El documento discute las perspectivas idealista y realista de la democracia. La perspectiva idealista sostiene que una "cultura política democrática" es necesaria para fortalecer la democracia y promover valores como la tolerancia y la solidaridad. Sin embargo, el documento argumenta que esta perspectiva puede conducir a un autoritarismo al no reconocer la naturaleza egoísta humana. La perspectiva realista sostiene que las instituciones democráticas deben vigilar a los líderes y representantes debido a que nadie
1. Democracia real.
IDEAL REAL
Para que una democracia pueda
fortalecerse adecuadamente,
debe desarrollarse una “cultura
política” propiamente
democrática que sirva de base
para un nuevo régimen.
El ciudadano adquiere valores
que son un modelo ideal de
democracia: la tolerancia, la
honestidad, el cumplimiento del
deber cívico, la solidaridad, la
transparencia, etc.
El colectivismo y la solidaridad
influyen sobre el particularismo
y el egoísmo. Ya que solo así
puede mantenerse una
democracia
Parte de que la naturaleza
humana es suficientemente
malenble como para provocar en
el hombre, ene le nivel social o
colectivo, un potencial de
realización que deje atrás las
pasiones negativas propias de la
enajenación.
Provoca una conversión moral
colectiva: una sociedad
superior, justa, fraternal, libre,
plena de realización humana, no
para unos cuantos privilegiados,
sino para todos sus miembros.
Por buscar afanosamente la
sociedad ideal, obstruyen la
construcción de la sociedad
posible, la que permite reducir el
Si sobresalen las actitudes
individualistas e intereses
particulares, la democracia
quedara desvirtuada, y tarde o
temprano dará lugar a un
surgimiento autoritario.
Está asociado con el
autoritarismo, ha dado paso a
una poderosa doctrina
democrática, que parte del buen
diseño y fortaleza de las
instituciones políticas, dejando
de lado el proceso de represión
moral de los actores políticos.
Es la que bien o mal ha operado
en varios países a lo largo de la
historia, y que pese a sus
defectos y limitaciones
contribuye mejor que otras
formas de gobierno a prevenir,
contener y en su caso castigar el
abuso del poder por parte de
gobernantes y autoridades.
El realismo político parte de la
concepción menos amable de la
naturaleza humana,
prevaleciendo el egoísmo, la
defensa de los intereses
particulares, la avaricia, prestigio
y poder, la disposición a pasar
por los derechos de los demás si
con ello se satisfacen los deseos
personales.
El realismo democrático
respondería que es necesario
vigilar a todos, pues nadie es
2. costo colectivo de las
ambiciones personales.
El idealismo democrático puede
sembrar el terreno para el
surgimiento de un duro
autoritarismo, exactamente lo
contrario de lo que se busca.
El idealismo democrático
supone que las decisiones
deberían ser tomadas de manera
directa por la mayoría del
pueblo, y no a través de sus
representantes que podrían no
defender los intereses de sus
representados, sino los suyos
propios.
La democracia representativa es
vista por el ojo idealista como
una degeneración de la
democracia original que arranca
de la ciudadanía su sagrado
derecho a participar
directamente para ser manejado
de manera turbia por una
reducida elite parlamentaria.
digno de confianza, y si alguno
lo es, podría corromperse con el
contacto del poder, o de las
riquezas y prestigio que le son
inherentes, por lo cual tampoco
puede dejar de vigilarse.
La versión realista de la
democracia parte de la
naturaleza egoísta del hombre,
bajo la convicción de que no
cambiara en lo esencial ni
siquiera a través de
institucionesdemocraticas.