Los estudios culturales surgieron en Gran Bretaña en la década de 1950 influenciados por teorías como la hegemonía cultural de Gramsci y la Escuela de Frankfurt. Se enfocan en analizar la cultura popular vinculando objetos culturales como los medios con las prácticas privadas de las personas. Consideran al receptor como activo al aceptar, negociar o rechazar los mensajes en lugar de verlo como masa pasiva. Analizan cómo el contexto y las subculturas influyen en la recepción cultural y las prácticas cotidianas.