1. Obra Autor Año Periodo Análisis
La Muerte de Marat Jacques-Louis
David
1793 Neoclásico David hace gala en este lienzo de su devoción por el
amigo y de su magnífico arte, recurriendo a los
mínimos elementos para realizar una pintura
altamente evocadora. Marat era amigo de David,
colega de Robespierre y uno de los más furibundos
defensores del patriotismo. Se le acusó de demagogo
y de intransigente. Sin embargo, su papel en la
constitución del gobierno de la república fue
determinante, al tiempo que dirigía el periódico
"L'Ami du Peuple". Marat fue asesinado el año dos de
la república, es decir, en 1793. El reino del terror ya
había comenzado, tras crearse el sanguinario Comité
de Seguridad Pública. En este ambiente Marat fue
asesinado por una monárquica de la región de Caen.
Marat padecía una enfermedad de la piel que le
obligaba a pasar largo tiempo sumergido en un baño
terapéutico. Allí había instalado su pequeña oficina e
incluso recibía a personajes. Charlotte Corday pidió
que la recibiera argumentando una terrible desgracia
para la república. Una vez ante el político, Charlotte
le apuñaló. David pinta a Marat en el momento de la
muerte, apenas ha sangrado aún. El brazo con el que
estaba escribiendo ha caído pesadamente al suelo y
la cabeza se desplaza hacia atrás. Los labios
entreabiertos expiran el último suspiro mientras su
rostro pasa suavemente del dolor a la paz. En la
mano sostiene aún el papel con el que Charlotte se
introdujo en su apartamento. Allí se puede leer: "13
de Julio de 1793". De Marie Anne Charlotte Corday al
2. ciudadano Marat: la terrible desgracia que tengo me
da derecho a pedir vuestra amabilidad..." En
oposición a este papelito traicionero, en la mesa
improvisada en un cajón se puede leer el último
despacho que había resuelto Marat: "dispondréis
esta asignación para esa madre de cinco hijos cuyo
marido murió en defensa de la patria..." La
disposición de los elementos es tan sobria como la de
un cuadro religioso. Toda la estructura se basa en
verticales y horizontales. En el suelo se ve el puñal
caído. La mitad superior del cuadro está
completamente vacía, transmite un agobiante
silencio y frío. Una sombra clara asciende en diagonal
evocando la huida de la vida del cuerpo agonizante.
Páginas relacionadas
Las Tres Gracias Pedro Pablo Rubens Siglo XVII Neoclásico En la imagen aparecen las tres hijas de Zeus, Aglaya,
Talía y Eufrosine, las tres gracias de la mitología griega.
Se representan a dos de ellas de perfil y la del medio,
de espaldas con la cabeza vuelta, estando las tres con
el cuerpo desnudo. Simbolizan el amor, la belleza, la
sexualidad y la fertilidad.
El trío está enmarcado con un árbol a la izquierda
que se tuerce y quiebra con contraste cromático y el
color de una gasa en la rama y a la derecha hay un
cupido con una cornucopia dorada de la que cae agua
y arriba del cuadro una guirnalda de flores. A esto se
le une un gran colorido y luz, con un fondo en el que
se representa un paisaje en el que hay una seria de
animales.
3. El Baño Turco J. Auguste
Dominique Ingres
1862 Neoclasicismo El tema eterno de Ingres, el cuerpo femenino
desnudo, se nos muestra de nuevo en este cuadro
como único motivo, repetido como eco en los
cuerpos de las veinticuatro mujeres que aparecen en
la escena. Parece ser que el artista tomó como
fuente el relato de una dama del siglo XVIII, Lady
Montagu, esposa del embajador inglés en
Constantinopla, que visitó en dicha ciudad un baño
femenino. Sus descripciones hablan de doscientas
mujeres desnudas entregadas al placer ocioso de
cuidar sus cuerpos. Ingres transcribió los pasajes más
sensuales desde muy temprano y los mantuvo en sus
cuadernos de notas.El tondo muestra una visión casi
clandestina, como la de un espectador que penetra
en la intimidad del baño a través de un agujero en la
pared. Entre las mujeres encontramos a algunas
viejas conocidas de la pintura de Ingres: la bañista de
espaldas es la eterna Bañista de Valpinçon, la Bañista
de medio cuerpo, la Pequeña Bañista, con su tocado
rayado como la Fornarina de Rafael. La joven rubia
echada a su derecha es la monstruosa Mujer de tres
brazos, pero también la Mujer Dormida, la Odalisca
con Esclava... Todas las figuras son la misma, repetida
incansablemente por el anciano Ingres en su último
cuadro dedicado al desnudo.
El dolor y los lamentos de
Andrómaca sobre el cuerpo de
Héctor
Jacques Louis David 1783 Neoclasicismo David pintó esta obra entre Belisario y el Juramento
de los Horacios, una lienzo que le consagró
definitivamente. La historia que narra una vez más se
remite a la antigüedad clásica, concretamente a la
4. Ilíada, libro del que extrajo abundantes motivos para
sus cuadros: recordemos el Funeral de Patroclo, pues
esta pintura podría considerarse la segunda parte de
aquella. Patroclo era el mejor amigo de Aquiles,
héroe griego que dirigía el asedio a Troya. Héctor era
el hijo de Príamo, el rey de Troya. Había defendido la
ciudad durante más de diez años. Su mujer
Andrómaca era el modelo de madre amantísima y
esposa fiel. Héctor mató a Patroclo, Aquiles mató a
Héctor y humilló el cadáver de su enemigo en el
funeral. Sin embargo, Andrómaca consiguió que el
griego le devolviera el cuerpo de su esposo para
honrarlo a su vez. Aquí podemos ver la escena. David
va depurando su estilo, que veíamos agitado y
sentimental en el Funeral de Patroclo. En esta
ocasión, ha realizado una severa composición
geométrica en una gama casi monócroma, lo que le
da un aspecto muy frío. Andrómaca, con los ojos
llenos de lágrimas, acoge su hijo e implora a los
dioses acerca del destino de su esposo. El hermoso
pero gélido cuerpo de Héctor yace en un lecho,
coronado con laurel como un triunfador, con las
armas a los pies de la cama. El mobiliario y las armas
fueron copiados por David de grabados y relieves
antiguos. En los relieves de la cama podemos intuir
la historia de Troya, con la escena de la muerte de
Héctor al final, tras el respaldo de Andrómaca, como
punto final de un ciclo iniciado mucho antes.
Psique reanimada por el beso del
amor
Antonio Canova 1787 Neoclasicismo
La escultura representa el mito de Eros y Psique.
Según la mitología, Psique era una princesa, hija del
rey de Asia, cuya hermosura se comparaba con la de
5. la indiscutible Afrodita, algo que a ésta, como diosa
de la belleza, no le hacía ninguna gracia. Por este
motivo, la diosa intentó castigar a la joven princesa
hasta dos veces, pero no contaba con la presencia de
su hijo Eros, el dios griego del amor, que cayó
enamorado de la princesa Psique. A pesar de los
fallos cometidos por la joven, debido a su
desobediencia y curiosidad, Eros decide salvarle con
un beso de un profundo y mortal sueño al que había
sido castigada y además intercedió por ella ante Zeus
para que le aceptara en el Olimpo convirtiéndole así
en inmortal.
De esta historia de curiosidad, desobediencia,
arrepentimiento, pasión y sobre todo, amor,
Antonio Canova eligió para su escultura el momento
en que Eros, el Amor, portando sus flechas, se acerca
a Psique, el Alma, para despertarle del sueño mortal.
El escultor, como uno de los
principales representantes de la escultura neoclásica,
se inspira en las formas y proporciones de la
antigüedad, con cuerpos desnudos, sensuales, puros,
bien acabados, con expresiones dulces y serenas en
6. sus rostros. Pero por otro lado, Canova muestra a
través de estas dos figuras una clara herencia del
movimiento artístico anterior, el barroco, mediante la
compleja y desequilibrada disposición de los cuerpos
que se unen formando un aspa, y transmitiendo
cierta sensación de movimiento.
Canova inmortaliza el momento anterior a la pasión
producida durante un beso, un instante de emoción
contenida y delicadeza entre los dos jóvenes. El
escultor consigue transmitir esta sensación con los
gestos, pero también con el uso de escofinas cada
vez más finas que incluso doblaba para llegar a los
lugares de difícil acceso, y para finalizar la
pieza, Canova daba un acabado pulimentado al
mármol para que la epidermis de la piedra pareciese
una piel tersa y muy real.
Psique reanimada por el beso del Amor. Detalle.
Ésta es la manera en que Canova transmite una
sensación de vida en esos cuerpos, que se puede
resumir en el virtuosismo del escultor en el
tratamiento del mármol y en cada uno de los detalles
7. haciendo partícipe al espectador del sentimiento que
une a los personajes representados.
Obra Autor Año Periodo Análisis
La Noche Estrellada Vincent van Gogh 1889 PostImpresionistas En la composición de “la Noche
Estrellada”, Vincent van Gogh renuncia a
la forma impresionista de observación
directa de la naturaleza, para plasmar
formas y colores del ámbito más
imaginario y de interpretación más
personal, generando un estilo propio y
único.
La composición de “La noche estrellada”
nos muestra un cielo con 2 espirales
nebulosas que se abrazan una a la otra
creando la sensación de movimiento y
fluidez.
En el cielo nocturno, junto con las 11
estrellas con halo propio y exagerado, se
encuentra en la esquina derecha superior
una luna creciente de tonos amarillentos
igualmente luminosa que da la impresión
de un sol en vez de una luna.
Los elementos internos del cielo nocturno
de “La noche estrellada” han sido
analizados exhaustivamente,
8. especialmente la estrella más luminosa
del cuadro, que según investigaciones
actuales, correspondería al planeta Venus.
La torre de la iglesia y el ciprés son los
únicos dos elementos de “La noche
estrellada” que apuntan hacia el cielo.
Representan el gran poder de la
naturaleza, donde tanto lo humano como
la naturaleza en sí la ovacionan
¿De dónde venimos? ¿Qué somos? ¿A
dónde vamos?
Paul Gaugin 1897 PostImpresionismo La descripción que hace del lienzo es la
siguiente: "sobre una tela de saco llena de
nudos y rugosidades; de ahí que su
aspecto sea tremendamente zafio (...). En
la parte inferior derecha, un bebé
dormido y tres mujeres en cuclillas. Dos
figuras vestidas se comunican sus
pensamientos; una figura enorme
intencionadamente y a pesar de la
perspectiva, también en cuclillas, levanta
el brazo y mira extrañada, a loa dos
personajes que osan pensar en su destino.
Una figura central coge una fruta. Un par
de gatos junto a un niño. Una cabra
blanca. El ídolo, con ambos brazos alzados
misteriosa y rítmicamente parece indicar
el más allá. Otra figura reclinada parece
escuchar al ídolo; finalmente una vieja,
próxima a la muerte, parece aceptar y
resignarse a lo que piensa; a sus pies, un
9. extraño pájaro blanco, sujetando con su
pata a un lagarto, representa la inutilidad
de las palabras vanas. Todo transcurre
junto a un riachuelo, a la sombra de los
árboles. A pesar de los cambios de
tonalidad, el paisaje es constantemente
azul y verde Veronés. Sobre él, todas las
figuras desnudas destacan por su intenso
color naranja".
Vairumati Paul Gaugin 1897 PostImpresionismo Las obras realizadas este año estarán
marcadas por un simbolismo casi
indescifrable - véase también Te rerioa -.
A pesar del enigma de su significado, la
mujer continúa siendo protagonista de las
composiciones, en esta ocasión en primer
plano, ejecutada de una manera tosca y
primitiva aunque no exenta de belleza.
Tras ella encontramos una escultura
maorí y dos jóvenes; a la izquierda
aparece un pájaro agarrando a una
lagartija que, según Gauguin,
representaría la inutilidad de las palabras
vanas. El colorido rojo empleado provoca
una extraña sensación que aumenta lo
enigmático del lienzo.
Las Grandes Bañistas Pierre Auguste Renoir 1887 PostImpresionismo En su deseo de recuperar las formas casi
desaparecidas durante su
etapa impresionista, Renoir viaja a Italia,
descubriendo a los grandes maestros
del Renacimiento, especialmente Rafael.
A su regreso se enzarza en una de sus
obras más importantes, dedicando tres
10. años a la ejecución de esta escena en la
que varias jóvenes desnudas se bañan en
un riachuelo, presentando a las figuras
bajo una resplandeciente iluminación
solar. Las líneas que crean esos sensuales
volúmenes son las principales
protagonistas, tomando como modelo
a Ingres. Los brazos, las piernas o los
pechos son dibujados a la perfección, sin
enfrentarse al color como apreciamos
claramente en el paisaje, tratado incluso
con una pincelada rápida y vigorosa. La
sensualidad que transmiten las modelos
traen a la memoria a Rubens o a Tiziano,
maestros admirados por Renoir.
El Café de Noche Vincent Van Gogh 1888 PostImpresionismo Vincent solía acudir con frecuencia a uno
de los cafés nocturnos de Arles. Se sentía
atraído por la luz de gas, que
protagonizará algunos lienzos realizados
durante el mes de septiembre de 1888,
como Terraza de café. Este café abría toda
la noche y era muy cómodo para el pintor
ya que estaba frente a su casa, la casa
amarilla. La habitación está presidida por
un globo de gas en el centro de la estancia
acompañado de tres lámparas de aceite.
El gas deja caer una luz verdosa sobre la
sala, iluminando fantasmagóricamente al
dueño, vestido de blanco, y a los demás
clientes, que se acodan en las mesas. Ese
color verdoso de la luz y del tapete del
billar contrasta claramente con el rojo de
11. las paredes, creando un ambiente digno
de un lugar de esas características. Los
tonos amarillentos intensifican el
contraste. Vincent emplea su típica
pincelada circular en las lámparas,
formando así el halo luminoso que se crea
alrededor del foco de luz. Esta pincelada
caracterizará obras posteriores
como Campo de trigo. Van Gogh se
inspiró en los libros y estampas
japonesas para crear estas pinceladas tan
personales, pasando por alto los detalles
pero sin olvidarlos, como hacía Goya con
sus retratos.