Sanidad Interior y Liberacion libro de ayuda espiritual y emocional
HALLAZGO EN EL TEMPLO
1. Quinto Misterio de Gozo
El Hallazgo
Cuando el Niño Jesús tenía doce años subió con sus padres al Templo de
Jerusalén, como de costumbre, pero esta vez se quedó allí enseñando tres
días sin avisarles a sus padres, que lo buscaron con ansias hasta hallarlo.
Nada nos cuentan los Evangelios sobre los años de Jesús en la aldea El Evangelio, además, nos dice que Jesús acudía regularmente al Templo
de Nazaret, salvo cuando se quedó, sin permiso de José y María, en los días de las grandes solemnidades religiosas, que estaba «sometido» a
el Templo de Jerusalén interrogando y enseñando a los sacerdotes y sus padres y que, a medida que crecía en edad, daba mayores pruebas
doctores de la Ley. Al obrar de este modo el Niño nos muestra a de sabiduría y de santidad «ante Dios y los hombres» (Lc 2:51-52).
todos que es el Hijo siempre obediente de Dios, y que está totalmente
consagrado a cumplir con la misión que su Padre le ha confiado. Al contemplar este misterio de la vida sencilla de Nazaret podemos
Interrogado por José y María, que lo habían buscado con ansias por aprender cómo entrar en comunión con Jesús –y, a través suyo, con el
tres días, les responde: «¿No sabíais que me debo dedicar a los asuntos Padre– siguiendo los caminos más ordinarios de nuestra vida cotidiana:
de mi Padre?». el silencio, el recogimiento, la vida de familia y el trabajo, severo pero
redentor del hombre (cf. Pablo VI, discurso en Nazaret, 5 de enero, 1964).
Ellos –como tantas veces nos sucede a nosotros– «no comprendieron»
estas palabras de Jesús, pero, sin embargo, acogieron su misteriosa Además, cuando Jesús cumple perfectamente el cuarto mandamiento
respuesta a la luz de la fe. María, nos agrega el Evangelio, «conservaba de honrar padre y madre, nos enseña que nuestra obediencia filial es
cuidadosamente todas las cosas en su corazón», meditándolas, como una imagen terrena de la obediencia al Padre celestial con la que Él
nosotros hacemos al rezar cada misterio del santo Rosario. inició la obra de restauración de lo que la desobediencia de Adán había
destruído (cf. Rom 5:19).
El resto de la vida que Jesucristo llevó en la aldea de Nazaret fue
como la de la inmensa mayoría de los hombres: una vida de trabajo (cf. Catecismo de la Iglesia Católica 531-534; Juan Pablo II, Rosarium
cotidiano y sencilla pobreza, aparentemene sin importancia alguna; Virginis Mariæ, §20; )
una vida religiosa judía sometida a la Ley de Dios (cf. Gal 4:4); una vida
alegre con los parientes, amigos y vecinos de la pequeña aldea.
2. Fruto que pedimos en este misterio:
EL DESEO DE DIOS
Una sola cosa he pedido al Señor, y ésto es lo que quiero: vivir en la Al tercer día, lo hallaron en el Templo en medio de los doctores de la Ley:
Casa del Señor todos los días de mi vida, para contemplar la belleza y todos estaban asombrados de su inteligencia y sus respuestas.
del Señor y cuidar de su Templo. Que los pecadores purifiquen (Lucas 2:46-47)
sus manos; que se santifiquen los que tienen el corazón dividido. Dios te salve, María…
Transformáos interiormente renovando vuestro modo de pensar,
a fin de que podáis discernir cuál es la voluntad de Dios. Así vosotros sabréis que Yo, vuesto Dios, estoy en medio de Israel:
(Salmo 27:4; Santiago 4:8; Romanos 12:2) y después de esto derramaré mi Espíritu sobre todos los hombres.
Padre nuestro… (Joel 2:27-3-1)
Dios te salve, María…
Sus padres iban todos los años a Jerusalén en la fiesta de la Pascua:
y cuando el Niño cumplió doce años, subieron allí como de costumbre. ¡Venid, postrémonos para adorarlo!
(Lucas 2:41-42) Él es nuestro Dios y nosotros somos su pueblo.
Dios te salve, María… (Salmo 95:6)
Dios te salve, María…
Al acercarse el Niño Jesús, Jerusalén exclamó:
«¡La voz de mi amado! Hijo mío, ¿por qué nos has hecho esto?
Ahí viene, saltando por las montañas, brincando por las colinas». Tu padre y yo te buscábamos angustiados.
(Cantar de los Cantares 2:8) (Lucas 2:48)
Dios te salve, María… Dios te salve, María…
Acabada la fiesta, María y José regresaron, ¿ No sabíais que Yo debo ocuparme de los asuntos de mi Padre?
pero Jesús permaneció en Jerusalén sin que ellos se dieran cuenta. Después regresó con sus padres a Nazaret y vivía sujeto a ellos.
(Lucas 2:43) (Lucas 2:49, 51)
Dios te salve, María… Dios te salve, María…
Como no lo encontraron entre los parientes y conocidos, Ellos no comprendieron la respuesta que les dio Jesús:
volvieron a Jerusalén en busca de Él. pero su madre atesoraba en su corazón cada una de sus palabras.
(Lucas 2:44-45) (Lucas 2:50-51)
Dios te salve, María… Dios te salve, María… Gloria al Padre, y al Hijo, y al Espíritu Santo…