Los atractivos turísticos se clasifican en dos grupos: atractivos naturales como montañas, bosques y ríos que son creados por la naturaleza sin intervención humana, y atractivos culturales como museos, centros históricos y artesanías que involucran la acción humana; ambos tipos de atractivos son capaces de generar desplazamientos turísticos y contribuyen al desarrollo económico de una nación a través del turismo.