3. Características mas relevantes según el autor “los grupos pobladores” (lectura
mapa cultural del caribe)
A partir del auto reconocimiento delimita 31 subregiones y 6 territorios indígenas
en el área del caribe Colombiano y en los sectores del archipiélago de San Andres,
a continuación las características mas importantes del grupo de pobladores de las
subregiones.
Guajira: la mayoría de la población tiene
como núcleo básico la población indígena, se
considera el territorio ancestral de los
Wayuu. La Guajira se divide en dos
subregiones:
Riohacha: sus habitantes se dedican en su
mayoría al comercio y al contrabando. Se
dice que Maicao surge aquí con un enclave
sirio-libanes.
Sur de la Guajira: de Riohacha y del Sur es
que surgen los dirigentes políticos de la
Guajira ya que son los que mas están
asociados con la burocracia estatal. En esta
zona se mantiene gran afinidad con
Valledupar y la cultura vallenato.
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4. Kankuama: habitaron los ya desaparecidos Kankuamo
y los Arsarios, Arhuacos, Kogi y Wayúu
Vallenata: aparecen dos grupos de pobladores, una
población de características mestizas, así como una
élite de origen hispano sobre la que tuvieron gran
influencia las migraciones europeas.
Perijá: pobladas por campesinos provenientes
especialmente de los Santanderes y otros
departamentos del interior del país; son colonos
presionados por las condiciones de violencia y
pobreza de sus lugares de origen
Santa
Marta:
su
población
es
mestiza
fundamentalmente, se origino a partir de los pueblos
indígenas que se establecieron a su alrededor durante
la época de la colonia.
Cienaguas: se han establecido particularmente por
parte de campesinos provenientes de otras zonas de
la Costa o inmigrantes de origen europeo. Se han
articulado económicamente a partir de la explotación
del banano.
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5. Sierra Nevada: población que ha permanecido marginal para los gobiernos nacional y
departamentales, por lo cual aquí se han consolidado diversas formas de autoridad a partir de
influencias externas como los grupos protestantes y lo guerrilla, entre otros.
Cienagas del Magdalena: Poblaciones también tradicionalmente marginadas, de
características mestizas, que han mantenido un tipo de explotación artesanal de esta zona
lacustre.
Montaña del Magdalena: tuvo flujos migratorios, en su mayoría provenientes de otras zonas
de la costa La presencia de enclaves extranjeros de explotación determinó en buena parte sus
relaciones sociales. Los sectores comerciantes son de origen sirio-libanés.
Cienagas del Cesar: se trata de una
población que se ve marginada por el
proceso de latifundismo que se
apropia
de
los
playones
anteriormente comunales.
Ocañera: Poblamiento cuyo núcleo es
santandereano,
mantiene
una
relación
permanente
con
el
noroccidente de ese departamento,
así como una unidad de intereses y
aspiraciones.
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6. Costera del Atlantico: habitada por una población mestiza, hay algunos reductos de la
cultura Mocaná, actualmente presionados por el impulso de la franja turística que está
consolidando un eje costero entre Barranquilla y Cartagena. La ciudad de Barranquilla se
destaca aquí como caso particular por la magnitud y la complejidad de las relaciones
urbanas que conforman este conglomerado.
Sabana Larga: Constituida por los pueblos de origen indígena, que aunque forman parte
del área de influencia de Barranquilla, mantienen valores expresiones diferentes frente a
la cultura metropolitana.
Depresión Momposina: Aquí confluyen habitantes del Magdalena, del Cesar y de Bolívar,
con un ancestro cultural común que se origina en la actividad de la boga, se identifica
una elite de origen europeo.
La mojana: cuyos habitantes presentan características similares a los de la depresión, en
una zona tradicionalmente marginada; han enfrentado un proceso de apropiación de
tierras comunales por parte de los hacendados.
San Lucas: Poblada recientemente en dos oleadas de colonización: en los años cincuenta
por campesinos" cachacos" desplazados por la violencia de entonces, y de los años
ochenta en adelante por campesinos desalojados del Magdalena Medio por la violencia
actual.
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7. Cartagena: En la mayor parte de su población hay un ancestro africano que conserva la
riqueza de sus relaciones socioculturales a pesar de los patrones de una élite de origen
colonial de ascendencia hispánica, que permite poca movilidad social, con base en
prejuicios raciales.
canaleros: Los habitantes del Canal del Dique hacen parte del complejo cultural del río; la
tradición de cimarronaje y palenques que existió aquí durante la Colonia tiene aún vigencia
en su cotidianidad.
Montes de Maria: La población de esta serie de municipios de Bolívar y Sucre comparte su
origen en los arrochelados y los libres que se refugiaron en la serranía de San Jacinto y que
fueron objeto de los proyectos de repoblamiento del período colonial. El cultivo del tabaco,
ha sido clave para su identidad socio política.
Costera de Morrosquillo: Aquí habita una población
esencialmente de origen africano, con una fuerte
tradición de palenque y el marronaje y por tanto de
resistencia, que a pesar de su cercanía con Cartagena,
ha vivido marginada.
Sabanas: se han forjado a partir de su origen mestizo
y de las relaciones de dominación históricamente
establecidas por la hacienda. Ocupan los rescoldos de
los latifundios y venden a éstos su fuerza laboral.
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8. San Jorge: Comparte importantes rasgos con la zona de sabanas, y confluye aquí
también la influencia anfibia de los habitantes de las ciénagas.
Bajo Cauca: Antigua zona minera donde también tuvo un peso enorme el cimarronaje y
el palenque; entre sus habitantes se mantiene la tradición de vivir al margen y su
territorio ocupa parte del Departamento de Antioquia.
Costera de Cordoba: La mayoría de sus habitantes son de tradición africana con una
clara influencia de la cultura de la sabana
Cienagas del Sinu: tiene marcada la tradición indígena, La mayoría de sus habitantes son
de tradición africana con una clara influencia de la cultura de la sabana
Sinu medio: Con una mayor influencia de las sabanas y una importante presencia
siriolibaneso.
Monteria: Se refleja aquí la multiplicidad de influencias poblacionales que caracterizan
la región sinuana.
Alto Sinu: Ocupada por campesinos de origen sinuano y sabanero, así como por
campesinos de origen antioqueño, es una zona eminentemente manejado por el
latifundio antioqueño.
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9. Las islas del archipiélago de San Andrés, Providencia la Vieja y Santa Catalina
están habitadas en la actualidad por tres grupos de pobladores:
Población raizal: De religión protestante, con una tradición anglo norteamericana. Su
ascendencia es básicamente africana con influencia miskito. desplazados por el auge de los
desarrollos turísticos ahora impulsados por los capitales de Cali.
Continentales: predomina el elemento mulato procedente del Atlántico y de Bolívar y los de
ascendencia mestiza, criolla colombiana, de los departamentos del Viejo Caldas. Se trata de
grupos de estrato socioeconómico bajo que han migrado al archipiélago en busca de mejores
condiciones de vida, ya sea dentro del comercio en pequeña escala de cacharrería de
contrabando o siguiendo las promesas de políticos y empresarios necesitados de mano de
obra barata.
Sirio-libaneses: Este sector de la población se ha desplazado en muchos casos desde el
continente colombiano, donde ya estaban establecidos, atrayendo nuevos paisanos que han
llegado desde sus países de origen. Este grupo concentra un enorme poder económico y
político y constituye una comunidad sumamente cerrada. Se han localizado en el North End.
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11. La diversidad cultural ha comenzado a suscitar un interés fundamental al iniciarse el
nuevo siglo. Sin embargo, los significados que se le asignan a esta expresión
“comodín” son tan variados como cambiantes. Algunos consideran que la diversidad
cultural es intrínsecamente positiva, en la medida en que se refiere a un intercambio
de la riqueza inherente a cada cultura del mundo y, por ende, a los vínculos que nos
unen en los procesos de diálogo e intercambio.
La diversidad cultural no es simplemente
un bien que se debe preservar, sino un
recurso que es preciso fomentar, incluso en
ámbitos relativamente alejados de la
cultura entendida en sentido estricto
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12. La diversidad cultural es, ante todo, un hecho:
existe una gran variedad de culturas que es
posible distinguir rápidamente a partir de
observaciones etnográficas, aun cuando los
límites que marcan las lindes de una cultura
especifica sean más difíciles de determinar de lo
que parece a primera vista.
Además, la
conciencia de esta diversidad ha llegado a ser hoy
prácticamente un lugar común, gracias a la
mundialización de los intercambios y la mayor
receptividad mutua de las sociedades. Aunque
esta mayor toma de conciencia no garantiza en
forma alguna la preservación de la diversidad
cultural, ha contribuido a que el tema haya
conseguido más
notoriedad.
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13. La cuestión de las identidades –nacionales, culturales, religiosas, étnicas, lingüísticas,
sexuales y de otra índole– está adquiriendo cada vez más importancia para las
personas y grupos que ven la mundialización y el cambio cultural como una amenaza
para sus creencias y medios de vida. Las crecientes tensiones que suscita el tema de la
identidad, que a menudo resultan de una culturalización de reivindicaciones políticas,
se contraponen con una tendencia más general hacia el surgimiento de identidades
dinámicas y multifacéticas. El activismo político vinculado a la identidad religiosa es
quizás un poderoso indicador de identidad y diferencia cultural. En este contexto se
corre el riesgo de que las creencias religiosas se instrumentalicen para promover
programas políticos y de índole conexa, lo que puede precipitar conflictos entre
religiones y provocar desacuerdos en sociedades democráticas.
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14. En un mundo culturalmente diverso, es necesario elaborar
nuevos
planteamientos sobre el diálogo intercultural que superen las limitaciones del
paradigma del “diálogo entre civilizaciones”. Entre los requisitos para hacerlo
figuran un análisis de las diversas formas en que las culturas se relacionan
unas con otras, la sensibilización a los elementos culturales comunes y las
metas compartidas, y la determinación de los problemas que se deben
resolver al conciliar las diferencias culturales
El diálogo intercultural requiere el fortalecimiento de
autonomía de todos los participantes mediante
fomento de capacidades y proyectos que permitan
interacción, sin perjuicio de la identidad personal
colectiva
la
el
la
o
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15. La mezcla de culturas a lo largo de la historia se ha manifestado en diversas
formas y prácticas culturales, desde los intercambios e importaciones culturales
(las rutas de la seda) hasta las imposiciones de valores culturales por medio de
la guerra, la conquista y el colonialismo. Sin embargo, incluso en el caso
extremo de la esclavitud, se producen intercambios que, a través de ciertos
procesos concretos de aculturación inversa, acaban siendo asimilados por la
cultura dominante. El reconocimiento de la universalidad de los derechos
humanos ha permitido hoy –al menos en teoría– pensar en auténticos
intercambios en condiciones de igualdad entre todas las culturas del mundo.
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16. Los estereotipos culturales, si bien sirven para marcar los límites entre un grupo y “el otro”,
conllevan el riesgo de que el diálogo pueda limitarse a la diferencia y que la diferencia pueda
engendrar intolerancia. Las culturas que pertenecen a tradiciones de civilizaciones diferentes
son especialmente proclives a recurrir a estereotipos mutuos.
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17. El diálogo intercultural depende en gran medida de las competencias interculturales, que
se definen como el conjunto de capacidades necesarias para relacionarse adecuadamente
con los que son diferentes de nosotros.
Esas capacidades son de carácter fundamentalmente comunicativo, pero también
comprenden la reconfiguración de nuestros puntos de vista y nuestras concepciones del
mundo, ya que no son tanto las culturas, sino las personas (individuos y grupos, con su
complejidad y sus múltiples lealtades) las que participan en los procesos de diálogo
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18. 1. La clave para un proceso de diálogo intercultural e interconfesional fructífero reside
en el reconocimiento de la igual dignidad de los participantes. Esto supone reconocer
y respetar las distintas formas de conocimiento y sus modos de expresión, las
costumbres y tradiciones de los participantes y los esfuerzos por establecer un
contexto culturalmente neutral para el diálogo, que permita a las comunidades
expresarse libremente. Esto es especialmente cierto en el caso del diálogo
interconfesional.
2. El diálogo interconfesional es una dimensión crucial de la comprensión internacional
y, por consiguiente, de la solución de conflictos.
3. Más allá de los intercambios institucionales entre personalidades eruditas o
representativas, el diálogo interconfesional debería intentar incluir intercambios de
todas clases, comprendidos los intercambios por conducto de redes locales y
comunitarias informales, y contar con la participación de nuevos asociados,
especialmente las poblaciones indígenas, las mujeres y los jóvenes, para conseguir
conciliar puntos de vista diferentes.
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19. • UNESCO(2009). Invertir en la diversidad cultural y el diálogo Intercultural.
Extraído
de
http://algarrobo1.uninorte.edu.co/webct/urw/lc2480326883001.tp24803269180
01/RelativeResourceManager/Template/Aula%20virtual/modulo5/lecturas/invert
ir.pdf
• Consejo Regional de Planificación (1993). Mapa cultural del Caribe
colombiano. Colombia: Dirección General, Consejo Regional de Planificación de la
Costa Atlántica.
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