2. i. ¿Quiénes somos?
La CPN – JP Descamisados nació con la clara vocación de contribuir a la
liberación de la Patria, en momentos donde la sociedad se polariza en
torno a proyectos de país que se van haciendo antagónicos. No nacimos de
gajo. Abrevamos en la más pura experiencia transformadora de nuestro
Pueblo en su larga marcha hacia la conquista de la justicia social, la
independencia económica y la soberanía política.
Somos la lanza que resistió al conquistador y Bartolomé de las Casas
denunciando a los encomenderos; Mariano Moreno elaborando su Plan de
Operaciones y las milicias populares orilleras que se habían formado
durante las Invasiones Inglesas y que sostuvieron la Revolución de Mayo.
Somos los negros conquistando su libertad en el ejército independentista y
el sable de San Martín y Bolívar en las batallas por la libertad de la
Patria Grande.
Somos la tacuara de la montonera federal y la defensa de la dignidad
nacional de Rosas frente a la prepotencia de Francia e Inglaterra. Somos
la barbarie sarmientina, el gaucho Martín Fierro, perseguido en función de
los intereses oligárquicos y también el malón como estrategia de lucha de
los pueblos originarios contra la civilización blanca impuesta.
Fuimos los anarquistas y socialistas que, escapando de la represión
europea, vienen a fortalecer la creación de los primeros sindicatos y
peleamos con las banderas democráticas del radicalismo yrigoyenista contra
el régimen falaz y descreído.
Somos los cabecitas negras que encuentran en el Coronel Juan Perón la
causa de su dignidad y hace el 17 de Octubre. Nos encendimos con Evita,
la llama revolucionaria del peronismo.
También fuimos golpeados, encarcelados, torturados, fusilados, exiliados,
proscriptos y hasta desaparecidos. Nos sentimos viento de resistencia en el
55 y también en los 90; supimos defender derechos con armas en la mano
contra la prepotencia de la dictadura.
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3. Disfrutamos la fiesta del retorno de Perón y la primavera camporista
como la juventud maravillosa. Cuando la Patria se manchó de sangre,
fuimos el pañuelo blanco del coraje de las Madres.
Fuimos algunos entre los millones que escribieron el epitafio de la larga
noche del neoliberalismo instaurada por la dictadura de Videla y Martínez
de Hoz (que se llevó a 30.000 de nuestros mejores compañeros), que se
extendió lamentablemente también en la democracia condicionada y que
empezó a acabar junto a la lucha de todo un Pueblo coronada con la
pueblada del 20 de diciembre de 2001.
Y hoy volvimos a llenarnos de sueños y esperanzas con el avance popular
junto al Kirchnerismo.
La CPN – JP Descamisados nació con la convicción de que una fuerza
política no tiene sentido si no tiene una estrategia de poder. Para no ser
un rejuntado que responde a intereses de un individuo o un puñado de
dirigentes es preciso que cualquier fuerza tenga un horizonte estratégico,
un sentido de su práctica, una explicitación de sus valores y un esbozo de
su programa político.
Pensar las banderas que enarbola una fuerza no es fruto de la
imaginación, sino del análisis concreto de la situación concreta. Configurar
un programa, una enunciación de valores y sentidos no son una operación
de gabinete de intelectuales, sino producto de la práctica de hombres y
mujeres, que arraigados en las luchas de su Pueblo, sienten la necesidad de
establecer horizontes que van mucho más allá de los caminos posibles. Lo
imposible sólo tarda un poco más, pero lo imposible se construye sólo con
la voluntad de un Pueblo organizado.
La producción política-ideológica que exponemos a continuación es
consecuencia de la discusión de los militantes que, reconociéndonos en la
tradición política del peronismo revolucionario, decidimos conformar la
CPN – JP Descamisados (producto de la fusión del MPR y la Corriente
Peronista) y llevar –junto a millones de argentinos y argentinas patriotas-
la bandera de Evita hacia la tan ansiada victoria.
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4. Nuestra línea política se sintetizó a lo largo de nuestra militancia en lemas
y consignas que expresamos en nuestros documentos de análisis o
plasmamos en las paredes de nuestros barrios.
Esta producción es un aporte a la discusión con todos los grupos,
organizaciones, movimientos y sujetos políticos con los que aspiramos a
construir la Fuerza de la Profundización de este proceso que se inició el
25 de mayo de 2003.
Decidimos ponerla en blanco sobre negro para facilitar el debate, siguiendo
la tradición de escribirla como los estatutos forjistas en la década infame,
las veinte verdades del peronismo originario, los programas de La Falda y
Huerta Grande del movimiento obrero, los 21 puntos del PR y los 26
puntos de la CGT en los 80 y tantos otros programas que produjo la
militancia organizada.
Nos nutrimos del pensamiento nacional y popular: Cooke, Jauretche,
Scalabrini Ortiz, Hernández Arregui, Puiggros, Walsh, Galasso y tantos
otros productores de sentido –de los que nuestra formación es tributaria-
acudieron en nuestra ayuda para esta elaboración.
En este proceso de avance popular, la CPN – JP Descamisados quiere
recoger las banderas revolucionarias de todos aquellos que dieron su vida
por la Patria.
Porque no pudieron apagar tanto fuego, ni cuando asesinaron en alta mar
a Moreno, ni cuando arrojaban desde los vuelos de la muerte a nuestros
compañeros desaparecidos, ni cuando las balas asesinas del puente se
llevaron las vidas de Maxi y Dario…
Somos como el fuego. Y como decía el gaucho Martín Fierro “el fuego pa
calentar debe ir siempre por abajo”. Por eso construimos nuestra fuerza en
los más humildes, allí anida la esperanza de una Patria digna.
Somos como el agua. Porque cuando el movimiento nacional y popular
deja de estar de rodillas, a los enemigos –que antes veía como gigantes-
los arrolla con su torrente, arrastrando piedras y barro en su lecho, hasta
que este junta las fuerzas para contener e impedir nuestros sueños,
tratando de hacer imposible la vida en nuestra tierra.
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5. Pero el Pueblo es –enseñaba Perón- agua, que siempre pasa, y ocurre
como las olas del mar que parece que se van pero siempre están
volviendo…
ii. LÍNEA POLÍTICA
LIBERACIÓN O DEPENDENCIA. LA PATRIA GRANDE
Entendemos que la contradicción principal en un país semi-colonial como
el nuestro es romper las cadenas que lo atan al actual sistema de
dominación globalizante, estructurado en base a una oligarquía que se
manifiesta integrada en sus aspiraciones, formas de vida y cultura a los
intereses imperiales y de los Grupos Económicos Transnacionales.
Nuestra América tiene una raíz común. Nos liberamos juntos del yugo
español, luego nos balcanizaron las oligarquías aliadas al imperialismo
británico.
Es por ello que para nosotros la liberación es, al mismo tiempo nacional, y
sudamericana porque en las condiciones de la dominación globalizante sólo
los procesos continentales pueden tener viabilidad de construcción de un
Estado con la fuerza suficiente para resistir los embates de los centros de
poder mundializados.
La integración real tiene que exceder lo económico, tiene que ser
integración de los Pueblos de nuestra América, para romper el orden
jurídico, político y social de la dependencia uniéndonos en un Estado justo,
en la Patria Grande que soñaron nuestros libertadores.
COMBATIENDO AL CAPITAL
Los Grupos Económicos Transnacionales, que expresan la práctica del
capital concentrado, son en la etapa senil del capitalismo globalizante la
punta de lanza del proceso de reconfiguración de la estructura económica
dependiente. Estos operan tanto a través de la transformación del modo en
que se produce y para quién, como de las formas culturales del consumo.
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6. No es posible construir un modelo de desarrollo endógeno, basado en la
solidaridad y el consumo de las mayorías contando con la “colaboración”
de los Grupos Económicos. La propia práctica que estos grandes
conglomerados económicos desarrollan, condicionan la estructura económica
nacional en función de sus intereses transnacionalizados.
Es por ello, que para seguir avanzando hacia mayores niveles de
distribución de la riqueza es necesario afectar los intereses de los Grupos
Económicos.
PARTICIPACIÓN Y ORGANIZACIÓN POPULAR
Sin el protagonismo y la movilización popular no existe transformación
posible. Entendemos que sin organizar a una porción importante del
Pueblo, no se pueden dar las batallas fundamentales contra los enemigos
de la Patria.
La espalda para construir una sociedad más justa no la constituye el
acierto en tal o cual política de un funcionario técnico ilustrado, sino la
fuerza social comprometida con reivindicaciones concretas, y movilizada
para poner al Estado al servicio de esas necesidades.
Sin un Pueblo organizado para consolidar una política pública que
garantice en lo concreto los derechos conquistados, estos derechos no se
materializan.
LA MILITANCIA. CONSTRUCCIÓN DE UN MOVIMIENTO POLÍTICO.
EL PERONISMO REVOLUCIONARIO
Se hace imperiosa una revaloración de la militancia como una particular
forma de hacer política, cuyas bases son el proyecto colectivo, el impulso
del protagonismo popular, la mística en la construcción de la fuerza
política, la relación cara a cara con los hombres y mujeres de nuestro
Pueblo.
La otra forma de hacer política, mediática hecha por referentes y
desplegada en el territorio por operadores y punteros que viven de
contratos y beneficios personales, es lo contrario a la militancia.
6
7. Cuando el vínculo que une a la política es de carácter pecuniario y
prebendarlo, en lugar de ideológico y de proyecto y además, cuando no hay
proyecto colectivo, entonces muchos siguen el viento de las coyunturas
sirviendo al mejor postor.
La militancia, en cambio, es un sentido de vida basado en un proyecto
común que tiene como horizonte la liberación y la convicción que ésta es
obra de la participación popular, en la cual ningún esfuerzo –por más
mínimo que sea- es desechable y será puesto en valor a su debido
momento.
Luchamos contra cualquier forma de discriminación y opresión. Estamos
siempre contra los opresores. Sabemos que la política es la única
herramienta que tenemos los humildes para cambiar realmente nuestra
realidad. Sin recuperar la política –entendiéndola como cambio de las
relaciones de poder- es imposible pensar un camino de liberación.
No dejamos de considerar que existe una contradicción principal (liberación
o dependencia), pero ésta puede ser liberadora en la medida en que sea
capaz de integrar las demandas fragmentadas.
En la diversidad de su constitución el Pueblo lucha por la conquista de
derechos particulares y paritarios que dependen en última instancia del
triunfo de una concepción liberadora, tanto como ésta sólo lo es en la
medida en que recoge y transforma en bandera los anhelos y necesidades
concretas de nuestro Pueblo.
Las relaciones de poder desiguales no sólo abarcan las grandes injusticias,
sino también las que se expresan en micropoderes. Entendemos a los
movimientos sociales como confluencias más o menos organizadas en torno
a reivindicaciones concretas. Es tarea de la política articular esas
reivindicaciones en un proyecto estratégico que dé sentido a la pelea por
cada uno de los derechos particulares. Tenemos que transformar esos
combates en un cambio de correlación de fuerzas sustancial que garantice
la efectiva apropiación de los resortes del Estado por parte de los sectores
populares, para ponerlos al servicio de la construcción de poder popular
para alcanzar la justicia social.
En la Argentina el peronismo ha nacido, en tanto movimiento de
liberación nacional, como herramienta de nuestro Pueblo para alcanzar su
felicidad. Esta es la causa por la cual la disputa por ponerle sentido al
7
8. peronismo se transformó en una lucha de carácter principal en nuestro
país.
La fuerza revolucionaria del peronismo está en su carácter movimientista
(unidad en la diversidad) y transformador (en tanto es vehículo de las
expresiones sociales, culturales y políticas que pugnan por una más justa
relación entre las personas).
Durante los ’90, el proyecto neoliberal –reduciendo el movimiento a un
partido-, logró encorsetar al peronismo de modo tal que el PJ devino en
instrumento de la oligarquía para aplicar las nuevas condiciones de la
dependencia.
Existe una fuerza reaccionaria en el seno del peronismo, a la que Kirchner
denominó más de una vez “pejotismo”- Una burocracia política que sabe
mucho más de “poder” que de intereses populares, que es capaz de las más
variadas volteretas ideológicas para garantizar su continuidad en el
usufructo de las ventajas en la permanencia en el ejercicio del gobierno.
Sin repensar y resignificar el peronismo, no es posible construir un frente
de liberación nacional y social. No se trata de hacer ideologismos, ni de
juntar a los puros. Nuestra estrategia no triunfa sin que lo que nosotros
propugnamos como sentido del peronismo sea apropiado por nuestro
Pueblo.
Frente a la idea de un peronismo domesticado y predecible, aferrado a
continuidades y posibilismo, más preocupado por el poder que sobre a
quién sirve ese poder, seguimos reivindicando a ese PERONISMO
REVOLUCIONARIO.
La tecnocracia y la burocracia política que se ha apropiado del peronismo
en los ’90, tiene que ser reemplazada por una militancia política
revolucionaria fundada en su sensibilidad social y convicción patriótica.
8
9. iii. LA PATRIA QUE SOÑAMOS
PAPEL PROTAGÓNICO DEL ESTADO EN LA ECONOMÍA
Es indispensable recuperar el papel estratégico del Estado en la economía,
en la planificación, en la propiedad de los recursos y resortes claves, en la
defensa de los intereses de los humildes.
Sostenemos la necesidad de una economía estructurada por el Estado,
nacionalizada en sus intereses y sobre todo puesta al servicio del hombre.
CONSTRUIR EL PAÍS FEDERAL
Un país federal es nuestra forma de proyecto nacional que se construye
desde lo económico, pero también desde lo cultural, lo social, las
comunicaciones, y, sobre todo, desde la construcción de las decisiones.
Se trata de abordar el país integralmente, dejando de pensarlo solamente
desde Buenos Aires. Pensar el todo nacional desde las particularidades
regionales es tomar una acertada dimensión de una realidad muchas veces
proclamada pero pocas veces practicada, porque Argentina Somos Todos.
MODIFICACIÓN DE LA ESTRUCTURA DE LA PROPIEDAD DE LOS MEDIOS DE
PRODUCCIÓN
Durante los años felices del peronismo la distribución equitativa de la
riqueza se pudo hacer porque se afectó de modo concreto la propiedad.
Esto se hizo pasando a manos estatales las empresas de mayor facturación
y empleo del país.
Hoy, sin avanzar sobre los Grupos Económicos, no se podrá alcanzar una
equitativa distribución de la riqueza. Es necesario además garantizar que
los trabajadores no sean los perjudicados por los vaciamientos
empresariales, promoviendo el buen funcionamiento de empresas
recuperadas por sus trabajadores, extendiendo la forma de cooperativas a
9
10. muchas actividades y recuperando la propiedad del Estado en los recursos
estratégicos.
SOBERANÍA DEL ESTADO SOBRE LOS RECURSOS ESTRATÉGICOS
El Estado Nacional debe ejercer la soberanía sobre hidrocarburos, minería,
agua, bosques, pesca, recursos paisajísticos, biodiversidad, espacio aéreo,
etc.
No decimos que alcance con que los recursos estén en manos del Estado,
sino que es preciso que éste garantice que esos recursos estén al servicio
del conjunto del Pueblo y no de manera abstracta, sino con un plan
estratégico de aprovechamiento en beneficio de las mayorías.
RECONFIGURACIÓN DEL MONOCULTIVO DE LA SOJA Y LA PROPIEDAD DE
LA TIERRA IMPRODUCTIVA
Para romper la reconstrucción del modelo agroexportador del siglo XIX,
con una oligarquía muy rica que defiende a rajatabla sus privilegios y
construir un proyecto con mayor distribución de la mano de obra, hay que
producir principalmente para el mercado local, nacional, regional y
latinoamericano.
Es preciso recuperar la planificación estratégica para el desarrollo de la
soberanía alimentaria y el respeto por el trabajo local, tanto como afectar
la propiedad de la tierra, acabando con el monocultivo como también con
el latifundio improductivo.
CONSTRUCCIÓN DE UN MODELO PRODUCTIVO Y SOLIDARIO
El fortalecimiento del mercado interno no solamente es una reparación
histórica luego de largos años de vigencia del neoliberalismo, que ajuste
tras ajuste fue destruyendo el poder adquisitivo de los trabajadores.
También es una estrategia de desarrollo nacional.
El objeto principal de la economía de un país se potencia si se orienta
hacia el mercado interno (y en nuestro caso en el intercambio internacional
intra sudamericano). Esto produce una economía más integrada, con
10
11. despliegue industrial, y sobre todo con la participación de las mayorías en
la realización y el disfrute de lo que la sociedad produce.
El pleno empleo, objetivo central (necesario aunque no suficiente) de una
economía nacional y popular, no se puede lograr sin la reconstrucción de
un fuerte mercado interno de consumo y producción.
POR PLENO EMPLEO EN UNA ECONOMÍA DE TRABAJO CON SALARIOS
DIGNOS
El trabajo dignifica la persona humana. Si no somos capaces de generar
una economía en la que los hombres y mujeres no sean expulsados del
aparato productivo, sino que se encuentren integrados no solo al proceso
de producción, sino al mismo tiempo sean beneficiarios de esa producción,
difícilmente podamos construir una sociedad democrática.
En el trabajo entendido como transformación de la realidad que lo
circunda pone el hombre la valoración de sí. La desocupación ha sido el
gran flagelo que mantuvo de rodillas a nuestro Pueblo durante el apogeo
del neoliberalismo. Este Pueblo que se puso de pie, tiene que conquistar
una cuestión fundamental, el trabajo como DERECHO.
Será la capacidad que tengamos de poner la impronta de los trabajadores
en el Estado lo que consiga que este derecho esté garantizado por la
estructura del propio Estado. Y este trabajo para todos ha de conjugarse
con un salario digno, no sólo porque el pleno empleo eleva los pisos
salariales, sino también porque la organización de los trabajadores hace que
se vaya discutiendo en paritarias que parte se queda en el bolsillo de los
que verdaderamente producen la riqueza de una Nación.
Estamos convencidos de que los trabajadores son la columna vertebral de
cualquier proceso de cambio social. Así como creemos que el trabajo es un
derecho que crea la dignidad del hombre y es un deber, porque es justo
que cada uno produzca por lo menos lo que consume.
POR LOS PRINCIPIOS SOCIALES
La sociedad se integra a través del trabajo, pero los trabajadores
conquistan derechos en la disputa social.
11
12. Los reconocimientos de derechos no son dádivas, son fruto de las luchas
populares. En torno al trabajo como derecho fundamental viene
acompañada de una serie de derechos sociales que contribuyen a elevar el
piso de las condiciones de vida de nuestro Pueblo.
El pleno empleo, en la actualidad, no es una realidad, sino una aspiración.
Mientras se logre, existen necesidades urgentes que solamente pueden ser
cubiertas generando determinados derechos sociales promovidos por el
Estado. El hambre no puede esperar. Las políticas sociales deben ser el
instrumento que tiene el Pueblo para ir garantizando los derechos sociales
que va conquistando.
Es necesario universalizar las políticas sociales, así como hay que apuntalar
el proceso de generación de trabajo digno.
DESARROLLO DE ECONOMÍAS REGIONALES SUSTENTABLES
La existencia de una estrategia de desarrollo regional con respeto a la
naturaleza y a las personas que viven en y de la tierra es fundamental
para construir una Argentina económicamente federal.
El federalismo no es defender los privilegios y beneficios de un puñado de
oligarcas locales sino un proyecto nacional integrado económicamente con
justicia, haciendo que “dios deje de atender en Buenos Aires”.
INTEGRIDAD TERRITORIAL, INCLUYENDO A MALVINAS, ANTÁRTICA Y
ATLÁNTICO SUR
Mientras Inglaterra no reconozca la soberanía argentina sobre las islas del
Atlántico Sur, resulta vergonzoso que operen en nuestro suelo las empresas
de ese origen y no debería estar en manos de ciudadanos ingleses ni un
metro de nuestra tierra.
No hay integridad territorial si grandes extensiones de tierra están en
manos extranjeras. Esto es así en grandes propiedades latifundiarias desde
la Patagonia hasta sobre el acuífero guaraní en el noreste de nuestro país.
Ejercer nuestra soberanía es reclamar lo que nos pertenece por derecho
propio.
12
13. Es por ello que acompañamos a la compañera Presidenta en el reclamo
por la soberanía de nuestras islas, y la instamos a profundizar el reclamo
por nuestra soberanía. Así como también festejamos que se haya aprobado
en el Congreso de la Nación, una nueva Ley sobre Tierras.
SOBERANÍA MONETARIA
Defendemos que el Estado cuente con todas las herramientas para poner la
economía al servicio del hombre y, por ende, que el manejo de la cuestión
monetaria no esté por fuera y más allá de las decisiones populares. La
independencia del Banco Central no debe ser del Pueblo sino del sistema
financiero mundializado. Es por ello que apoyamos la reforma de la carta
orgánica del Banco Central que garantiza que las reservas del Estado
Argentino puedan ser utilizadas para fomentar la industrialización y la
igualdad de oportunidades.
NACIONALIZACIÓN DEL SISTEMA FINANCIERO
El manejo del crédito y el sistema bancario debe estar al servicio de un
proyecto de desarrollo nacional y social. El objetivo último es la
nacionalización de la banca para que esta no sirva al sistema financiero
transnacionalizado sino que se convierta en una herramienta al servicio del
sistema productivo de nuestro país.
NACIONALIZACIÓN DEL COMERCIO EXTERIOR
Tenemos que avanzar sobre el oligopolio del comercio exterior,
nacionalizándolo, de modo tal que sea puesto al servicio de los intereses
nacionales y la necesidad de capitalizar al máximo las divisas que las
exportaciones generan, gran parte de las cuales hoy terminan fugando a los
países centrales.
Esta nacionalización del comercio exterior debe actuar como distribuidor de
la economía en función de un proyecto estratégico, en donde la producción
industrializada vaya generando mayores cantidades de valor agregado.
13
14. REFORMULACIÓN DEL SISTEMA IMPOSITIVO REGRESIVO
Debemos establecer mecanismos para acabar con la evasión impositiva de
los grandes e ir bajando paulatinamente el impacto de los impuestos al
consumo en la canasta familiar para los más humildes (sin que la lisa y
llana eliminación del IVA sea absorvida por los comerciantes y formadores
de precios mediante el recurso de la inflación) es uno de los grandes
desafíos para una economía nacional y popular.
El Estado no sólo debe aumentar progresivamente los impuestos en
función de la riqueza de los contribuyentes, sino también implementar las
necesarias para perseguir a los mayores evasores que casi siempre
coinciden con las mayores fortunas.
LA DEUDA EXTERNA ES UNA CADENA DE DEPENDENCIA CON EL
IMPERIALISMO FINANCIERO
Los responsables de la deuda ilegítima deben ser juzgados y castigados, así
como hacerse cargo de la misma con su patrimonio. Esto debe alcanzar a
funcionarios de la dictadura y también de los gobiernos que la sucedieron
(que curiosamente son personajes que muchas veces se repiten).
Hasta tanto no lleguemos a las condiciones para no pagar la deuda externa
ilegítima y por lo tanto repudiable, en la disputa que se da entre pagarla
con ajuste y aquellos que quieren pagarle sin ajuste con reservas, nosotros
estamos con estos últimos. Aceptando que se pague con reservas creemos
que se le deben asignar proporcionalmente tantos recursos al pago de la
deuda externa como a la deuda interna.
Para una definitiva liberación de la Patria es imprescindible ruptura total
y definitiva con el FMI y el BANCO MUNDIAL, y con todos los
instrumentos del capital concentrado para la implementación en los países
periféricos del nuevo sistema de dominación globalizante.
MEMORIA, VERDAD Y JUSTICIA
Aún restan muchas cosas por hacer en este terreno: La primera y más
importante es la recuperación de la identidad de los 400 nietos restantes
14
15. en manos de sus apropiadores. Pero también hay otras, entre ellas, cárcel
común y efectiva a los genocidas sin gozar del beneficio de la prisión
domiciliaria en razón de sus edades, el esclarecimiento de la desaparición
de Julio López, etc.
En el mismo sentido que se avanzó sobre los responsables del genocidio
político, ahora tenemos que ir por el juicio y castigo a los impulsores y
beneficiarios económicos del genocidio, así como a los responsables civiles
de la dictadura.
Se ha avanzado en los juicios contra los genocidas, pero estos muchas
veces se empantanan en una justicia oligárquica. No puede ser que estén
ejerciendo magistrados designados por la dictadura.
La justicia sigue con los ojos vendados defendiendo a los victimarios sobre
los derechos de las victimas. Para acercarnos a la justicia, hay que hacer
una profunda reforma judicial, que la democratice.
EL PUEBLO RECUPERA LA PALABRA CONTRA LOS MONOPOLIOS
MEDIÁTICOS
La Ley de Medios de la democracia fue una decisión política clave de cara
a esa batalla ideológica-política. Pero ella no fue un punto de llegada sino
que es un punto de partida. No tenemos que luchar sólo por su plena
implementación sino también por construir los medios de comunicación en
manos de nuestro Pueblo.
No se trata, de construir un gran multimedios público. La cuestión central
es precisamente que florezcan mil voces, pegadas al territorio, a la realidad
de vida concreta de los hombres y mujeres. Para que los problemas de
Capital Federal no los transmitan a todo el país ni TN ni Canal 7, sino
que se produzcan noticias que tengan que ver con las vivencias cotidianas,
con las necesidades, los sueños, las producciones culturales y artísticas de
cada una de las provincias de la Patria.
PRODUCCIÓN DE CONOCIMIENTO NACIONAL COMO HERRAMIENTA DE
LIBERACIÓN
15
16. La educación pública en todos sus niveles no puede ser ajena a las
necesidades de nuestro Pueblo. El conocimiento es también un plano en el
que se ejerce la soberanía.
Es necesario invertir fuertemente en el conocimiento para romper la
dependencia tecnológica, integrando el conocimiento con Latinoamérica y
no con las transnacionales.
No hay independencia económica sin desarrollo autónomo del conocimiento
nacional. Si dependemos del conocimiento de los países centrales vamos a
ser la contracara del desarrollo.
Sólo la producción original de nuestro Pueblo, tanto en lo cultural como
en lo tecnológico, en lo político como en lo que hace a la producción,
cimentará el camino de nuestra independencia.
REFORMA CONSTITUCIONAL. DEMOCRACIA PARTICIPATIVA
Los instrumentos jurídicos son siempre reflejo de los avatares de las
disputas sociales y nacionales: en el 49 se cristalizó la ofensiva nacional y
popular, mientras que en el 94 se consolidó el proceso neoliberal.
Es preciso construir las condiciones para un nuevo orden político. No
pensamos una Constitución como creación voluntarista tal como la concibe
el constitucionalismo liberal, sino trinchera de lo conquistado en la lucha
agónica contra la oligarquía y el imperialismo.
Es por ello que el avance actual de nuestro Pueblo en materia de
Derechos Humanos y lo que iremos conquistando en materia de
participación popular en las decisiones del Estado, son algunas de las
cuestiones que debemos plasmar, en un plazo no tan lejano, en una nueva
Convención Constituyente, que sea la base jurídica de un proyecto nacional
y popular.
Por otro lado, la democracia liberal ha demostrado desde 1983 que es
restringida y condicionada. En los procesos reales de democracia antes de
la última dictadura, siempre se verificó el mejoramiento concreto de la
vida de los más humildes.
Creemos que hay que construir una nueva matriz democrática que se
traduzca en una democracia social orgánica y directa. Debemos romper con
16
17. el precepto constitucional liberal de que el Pueblo no delibera ni gobierna
sino a través de sus representantes.
Solamente una democracia es tal cuando la participación popular se
apropia de la política y genera condiciones de vida mejores para las
grandes mayorías.
Existe un vínculo directo entre la distribución de decisiones y el poder y
la distribución de la riqueza.
Porque para nosotros –tal como decía Perón- “La verdadera democracia es
aquella donde el Gobierno hace lo que el Pueblo quiere y defiende un solo
interés, el del Pueblo”.
FUERZAS ARMADAS EN EL CAMINO DE SAN MARTÍN Y PERÓN
Las Fuerzas Armadas, con la doctrina de la seguridad nacional, llegaron a
ser prácticamente un ejército de ocupación en los países latinoamericanos,
logrando las oligarquías locales consolidarlas como brazo armado del
imperio.
Un movimiento emancipador en un país periférico no puede prescindir de
darle un rol concreto a sus ejércitos.
Es imprescindible integrar a las Fuerzas Armadas en un proyecto nacional
liberador, dotándolas por ejemplo de hipótesis de conflicto en torno a los
recursos naturales. Es decir, creemos en unas fuerzas armadas, no sólo que
no tengan absolutamente ningún tipo de rol en la represión interna, que
estén con funciones específicas en el desarrollo del país y, además, que sus
conflictos lo piensen contra el imperialismo, y no contra enemigos internos
o países limítrofes. Es preciso construir una doctrina de defensa de la
soberanía continental.
Unas fuerzas armadas sanmartinianas tienen como objetivo estratégico la
liberación de nuestra América. Se trata de recuperar ese espíritu del
ejército de San Martín, como también de los oficiales nacionales e
industrialistas como Perón.
Hay que recuperar la matriz de unas Fuerzas Armadas concebidas como el
Pueblo en armas, en el camino de la tradición de las Invasiones Inglesas y
las Guerras de la Independencia.
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