A la industria publicitaria cada vez le gusta menos su denominación. Tanta saturación de anuncios ha llevado a que reniegue de su propio nombre. La publicidad quiere llamarse comunicación, ¿que tiene más caché", asegura Carlos Navarro, doctor en Publicidad y profesor de Creatividad en ESIC y la Universidad Complutense de Madrid. Así se demuestra en las facultades del ramo y en los másteres que ofrecen, que cambian de apelativo sus títulos. Es el caso de la Facultad de Comunicación de la Universidad Pontificia de Salamanca o de la Universidad San Jorge de Zaragoza, prosigue Navarro. O el del Máster en Comunicación Corporativa de la EAE y el Máster en Comunicación Digital de la Universidad Complutense, por poner algunos ejemplos.