Este documento presenta una serie de obras pictóricas de Francisco de Goya de 1771 a 1823. Incluye autorretratos de Goya joven, así como cuadros de temas cotidianos, retratos de figuras importantes de la época y pinturas que reflejan los horrores de la guerra y la decadencia humana. El documento analiza detalles y contextos de cada obra para mostrar la evolución artística y visión del mundo de Goya a lo largo de su carrera.
BIOMETANO SÍ, PERO NO ASÍ. LA NUEVA BURBUJA ENERGÉTICA
Goya y su obra
1. AUTORRETRATO
1771-75
Goya
hizo
múltiples
autorretratos, pero este es
el primero, en el que
podemos ver a un Goya
joven, a punto de casarse o
recién casado ya. En
cualquier caso, aún no era
famoso y probablemente
no había llegado aún a
Madrid o acababa de
hacerlo (1774)
2. EL QUITASOL 1777
Quizá sea este uno de los
más famosos cartones para
tapices de Goya, en el que
asistimos a una escena de
galantería, cuyo motivo
principal es una elegante
joven, a la que un majo
protege del sol con una
sombrilla
o
quitasol.
Llaman la atención los
colores vivos y brillantes
que utiliza, así como la
jovialidad de los gestos.
Es, sin duda, un cuadro de
juventud.
3. EL COLUMPIO 1779
Es uno de los cartones para
tapices que pintó en su
primera etapa. En ella
Goya aún seguía los temas
y la técnica del momento.
En este caso nos recuerda
a uno de los más
representativos
del
Rococó, el de Fragonard.
4. LA VENDIMIA O EL
OTOÑO 1786
Goya realizó también una
serie
de
4
lienzos
dedicados
a
las
4
estaciones.
La
que
tenemos aquí es, quizá, la
más famosa. En ella se
representa una de las
actividades más típicas del
comienzo del otoño, la
vendimia o recogida de la
uva.
Apreciamos
igualmente los colores
brillantes y la composición
piramidal típica de los
cuadros neoclásicos.
5. LA GALLINA CIEGA
1788
En la misma línea de
escenas
de la vida
cotidiana,
llenas
de
sencillez
y
colorido, encontramos a
este grupo de jóvenes
jugando a la gallinita ciega.
Por
su
vestimenta
reconocemos
a
tres
parejas de majos, así como
a otra pareja vestida a la
moda francesa.
Al
fondo, la sierra madrileña y
en primer plano la ribera
del río Manzanares.
6. EL ALBAÑIL HERIDO
1786-87
Cuadro bastante famoso
pues, a pesar de ser de la
primera etapa, ya va
dejándose ver la
conciencia social y el
espíritu crítico que va a
caracterizar la obra de
Goya. En este caso, se trata
de dignificar el trabajo
manual y de concienciar a
la sociedad con las nuevas
leyes que para ello se
acababan de aprobar en
ese momento. No
confundir con El albañil
borracho.
7. FAMILIA DE OSUNA 1778
Se trata de los Duques de
Osuna,
una
familia
dedicada al mecenazgo de
artistas, incluido al propio
Goya. Mantuvieron una
gran amistad toda su vida y
Goya
pintó
muchos
cuadros para su palacio de
El Capricho, en Madrid. Lo
más destacable son las
miradas de los niños, que
reflejan la inocencia y
dulzura propia de esa
edad.
8. JOVELLANOS 1797-98
Gran ilustrado, ministro de
Justicia en el momento en
que
se
realizó
el
retrato, fue también amigo
y admirador del pintor.
Como él, también será
perseguido
por
la
Inquisición,
e
incluso
encarcelado por sus ideas
liberales en pro de
reformas
contra
la
ignorancia
y
la
superstición.
9. LEANDRO FERNÁNDEZ
DE MORATÍN 1799
De los múltiples retratos
que pintó solo vamos a ver
aquellos en los que
reconozcamos personajes
famosos de la época. En
este caso, es el de un
escritor e ilustrado amigo
suyo, de quien hemos leído
en clase El sí de las niñas.
Este es de 1799, pero le
dedicó otro años después.
10. LA FAMILIA DE
CARLOS IV 1800
Uno de los retratos más
famosos
de
la
historia, junto con las
Meninas
de
Velázquez, pintor al que
admiraba
y
al
que
homenajea
en
este
lienzo, al imitar algunos
rasgos, como el de
incluirse en un lateral de la
pintura,
mirando
al
espectador. La familia real
ha sido retratada sin
idealizar sus figuras y sin
subrayar lo ilustre de la
familia.
11. ¿QUIÉN ES QUIÉN?
Se han hecho muchas
interpretaciones de este
cuadro: la reina en el
centro,
en
lugar
del
rey, indicaría que la que
tomaba las decisiones era
ella, en connivencia con
Godoy, ausente del cuadro
pero al que Goya le deja
“hueco” al lado de la
reina, de quien se presume
que era amante y con quien
podría haber tenido un
hijo, precisamente el que
está entre los reyes, el
infante Don Francisco de
Paula.
El resto vienen
etiquetados en la imagen
12. MANUEL GODOY
1801
Y, hablando del Príncipe de
la Paz, aquí lo tenemos
retratado por Goya en uno
de sus momentos de
esplendor, tras su triunfo
en la brevísima Guerra de
las
Naranjas
con
Portugal, instigada por
Napoleón. Aquí el pintor sí
que se aparta de su
realismo habitual para
ensalzar
los
méritos
militares del valido: en el
campo de batalla, vestido
con
toda
pompa
y
observando las banderas
conquistadas.
13. DUQUESA DE ALBA
1785
Este es el primero de una
larga serie de retratos que
Goya le hizo a su amiga,
musa, mecenas y, quién
sabe si amante, la Duquesa
Cayetana
de
Alba,
antepasada de la actual
Duquesa. Parece claro que
Goya se enamoró de ella,
aunque
no
está
demostrado que llegara a
haber una relación entre
ellos.
14. LA DUQUESA DE ALBA DE
NEGRO 1797
En esta ocasión la duquesa
posa de negro puesto que
acababa de morirse su
esposo. Lo más llamativo
de esta pintura es lo que
ella señala en el suelo:
“solo
Goya
1797”.
Además, parece ser que en
los anillos que lleva
aparecen los apellidos de
Alba y Goya.
Estas ambigüedades dieron
pie a que se hablara de
amoríos y a atribuir a la
duquesa el protagonismo
de las majas.
16. LA MAJA DESNUDA
1795-1800
Es fácil de imaginar que
ambas pinturas le
ocasionaran problemas a
su autor, quien fue
investigado por la
Inquisición y sólo se salvó
por la intervención de
algún amigo influyente. A
pesar de que esta es más
famosa, parece más
sensual la anterior, pues es
más erótico insinuar que
mostrar. Pero para gustos
están los colores.
17. LA MAJA VESTIDA
1800-1807
Como ya hemos dicho, las
habladurías llevaron a
pensar que la modelo era
la
Duquesa
de
Alba, aunque no parece
que sea cierto. Pero aun
así
es
un
cuadro
provocador, tanto por la
postura
claramente
sensual
de
la
modelo, como por su
mirada
directa
y
atrevida, por no hablar de
lo ajustado e insinuante de
sus
vestidos
que
denotan, además, que era
una
mujer
de
la
18. LA CARGA DE LOS
MAMELUCOS 1814
Goya refleja en esta
pintura lo que pudo ser el
inicio de la Guerra de la
Independencia, cuando el
pueblo de Madrid se
levantó contra las tropas
francesas acuarteladas en
España. Como en otras
ocasiones el pintor va a
mostrar el horror de la
guerra en toda su
crudeza, irracionalidad y
violencia.
19. LOS FUSILAMIENTOS
DEL TRES DE MAYO
1814
Los españoles que no
murieron en la refriega o que
no
escaparon,
fueron
detenidos por los franceses y
fusilados a las pocas horas,
momento que nos ofrece el
artista con una sensibilidad
excepcional.
La
despersonalización de los
soldados de espaldas, todos
iguales como máquinas de
matar, frente a un pueblo
humilde, que encara su
destino con la frente alta y a
pecho
descubierto.
Las
víctimas de esos fusilamientos
están enterradas en un
pequeño cementerio próximo
a la ermita de San Antonio.
20. SATURNO
DEVORANDO A SUS
HIJOS 1820-23
La
sordera,
la
enfermedad, la desgracia
de ver morir a todos sus
hijos, salvo el último, la
decepción y sufrimiento
ocasionados por la guerra
y por el abyecto régimen
de
Fernando
VII,
provocaron
la
introversión
y
el
aislamiento
del
pintor, quien veía el
mundo cada vez con más
pesimismo. Comienza la
etapa de sus pinturas
negras, con las que decoró
las paredes de su “Quinta
21. VIEJOS COMIENDO
SOPA 1823
Otra de sus pinturas
negras, donde se aprecian
los
estragos
de
la
enfermedad, los vicios y la
presencia de la muerte. No
queda nada de los
coloridos
cuadros
de
juventud,
cuando
Goya, sano, joven y con un
gran
porvenir
por
delante, aún creía en la
felicidad.