparatoria para todos los días
¡Oh gloriosa Santa Mónica, espejo de esposas, modelo de madres, consuelo de
viudas, mujer admirable, a quien Dios infundió el espíritu de oración y
concedió aquel don de lágrimas con que supisteis hacer violencia al Dios de las
misericordias para que se compadeciera de vuestros gemidos, escuchara
vuestras plegarias y os concediera el fin de todos vuestros deseos! A vuestras
plantas venimos hoy, las que sufrimos y lloramos en los tristes caminos de la
vida, a suplicaros que nos alcancéis el espíritu de oración que vos tuvisteis y la
compunción que merecen nuestras culpas, para que, derramando con
humildad nuestro corazón ante el Dios de toda piedad y
misericordia, alcancemos la gracia de vivir la santa vida que vos vivisteis en la
tierra, y merezcamos la gloria que vos gozáis ahora en el cielo, en compañía
de nuestros padres, esposos e hijos, y de todos los que por la sangre y el
afecto nos pertenecen y son en Jesucristo, Señor nuestro, amados y queridos
de nuestro corazón. Amén.
Rezar a continuación la oración del día que corresponda
12. Señor, Dios omnipotente, que os complacisteis en adornar a
vuestra escogida sierva Santa Mónica, desde su tierna
infancia, con los dones amables de la modestia, de la castidad y
del pudor; por lo que ella os agradó con estas preciosísimas
virtudes, concededme la gracia de amarlas y practicarlas como
ella, para que como ella os sirva y os agrade, mi Dios y mi
Señor, en medio de la vanidad y corrupción de este siglo, y así
merezca conseguir los premios que tenéis reservados a vuestros
escogidos en la eterna bienaventuranza. Amén.
Tres Padrenuestros, Avemarías y Glorias.
Pedir la gracia que se desee conseguir en la Novena por intercesión de la
bienaventurada Santa Mónica. Terminar con la oración final para todos los días.
13. ¡Oh Dios de infinita gloria y majestad, que inefablemente os complacíais
en los sentimientos de piedad y devoción con que os amaba y servía
vuestra fidelísima sierva Santa Mónica, cuando con tanto gusto prefería
las delicias secretas de la oración y del recogimiento a las tiernas caricias
de sus deudos y a todos los halagos seductores del siglo y de la carne!
Concededme, por la intercesión de aquella vuestra sierva devotísima, la
gracia de que yo os ame y os sirva sin pecado hasta la muerte, y que
prefiera siempre la dicha de agradaros a todas las vanidades y deleites de
la tierra, y así merezca disfrutar un día las eternas y purísimas delicias de
la gloria. Amén.
Tres Padrenuestros, Avemarías y Glorias.
Pedir la gracia que se desee conseguir en la Novena por intercesión de la
bienaventurada Santa Mónica. Terminar con la oración final para todos los días.
14. ¡Oh Dios infinitamente amable y adorable, que de tal modo infundisteis
en el corazón de vuestra amantísima sierva Santa Mónica el celo de
vuestra gloria y de la salud de las almas, que, siendo esposa atribulada y
afligida, supo beber en silencio el cáliz de sus tribulaciones, y con sus
santísimos ejemplos y prudentísimos consejos supo edificar y consolar a
muchas madres y esposas! Por lo que os agradó con su heroica
paciencia, concededme que sepa yo igualmente sufrir en silencio mis
trabajos y edificar con mis palabras y ejemplos a mis prójimos, a fin de
que en todo de corazón os sirva, y de todas las cosas que me aproveche
para mi santificación, y gloria vuestra, conforme a los designios de
vuestra adorable voluntad. Amén.
Tres Padrenuestros, Avemarías y Glorias.
Pedir la gracia que se desee conseguir en la Novena por intercesión de la
bienaventurada Santa Mónica. Terminar con la oración final para todos los días.
15. ¡Oh Dios clementísimo y misericordiosísimo que en el corazón
maternal de Santa Mónica os dignasteis infundir el espíritu de la
humildad y la oración para que en constante súplica rogara en
vuestra presencia por la salvación de su esposo y la conversión de su
querido hijo Agustín! Por lo mucho que ella os agradó con su oración
y sus lágrimas, concededme aquel mismo espíritu de humildad y
oración que ella tuvo, para que sepa yo rogar ante vuestro divino
acatamiento por las grandes necesidades de mi alma y de todos los
que me están por Vos encomendados, y de Vos merezca alcanzar para
mi y para ellos, primero, vuestra gracia, y después, la gloria. Amén.
Tres Padrenuestros, Avemarías y Glorias.
Pedir la gracia que se desee conseguir en la Novena por intercesión de la
bienaventurada Santa Mónica. Terminar con la oración final para todos los días.
16. ¡Oh Dios omnipotente y en las promesas fidelísimo, que os dignasteis
inspirar a vuestra sierva Santa Mónica una fe tan grande acerca de la
conversión de su hijo Agustín, que, en los días de su
tribulación, aseguraba a su propio hijo que él había de venir adonde
ella estaba, e hicisteis que se cumpliese la profecía de un santo
Obispo que al ver la fe y las lágrimas de Mónica dijo: " Es imposible
que hijo de tantas lágrimas perezca!". Por lo mucho que os agradó la
fe de aquella santa madre, concededme que tenga yo tanta en
vuestro poder y misericordia que alcance lo que os pido en esta
Novena, y por ello os glorifique mi alma por los siglos de los siglos.
Amén.
Tres Padrenuestros, Avemarías y Glorias.
Pedir la gracia que se desee conseguir en la Novena por intercesión de la
bienaventurada Santa Mónica. Terminar con la oración final para todos los días.
17. ¡Oh Dios omnipotente y Padre de toda consolación, que os
dignasteis alentar tanta esperanza en el corazón de vuestra
sierva Santa Mónica, que en los días más amargos de su
tribulación, cuando su hijo más se alejaba de Vos, nunca dejó de
esperar con grande confianza el cumplimiento de sus deseos y la
consecución de vuestras misericordias! Concededme por su
intercesión y méritos aquella firme esperanza que ella tuvo, para
que jamás desfallezca yo en mi oración y merezca conseguir lo
que os pido para consuelo de mi alma y gloria vuestra. Amén.
Tres Padrenuestros, Avemarías y Glorias.
Pedir la gracia que se desee conseguir en la Novena por intercesión de la
bienaventurada Santa Mónica. Terminar con la oración final para todos los días.
18. ¡Oh Dios, infinitamente bueno y digno de ser amado, que de tal modo
consolasteis a vuestra sierva Santa Mónica en las últimas horas de su
vida, que, viendo a su lado al hijo de su alma, Agustín, convertido
totalmente a Vos y santificado por las aguas del Bautismo, exclamaba
que ya nada le quedaba que hacer en este mundo sino volar a Vos
para amaros y poseeros para siempre! Por aquel tan grande amor con
que os amaba la madre de Agustín sobre la tierra, concededme os
ruego, ¡oh mi buen Dios!, que os ame yo como ella, y que de tal
modo viva desprendida de todas las cosas y lazos de este mundo, que
nada desee fuera de Vos, y así merezca poseeros y gozaros por los
siglos de los siglos. Amén.
Tres Padrenuestros, Avemarías y Glorias.
Pedir la gracia que se desee conseguir en la Novena por intercesión de la
bienaventurada Santa Mónica. Terminar con la oración final para todos los días.
19. ¡Oh Dios de los escogidos y predestinados, que os dignasteis conceder a
vuestra sierva Santa Mónica una muerte tan dulce y tan dichosa en tierra
extraña, que, sin cuidarse de las honras de su cuerpo, sólo pensó en entregar
a Vos el alma, y encargó a su hijo Agustín que dejando descansar su cuerpo en
la tierra dondequiera que ella falleciese, no se olvidara de rogar durante los
días de su vida por el alma de su madre ante el altar del Señor! Por la preciosa
muerte de aquella santa madre, concededme la dicha de morir en Vos y para
Vos, como verdadera hija de la Iglesia, de suerte que consiga entrar en
Posesión de la bienaventuranza, donde me vea rodeada de mi esposo, de mis
hijos y de todos los seres queridos de mi corazón, y juntamente con ellos
alabe allí por siempre vuestras misericordias. Amén.
Tres Padrenuestros, Avemarías y Glorias.
Pedir la gracia que se desee conseguir en la Novena por intercesión de la
bienaventurada Santa Mónica. Terminar con la oración final para todos los días.
20. ¡Oh Dios, que siempre te complaces en la gloria de tus Santos y te muestras en
ellos admirable, para que sean venerados de las gentes, y así, en el traslado
de las santas reliquias de vuestra sierva Mónica, desde el puerto de Ostia a la
Ciudad Eterna, os dignasteis honrarla con el júbilo de los pueblos que la
saludaban a su paso, con la devoción de tantas madres que salían a ofrecerle
sus hijos y sus lágrimas, y la acompañasteis en aquel glorioso viaje con los
prodigios de vuestra omnipotencia, haciendo, por su mediación, grandes
milagros! Por el suave aroma que exhalan en vuestra presencia los restos
venerados de aquella mujer santa y admirable, dignaos despertarme de mi
tibieza, resucitarme a vuestra gloria y concederme cuanto os pido para mi
salud eterna y la de todos aquellos que Vos habéis puesto bajo mi amor y
cuidado. Glorificad de este modo vuestro nombre. Amén.
Tres Padrenuestros, Avemarías y Glorias.
Pedir la gracia que se desee conseguir en la Novena por intercesión de la
bienaventurada Santa Mónica. Terminar con la oración final para todos los días.
21. Oración final para todos los días
¡Gloriosísima y bienaventurada Santa Mónica, grande en la paciencia, magnánima en
la esperanza y dichosa en el triunfo, mujer sabia y prudente, que supiste edificar tu
casa y en ella resplandeciste como el sol cuando amanece en las alturas del cielo, y
en todo fuiste ejemplo esclarecido de mujer cristiana! Ahora, que estás ya en la
«tierra de los que viven para siempre», «donde no hay llantos, ni gemidos, ni dolor
alguno», acuérdate de las que todavía gemimos y lloramos en el valle donde tú
gemías y llorabas, e intercede ante el Señor para que tenga compasión de tantas
madres y esposas en sus tribulaciones y trabajos, y para que recoja nuestros
gemidos y escuche nuestras plegarias, y nos conceda, como a ti, el fin de todos
nuestros deseos, y merezcamos, un día, reinar y descansar en la gloria como
tú, rodeadas de todos los seres queridos de nuestro corazón, y bendecir, así, contigo
las eternas misericordias del Señor por los siglos de los siglos. Amén.
V. Ruega por nosotros, bienaventurada Santa Mónica.
R. Para que seamos dignos de alcanzar las promesas de Jesucristo.
22. Oración
¡Oh Dios, consolador de los afligidos y salud de los que en Ti
esperan, que aceptaste misericordiosamente las piadosas lágrimas de
la bienaventurada madre Mónica por la conversión de su hijo Agustín!
Concédenos por la intercesión de entrambos que lloremos nuestras
pecados y encontremos la indulgencia de tu gracia. Por Jesucristo
nuestro Señor. Amén.