La fiesta popular de Moros y Cristianos de Quéntar, declarada de interés turístico, conserva la tradición de una fiesta antigua que ha conseguido permanecer casi intacta y mantener todo su sabor a lo largo de los años.
2. Quéntar
Situado a casi 900 metros sobre el nivel del mar, en la
depresión que separa Sierra Nevada del Parque de la
Sierra de Huétor, y bañado por el río Aguas
Blancas, Quéntar se encuentra a 13 km. de la capital
granadina, con una población de 1050 habitantes
distribuidos entre el núcleo principal y su anejo Tocón
de Quéntar.
Como pueblo de montaña se ubica en la falda de una
colina orientada al sol como sabiamente instalaban su
habitat los antepasados. La herencia de su pasado
musulmán, se nos ofrece en la estructura típica de
calles estrechas y empinadas, casas encaladas y
cubiertas de teja morisca, arracimadas en torno a la
Iglesia de la Encarnación, templo construido hacia
1582 y posteriormente remodelado en pleno siglo
XVII.
Unos kilómetros río arriba se encuentra el pantano, una
de las obras hidráulicas más espectaculares de la
provincia. Su cercanía a Granada y la belleza de su
entorno, lo convierten en atractivo punto de arranque
3. Quentar
Las fiestas populares de Moros y Cristianos, a decir de los estudiosos, son “junto con las
corridas de toros y el flamenco, las más internacionales de los festejos característicos
de España” (Demetrio E. Brisset, 1988) o “unas de las más espectaculares, unas de las que
cuentan con más tradición y antigüedad y, al mismo tiempo, las que tienen un mayor
contenido cultural de cuantas se celebran en nuestro país e incluso fuera de él”
(UNDEF, Unión Nacional de Entidades Festeras de Moros y Cristianos, 1994). Son un
punto de encuentro cultural pues, en las 220 poblaciones repartidas por 21 provincias de
toda la geografía española, se conmemora de una u otra forma el enfrentamiento durante
siglos que mantuvieron religiosa, política y socialmente los pueblos cristiano y musulmán.
Adquiere aún mayor relevancia para
nosotros el que desde el punto de vista
antropológico y social, la fiesta de Moros
y Cristianos de Quéntar, llamada Función
de Moros y Cristianos, sea de gran interés
como
lo
demuestran
multitud
de
referencias a la misma que realizan
distintos entendidos sobre este tema
apasionante.
4. Insignias
Uno de los más simbólicos es el conocido con el
nombre de Insignias, tres elementos emblemáticos
con su correspondiente signo distintivo de grados y
dignidades.
Estas tres Insignias eran propiedad, en tiempos
pasados, de tres familias del pueblo; los titulares
del Pincho eran las familias de apellido Andrés, de
la Bandera los Sánchez y de la Alabarda los
Guerrero.
Actualmente, la guarda y custodia pasa cada
año a personas diferentes que, de forma voluntaria ,
por “manda” o por cariño festero, se ofrecen para
ello.
- Pincho: Es la Insignia de mayor rango y equivale a
la graduación de Capitán. Esta enseña es una lanza
coronada con un ramillete de flores y lazos de
diferentes
colores.
Suele
ser
llevada
tradicionalmente por niños o adolescentes. En
cualquier acto es la Insignia colocada en el centro o
en el lugar más visible, así como la última en
recogerse o encerrarse según manda el protocolo.
5. Insignias
- Bandera: Es la segunda siguiendo la escala militar,
representa al Alférez. Como su nombre indica es una
bandera coronada, igual que la anterior, por un ramillete
de flores y lazos. Su tela es de color vino y, además de
pequeños ornamentos que la rodean, su mayor rasgo
característico es la presencia de la figura del Patrón
San Sebastián bordada en el centro. Esta es la Insignia
que se revolotea varias veces a lo largo de la
Representación de Moros y Cristianos y en la Procesión,
bien por su portador cuando es el bando Cristiano el
vencedor, bien por el Abanderado Moro cuando su bando
la secuestra.
- Alabarda: Simboliza el cargo de Sargento. Consiste
en una pequeña lanza, algo mayor que la largura del
brazo, que termina en su base con forma de tridente
para facilitar su sujeción. Está completamente forrada
de flores y lazos. En los momentos de supremacía
cristiana, la persona que la porta debe hacer las veces
de guardián del Castillo paseando delante de éste.
Cuando es el bando moro el que asume el poder el
Guerrero hace las guardias con ella.
6. Los Tiraores
Se dividen en dos bandos, Moros y Cristianos. Su
papel en la Representación es el de disparar sus
arcabuces en las batidas y procurar que el espacio
dedicado a las mismas quede expedito. En los
pasacalles y otros actos del protocolo encabezan las
comitivas.
Van capitaneados por sus respectivos Cabos, que se
encargan de su comportamiento y organización. La
figura del Cabo de los Cristianos tiene gran
importancia, pues es la persona en que delegan las
Insignias para coordinar el protocolo de la Función,
pedir consejos, acompañar en el contrato de las
Bandas de Música, realizar el seguimiento de los
ensayos, autorizar el comienzo de los refrescos, etc.
Llegó a considerarse “la persona que más mandaba en
el pueblo los días de Función”.
7. Moros y Cristianos
Son quizá las personas que más destacan por su
participación activa en toda la Función. Un grupo
vecinos del pueblo, de forma altruista, ofrecen su
tiempo y ganas al desarrollo de la Función. El mes
anterior de las Fiestas, comienzan sus encuentros
para determinar “el reparto de papeles” y los
tiempos de “ensayos”, los cuales son largos debido a
la complejidad de las “Relaciones” o texto que tienen
que memorizar y posteriormente interpretar en
público. En algunos casos, estos actores aficionados
llevan representando los papeles casi desde su
adolescencia, y continúan año tras año aportando su
granito de arena a una Función que integra a todo el
pueblo.
Se dividen en dos Bandos, los cuales asumen desde
los primeros ensayos haciendo muy suyos los papeles.
En la Representación encontramos seis papeles de
Moros
que
son:
Rey, General, Embajador, Guerrero, Lancero y
Abanderado;
y
siete
Cristianos:
Rey, General, Embajador, Guerrero, Lancero y los
8. Los Mayordomos
Otro estamento muy importante,
no solo en el
desarrollo de las Fiestas sino a lo largo de todo el
año, es el representado por la “Mayordomía”. Está
compuesta por seis personas que se ofrecen de forma
voluntaria a cuidar la figura del Santo Patrón, además
de sacarlo en Procesión las veces que la tradición
requiere.
Los Mayordomos se hacen cargo del Patrón a la
finalización de las Fiestas y , tras una o dos
semanas, lo sacan en Procesión para trasladarlo desde
la
Parroquia
de
Nuestra
Señora
de
la
Encarnación, lugar donde lo depositaron los anteriores
Mayordomos el sábado de Fiestas, hasta la Ermita
donde permanecerá todo el año. La segunda ocasión en
la que el Santo sale en Procesión es el 19 de Enero por
la noche y el 20 de Enero en que se celebra su
onomástica.
En las Fiestas del pueblo, el Santo sale dos veces en
Procesión, una el viernes por la noche cuando es
llevado desde la Ermita hasta la Iglesia, y otra vez el
sábado por la mañana, última vez que lo procesionan los
Mayordomos.